Una vez mas, y creo no estas leyendo con detenimient mis respuestas.
La revelacion de Dios SIEMPRE nos llega de forma que podamos entenderla. Si you te presento una imagen que describe C6-H12-O6, lo mas ,probable es que no tengas la mas remota idea de lo que se trata. Pero si te digo azucar o glucosa inmediatamente vas a entender.
De igual forma, el relato de Gen 2 "describe" de manera ilustrativa (es una revelacion, a proposito) par Moises el evento en cuestion. El hebreo original dice, literalmente, cuando Dios soplo en la nariz de Adan este se convirtio en: לְנֶ֥פֶשׁ (lə-ne-p̄eš) חַיָּֽה׃ (ḥay-yāh) -- "...un alma viviente" (RVG). No olvides, el ejercicio ilustrativo es qu Moses ve como Dios la da forma al hombre del barro. Y de forma milagrosa e instantanea el soplo de Dios le da vida a ese "objeto" inanimado. No hay que meterse en definiciones complicadas ahi. El objeto de la leccion es el origen de la vida y nada mas.
La exegesis del pasaje se esclarece cuando el Apostol Pablo usa el pasaje para ilustrar que hay un cuerpo natural y un cuerpo espiritual (alma) cuando dice: "Y así está escrito: El primer hombre Adán fue hecho un alma viviente; el postrer Adán, un espíritu vivificante." 1 Cor 15:45.
El alma y el espíritu son las dos partes inmateriales principales que se le atribuyen a la humanidad en las Escrituras. Discernir las diferencias precisas entre ambos puede ser confuso. La palabra espíritu se refiere únicamente a la faceta inmaterial de la humanidad. Los seres humanos tenemos un espíritu, pero no somos espíritus. Sin embargo, en las Escrituras, solo se dice que los creyentes están espiritualmente vivos (1 Corintios 2:11; Hebreos 4:12; Santiago 2:26); los incrédulos están espiritualmente muertos (Efesios 2:1-5; Colosenses 2:13). En los escritos de Pablo, lo espiritual es fundamental para la vida del creyente (1 Corintios 2:14; 3:1; Efesios 1:3; 5:19; Colosenses 1:9; 3:16). El espíritu es el elemento de la humanidad que nos da la capacidad de tener una relación íntima con Dios. La palabra espíritu se refiere a la parte inmaterial de la humanidad que “se conecta” con Dios, quien es espíritu (Juan 4:24).
La palabra alma puede referirse tanto a los aspectos materiales como inmateriales de la humanidad. Los seres humanos tienen un espíritu, pero son almas. En su sentido más básico, la palabra alma significa “vida”; más allá de este significado esencial, la Biblia habla del alma en muchos contextos. Uno de ellos es en relación con el egoísmo básico de la humanidad (p. ej., Lucas 12:19). Los seres humanos tenemos una naturaleza pecaminosa, y nuestras almas están manchadas por el pecado. El alma, como esencia vital del cuerpo, se elimina en el momento de la muerte física (Génesis 35:18). El alma, al igual que el espíritu, es el centro de muchas experiencias espirituales y emocionales (Job 30:25; Salmo 43:5; Jeremías 13:17). La palabra alma puede referirse a la persona en su totalidad, ya sea que esté viva en la tierra o en el más allá (véase Apocalipsis 6:9).
El alma y el espíritu están conectados, pero son separables (Hebreos 4:12). El alma es la esencia del ser humano, es lo que somos. El espíritu es la parte inmaterial de la humanidad que se conecta con Dios.
Como intente decirte anteriormente, puedes diferir en cuanto a lo anterior, pero la escritura pone en evidencia que si puede discernir que es "alma" y cual es su origen.
Saludos.
Aparentemente eres tú, el que escribe en base de ideas pre-concebidas.
En Gn. 2: 7, dice que Dios "soplo en la nariz de Adán aliento de vida y este vino a ser un alma viviente, 1Cor. 15: 45.
En el relato del Diluvio dice que;
"Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió." Gn. 7: 22.
Acá al igual que Gn. 2: 7, habla de "aliento de vida" no de 'alma'.
Ahora, ¿a que se refiere la frase "aliento de vida"?
En Gn. 2: 7 se describe la creación del primer hombre, Adán, como sigue:
“Y procedió Jehová Dios a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.”
Puede decirse que las Escrituras muestran de manera clara que al ‘soplar en Adán el aliento de vida’ Dios dio al cuerpo que Él había formado la fuerza vital (o espíritu)
y el aliento o la respiración que se necesita para sostener la vida.
Podemos tener un mejor entendimiento de esto si primeramente notamos, de la Biblia, otros detalles acerca del “espíritu.”
La palabra hebrea que a menudo se traduce “espíritu” es
rúahh.
Esta puede tener una variedad de significados distintos, según el uso y el contexto.
Por ejemplo, en algunos casos
rúahh denota un movimiento invisible del aire y por eso se puede traducir “viento.” Ex.10: 13; Zac. 2: 6.
Además, la palabra también puede usarse con relación a una persona que sea “espíritu,” un ser invisible tal como un ángel, o aun para Dios.
1Rey. 22: 21, 22.
Finalmente,
rúahh puede referirse a la invisible fuerza activa de Dios (su espíritu santo), como sucede en Sl. 104: 30, que menciona el “espíritu,” o fuerza activa, que Jehová Dios utiliza al crear.
Sin embargo, Sl. 104: 29
ilustra otro significado de
rúahh... fuerza vital o fuerza de vida.
Dice: “Si tú, Dios les quitas
su espíritu, expiran, y a su polvo vuelven.”
Sí, como lo demuestran este texto y muchos otros, tanto los humanos como los animales poseen una fuerza de vida impersonal, o espíritu, que está presente en toda célula viviente del cuerpo.
La Biblia muestra que sin este espíritu que da vitalidad tanto el humano como el animal mueren. Ecl. 3: 19; 9:10; Sl. 146: 4.
Bueno, nosotros necesitamos alimento, bebida y descanso.
Pero, con mayor urgencia, es vital que recibamos oxígeno, que respiremos, pues si dejara de respirar por solo unos cuantos minutos, moriríamos.
En realidad, la respiración es la principal evidencia visible de que uno está vivo o tiene en sí el espíritu de vida.
Por eso, la Biblia establece una relación estrecha entre el “aliento” (hebreo,
neshamah) y el “espíritu” (
rúahh), o hasta los pone en paralelo.
Por ejemplo, hablando acerca de los hombres y los animales que murieron en el Diluvio, Gn. 7: 22 dice: “Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida . . . murió.” Isa. 12: 5; Job 27: 3-5.
Por lo tanto, ¿qué sucedió cuando Dios creó a Adán?
Primeramente Jehová formó un cuerpo humano.
Pero éste estaba sin vida, es decir, muerto.
¿Qué necesitaba para llegar a tener vida y ser alma viviente?
El simplemente introducir un soplo de aire o de aliento en los pulmones muertos no hubiera bastado, tal como no bastaría el usar métodos de respiración artificial en los pulmones de un cadáver viejo.
Para que aquel cuerpo recién creado tuviera vida y siguiera viviendo se necesitaba tanto la chispa encendedora o espíritu de vida como la respiración.
Por consiguiente, cuando en Gn. 2: 7 se relata que Jehová sopló en el cuerpo “el aliento de vida,” esta expresión denota, en dicho caso, más que simplemente aliento o aire que entrara en unos pulmones.
Se trataba del “aliento
de vida.”
Sí, Dios doto a Adán del “espíritu” o chispa encendedora de la vida
a la misma vez que le sopló en las narices el aliento necesario para mantenerlo vivo.