HAAZ y JACK: Siento decepcionarlos. Por supuesto que al responder
a ELISA tuve presente ese incidente. Pero no viene al caso. ¿Por qué?
Reparen cómo el Señor cita Isaías 56:7: "Mi casa, casa de oración será llamada" (Mt.21:13; Mr.11:17; Lc.19:46) y les dice: "no hagáis de
la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume" (Jn.2:16,17). Os pregunto: ¿vosotros creís que los templos católicos
romanos atestados de imágenes que el fervor popular idolatra, son
realmente casa de oración, casa de Dios, casa del Padre? Si podéis
responder que sí, entonces vuestra observación vale. Si contestáis, como supongo, que no, entonces no sirve. El Señor cela su iglesia,
pero no la sinagoga de Satanás y donde éste tenga su trono (Ap.2:9,13). El templo en Jerusalem, era hasta aquel entonces la casa
del Dios de Israel, pero tal como le anunció el Señor Jesús a la mujer
samaritana, la hora venía en que los verdaderos adoradores adorarían al Padre en espíritu y en verdad (Jn.4:23). No solamente la iglesia,
espiritualmente hablando, sino también nosotros mismos y aún nuestro
propio cuerpo es templo del Espíritu Santo (1Cor.5:19). Este es el
lugar propio que debemos celar donde no levantemos imágenes a las que les rindamos culto. Cuando los apóstoles Bernabé y Pablo visitaron Listra, no fueron al templo pagano a destruir la imagen de Júpiter, pero
sí le dijeron a la multitud: "os anunciamos que de estas vanidades os
convirtáis al Dios vivo" (Hch.14: 13-15). Luego, cuando Pablo está
en Efeso, tampoco se dirige al templo de Diana a destruir la imagen que
se creía venida del dios Júpiter, pero el efecto de su predicación de algún modo es destructivo para la idolatría en aquel lugar. El platero
Demetrio, fabricante de templecillos de Diana, lo acusa ante su gremio diciendo: "No solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga
a desacreditarse, sino que también el templo de la gran diosa Diana sea
estimado en nada, y comience a ser destruída la majestad de aquella a
quien venera toda Asia, y el mundo entero" (Hch.19:23-41).
Confío que ésto os resulte esclarecedor.
Ricardo.