Uno puede preguntarse porque tuvo los hijos que tuvo o porque no tuvo siquiera hijos.
Y como cristianos muchas veces confundimos el permiso divino con su voluntad.
¿Me permitió Dios tener los hijos que tuve o él interfirió directamente para que yo tuviera los hijos que él quería que yo tuviera?
En mi caso personal nuestro primer hijo nació 20 días después de nuestro primer aniversario.
En menos de un año mi esposa quedó embarazada de nuestro segundo hijo que por razones que nunca se descubrieron nació completamente sordo.
Una de las cosas que se nos enseñó es que cuando una pareja tiene un hijo sordo, si vuelve a tener otro hijo y es del mismo sexo, puede ser sordo en un porcentaje muy alto. Solo si es del sexo opuesto es muy posible que resultara oyente.
En los primeros años tuvimos que decir con mi esposa si oralizariamos al bebe o lo iniciariamos en el lenguaje de las señas.
No fue una muy fácil decisión por son posturas muy enfrentadas y que hostigan mutuamente.
El temor de mi esposa nos llevó a cerrar la fábrica de hijos por miedo a que la sordera se repitiera.
Durante 14 años mi señora debió dejar de trabajar para dedicarse de manera exclusiva a la crianza de los chicos y principalmente ser los oidos del menor y enseñarle a hablar.
Me costó 8 años convencer a mi señora de que era preferible volver a tener otro hijo sordo que ya no tener ninguno más.
A los 10 años del nacimiento del menor nació nuestro tercer hijo varón y completamente sano auditivamente hablando.
Y como cristianos muchas veces confundimos el permiso divino con su voluntad.
¿Me permitió Dios tener los hijos que tuve o él interfirió directamente para que yo tuviera los hijos que él quería que yo tuviera?
En mi caso personal nuestro primer hijo nació 20 días después de nuestro primer aniversario.
En menos de un año mi esposa quedó embarazada de nuestro segundo hijo que por razones que nunca se descubrieron nació completamente sordo.
Una de las cosas que se nos enseñó es que cuando una pareja tiene un hijo sordo, si vuelve a tener otro hijo y es del mismo sexo, puede ser sordo en un porcentaje muy alto. Solo si es del sexo opuesto es muy posible que resultara oyente.
En los primeros años tuvimos que decir con mi esposa si oralizariamos al bebe o lo iniciariamos en el lenguaje de las señas.
No fue una muy fácil decisión por son posturas muy enfrentadas y que hostigan mutuamente.
El temor de mi esposa nos llevó a cerrar la fábrica de hijos por miedo a que la sordera se repitiera.
Durante 14 años mi señora debió dejar de trabajar para dedicarse de manera exclusiva a la crianza de los chicos y principalmente ser los oidos del menor y enseñarle a hablar.
Me costó 8 años convencer a mi señora de que era preferible volver a tener otro hijo sordo que ya no tener ninguno más.
A los 10 años del nacimiento del menor nació nuestro tercer hijo varón y completamente sano auditivamente hablando.