Nosotros los testigos de Jehová sabemos que la mayoría de los historiadores y arqueólogos dan el año 587 para la caída de Jerusalén a manos de los babilonios bajo su rey Nabucodonosor. Pero también sabemos que la Biblia, que es un documento histórico escrito por testigos oculares de este suceso, atestigua que transcurrieron 70 años desde la caída de Jerusalén hasta que los judíos llegaron a su tierra en el mes séptimo del 537 a. E.C. (Esdras 3:1). Esta fecha de 537 a. E.C. cuenta con mismo apoyo de los historiadores seglares como la fecha del 587 a. E.C. De hecho, no se discute y los expertos la aceptan en forma absoluta sin ningún debate.
Por lo tanto, si contamos 70 años hacia atrás en la corriente del tiempo partiendo del año 537 a. E.C. llegamos al año 607 a. E.C. como el año definitivo en que cayó Jerusalén a manos de Nabucodonosor según la cronología nuestra, la de la Biblia. Los 70 años serían como un descanso sabático literal para la tierra de Judá y Jerusalén (Zacarías 1:12; 7:5; Levítico 26:32-35).
Pero, ¿cómo llegan los historiadores específicamente al año 587? Por medio de la tablilla VAT 4956 que dice en su primera línea el "Año 37 de Nabucodonosor, rey de Babilonia”. A partir de esa línea da unas descripciones detalladas de la posición de la Luna y los planetas y un eclipse lunar. Según los astrónomos, el eclipse lunar da la fecha de 568 a. E.C. como el año 37 de Nabucodonosor, rey de Babilonia; luego para calcular el año 587 a. E.C. toman el testimonio de la Biblia que establece la destrucción de Jerusalén en el año 18 del reinado de Nabucodonosor.
Vemos que sin contar con evidencia arqueológica alguna calculan ese año tomando SOLO el testimonio de la Biblia en Jeremías 32:1, que dice que en el año 18, ó 19 si se incluye el año de acenso, Nabucodonosor destruyó a Jerusalén (Jeremías 52:12, 13).
Es cierto que se puede calcular el año 568 a. E.C. sumando los 66 años de la lista de reyes de Tolomeo partiendo del reinado de Nabucodonosor, sumarla al 539 a. E.C. y restar el 37mo año de Nabucodonosor, pero que con esa evidencia arqueológica sola no pueden calcular de ninguna manera la fecha generalmente aceptada de 587 a. E.C.
NO EXISTE ninguna tablilla arqueológica, evidencia extra bíblica, con datos astronómicos que digan que en el año 18 de Nabucodonosor Jerusalén fue destruida.
Los historiadores toman cierta información de la Biblia, pero descartan los 70 años de desolación literales que sufrió la tierra de Judá y Jerusalén según da la Biblia. (Jeremías 25:11,12; 29:10; 2 Crónicas 36:21; Daniel 9:1-3; Zacarías 1:12; 7:5) Me resulta una actitud carente de honestidad el adoptar ciertos datos de la Biblia, pero descartar los que contradicen la cronología extra bíblica.
Ahora bien, ¿apuntan las referencias astronómicas de la tablilla VAT 4956 de forma irrebatible y exclusivamente al año babilónico que corresponde a 568 a. E.C.?
Según la obra Babylonian Eclipse Observations From 750 BC to 1 BC, de Peter J. Huber y Salvo De Meis, publicado en 2004, en la página 186 dice que TAMBIÉN se observó un eclipse el 15 de julio del 588 a. E.C., año que correspondería a la perfección con el año treinta y siete (37) de Nabucodonosor, de modo que su año dieciocho (18), según Jeremías, sería el 607 a. E.C., el año en que cayó Jerusalén.
Pero, además de ese eclipse, ¿señala la tablilla VAT 4956 en realidad otro dato que señale al año de 588 a. E.C. como el año 37 de Nabucodonosor? La respuesta es Sí, según uno de los casos de las posiciones lunares que detalla la tablilla cuneiforme y que se ajustan mejor al año 588 a. E.C. que al año 568 a. E.C. En la tercera línea dice que “La Luna estaba un codo por delante de ß- Virginis”. Los analistas astronómicos concluyeron que el 9 de Nisanu, la Luna estaba 2°04’ por delante y 0° por debajo de la estrella ß-Virginis lo que coincide a la perfección con el 9 de nisanu del 588 a. E.C. (Las posiciones lunares son más confiables.)
Sin embargo, los investigadores que fecharon por primera vez esa posición en el año 568 a. E.C. reconocieron en su obra de 1915, Astronomical Diaries and Related Texts From Babylonia, de Paul V. Neugebauer y Ernst F.Weidner, página 41, que en ese año de 568 a. E.C. la Luna estaba en esa posición ese año el “día 8 de Nisanu, y no el 9” el día que establece la tablilla. Ellos alegaron que el escriba del VAT 4956 cometió un error al poner 9 en vez de 8. En su transliteración del texto cuneiforme, Neugebauer y Weidner cambiaron el 9 por un 8 y solo en una la nota a pie de página indicaron que había un 9 en el texto original. Hasta en su traducción al alemán escribieron un 8. En 1988, Abraham J. Sachs y Hermann Hunger publicaron ese texto tal como se lee en la tablilla: con un 9. Aun así, conservaron la alteración al traducirlo al inglés y calificaron el 9 de “error al transcribir el 8”.
Cabe la pregunta, ¿en qué se basaron para calificar el día 9 de la tablilla como un “error”? Las razones solo ellos lo saben, y en mi opinión era porque no le cuadraba con la fecha tradicionalmente aceptada de 568 a. E.C.
Está claro que muchos de los datos astronómicos de VAT 4956 confirman que el año 588 a. E.C. fue el ano treinta y siete (37) de Nabucodonosor. Por tanto, estos datos respaldan que en el año 607 a. E.C. tuvo lugar la destrucción de Jerusalén, tal y como señala Biblia.
Por lo tanto, si contamos 70 años hacia atrás en la corriente del tiempo partiendo del año 537 a. E.C. llegamos al año 607 a. E.C. como el año definitivo en que cayó Jerusalén a manos de Nabucodonosor según la cronología nuestra, la de la Biblia. Los 70 años serían como un descanso sabático literal para la tierra de Judá y Jerusalén (Zacarías 1:12; 7:5; Levítico 26:32-35).
Pero, ¿cómo llegan los historiadores específicamente al año 587? Por medio de la tablilla VAT 4956 que dice en su primera línea el "Año 37 de Nabucodonosor, rey de Babilonia”. A partir de esa línea da unas descripciones detalladas de la posición de la Luna y los planetas y un eclipse lunar. Según los astrónomos, el eclipse lunar da la fecha de 568 a. E.C. como el año 37 de Nabucodonosor, rey de Babilonia; luego para calcular el año 587 a. E.C. toman el testimonio de la Biblia que establece la destrucción de Jerusalén en el año 18 del reinado de Nabucodonosor.
Vemos que sin contar con evidencia arqueológica alguna calculan ese año tomando SOLO el testimonio de la Biblia en Jeremías 32:1, que dice que en el año 18, ó 19 si se incluye el año de acenso, Nabucodonosor destruyó a Jerusalén (Jeremías 52:12, 13).
Es cierto que se puede calcular el año 568 a. E.C. sumando los 66 años de la lista de reyes de Tolomeo partiendo del reinado de Nabucodonosor, sumarla al 539 a. E.C. y restar el 37mo año de Nabucodonosor, pero que con esa evidencia arqueológica sola no pueden calcular de ninguna manera la fecha generalmente aceptada de 587 a. E.C.
NO EXISTE ninguna tablilla arqueológica, evidencia extra bíblica, con datos astronómicos que digan que en el año 18 de Nabucodonosor Jerusalén fue destruida.
Los historiadores toman cierta información de la Biblia, pero descartan los 70 años de desolación literales que sufrió la tierra de Judá y Jerusalén según da la Biblia. (Jeremías 25:11,12; 29:10; 2 Crónicas 36:21; Daniel 9:1-3; Zacarías 1:12; 7:5) Me resulta una actitud carente de honestidad el adoptar ciertos datos de la Biblia, pero descartar los que contradicen la cronología extra bíblica.
Ahora bien, ¿apuntan las referencias astronómicas de la tablilla VAT 4956 de forma irrebatible y exclusivamente al año babilónico que corresponde a 568 a. E.C.?
Según la obra Babylonian Eclipse Observations From 750 BC to 1 BC, de Peter J. Huber y Salvo De Meis, publicado en 2004, en la página 186 dice que TAMBIÉN se observó un eclipse el 15 de julio del 588 a. E.C., año que correspondería a la perfección con el año treinta y siete (37) de Nabucodonosor, de modo que su año dieciocho (18), según Jeremías, sería el 607 a. E.C., el año en que cayó Jerusalén.
Pero, además de ese eclipse, ¿señala la tablilla VAT 4956 en realidad otro dato que señale al año de 588 a. E.C. como el año 37 de Nabucodonosor? La respuesta es Sí, según uno de los casos de las posiciones lunares que detalla la tablilla cuneiforme y que se ajustan mejor al año 588 a. E.C. que al año 568 a. E.C. En la tercera línea dice que “La Luna estaba un codo por delante de ß- Virginis”. Los analistas astronómicos concluyeron que el 9 de Nisanu, la Luna estaba 2°04’ por delante y 0° por debajo de la estrella ß-Virginis lo que coincide a la perfección con el 9 de nisanu del 588 a. E.C. (Las posiciones lunares son más confiables.)
Sin embargo, los investigadores que fecharon por primera vez esa posición en el año 568 a. E.C. reconocieron en su obra de 1915, Astronomical Diaries and Related Texts From Babylonia, de Paul V. Neugebauer y Ernst F.Weidner, página 41, que en ese año de 568 a. E.C. la Luna estaba en esa posición ese año el “día 8 de Nisanu, y no el 9” el día que establece la tablilla. Ellos alegaron que el escriba del VAT 4956 cometió un error al poner 9 en vez de 8. En su transliteración del texto cuneiforme, Neugebauer y Weidner cambiaron el 9 por un 8 y solo en una la nota a pie de página indicaron que había un 9 en el texto original. Hasta en su traducción al alemán escribieron un 8. En 1988, Abraham J. Sachs y Hermann Hunger publicaron ese texto tal como se lee en la tablilla: con un 9. Aun así, conservaron la alteración al traducirlo al inglés y calificaron el 9 de “error al transcribir el 8”.
Cabe la pregunta, ¿en qué se basaron para calificar el día 9 de la tablilla como un “error”? Las razones solo ellos lo saben, y en mi opinión era porque no le cuadraba con la fecha tradicionalmente aceptada de 568 a. E.C.
Está claro que muchos de los datos astronómicos de VAT 4956 confirman que el año 588 a. E.C. fue el ano treinta y siete (37) de Nabucodonosor. Por tanto, estos datos respaldan que en el año 607 a. E.C. tuvo lugar la destrucción de Jerusalén, tal y como señala Biblia.