Re: Apreciado Manuel
Re: Apreciado Manuel
Cuando el Cuerpo Gobernante de Jerusalén decidió, y el espíritu en ellos, que sin importar si los cristianos fueran judíos o no 'debían abstenerse de sangre', estaban repitiendo un mandato ya dado incluso desde antes de la ley mosaica:
Gén.9:1 Y Dios pasó a bendecir a Noé y a sus hijos y a decirles: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra. 2 Y un temor a ustedes y un terror a ustedes continuarán sobre toda criatura viviente de la tierra y sobre toda criatura voladora de los cielos, sobre todo lo que va moviéndose sobre el suelo, y sobre todos los peces del mar. En mano de ustedes ahora se han dado. 3 Todo animal moviente que está vivo puede servirles de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras lo doy todo a ustedes. 4 Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer. 5 Y, además de eso, su sangre de sus almas la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del hombre. 6 Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.
Si se analiza el mandato que se dió a Noé, la explicación acerca de la sangre de los animales expone un aspecto del mandato (la sangre 'es el alma' del animal), y la explicación de la sangre humana expone otro aspecto (nadie puede derramer sangre humana por muerte). Son dos aspectos distintos, pero que incluyen el mismo principio: la sangre es sagrada, y este principio se expone claramente en el mandato posterior en la ley de Moisés:
Lev.17:11 Porque el alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación en virtud del alma [en ella]. [...] 14 Porque el alma de toda clase de carne es su sangre en virtud del alma en ella. En consecuencia dije yo a los hijos de Israel: “No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será cortado”.
Cuando este mandato dice "el alma de toda clase de carne es su sangre", está lógicamente incluyendo la sangre humana, que también está dentro de la carne del cuerpo humano. No se está refiriendo aquí solo a 'no derramar sangre humana, asesinando' sino a que "el alma de toda clase de carne es su sangre" y es por ello que dice antes:
Lev.17:10 ”’En cuanto a cualquier hombre de la casa de Israel o algún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes que coma cualquier clase de sangre, ciertamente fijaré mi rostro contra el alma que esté comiendo la sangre, y verdaderamente la cortaré de entre su pueblo.
El mandato de Hechos dice específicamente:
Hech.15:28 Porque al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: 29 que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!”.
No se trata de ningún jueguito de interpretaciones, ni un consejo que si quieres cumples, etc ... Se trata de un mandato específico, muy serio, dado desde los mismos principios del hombre, y que implica la santidad de la sangre por el significado que tiene para Dios y el hombre. ¿Acaso puede ser más sagrada la sangre de un animal que la de un humano? Para colmo anda discutiendo el significado de este mandato, Ricardo, que ha confesado públicamente que ni siquiera respeta el mandato en lo respecto a los animales, porque igualmente come morcillas ... ¿Dónde está el respeto a Dios y a su palabra?