Re: 2300 días y sus otras interpretaciones.....
Estimado valdense. Saludos cordiales.
Tú dices:
Pr Cajiga creo que si mi posicion no es confiable, debo abandonarla, no importando que aparezca si o no otra posicion mas confiable.
Respondo: Al parecer tu posición no es confiable, pero
¿la abandonarás?
Tú dices:
Tambien creo que no es seguro defender lo que creo como verdad irrefutable, eso resultaria en que seria vergonzoso reconocer despues que estuve en un error,
Respondo: Al parecer no estuvistes anclado en la verdad, por eso al primer ventarrón salistes disparado, engañado por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Cristo es nuestro Salvador y debemos andar en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Tú dices:
es verdad que hay verdades absolutas, pero existen ideas que no pasan de meras teorias, como por ejemplo la interpretacion Adventista del dia por ano,
Respondo: Lee "día por año, día por año te lo he dado" (Ezequiel 4:6) y
"un año por cada día" (Núm. 14:34)
Los tiempos proféticos a veces son literales (como los 70 años de la cautividad predichos por Jeremías) y a veces son figurados (como en las profecías simbólicas). En éstas, en las que bestias, cuernos, etc., representan algo diferente, podemos esperar también que los períodos de tiempo no sean literales. De Núm. 14:34 y Ez. 4:6 se desprende el principio de que 1 día simbólico representa 1 año literal. Así, en los períodos proféticos se entiende que los días equivalen a años literales (por ejemplo: 1.260 días = 1.260 años).
En las profecías encontramos otras palabras además de "día"; por ejemplo, una profecía menciona "la hora, día, mes y año" (Ap. 9:15). Una hora es
ciertamente la 24a parte de 1 día. La clave con respecto a la cantidad de días que hay que asignarle a un mes o un año proféticos se encuentra en el uso de la palabra "tiempo" en otras profecías relacionadas con ésta (Dn. 7:25; 11:13; 12:7; Ap. 12:14; etc.). Un "tiempo" en la profecía equivale a 1 "año"
("tiempos" son 2 años; "medio tiempo" son 6 meses o 1/2 año). Esto se descubre al comparar los períodos de tiempo en el Apocalipsis, donde 3 1/2 años equivalen a 1.260 días 1157 (12:6, 14) y 42 meses también equivalen a 1.260 días (11:2, 3). Por tanto, 3 1/2 "tiempos" equivalen a los 42 meses (que son 3 1/2 años de 12 meses). Además, del total de 1.260 días de este período se puede deducir que 1 "tiempo", o año, tiene 360 días, y que los 42 meses tienen 30 días cada uno.
Ahora bien, 1 año de 12 meses de 30 días no corresponde a ningún calendario
conocido de los tiempos bíblicos. Por eso surge la pregunta: ¿Por qué se
utiliza en la profecía un sistema tan poco usual? Quizá porque en los
calendarios lunares usados por judíos, babilonios y otros pueblos, nadie podía
predecir con exactitud la cantidad de días de cualquier serie de meses o años
del futuro, sin saber no sólo a qué clase de calendario correspondían sino
también qué meses o años definidos estaban implícitos en el cálculo. El año
podía ser uno lunar común, de 354 días (sin variaciones de días que dependieran de la Luna), o uno "bisiesto", de 384 días más o menos, cuando se le añadía 1 mes extra para compensar la diferencia entre los 12 meses lunares y el año solar. Incluso un egipcio, cuyo año de 365 días (12 meses de 30 días cada uno, más 5 días extras al fin de cada año), no podía decir con exactitud cuántos días abarcaban 3 1/2 años, a menos que supiera que ese período comprendía 3 ó 4 períodos de 5 días extras. Por eso, 3 1/2 años, o 42 meses, no podían representar un período definido de tiempo para un lector judío, a menos que supiera a qué clase de calendario se estaba refiriendo la declaración correspondiente.
El año, entonces, en la profecía simbólica, es un período de 360 días
simbólicos. Un día simbólico en la profecía, como ya lo hemos visto, es 1 año
real cuando lo trasladamos a tiempo literal. (Algunos expositores de la
profecía se han confundido en esto, porque se olvidaron de que el mes de 30
días y el año de 360 días no corresponden a calendarios reales, y han tratado
de calcular los 1.260 días simbólicos, por ejemplo, multiplicando 1.260 por 360
días literales en lugar de considerarlos 1.260 años reales.) Ahora bien, ¿qué
es un año real, literal? Obviamente es un verdadero año solar; incluso el
variable calendario lunar, tal como el que usaban Daniel y Juan, o los judíos
hasta el día de hoy, se calcula tomando en cuenta años "bisiestos" para ponerlo al día con el año solar, de manera que 1.260 días judíos son 1.260 años reales.
El año (o tiempo) profético, simbólico, calculado sobre la base de 1 mes de 30 días y 1 año de 360 días, no es 1 año real, sino teórico; pero el día simbólico representa 1 año real, y el año real no es 1 año de 360 días, sino el verdadero año solar de aproximadamente 365 1/4 días. De manera que los 3 1/2 años de la profecía simbólica son 1.260 días simbólicos, que a su vez representan 1.260 años literales; un "tiempo" o año, en la profecía simbólica, representa 360 días simbólicos, que a su vez representan 360 años solares verdaderos."
http://www.bibliaonline.net/scripts/dicionario.cgi?procurar=tiempo&exata=on&link=bol&lang=AR
Tú dices:
o la de los 2300 dias,
Respondo: Estudia el libro de Daniel, especificamente Daniel 8:14.
Tú dices:
o aquella que dice que cuando la biblia habla de el espiritu de profecia esta hablando de la Sra White etc, etc.
Respondo: Estudia los dones espirituales, y Joel 2:28-32 por el momento, además del desarrollo del movimiento adventísta.
Tú dices:
El problema es que cuando tomamos estas teorias como verdades absolutas, tendremos problemas serios cuando quiera defenderlos.
Respondo: Estos principios bíblicos no son teorías, son claras verdades fundamentadas en la Palabra de Dios. Ahora si no quieres defenderlos y prefieres abandonarlos por falta de conocimiento o por vergüenza, es cosa tuya.
Tú dices:
Mi sueno es que algun dia todos los guardadores del Sabado podamos estar de acuerdo (bueno y todos los demas Cristianos tambien)
Respondo: «
Para que todos sean uno» (Juan 17: 21).
“El plan de redención tenía un propósito todavía más amplio y profundo que el de salvar al hombre. Cristo no vino a la tierra sólo por este motivo; no vino meramente para que los habitantes de este pequeño mundo acatasen la ley de Dios como debe ser acatada; sino que vino para vindicar el carácter de Dios ante el universo”.
La esencia de la respuesta de Dios a las acusaciones de Satanás ha sido demostrar los frutos del plan que él tenía: “La misma esencia del Evangelio es la restauración”. ¡La restauración, no sólo el perdón! El plan de Dios (lo que conocemos como el “evangelio”) muestra cuán seriamente está obrando Dios para eliminar el pecado del universo, una persona a la vez, restaurando a los rebeldes para que sean hijos e hijas agradecidos y dignos de confianza.
Al aclarar el “evangelio eterno” que el mundo necesita oír en estos días finales (Apocalipsis 14:6, 7), el mensaje de los adventistas tendría que trascender las antiguas controversias que dividen profundamente al cristianismo. Además, el “evangelio eterno” tendría que ser expresado de tal manera que los centenares de millones de musulmanes, hindúes, budistas y otros pudieran captar la frescura y sencillez del cristianismo.
“Mientras una clase pervierte la doctrina de la justificación por la fe y deja de cumplir con las condiciones formuladas en la Palabra de Dios - ‘
Si me amáis, guardad mis mandamientos’ -, igualmente cometen un error semejante los que pretenden creer y obedecer los mandamientos de Dios pero se colocan en oposición a los preciosos rayos de luz -nuevos para ellos- que se reflejan de la cruz del Calvario. La primera clase no ve las cosas maravillosas que tiene la ley de Dios para todos los que son hacedores de su Palabra. Los otros cavilan sobre trivialidades y descuidan las cuestiones de más peso -la misericordia y el amor de Dios.
“Muchos han perdido demasiado por no haber abierto los ojos de su entendimiento para discernir las cosas asombrosas de la ley de Dios. Por un lado, los religiosos extremistas en general han divorciado la Ley del Evangelio, mientras nosotros, por el otro lado, casi hemos hecho lo mismo desde otro punto de vista.
No hemos levantado delante de la gente la justicia de Cristo y el pleno significado de su gran plan de redención. Hemos dejado a un lado a Cristo y su incomparable amor, introducido teorías y razonamientos, y predicado discursos argumentativos”. (Fe y obras pp. 12, 13.)
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.