Apenas 6 cirujanos se forman actualmente. De ellos 4 son extranjeros y deben regresar a sus países. Algunos centros regionales cerraron y las operaciones fueron centralizadas en el Gilberto Rodríguez
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LISSETTE CARDONA
7 DE JULIO 2014 - 12:02 AM
Si un niño cardiópata amerita una intervención quirúrgica compleja debe ser enviado desde uno de los 20 centros cardiovasculares infantiles de referencia nacional al Hospital Cardiológico Latinoamericano Gilberto Rodríguez Ochoa, ubicado en Montalbán, Caracas.
La probabilidad de ser operado con rapidez es remota. La lista de espera acumula –desde que fue abierto en 2006– es de entre 1.000 y 1.500 niños por año. En esa fecha el gobierno prometió que en el centro intervendrían quirúrgicamente entre 2.500 y 3.000 niños anualmente, pero no cumplió. La cifra más alta de operados fue de 1.250 alcanzada en 2012, de acuerdo con datos publicados en la página web del hospital.
Antes de la creación del cardiológico se realizaban aproximadamente 600 cirugías en los centros regionales del país. La semana pasada, en una entrevista en VTV, la directora de la institución y ex ministra de Salud, Isabel Iturria, reveló que el número se mantiene. “Se están haciendo 400, 500, 600; depende del año”, dijo. Sin embargo, los cálculos de los médicos especialistas en los 20 servicios de todo el país apuntan a que en realidad solo son 100.
El récord del que se exhibe como hospital modelo del gobierno apenas duplica las operaciones que se hacían antes de su creación.
Al Cardiológico Infantil no le faltan recursos, tampoco espacio. Sin embargo, en 8 años de trabajo no ha copado toda su capacidad. Datos de la Memoria y Cuenta de 2013 indican que el centro recibió 122,7 millones de bolívares, tanto para su operatividad como para la dotación de los centros regionales de referencia que administra. Ese presupuesto fue ejecutado en 86%. La sede de 22.000 metros cuadrados está dotada con 33 camas de terapia intensiva, 2 unidades de hemodinamia, 4 quirófanos y 142 camas de hospitalización.
La razón para la reducción de la eficacia está en la carencia de personal especializado para atender a los pacientes. La Memoria y Cuenta del año pasado señala que no había suficientes anestesiólogos. “Aunado a ello, la estancia prolongada de los pacientes posoperados, debido a las cirugías de alta complejidad, implicó ocupar mayor parte de la Unidad de Cuidados Intensivos y, en consecuencia, disminuir la realización de nuevas cirugías”, señala el texto.
Una fuente interna, que pidió el resguardo de su nombre, afirmó que apenas hay seis médicos en formación en el posgrado de cirugía de ese centro. De ellos cuatro son extranjeros y volverán a sus países de origen al culminar sus estudios. También carece de residentes. Para cubrir el déficit algunos especialistas redoblan sus turnos o hacen trabajos que en otros hospitales están reservados a recién graduados, reveló. “Trabajamos ocho horas a dedicación exclusiva, queremos ayudar a los niños, pero son muy pocos cirujanos”, agregó.
Centros anulados. Los centros regionales reciben escasos recursos lo que limita su funcionamiento. Entre 2012 y lo que va de 2014, el servicio de Cardiología Infantil del Hospital J. M. de los Ríos en Caracas, por ejemplo, recibió 1% del dinero que necesita para funcionar. La cifra la revela Federico Borges, cardiólogo y jefe de la unidad. El porcentaje equivale a 600.000 bolívares en 24 meses. Según sus cálculos, cada paciente implica un gasto de 80.000 bolívares.
“Nuestra lista de espera para cirugías de los últimos 2 años es de 600 pacientes. En los últimos años se pudieron hacer 300 cateterismos por cada año, pero en 2013 hubo 100. En 2014 hemos hecho 10 casos”, dijo.
A la sección de Cardiología Pediátrica y Cardiopatía Congénita del Hospital Universitario de Caracas le faltan médicos. “Estamos muy mal. La mitad de la plantilla del Cardiológico son miembros del HUC que se fueron en comisión de servicio. Hay insumos en cantidad que no se corresponden con las necesidades. No recibimos lo necesario, pese a que aquí se manejan más pacientes que en el Cardiológico Infantil. Hacemos 1.500 cateterismos al año y 1.600 procedimientos anuales. Pero desde octubre del año pasado los proveedores no reciben materiales nuevos y nadie dice cuándo van a llegar”, declaró Iván Machado, jefe de la unidad.
Machado aseguró que algunos pacientes de los hospitales J. M. de los Ríos, Universitario de Maracaibo y Universitario de los Andes fallecieron mientras esperaban ser intervenidos para corregir sus cardiopatías.
Sin catéter ni parche para el pericardio
En los centros de referencia de Zulia, Falcón, Mérida, Táchira, Carabobo, Aragua, Guárico, Bolívar, Monagas, Lara, Portuguesa, Miranda y Distrito Capital se redujo el número de cateterismos realizados porque no hay materiales o faltan los parches que se usan para tratar el pericardio, entre otros insumos médicos. También carecen de dinero para comprar lo que necesitan o reparar los equipos que se dañan.
El Hospital de Especialidades Pediátricas de Maracaibo, por ejemplo,dejó de operar a sus pacientes desde octubre de 2013 por falta de materiales.
En el Centro Docente Cardiológico Bolivariano de Aragua tienen 4 años sin hacer cirugías ni cateterismos. “Quedaron 150 niños sin tratamiento. A los más graves, unos 100 pacientes, los he tenido que mandar a Valencia y a Caracas. En esos hospitales los médicos pueden referirlos al Cardiológico porque aquí no tengo cómo tratarlos”, señaló Rosa Zabala, cardiólogo pediatra del centro de salud de Maracay.
El miércoles pasado un numeroso grupo de cardiólogos infantiles de toda Venezuela que asistieron al XLVII Congreso Venezolano de Cardiología celebrado en Caracas expusieron la crisis existente en cada región del país. Solicitaron al capítulo de Cardiología Pediátrica Sociedad Venezolana de Cardiología que emita un pronunciamiento.