El Plan de Salvación de Dios es maravilloso, ya que propuso a su único Hijo de naturaleza Divina aceptar el cáliz de salvar a la humanidad después de la transgresión de Adán y el Verbo aceptó.
Después de superar varios retos Cristo Jesús, entre ellos las tentaciones de Satanás en el desierto después de 40 días de ayuno, llega al Gólgota con la cruz a cuestas con ayuda porque las fuerzas escaseaban y se derrama su sangre para el perdón de los pecados de los hombres. Por esta victoria Cristo Jesús se sienta en el Trono de Dios a la derecha de su Padre, único Dios, y al mismo tiempo nos promete que los que estemos con Él, nos sentaremos en su Trono, aquí en la Tierra y que en su día perteneció al rey David.