Re: Ayuno y oracion ... para que ?
AYUNO
Abstenerse voluntariamente de ingerir alimentos y bebidas con el fin de acercarse al Señor e invocar sus bendiciones. Cuando se ayuna, ya sea individualmente o en grupo, también se debe orar para comprender la voluntad de Dios y para desarrollar mayor fortaleza espiritual. Los verdaderos creyentes siempre han practicado el ayuno.
Actualmente, en la Iglesia se designa un domingo del mes con el fin de ayunar. En ese día, los miembros de la Iglesia se abstienen de ingerir alimentos y bebidas durante veinticuatro horas y donan a la Iglesia el dinero que habrían gastado en dichos alimentos. A esa donación se le llama ofrenda de ayuno. La Iglesia utiliza las ofrendas para ayudar a los pobres y a los necesitados.
Ayunamos y pedimos a nuestro Dios Esd. 8:21–23, 31. Ayuné y oré delante del Dios de los cielos, Neh. 1:4. Ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, Ester 4:16. Afligí con ayuno mi alma, Sal. 35:13. ¿Es tal el ayuno que yo escogí?, Isa. 58:3–12. Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, Dan. 9:3. Convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, Joel 2:12. Los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno Jonás 3:5. Jesucristo ayunó cuarenta días y cuarenta noches, Mateo 4:2 (Éx. 34:28; 1 Rey. 19:8; Lucas 4:1–2). Lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, Mateo 6:18 (3 Ne. 13:16). Este género no sale sino con oración y ayuno, Mateo 17:21. Continuad ayunando y orando, Omni 1:26 (4 Ne. 1:12). Empezaron a ayunar y a rogar al Señor su Dios, Mos. 27:22. He ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas, Alma 5:46. Mandó a los hijos de Dios que se unieran en ayuno y ferviente oración, Alma 6:6. Los hijos de Mosíah se habían dedicado a mucha oración y ayuno, Alma 17:3, 9. Después de la muerte de muchos nefitas, hubo un tiempo de mucho ayuno y oración, Alma 28:5–6. Ayunaron y oraron mucho, Alma 45:1 (Hel. 3:35). Prepararás tus alimentos con sencillez de corazón, a fin de que tus ayunos sean perfectos, DyC 59:13–14. Os doy el mandamiento de perseverar en la oración y el ayuno, DyC 88:76.
ORACIÒN
Comunicación reverente con Dios durante la cual la persona da gracias y pide bendiciones. La oración se dirige a nuestro Padre Celestial en el nombre de Jesucristo y puede hacerse en voz alta o en silencio. Los pensamientos también pueden ser una oración si se dirigen a Dios. La canción de los justos puede ser una oración a Dios (DyC 25:12).
La finalidad de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino obtener para nosotros y para otras personas las bendiciones que Dios esté dispuesto a otorgarnos, pero que debemos solicitar a fin de recibirlas.
Oramos al Padre en el nombre de Cristo (Juan 14:13–14; 16:23–24). Podemos realmente orar en el nombre de Cristo cuando nuestros deseos también son los de Él (Juan 15:7; DyC 46:30). Al orar así, pedimos lo que es correcto y hacemos posible que Dios nos lo otorgue (3 Ne. 18:20). Algunas oraciones permanecen sin contestar porque no representan en forma alguna el deseo de Cristo, sino que nacen del egoísmo del hombre (Stg. 4:3; DyC 46:9). De hecho, si le pedimos a Dios algo incorrecto, ello se tornará para nuestra condenación (DyC 88:65).
Los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová, Gén. 4:26. En el lugar del altar, Abraham invocó el nombre de Jehová, Gén. 13:4. El siervo de Abraham oró pidiendo ayuda para encontrar una esposa para Isaac, Gén. 24:10–19. Lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros, 1 Sam. 12:23. Jehová oye la oración de los justos, Prov. 15:29. Me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón, Jer. 29:12–13. Orad por los que os ultrajan, Mateo 5:44 (Lucas 6:28; 3 Ne. 12:44). Ora a tu Padre que está en secreto, Mateo 6:5–8 (3 Ne. 13:5–8). Vosotros, pues, oraréis así, Mateo 6:9–13 (Lucas 11:2; 3 Ne. 13:9). Pedid, y se os dará, Mateo 7:7 (3 Ne. 14:7; DyC 4:7; 6:5; 66:9). Jesús subió al monte a orar aparte, Mateo 14:23. Velad y orad Mateo 26:41 (Mar. 14:38; 3 Ne. 18:15–18; DyC 31:12). Pida con fe, no dudando nada, Stg. 1:5–6 (DyC 42:68; 46:7). La oración eficaz del justo puede mucho Stg. 5:16. Escuchad al Espíritu que enseña al hombre a orar, 2 Ne. 32:8–9. Clamé a él con potente oración, Enós 1:4. He ayunado y orado muchos días, Alma 5:45–46 (26:22). Se habían dedicado a mucha oración y ayuno, Alma 17:3. ¿No recordáis haber leído lo que Zenós ha dicho concerniente a la oración o adoración?, Alma 33:3. Humillaos, y persistid en la oración, Alma 34:18–27. Consulta al Señor en todos tus hechos, Alma 37:37. Siempre debéis orar al Padre en mi nombre, 3 Ne. 18:19–20. Orad en vuestras familias, 3 Ne. 18:21. Jesús oró al Padre, 3 Ne. 19:31–34 (3 Ne. 18:16; Juan 17). Les mandó que no cesaran de orar en sus corazones, 3 Ne. 20:1. Si ora, a menos que lo haga con verdadera intención, de nada le aprovecha, Moro. 7:6–9. No pidas lo que no debes, DyC 8:10. Ora siempre para que salgas triunfante, DyC 10:5. Te mando que ores vocalmente así como en tu corazón, DyC 19:28. Se os dará el Espíritu por la oración de fe, DyC 42:14. Irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos, DyC 59:9 (Mateo 21:13). Los padres enseñarán a sus hijos a orar, DyC 68:28. El Señor su Dios es lento en escuchar sus oraciones, DyC 101:7–8 (Mos. 21:15). Sé humilde; y el Señor tu Dios dará respuesta a tus oraciones, DyC 112:10. Se le mandó a Adán invocar a Dios en el nombre del Hijo, Moisés 5:8. En respuesta a la oración de José Smith, se le aparecieron el Padre y el Hijo, JS–H 1:11–20.