La gran tribulación ya se llevó acabo. Era una tribulación espiritual, no fisica. La gran tribulación era el tiempo cuando Cristo trajo su juicio sobre las iglesias terrenales del mundo y removió su candelero dentro de ellas. Su candelero era la luz del evangelio, cual era el poder de la salvación. Cristo les advirtió a las iglesias que se arrepintierran de sus pecados o sino, el vedría sobre allas como ladrón para quitarles su candelero.
Apocalipsis 2:5 (RV1909)
Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Y como el candelero era espiritual (invisible), tal fue la venida de Cristo sobre ellas. Durante este mismo tiempo, Cristo estableció el hombre de pecado (satanás) a tomar su asiento sobre el lugar santo, el templo de Dios que es la casa de Dios, las iglesias del mundo.
1 Timoteo 3:15 (RV1909)
Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.
La gran tribulación era el tiempo en cual la condenación de Dios vino sobre la casa de Dios, sobre las iglesias del mundo.
1 Pedro 4:17 (RV1909)
Porque es tiempo de que el juicio (la condenación) comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Todo lo que Cristo describe en Mateo 24 sobre la gran tribulación es lenguage espiritual y no material. Esto es porque sin parábolas, Cristo no habló. Muchos olvidan este principio.
Mateo 13:34 (RV1909)
Todo esto habló Jesús por parábolas a las gentes, y sin parábolas no les hablaba:
Tu interpretacion desl pasaje en Apocalipsis esta errado.
Esa revelacion es en tiempo real y estaba dirigida a personas muy especificas en congregaciones muy especificas.
El candelabro no es "espiritual". El Apostol esta ofreciendo una descripcion de una escena celestial en forma de metafora.
El pasaje hay que verlo en su totalidad empezando en el versiculo 1:
"Escribe al ángel (mensajero de Cristo, Pastor,elder/anciano) de la iglesia en Efeso: (Cristo Jesus)'El que tiene las siete estrellas en Su mano derecha, Aquél que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto: "Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos (falsos). "Tienes perseverancia, y has sufrido por Mi nombre y no has desmayado. "Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. "Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio. Si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes." Rev 2:1-5
La carta de Jesucristo a la iglesia del primer siglo en Éfeso (Apocalipsis 2:1-7) expresa una preocupación que nuestro Señor podría compartir con muchas iglesias hoy: “Pero tengo contra ti —escribe— que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; de lo contrario, vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes” (Apocalipsis 2:4-5).
Jesús llama a los cristianos de Éfeso a arrepentirse porque han dejado de amar como lo habían hecho al principio. Siguen muy ocupados, observa Jesús: “Sé todo lo que haces. He visto tu arduo trabajo y tu perseverancia. Sé que no toleras a la gente mala. Has examinado las afirmaciones de los que se dicen ser apóstoles, pero no lo son, y has descubierto que son mentirosos. Has sufrido pacientemente por mí sin desmayar” (Apocalipsis 2:2-3). A pesar de todo su trabajo y su paciente sufrimiento, Jesús reconoce que han perdido su celo inicial y han abandonado su primer amor.
Algunos eruditos creen que el
“primer amor” se refiere a la pasión y devoción renovadas que los creyentes tienen por Cristo cuando son recién salvos. En el contexto de Apocalipsis 2, el
“primer amor” también parece referirse al amor que se tenían el uno al otro, que Jesús dijo que
“probaría al mundo que ustedes son mis discípulos” (Juan 13:35, NTV). Las
“primeras obras” mencionadas en Apocalipsis 2:5 corresponden directamente con su “primer amor”. Su
“arduo trabajo” y
“paciente resistencia” son encomiables. Pero con el paso del tiempo, se habían vuelto más motivados por un sentido del deber que por un amor apasionado por Dios, tal como se demuestra en el servicio compasivo a los demás.
La mayoría de nosotros hemos experimentado el entusiasmo desinhibido que acompaña al nuevo amor. En las etapas iniciales del romance, haremos casi cualquier cosa por nuestro amado sin pestañear. El período de luna de miel de un nuevo trabajo es similar. Trabajaremos incansablemente y serviremos desinteresadamente. Los efesios dejaron de hacer las
“primeras obras” porque habían perdido su
“primer amor”. El Señor tenía un caso similar contra Su pueblo en los días de Jeremías:
“Recuerdo la fidelidad de tu juventud, el amor que me tenías cuando era de desposada, y cómo me seguiste al desierto, a una tierra inculta” (Jeremías 2:1-2, NVI).
Como muchos de nosotros hoy, los creyentes efesios estaban ocupados manteniéndose apartados de la gente malvada e identificando a los falsos apóstoles, mientras descuidaban la devoción sincera. Para mantenernos en el camino de las “primeras obras”, debemos permanecer fervientes en el
“primer amor” eterno por Cristo (ver Efesios 6:24; 1 Tesalonicenses 1:3). Nuestro amor por Él es el combustible que enciende nuestra compasión y servicio a los demás.
Jesús les dijo a los efesios cómo mantener vivo su primer amor. Primero, dijo que debemos recordar, que literalmente significa
“recordar y responder” en el idioma griego original. Debemos recordar continuamente las cosas que hemos perdido, abandonado o descuidado (Salmo 119:55; Salmo 42:5-6; Jeremías 51:50; Mateo 16:9-10; Hechos 20:35; Gálatas 2:10; Hebreos 13:2-3; 1 Corintios 11:24-28). Luego, nos arrepentimos. Respondemos a nuestros recuerdos cambiando nuestra manera de pensar acerca del pecado, confesando nuestros pecados al Señor y volviendo a Él, nuestro Primer Amor (Apocalipsis 3:3; 1 Juan 1:9). Tercero, volvemos; hacemos las primeras obras. Para los creyentes, las “primeras obras” son “
buscar primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33).
Recuperamos el terreno perdido
“de donde hemos caído” avivando el fuego de nuestra devoción y nutriendo nuestra relación con el Señor. Pasamos tiempo en la presencia de Dios, adorando, orando y dejando que Su Palabra penetre profundamente en nuestro corazón. La sabiduría nos enseña:
“Nunca te abandonen el amor y la verdad; átalos a tu cuello, escríbelos en la tabla de tu corazón” (Proverbios 3:3). Si permanecemos en Jesucristo, daremos el fruto del servicio obediente (Juan 15:4-8). Cuando Su amor arde en nosotros, naturalmente demostramos amor compasivo por nuestros hermanos y hermanas (1 Juan 4:10-12; Efesios 5:1-2). Solo mediante Su poder y Su gracia obrando en nosotros podemos continuar haciendo las primeras obras “que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10; véase también Filipenses 2:13).
Saludos.