Con el “abstenerse” de Hch 15:20, 29 y 21:25 se ha formulado una doctrina y práctica, que expuesta por los instruidos en ella parece convincente a oídos de los poco entendidos, de modo que tras aceptarla, fácilmente se transforma en arma mortal en boca de estos originalmente “Estudiantes de la Biblia” y actualmente convencidos maestros de la cristiandad, al aplicar la prohibición a las transfusiones de sangre. Pero veamos a grandes rasgos, para la posterior discusión:
1 – El vocablo. Cuando examinamos el vocablo griego avpe,cw (APEJÖ), confirmamos que nuestras traducciones españolas hacen bien al preferir usualmente la forma castellana del verbo “abstener”, (Del lat. abstinēre).
Aunque estimo que esta sea la más apropiada forma de traducirlo, tampoco están mal otras lecturas en distintas versiones:
Apartarse, evitar, guardarse, con similar sentido.
2 – De qué abstenerse: “de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación”. Las tres primeras abstenciones refieren a la comida:
a) Lo sacrificado a los ídolos tiene que ver con rituales paganos conforme leemos en 1Co 8:1-13.
b) Sangre, siempre es la carne con su sangre como fue prohibido primeramente a Noé (Gn 9:4) y luego en la Ley de Moisés (Lv 17:10-14).
El “comer” y no el “beber” sangre hace esta última práctica desconocida entre los israelitas, aunque pudiera estar entre gentiles paganos.
c) Ahogado o estrangulado es el animal que no es muerto degollado y desangrado totalmente.
d) Por “fornicación” (pornei,aj – porneias) podemos entender igual que hoy día o también cualquier tipo de relación sexual ilícita, así como matrimonios prohibidos por la Ley.
3 – Quiénes. Se trata de cristianos gentiles que no conociendo la Ley de Moisés ni las costumbres de la comunidad judía, sin quererlo podrían ofender a sus hermanos israelitas con cosas que a ellos repugnaba.
4 – Cuándo. La época en que se toma esta determinación es la más primitiva de la iglesia, cuando el evangelio no se había extendido más allá del Asia Menor, o sea, que todavía no había llegado a Europa, como ocurriría luego a través de Grecia e Italia. Estas iglesias en Antioquía, Siria y Cilicia estaban compuestas mayormente de judíos que habían reconocido en Jesús de Nazaret a su esperado Mesías. Este período es conocido como de transición entre la sinagoga judía y la iglesia cristiana.
Aunque Pablo será luego bien explícito respecto al “abstenerse de fornicación”, no lo es luego en cuanto a comidas; por lo que da a pensar que en las iglesias más lejanas de la Judea y ya con mayoría de gentiles en sus congregaciones no se atenían a los preceptos mosaicos de alimentación.
Teniendo estos factores a la vista, se percibe el tremendismo que se le ha dado a este “abstenerse”, privando de ser transfundidos a enfermos, heridos y accidentados.
Algunos lectores seguramente podrán complementar a lo ya dicho y otros impugnar lo expresado, mayormente el último aspecto que no pasa de ser una apreciación personal con la que mi propia esposa no está de acuerdo y así tampoco muchos de mis hermanos cristianos evangélicos.
Si les parece bien, enfocaremos nuestra atención en este “abstenerse”.
Saludos cordiales.