Re: Cristianos y política.
Una reflexión sobre el congreso del PP (España)
Luis F. Pérez
He estado atento a lo sucedido en el congreso del PP este fin de semana y, como me esperaba, se cumplió aquello de "nada nuevo bajo el sol". Lo que no se puede hacer es poner una vela a Dios y otra al diablo. Por ejemplo, Acebes y Gallardón no deberían estar en un mismo partido. Y si lo están es porque ese partido no tiene principios. O aún peor, sí tienen un principio funesto: aquí vale todo con tal de que dé votos.
Desde la indefinición ética, desde la aconfesionalidad moral se pueden conseguir apoyos de quienes creen que lo único que importa es que la economía crezca. Pero a la hora de la verdad, un país no es sólo lo que marca su PIB. Es mucho más lo que marca su índice de natalidad, lo que marca su cifra de abortos, su cifra de divorcios, su cifra de jóvenes entregados en manos del alcohol y las drogas, su cifra de embarazos entre adolescentes, su cifra de anafalbetismo cultural, histórico y moral. Y en esas cifras el PP ha cosechado un fracaso absoluto porque carece completamente de un referente ético que no sea el de la indefinición y la tibieza.
En este país la izquierda es confesional. Confiesan la fe de la escuadra y el mandil, la fe de la Ilustración anticlerical. La derecha, siguiendo el, en mi opinión, funesto camino marcado por parte de la jerarquía eclesial hace 25 años, decidió abandonar en la práctica su confesionalidad cristiana. Como debería saber cualquiera que conozca las Escrituras, el que puede hacer lo bueno y no lo hace, peca gravemente. Si el PP realmente tenía o tiene raíces cristianas, ¿cómo es posible que hayan estado prácticamente ausentes de su acción política en temas fundamentales para cualquier cristiano? España bebe ahora el caliz amargo de las consecuencias de ese pecado. Quizás tenemos que plantearnos que como penitencia habremos de asistir a un temporal fragmentación política de la base social de derechas, de forma que cada vez haya más católicos que se den cuenta que el PP tampoco es una opción a tener en cuenta a la hora de votar. Para ello hace falta una alternativa política fuerte, con implantación en todo el territorio y con las ideas claras sobre lo que hay que hacer, cómo hacerlo y cómo contarlo para que ilusione a muchos y espante sólo a los que odian nuestro modelo de sociedad, que es el opuesto al que nos han impuesto una izquierda laicista y una derecha entreguista.
Una reflexión sobre el congreso del PP (España)
Luis F. Pérez
He estado atento a lo sucedido en el congreso del PP este fin de semana y, como me esperaba, se cumplió aquello de "nada nuevo bajo el sol". Lo que no se puede hacer es poner una vela a Dios y otra al diablo. Por ejemplo, Acebes y Gallardón no deberían estar en un mismo partido. Y si lo están es porque ese partido no tiene principios. O aún peor, sí tienen un principio funesto: aquí vale todo con tal de que dé votos.
Desde la indefinición ética, desde la aconfesionalidad moral se pueden conseguir apoyos de quienes creen que lo único que importa es que la economía crezca. Pero a la hora de la verdad, un país no es sólo lo que marca su PIB. Es mucho más lo que marca su índice de natalidad, lo que marca su cifra de abortos, su cifra de divorcios, su cifra de jóvenes entregados en manos del alcohol y las drogas, su cifra de embarazos entre adolescentes, su cifra de anafalbetismo cultural, histórico y moral. Y en esas cifras el PP ha cosechado un fracaso absoluto porque carece completamente de un referente ético que no sea el de la indefinición y la tibieza.
En este país la izquierda es confesional. Confiesan la fe de la escuadra y el mandil, la fe de la Ilustración anticlerical. La derecha, siguiendo el, en mi opinión, funesto camino marcado por parte de la jerarquía eclesial hace 25 años, decidió abandonar en la práctica su confesionalidad cristiana. Como debería saber cualquiera que conozca las Escrituras, el que puede hacer lo bueno y no lo hace, peca gravemente. Si el PP realmente tenía o tiene raíces cristianas, ¿cómo es posible que hayan estado prácticamente ausentes de su acción política en temas fundamentales para cualquier cristiano? España bebe ahora el caliz amargo de las consecuencias de ese pecado. Quizás tenemos que plantearnos que como penitencia habremos de asistir a un temporal fragmentación política de la base social de derechas, de forma que cada vez haya más católicos que se den cuenta que el PP tampoco es una opción a tener en cuenta a la hora de votar. Para ello hace falta una alternativa política fuerte, con implantación en todo el territorio y con las ideas claras sobre lo que hay que hacer, cómo hacerlo y cómo contarlo para que ilusione a muchos y espante sólo a los que odian nuestro modelo de sociedad, que es el opuesto al que nos han impuesto una izquierda laicista y una derecha entreguista.