Antes de pasar al análisis del arrepentimiento según Pablo y otros apóstoles, y la relación con el derramamiento de sangre, quisiera mantenerme un poquito más en los Evangelios para recodar cómo era que Jesús llevaba a las personas al perdón, SIN hacer alusión alguna al derramamiento de sangre, ni de becerros, ni de la suya propia.
Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. 2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. (Mat 9:1-2)
37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. ... ...Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas esta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados (Lc 7:37-48)
A estos dos episodios hay que añadir aquellos seis pasajes en los que Jesús le dice al doliente: "Tu fe te ha salvado", sin hacer ninguna alusión a sacrificios de becerros ni a su propio sacrificio en la cruz.