"Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí." Lucas 22:18-20.
Esto es una "perla preciosa", que un cerdo o un perro, como define esta escritura a foristas como Armando Hoyos, que menosprecia este santo memorial y escupe sobre él, llamando "mentira" y "abominación" lo que constituye motivo de adoración para El, en esta santa reunión de sus redimidos:
Ni protestantes ni católicos ni tú prestan servicio a Dios con esa MENTIRA de 'Santa Cena', cuyo rito no es más que abominación para el Señor. El Señor no vino a instituir ritos y ceremonias sino a extinguirlos.
Este pasaje se queda corto, para esta clase de personajes:
Mat 7:6 No deis lo santo
a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de
los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
Armando Hoyos, poseído por el diablo, escupe y pisotea a Cristo:
"Esto es la marranada que haces al citar Las Escrituras sin saber ni entender lo que citas. ¿Qué tiene que ver esto con tu hipócrita 'Santa Cena'?"
Cristo es la Persona principal de adoración en la Cena del Señor, para la gloria del Padre.
Él no quiere que Su pueblo lo olvide.
Es así que debemos tener en cuenta los términos exactos de Su petición.
“Tomad, comed… en memoria de mí.”
Observe que Él no dice, “en celebración de su bendición,” o “en memoria de los beneficios concedidos sobre ti,” sino “en memoria de MÍ” (1 Cor. 11:24).
¿Cómo explicar la indiferencia de muchos cristianos a esta conmovedora solicitud de su Señor?
Puedo entender que alguien diga, “Hay tantas sectas y congregaciones con puntos de vista diferentes, que estoy desconcertado a dónde ir para unirme en la memoria del Señor Jesús.”
¡Pero es difícil entender que alguien que debe su todo a Cristo se contente con dejar deslizar los años sin estar preocupado en lo absoluto con participar de la Cena del Señor!
¿Esa persona entiende que esa es la manera que Él mismo ha designado para Su pueblo para demostrar no solamente que no lo olvidan, sino que aprecian Su memoria y desean Su compañía?
Obviamente que no lo entiende, ni lo aprecia así.
No hay nada que pueda tocar más el corazón y renovar los afectos como este recuerdo del Señor mismo.
Nuestros corazones fríos y olvidadizos pueden ser calentados; nuestros afectos renovados y fijados de nuevo en Cristo mientras nos reunimos, aun si solo somos dos o tres en número, para la memoria de Él.
Anhelemos poseer una conciencia sensible, que es una conciencia no solo rápida para discernir el mal, sino para evitarlo instantáneamente, así como el párpado se cierra contra una mota de polvo.
Esta clase de conciencia solo puede provenir de Cristo.
La Cena del Señor, nos mantiene atentos, vigilantes, durante la semana, en guardarnos para Él, para no participar de ese memorial, de manera indigna, pues no basta discernir el simbolismo del Pan, como está escrito:
¿Qué enseñan las Escrituras en relación con el simbolismo del Pan?
1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;
1Co 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Quitemos el calzado de nuestros pies, porque comenzaremos a pisar terreno muy santo:
Al Señor le partieron el rostro por causa de nuestros pecados:
Profecía:
Isa 52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,
Cumplimiento:
Mat 26:67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
Mar 14:65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro, y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
La bofetada, sabemos, es una palmada fuerte, sonora, con la mano abierta.
El puñetazo, con el puño cerrado y gran fuerza, parte la piel, y produce hematomas, de tal modo, que el rostro del Señor, fue una masa sanguinolenta.
Profecía:
Sal 129:3 Sobre mis espaldas araron los aradores;
Hicieron largos surcos.
Cumplimiento:
Mat 27:26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
La ley romana, a los reos de muerte por crucifixión, tenía como norma 40 azotes, en el caso de Jesús, los soldados, en su celo por su rey César, lo azotaron hasta quedar exhaustos.
Profecía:
Sal 22:16 Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos y mis pies.
¿Quiénes son los perros que forman la cuadrilla de malignos?
Leemos:
Mat 27:43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
Mat 27:42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.
Mar 15:32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos.
No entiendo que hace Armando Hoyos, formando parte espiritual de esta cuadrilla de malignos, formada por perros y cerdos, a los que no se les puede dar lo santo ni compartir perlas preciosas, como es la Cena del Señor.
La única razón que explica su conducta, es que no conoce al Cristo de las Escrituras y se ha dejado engañar por las sectas.
¿Qué enseñan las Escrituras en relación con el simbolismo de la Copa con su contenido de vino?
Escuchemos la voz del Señor:
“Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”
¿Sirvió la sangre de los sacrificios antiguos?
No sirvió, su efecto era de "cubrir" el pecado, no de quitarlo.
Heb 10:4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos NO PUEDE QUITAR LOS PECADOS.
Juan el bautista, reconoció en Jesús, la Ofrenda Santísima por el pecado del mundo:
Jua 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
El apóstol Pedro, señala que hemos sido comprados de este modo:
1Pe 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
1Pe 1:19 sino con
LA SANGRE PRECIOSA DE CRISTO, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
1Pe 1:20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
De manera que esta Escritura:
Lev 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.
Señala hacia el Cordero de Dios, que haría cesar el sacrificio y la ofrenda por el pecado.
Porque Aquel, que no conoció pecado, fue hecho pecado, es decir, el peso de todos nuestros pecados, fueron puestos sobre su santo cuerpo en el altar de la Cruz, no solamente el peso de los pecados de la generación de él, sino también de las generaciones anteriores a él y de las generaciones futuras, fue un peso enorme.
De manera que no basta solamente con discernir el simbolismo del Pan y de la Copa, sino también guardarnos en santidad, hasta su pronta venida, como está escrito:
“SABEMOS QUE CUANDO EL SE MANIFIESTE”
1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1Jn 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él,
se purifica a sí mismo, así como él es puro.
El memorial de la Cena del Señor, cada primer día de la semana (Hch.20:7), nos constriñe, por amor a Cristo, a guardarnos en santidad todo el tiempo, para no participar indignamente de esta santa reunión.
Esta es una de las razones fundamentales, por la que Satanás menosprecia la Cena del Señor.