Estimada @OLGALINARES
Te cabe aclarar si actualmente tu organización de "Los testigos de Jehová " dice o no estas cosas
1.- Jesucristo es el ángel del abismo ... SI o NO y el fundamento escritural s dices que SI
2. Los testigos de Jehová son sus siervos langostas que suben del hoyo del abismo para atormentar a los religiosos ... SI o NO y el fundamento escritural s dices que SI
Como veras solo te pregunto dos cosas ..
¿Qué dice Revelación 20:1-3?
¿Quién tiene las llaves del abismo?
En un comentario sobre Revelación 9:11,
The Interpreter’s Bible dice:
“Sin embargo, Abadón no es un ángel de Satanás,
sino de Dios, que ejecuta su obra de destrucción según ordena Dios”.
Jesús declara: “Vivo para siempre jamás, y tengo las llaves de la muerte y del Hades”,
y en Lucas 8:31 se muestra su poder con respecto al abismo.
El hecho de que tiene poder para destruir, incluso a Satanás,
se expresa en Hebreos 2:14, donde se dice que Jesús participó
de sangre y carne para que “por su muerte redujera a nada
al que tiene el medio para causar la muerte, es decir, al Diablo”.
En Revelación 19:11-16 se le representa claramente como el Destructor o Ejecutor nombrado por Dios
LANGOSTAS
En primer lugar, fijémonos en lo que Jehová promete en Joel 2:20:
“Al que viene del norte [o sea, la plaga de langostas] lo llevaré muy lejos de ustedes”.
Si las langostas representaran a los testigos de Jehová,
que predican y hacen discípulos tal y como mandó Jesús,
¿por qué iba a llevárselos lejos Jehová? (Ezeq. 33:7-9; Mat. 28:19, 20).
Sin duda, Dios no se lleva lejos a sus siervos fieles, sino a alguien o algo que está en contra de ellos.
En segundo lugar, pensemos en lo que Jehová dice en Joel 2:25:
“Les compensaré los años en los que sus cosechas fueron comidas por la langosta con alas,
la langosta sin alas, la langosta voraz y la langosta devoradora, el gran ejército que envié contra ustedes”.
Notemos que Dios promete compensar el daño causado por las langostas.
Si estas representaran a los testigos de Jehová,
¿por qué iba a decir que el mensaje que predican causa daños?
En realidad, su mensaje salva vidas
y puede hacer que algunas personas malas se arrepientan
(Ezeq. 33:8, 19). Desde luego, eso sería algo bueno para ellas.
(Lea Joel 2:28, 29). En tercer lugar,
examinemos el orden en el que suceden las cosas en la profecía. Jehová dice:
“Después derramaré mi espíritu”,
es decir, luego de que las langostas hayan terminado su misión.
Si las langostas representaran a quienes predican el Reino de Dios,
¿por qué iba a derramar Jehová su espíritu sobre ellos después de que terminaran su labor?
En realidad, si no fuera por el poder del espíritu santo de Dios,
no habrían podido seguir predicando durante tantos años
a pesar de la oposición e incluso las prohibiciones de los gobiernos.
(Lea Apocalipsis 9:1-11). Veamos la cuarta razón.
En el pasado, dijimos que la plaga de langostas de la que habla Joel
representaba nuestra predicación porque en el libro de Apocalipsis hay una profecía parecida.
En esta aparece un enjambre de langostas que tienen rostros humanos y
“en la cabeza una especie de corona de oro” (Apoc. 9:7).
Atormentan “a las personas que no tienen el sello de Dios en la frente”
—o sea, los enemigos de Jehová— durante cinco meses,
que es lo que suele vivir una langosta (Apoc. 9:4, 5).
Esto sí que parece ser una descripción de los siervos ungidos de Jehová,
pues ellos proclaman con valor las sentencias de Dios contra este malvado mundo,
lo que incomoda mucho a quienes lo apoyan.
Entonces, ¿qué ha cambiado?
Que ahora entendemos con más exactitud la profecía de Joel 2:7-9.
En pocas palabras, estos versículos no se refieren a nuestra entusiasta predicación,
sino a la invasión de Jerusalén a manos del ejército babilónico en el año 607 antes de nuestra era.
¿Qué no ha cambiado?
Que los siervos de Jehová seguimos predicando las buenas noticias en todas partes
y empleamos todos los medios posibles para lograrlo (Mat. 24:14).
Ninguna restricción de los gobiernos impedirá que cumplamos con nuestra misión de predicar.
Y, gracias a la bendición de Jehová, estamos más activos que nunca,
proclamando con valor el mensaje del Reino.
Continuamos buscando con humildad la guía de Jehová
para comprender las profecías de la Biblia y estamos seguros
de que en el momento apropiado nos llevará “hacia toda la verdad” (Juan 16:13).