Marbellero,
el Purgatorio es Una Mentira Antigua Que Insulta la Obra de Cristo y Ofende a Dios. Te hablo como un pastor que conoce la Palabra y como alguien que ha visto de cerca el daño que causan las tradiciones religiosas cuando se levantan por encima de la Escritura.
Te hablo directo, sin rodeos, pero con un corazón pastoral que desea que regreses a la verdad de Dios. No te escribo para atacarte, te escribo porque lo que promueves es peligroso, herético, y pone en riesgo no solo tu alma, sino la de cada persona que crea esa mentira.
Comencemos por la raíz: ¿de dónde viene el purgatorio?
Para entender por qué esta doctrina es falsa, primero necesitamos entender de dónde salió.
El purgatorio no existe en la Biblia. No fue enseñado por Jesús, ni por los apóstoles, ni por la iglesia primitiva. Entonces, ¿de dónde vino?
Según la historia documentada,
la idea de un lugar intermedio entre el cielo y el infierno no existe en la iglesia cristiana del primer siglo. Es una adopción pagana que entró lentamente al cristianismo cuando la iglesia romana comenzó a mezclar la fe bíblica con las creencias de culturas paganas, especialmente griegas y romanas. En esas culturas existía la idea de un "limbo" o un "lugar de purificación" después de la muerte.
La primera mención de un concepto similar al purgatorio no aparece sino hasta el siglo II o III, en escritos apócrifos y en especulaciones de autores como Clemente de Alejandría y Orígenes. Pero ni siquiera ellos lo presentaron como doctrina establecida. Era solo una especulación filosófica, jamás una enseñanza apostólica.
El golpe final llegó en el año 593 d.C., cuando el papa Gregorio I institucionalizó la idea y la conectó directamente con la venta de indulgencias. Desde entonces, la iglesia romana convirtió la salvación en negocio. Más tarde, el Concilio de Florencia en 1439 y el Concilio de Trento entre 1545 y 1563 oficializaron el purgatorio como dogma obligatorio. En otras palabras, quien no creyera en el purgatorio, según Roma, era anatema. Una mentira que tardó 600 años en nacer y 1400 años en volverse doctrina.
El Purgatorio es una blasfemia contra la cruz de Cristo
Si algo enseña la Escritura, es que
la sangre de Cristo es suficiente. No necesita añadidos. Colosenses 2:13-14 dice:
"Y a vosotros, estando muertos en pecados... os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros... clavándola en la cruz."
Si Él pagó todo, ¿cómo te atreves a decir que hace falta una purificación extra en un purgatorio? Decir eso es declarar insuficiente la obra de Cristo. Eso es blasfemia.
Romanos 8:1 dice:
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús."
Si estamos limpios en Cristo, no hay razón para pagar más con sufrimientos en un purgatorio inexistente.
Jesús enseñó solo dos caminos: vida eterna o condenación eterna
Cada vez que Jesús habló de la eternidad, fue claro y directo. No dejó espacio para un tercer lugar. Mateo 25:46 dice:
"E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna."
En Lucas 16:19-31, Jesús relata la historia de Lázaro y el rico. Lázaro fue consolado en el seno de Abraham. El rico fue atormentado en el Hades. No hay proceso de purificación intermedio. No hay purgatorio.
Si el purgatorio fuera real, Jesús lo habría enseñado. Pero no lo hizo. Porque no existe.
Si deseas aprender más, te invito a leer este estudio bíblico:
Llaves de la muerte y del Hades.
Rezar por los muertos es inútil y antibíblico
Dices que debemos rezar y pagar misas por las almas del purgatorio. Pero la Biblia enseña que cada quien es responsable de su propio destino eterno. Ezequiel 18:20 dice:
"El alma que pecare, esa morirá."
Una vez que alguien muere, su eternidad queda sellada. Hebreos 9:27 es claro:
"Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio."
No hay limbo, no hay oraciones que alteren el juicio de Dios. Todo eso es invento humano.
Una mentira añadida: promesas de bendiciones multiplicadas
Marbellero, tu afirmas que rezar por las almas del purgatorio nos lo devuelven multiplicado por 100.
Esa afirmación es una ofensa directa a la santidad de Dios. Así no funciona la gracia. Santiago 1:17 lo dice: "
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces."
La bendición viene de Dios, no de almas atrapadas. Esa idea convierte la oración en negocio espiritual. Es superstición pagana disfrazada de devoción cristiana. Proverbios 15:8 declara:
"El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová."
Cristo enseñó a orar al Padre (Mateo 6:6), no a negociar con los muertos. Consultar a los muertos es una abominación (Deuteronomio 18:10-12). Esta es teología de mercado, no evangelio.
Indulgencias y misas pagadas: simonía moderna
El cobro por misas es una forma moderna de simonía, el pecado de Simón el mago que quiso comprar el poder de Dios con dinero. Pedro le dijo:
"Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero." (Hechos 8:20)
Marbellero, al promover indulgencias estás repitiendo el pecado de Simón.
Dios no vende Su gracia. El evangelio es por gracia, por medio de la fe (Efesios 2:8-9).
El veneno detrás de esta mentira
Todo esto —el purgatorio, las indulgencias, las misas pagadas y las bendiciones multiplicadas— es parte de una teología transaccional. Es el viejo veneno de creer que podemos manipular a Dios con rituales. Jesús enfrentó esto directamente en Mateo 6:7:
"Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos."
La fe bíblica es relación, no transacción. La gracia es un regalo, no un intercambio.
Marbellero,
te llamo al arrepentimiento. Si amas a Dios, deja el purgatorio atrás. Si amas Su Palabra, confía solo en Cristo. Si amas a las almas, no las engañes. Santiago 3:1 advierte:
"No os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación."
Hoy es el día. Vuelve al evangelio puro. No es tarde, pero el reloj avanza. Apocalipsis 22:18-19 advierte:
"Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro."
Haz lo correcto. Sal de la mentira. Predica la verdad. Solo así tendrás paz con Dios.
Bendiciones,
Pastor José Hernández