Re: Como se demuestra que Pedro es el primer Papa ?
Siguen discutiendo el pasaje de Mateo 16:18 sobre quién es la roca, cuando está más que claro que la roca es Jesucristo. Pero se empeñan en hacer a Pedro la roca para justificar la autoridad del obispo de Roma...
No hay en ninguna parte de la Biblia una referencia a Pedro como el "vicario de Cristo en la tierra". Ni ninguna promesa de Jesús de asistirle con "infalibilidad" a Pedro ni a nadie. Quien encuentre un versículo así que lo muestre...
Ya hay quienes han citado algunos de los horrores del papado a lo largo de la historia. Y quienes se empeñan en seguir creyendo que eso es una institución divina.
Recurden, la autoridad del obispo de Roma fue adquirida de forma gradual y no sin oposición de los demás obispos.
Les paso este interesante texto sobre el tema.
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Desde el comienzo se ve claramente que Jesucristo estableció sólo una iglesia y que fue ella que le dio la verdad espiritual necesaria para su salvación. Sin embargo, al mismo tiempo que la fe se fue extendiendo, en diversos pueblos y ciudades, se fueron organizando las primeras agrupaciones o congregaciones de seguidores de Jesús, cada una manteniendo su propia autonomía.
Había sólo una organización dentro de los límites de cada pueblo. La iglesia que se reunía "en la casa" de fulano o sutano (Filemón 2) no era otra cosa que una reunión de personas con fines religiosos; el término ‘iglesia’ siendo usado en su sentido ordinario de ‘asamblea’. Ninguna de estas iglesias locales pretendió gobernar a las otras, confinando sus actividades a las de exhortar, aconsejar, y confortarse mutuamente.
La base de la organización eclesiástica fue la fraternal igualdad de los creyentes...en vez de una orden sacerdotal existía un sacerdocio universal. Esto quiere decir que todos y cada uno de los creyentes eran sacerdotes que ofrecían alabanza, adoración, y sacrificio espiritual a Dios (1 Pedro 2:5,9).
Cada congregación (iglesia) elegía a sus propios servidores, designándolos con los términos genéricos de ‘ancianos’ y ‘diáconos’ (1 Timoteo 3:1-13). En vista de que Jesucristo era considerado como la única ‘cabeza’ de la iglesia (Efesios 1:22,23) y todos sus miembros se consideraban hermanos entre sí (Mateo 23:8), no se tenía la más ligera idea de otorgarle a alguno de los ancianos un mayor respeto o autoridad sobre los demás. Por esta razón la indumentaria clerical fue totalmente desconocida en los siglos tempranos de la iglesia. Así, se desarrolló una extraña forma de gobierno dentro de la iglesia, con cada miembro compartiendo responsabilidades y privilegios de servicio con los demás.
Los primeros cristianos creyeron en el inminente retorno de su Señor y el establecimiento del reino de Dios en la tierra (Mateo 6:10; Lucas 19:11-15). Ellos se prepararon para este evento culminante por medio de llevar vidas puras y virtuosas, tratando de hacer el bien (Gálatas 6:10). Fueron tan entusiastas y celosos en proclamar las buenas nuevas acerca del reino de Dios que las desazones y dificultades que encontraron a ese efecto fueron consideradas de poca importancia (Hechos 5:40-42).
Viviendo en completa dedicación a Dios, trataron de alejarse de los placeres y entretenimientos mundanos, no siendo común el que se hicieran presentes en los espectáculos públicos y populares de su día, descartando la posibilidad de entrar en la política, y rehusando participar en el servicio militar.
Las primeras doctrinas de la iglesia del primer siglo estuvieron centradas alrededor de la persona de su fundador. Jesús fue reconocido como el Mesías del Antiguo Testamento (Mateo 16:16; Hechos 3:18), y su muerte y sacrificio redentor, como la base para el perdón, reconciliación, justificación, y restauración divinos (Romanos 5:8-11; 21 Timoteo 2:3-6; Hechos 3:19-21).
Los ritos básicos se limitaron al bautismo por inmersión (bajo agua), y a la "cena del Señor". La oración era totalmente improvisada, no pre-fabricada, y no repetitiva. Los creyentes se llamaban cariñosamente como ‘hermanos’ y ‘ hermanas’. No había racismo, ni despotismo, ni prejuicios clasistas o educacionales. Todos eran uno en Cristo Jesús. El divorcio era condenado.
Pero la fraternidad de los primeros cristianos implicaba también el compartir los bienes, hospedar al extranjero, brindar atención médica, y trabajar juntos en la propagación del evangelio. Todos los cristianos, sin excepción, predicaron la palabra de Dios que recibieron de otros hermanos. Su trabajo fue totalmente gratuito, y nunca esperaron que se les pagara por difundir el evangelio. "recibieron gratis, dieron gratis".
Es claro que la iglesia primitiva, la del primer siglo, consistía en un pequeño grupo de hombres de carácter puro, intachable, y carentes de aspiraciones políticas. Estos hombres no detentaban rango alguno y si algunos llegaron a ser famosos sólo lo fueron por su santidad de carácter, su fe, y su disposición a sufrir por ello. A la vista de la gente de esos días eran una desgracia, unos fanáticos, tratando de socavar el respeto por las instituciones y el orden social imperantes.
Posiblemente para alguno de nuestros amigos esta descripción parezca algo simplista y grotesca. Después de todo, ¿Dónde estaban las impresionantes ceremonias, los credos, y los catecismos; los magníficos edificios religiosos y el rimbombante clero que para muchos habría de ser sinónimo de verdadero cristianismo? En contraste con esto último, el cristianismo del primer siglo parecía ser más bien crudo, opaco y primitivo.
Sin embargo, estamos firmemente convencidos que los primeros cristianos basaron sus creencias y prácticas en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles, y que no ha habido razón valedera para apartarse de ellas. Por el contrario, los cambios que se fueron introduciendo y que para el siglo cuarto formaban parte de las enseñanzas de la iglesia, fueron los verdaderos corruptores de la fe original, resultando perjudiciales a los intereses del cristianismo verdadero.
La Iglesia del Cuarto Siglo
Con este breve bosquejo del cristianismo de los primeros años de la Era Cristiana, echaremos un vistazo a algunos de los acontecimientos que tendrían lugar tiempo después y que nos llevarán hacia la iglesia del siglo IV. Durante ese periodo de cuatro siglos los cambios forjados en las simples enseñanzas y prácticas de los primeros cristianos resultaron ser profundos. Los mismos serían tan trascendentes y penetrantes que invadirían muchas áreas de la fe, algo que ha sido atestiguado por todos los historiadores, sin importar cuál haya sido su reacción frente al hecho mismo.
Bien temprano en la historia de la iglesia, aun antes que muriese el último de los apóstoles, varias facciones empezaron a seguir de pronto en su seno, cada una buscando modificar sutilmente las verdades originales. Esta aparición de opciones contrapuestas y a veces heréticas se debió en parte al concepto errado que se tenía de las enseñanzas del cristianismo con algunas de las bien conocidas filosofías paganas. Lentamente el cristianismo formal fue incorporando en su seno algunas de estas nuevas ideas y en ese proceso muchas áreas importantes de la fe original quedaron afectadas.
A medida que se abrían nuevas escuelas de teología aparecían también nuevas ideas orientadas a complicar la simplicidad de la doctrina cristiana y a formular lo que se ha venido a llamar "credos de fe". Así se empezó por dar más importancia y valor a la lógica y razonamiento humanos, así como a la tradición oral en contraposición a las creencias de la iglesia apostólica. Mientras por un lado se consideraba a las Escrituras como la Autoridad final y concluyente, por el otro se pensaba que no todos estaban capacitados para discernir su verdadero significado y sentido intrínseco. Con el tiempo, la responsabilidad de interpretación fue dejada en manos de unos pocos individuos, quienes debido a ello harían llegar a ser considerados como más importantes que los demás.
En la organización de la iglesia es donde algunos de los más típicos cambios se introdujeron. Recordemos que la iglesia del primer siglo estableció grupos o iglesias en diversas ciudades, cada una de ellas gobernada por su propio cuerpo de ancianos y diáconos, e independientes unas de las otras. Gradualmente se dio preferencia a un obispo y a otros llamados presbíteros. La jurisdicción del obispo lentamente se extendió hasta incluir a los pueblos vecinos y más tarde a todas las provincias.
Finalmente la iglesia adoptó tipo de gobierno parecido al del mundo político en el que vivía, convirtiéndose en una vasta organización autocrática. Fue denominada desde los cinco grandes centros de la época, Roma, Constantinopla, Antioquia, Jerusalén, y Alejandría. Los obispos de cada una de estas ciudades llegaron a ser altamente respetados. Considerados como patriarcas y con igual autoridad en la iglesia, cada uno de ellos retuvo el control de sus respectivas provincias.
El cristianismo se convirtió entonces en la religión del estado Romano. El Edicto de Tolerancia del emperador Constantino del año 313 d.C, puso punto final a la persecución de los cristianos y otorgó a todos plena libertad de profesar la religión de su preferencia. Sin embargo, tiempo después el emperador Teodosio hizo que la afiliación a la Iglesia Cristiana fuese obligatoria para todos. Esto atestó a la Iglesia de gente, lográndose su conversión a la fuerza, y en muchos casos, en contra de sus voluntades. No más conquistaría la iglesia por medios morales y espirituales, sino por la fuerza y respaldada por la autoridad del Estado. No debe sorprendernos pues que la soberbia, degradada y en muchos casos degenerada entrara en la iglesia. Tampoco nos debe sorprender que el desarrollo del carácter cristiano y el espíritu de Cristo se perdieran de vista. No llama a sorpresa que el espíritu de la iglesia (nominal) viniera a ser el espíritu del mundo.
La adopción del cristianismo por parte del gobierno romano provocó alteraciones. La iglesia pasó a estar bajo el control del Estado. Se hizo necesario, por ejemplo, que la iglesia cambiase de actitud frente al servicio militar y los cargos políticos, permitiendo lo que antes vio con malos ojos. Asuntos doctrinales de la iglesia ahora se convirtieron en causa de preocupación para el Estado, el mismo que, por su propio beneficio, se interesaba en mantener su unidad.
El acto de adoración cristiano, el mismo que en un principio era muy simple, se transformó en un suntuoso y elaborado ceremonial, comparable sólo con las prácticas paganas que paradójicamente creyó haber eliminado. Para simplificar la forzada conversión de las hordas de no cristianos en el imperio, la iglesia adoptó aquellas prácticas y celebraciones paganas que tenían un singular atractivo popular. Algunos historiadores ven en esto un inevitable proceso de amalgamiento que tuvo que soportar el cristianismo, especialmente con aquellas filosofías griegas y orientales que habían prevalecido por tanto tiempo. Fue ese un proceso que entrañó un compromiso muy serio de la pureza de la fe cristiana original. El resultado fue un estigma del cristianismo, uno contaminado con pensamientos y prácticas paganas; una desagradable mezcla de verdad y error.
Cómo se manifestó la influencia pagana dentro de la iglesia? Sus edificios se volvieron tan imponentes y magnificentes como los antiguos templos paganos. El énfasis fue puesto en la forma, el ritual y la ceremonia. Los festivales y las fiestas se hicieron frecuentes con el fin de captar el interés del común de la gente. Se instituyeron banquetes en honor a los muertos y su veneración fue estimulada. Reliquias de los mártires fueron preservadas y acariciadas como posesiones sagradas. Las imágenes de los santos fueron introducidas. Candelabros y flores se ofrecieron a estos así como comida. Se puso mucho énfasis en la veneración de María. Los servicios se hicieron más elaborados y coloridos. Estos tenían precios. Las esculturas y las pinturas fueron añadidas a fin de servir de ayudas para la devoción.
Irónicamente, a medida que la pureza interna y la santidad de la fe original se fueron perdiendo, externamente las iglesias se mostraban más ricas y espléndidas. El clero fue honrado, respetado y dado rangos de distinción. El obispo se convirtió en un gran personaje que controlaba y nombraba a su clero. La iglesia se alió con el Estado. La política y el dogmatismo iban de la mano y los emperadores hicieron cumplir los decretos conciliares o eclesiásticos...la misión de la iglesia se perdió de vista en medio de esta degradante alianza con el Estado. El cristianismo se convirtió en un espectáculo, una rama del Estado, una vana filosofía, una superstición, una fórmula.
Ciertamente, la Iglesia Católica dista muchísimo de ser la misma que fundó Cristo hace casi dos milenios. No hay punto de comparación. Prácticamente parecen dos cristianismos diferentes y hasta opuestos. ¿Alguien puede creer que la Iglesia Católica es Apostólica? Sí---¡El que desconoce la historia de la iglesia cristiana!