La Plaga Moderna
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¿Por cuánto tiempo está autorizado el remanente de los ungidos Cristianos testigos de Jehová para golpear el clero religioso con este mensaje atormentador? Para el período de la vida de ellos antes de la guerra de Dios—Armagedón—como está simbolizada por los cinco meses asignados a las langostas. Debido a que el remanente ungido de Jehová no está autorizado para actuar como los verdugos de aquellos que los persiguen por predicar el mensaje de Dios, el clero religioso es dejado vivo para que sufra el doloroso tormento del mensaje de juicio de Dios. No es que el clero no preferiría morir antes que soportar más esta proclamación de juicio; pero como el apóstol Juan les dice a ellos: “Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán de ninguna manera; y desearán morir, pero la muerte sigue huyendo de ellos.” La ejecución del juicio de Dios, infligir la muerte de este hipócrita clero Cristiano, es retrasada hasta que él empiece su guerra universal de Armagedón.
¿A qué se parecen estas langostas simbólicas? Juan dice: “Y las semejanzas de las langostas se parecían a caballos preparados para combate; y sobre sus cabezas [tenían] lo que parecía ser coronas semejantes a oro, y sus rostros [eran] como rostros de hombres, pero tenían cabellos como cabellos de mujeres. Y sus dientes eran como los de leones; y tenían corazas como corazas de hierro. Y el sonido de sus alas [era] como el sonido de carros de muchos caballos que corren al combate. También, tienen colas y aguijones semejantes a escorpiones; y en sus colas está su autoridad para lastimar a los hombres cinco meses.” De esta descripción notamos que el remante ungido de los testigos de Jehová fue llevado hacia la guerra en 1919, una guerra espiritual que va desde ese año hasta el estallido de la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso,” comúnmente llamada Armagedón. (Ap 16:14-16). Por lo tanto, ellos parecían como caballos, como los que fueron usados en los tiempos de la Biblia para la guerra. “El caballo…
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…es algo preparado para el día de la batalla”, dice Proverbios 21:31.
Las langostas simbólicas son guerreros reales, como se nota por las coronas semejantes a oro sobre las langostas; por estar ungidas con el espíritu de Dios han sido hechas “herederas con Cristo” y se les ha asignado una corona y trono en el reino de Cristo de mil años. (Ro 8:16, 17;
Lc 22:28-30; Ap 3:11, 21). Durante este tiempo de guerra espiritual contra la Cristiandad estas langostas simbólicas son simples humanos a los que se les ha dado dones de inteligencia, como se nota por sus “caras de hombres”. Como guerreros Hebreos en el campo los cuales no contaban con servicio de barbería, ellos dejaban que su cabello les creciera a la misma longitud del cabello de las mujeres, de esta forma, ellos tenían una melena y lucían como leones feroces. (1 Cr 12:8). Entonces, de forma apropiada, “los dientes de ellos eran como los de aquellos leones”, los cuales podían devorar alimento sólido, carne, como el mensaje fuerte del juicio de la venganza de Dios contra la Cristiandad. (He 5:12; 1 Co 3:1, 2). Los corazones de ellos, los órganos de amor para Dios y para su justicia, por lo tanto, los corazones que no conocen el miedo sino que son corajudos, están bien protegidos como por corazas impenetrables de hierro. Por lo tanto, ellos nunca pierden el amor y el coraje.
Como un gran enjambre de langostas aladas que son capaces de volar por miles de kilómetros o más, en conjunto estas, hacen un ruido que suena como un escuadrón de carros de guerra vibrando al golpear de las herraduras de muchos caballos en la batalla. Éste es un ruido terrible. Las langostas simbólicas gritan desde los techos de las casas y dejan que el mensaje del juicio de Dios sea escuchado a una gran distancia en el territorio que ellos cubren. El miedo de los enemigos no suaviza el mensaje de ellos a un simple murmullo. La declaración de guerra de Jehová debe ser lo suficientemente fuerte. Él es responsable para castigar los sentimientos que su mensaje cause a aquellos que son picados por éste. Por el breve tiempo hasta que Armagedón estalle, “cinco meses”, como si así fuera, las langostas simbólicas deberán usar las colas como de escorpión, la Palabra de Dios, “la palabra del espíritu”, y deberán atacar a los hombres contra los cuales el juicio de Dios es dirigido. No es tiempo de Dios para perder en sentimientos. Sus enemigos tienen que ser expuestos y notificados del juicio venidero. (Ef 6:17).
Las langostas simbólicas deben seguir a Jesucristo, el rey de estas. Juan dijo de las langostas: “Ellas tienen sobre ellas un rey, el ángel. En Hebreo su nombre es Adad’don, pero en Griego él tiene el nombre de Apollyon.” El resucitado Jesucristo celestial es el “ángel del abismo”, ya que él tiene las “llaves de la muerte y del Ha’des.” Al final de la guerra universal de Armagedón, él atará y lanzará a Satanás el Diablo y sus espíritus demoníacos al abismo como el de la muerte inactividad. (Ap 20:1-3). Cuando Jesús estuvo en la tierra como un hombre, él fue Hebreo y ahora, en su calidad real de Ejecutor de Jehová, es llamado con el nombre Hebreo Abad’don, que significa Destrucción. (Job 26:6; 28:22; 31:12; 12:23; 14:19). En el Griego, idioma en que las inspiradas Escrituras Cristianas fueron escritas, su título similar es Apollyon, que significa Destructor,” Este nombre muestra claramente que él viene a la mano derecha del trono de Dios para gobernar primero en medio de sus enemigos y para destruirlos en ejecución en el justo juicio de Jehová, la decisión judicial de Jehová contra ellos. Stg 4:12.
Las langostas simbólicas las cuales proclamarán el mensaje de juicio antes que el juicio sea ejecutado en la “llanura baja de la decisión” tiene a Jesucristo como el Rey de estas, pero él es invisible. Éstas no tienen…
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…ya más un rey visible que aquel que las langostas literales tienen: “Las langostas no tienen rey, y aún estas van hacia adelante divididas en grupos.” Debido a que estas se mueven hacia adelante en grupos o enjambres, estas son “instintivamente sabias”, aún cuando están entre las cosas “más pequeñas” en la tierra. (Pr 30:24, 27). Las langostas simbólicas, los Testigos de Jehová ungidos, el avanzar unidos, agrupados de acuerdo a las congregaciones locales de ellos. Pero esto no es debido a cualquier instinto de langosta. Es debido a la sabiduría celestial impartida por el espíritu de Dios. También el que ellos sigan a su Rey celestial Jesucristo como el Líder, el cual Dios había entronado es lo que los mantiene a ellos unidos en su ataque sobre los hombres no sellados. (Ap 7:2-8; 9:4). Voluntariamente, obedientemente, ellos se sujetan a su orden; y esto es lo que tal vez también sea ilustrado por el hecho de que las langostas simbólicas “tenían cabello como el de las mujeres,” ya que el cabello naturalmente largo de una mujer es una señal de sujeción, una señal de tener autoridad sobre la cabeza de ella. 1 Co 11:10, 15; Sal 110:3.