Evidentemente, así fue. Pero esto no es una "mezcla" ni un "batido de chocolate", sino un milagro, una concepción milagrosa, una obra del Cielo mediante el uso de una herramienta terrenal que Dios previamente había creado... el cuerpo de María... que es precisamente donde tú y Salmo estáis tropezando. María fue el MEDIO (vasija) utilizado para entrar en el mundo. No hay mezcla, hay un Dios que se hace carne. SE HACE CARNE. ¿Cómo un Dios inabarcable hace esto? Encorvándose. Esto significa "humillarse a lo sumo", "tabernaculizar".
El misterio de la encarnación de Cristo es algo parecido a una dimensión por encima de la nuestra haciendo entrada en esta dimensión más baja.
Esto lo recibes y lo aceptas, no lo entiendes. Y no porque no queramos entenderlo, sino porque NO tenemos la capacidad ni la visión para entenderlo con esta mente que vive y se ha educado según los rudimentos de esta dimensión. Sólo puede aprehenderse por medio del espíritu del hombre, aquel elemento en nosotros que proviene de aquella otra dimensión.
Así que todo razonamiento respecto al misterio de la encarnación de Dios, es vano, infructuoso... y dañino.
Salmo lleva enfrascado en el mismo discurso desde hace años... ha abierto decenas de temas para hablar las mismas vaguedades y vanidades. Muchísimo tiempo empleado en llegar... a ninguna parte. ¿Por qué? Porque parte de un punto erróneo. No CREE lo que dicen las Escrituras. Y como no lo cree, se INVENTA su propio evangelio, a la medida de su propia cintura de vanidad, dudas y mentiras.
Amor,
Ibero
