Estimado hermano Jetonius
Permítame responder a su mensaje que replica mi aporte.
Dice usted:
Personalmente el Sr. Augusto José Ramón Pinochet Ugarte no me merece una opinión ni mejor ni peor que el Sr. Jorge Rafael Videla, y otros homólogos argentinos.
Respondo:
Entiendo y respeto su opinión, sin embargo en la comparación histórica, si es eso lo que se pretende, no guarda ninguna relación. Creo que sería de mayor justicia comparar los resultados de los gobiernos de cada uno de ellos.
Dice usted:
También opino que la decisión del recientemente fallecido gral. Leopoldo Fortunato Galtieri de invadir las islas Malvinas o islas de Falkland, usurpadas por los ingleses desde 1833, fue una lamentabilísima maniobra distractiva pensada para unificar al pueblo argentino en pos de una causa y asegurar la continuidad del régimen militar (su resultado, como se sabe, fue precipitar su caída).
Respondo:
Totalmente de acuerdo, quizás faltaría precisar que entiende usted por usurpación. Según entiendo en 1833 Argentina ya era una nación soberana y no se si estaba claramente establecido que las Falkland eran zonas de influencia argentina.
Dice usted:
No pretendo atacar a los hermanos en Cristo que habitan en Chile.
Respondo:
Su mensaje es claro y preciso. En ningún momento me he sentido atacado y no se me ocurre que alguien pueda sentirse así.
Dice usted:
Tampoco tengo objeción al hecho de que Chile, como cualquier otra nación, defendiese sus intereses territoriales.
Respondo:
Esta declaración suya, de la cual me alegro, es importante para que el lector entienda mejor lo que viene a continuación.
Dice usted:
No obstante, como argentino debo decir que lo que sí me desagrada profundamente la manera insidiosa hasta la traición en la que Chile se comportó durante el conflicto.
Su cita:
Durante el conflicto, el gobierno chileno utilizó una retórica pro-argentina, señalando su embajador en Buenos Aires, Sergio Onofre Jarpa Reyes, que “la Argentina puede estar tranquila porque Chile le sigue guardando las espaldas”. (60) No obstante, los hechos demuestran que el régimen de Pinochet estuvo más cerca de Londres que de Buenos Aires.
Respondo:
Es natural y trivial que usted como argentino se sienta desagradado, víctima de la insidia y la traición, sin embargo la responsabilidad última de ello debe buscarla en la actuación de los gobiernos que su país tuvo en la época. Le digo esto porque jamás una nación, cualquiera que sea, se puede confiar de las declaraciones, diplomáticas o no, de una nación débil y vulnerable a la cual ha amenazado con la destrucción y la guerra.
Además, no se puede confiar en una nación débil y vulnerable que viviendo un difícil estado de conmoción interna, aprovechándose de esta situación otra nación más poderosa y sus aliados la haya llevado hasta el borde de la total guerra externa. Con esta actitud no se hacen amigos ni aliados, más bien un decidido enemigo que la misma nación aprovechadora y amenazante engendró, la cual utilizando todos los medios, que su debilidad le permite, no descansará hasta asegurarse que se ha eliminado lo que de tal nación y sus aliados le amenaza.
Su cita:
Cuando a fines de abril de 1982 la Argentina solicitó en la OEA la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca contra el gobierno de Gran Bretaña, presentando a éste como gobierno “agresor”, Chile no respaldó la posición argentina.
Respondo:
Esto es una perogrullada, la nación agresora fue Argentina y no Gran Bretaña. El TIAR, según entiendo, siempre ha sido aplicable si alguno de sus miembros recibe la agresión y no como una herramienta para replicar, con la guerra, a la legítima defensa de una nación agredida.
Su cita:
Asimismo, el 19 de mayo, tuvo lugar en territorio chileno la caída del Sea King, un helicóptero británico. A pesar de los reclamos del canciller chileno René Rojas Galdames al embajador inglés John Moore Heath por esta ruptura de la neutralidad chilena, la presencia de este helicóptero generó sospechas en los militares argentinos. (61) Finalmente, Chile se abstuvo en la resolución del 29 de mayo, que dejaba a los países de la región la posibilidad de ayudar a la Argentina durante la guerra. (62) Esta abstención encubrió la ayuda que el régimen chileno ofreció a las autoridades de Londres durante el conflicto por Malvinas. Los militares chilenos no sólo aportaron respaldo en términos de inteligencia, sino que también realizaron desplazamientos terrestres y navales con el fin de distraer a los militares argentinos. (63)
Respondo:
En mi mensaje anterior dije que no se puede negar que Inglaterra ha sido un aliado tradicional de Chile y uno de las pocas naciones bien dispuesta a ayudarla en caso de que Chile hubiese tenido que entrar en 1978 en una guerra defensiva de tres frentes contra Argentina, Perú y Bolivia. Además, todo parece indicar que la milicia gobernante argentina y su diplomacia subestimó el hecho concreto que ellos, en su fortaleza y poderío, en ningún momento a contar de 1978 habían dejado de ser una inestable e impredecible amenaza para Chile, lo cual evidentemente resultó intolerable si se requiere reconstruir un país devastado internamente por el marxismo –leninismo.
En Cristo
Rogelio