Re: 1844, su importancia
Queridos Doctores de La Ley, Escribas, Fariseos, y Títulos en formación:
Dijo mi amado y bendito Dios, cuyo nombre es Jehová de Los Ejércitos:
"No seas sabio en tu propia opinión" Prov.3:7
"No discutáis acerca de La Ley y genealogías, que son vanas y sin provecho"
"Porque la sabiduría de este mundo, es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos" 1Corintios 3:19
Y mi amado y Redentor Jesús dijo: "Yo te alabo Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondistes estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí Padre, porque así te agradó"
Cuando mi madre me habló del evangelio, no me dijo que antes tenía que aprender arameo, griego y hebreo. Me habló del amor de Cristo; me mostró a través de la páginas de La Santa Biblia el inmenso amor que Jesús tenía por mí, un amor tan grande que le llevó a dar su vida por mí; y ese amor, traspasó mi alma de forma tal, que me convenció, y convirtió a ser cristiano.
Hoy no tengo a mi madre, ella junto a mi padre descansan; hasta que Jesús venga en gloria y los despierte. Pero ambos, con su vida, me han predicado un evangelio sencillo y simple, como suele ser el amor; pero tan profundo, que penetró hasta mi alma, al punto tal, que hoy no solo yo estoy en el maravilloso camino del cristiano, sino también mi esposa, mis hijos, y toda la familia; por lo tanto, aquella semilla que sembraron mis padres dió fruto a "...Ciento por uno".
En cierta forma, y con respeto les digo, que me siento identificado como aquel ciego al que Jesús le había hecho recobrar la vista, que interrogado por los doctores de la ley, el sanado les dijo:
"...Una cosa sé. Que habiendo yo sido ciego, ahora veo" S.Juan 9:25
"Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mi me abrió los ojos.
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye".
Queridos hermanos; no se olviden de la advertencia de nuestro amado y bendito Dios cuando nos dijo:
"Maldito el hombre que confía en el hombre". "Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza"
Tu confianza, ¿En quien está?. ¿No estará en tu propio saber, en lugar de Dios? Piénsalo.
Con amor cristiano, Hercules.-
Queridos Doctores de La Ley, Escribas, Fariseos, y Títulos en formación:
Dijo mi amado y bendito Dios, cuyo nombre es Jehová de Los Ejércitos:
"No seas sabio en tu propia opinión" Prov.3:7
"No discutáis acerca de La Ley y genealogías, que son vanas y sin provecho"
"Porque la sabiduría de este mundo, es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos" 1Corintios 3:19
Y mi amado y Redentor Jesús dijo: "Yo te alabo Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondistes estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí Padre, porque así te agradó"
Cuando mi madre me habló del evangelio, no me dijo que antes tenía que aprender arameo, griego y hebreo. Me habló del amor de Cristo; me mostró a través de la páginas de La Santa Biblia el inmenso amor que Jesús tenía por mí, un amor tan grande que le llevó a dar su vida por mí; y ese amor, traspasó mi alma de forma tal, que me convenció, y convirtió a ser cristiano.
Hoy no tengo a mi madre, ella junto a mi padre descansan; hasta que Jesús venga en gloria y los despierte. Pero ambos, con su vida, me han predicado un evangelio sencillo y simple, como suele ser el amor; pero tan profundo, que penetró hasta mi alma, al punto tal, que hoy no solo yo estoy en el maravilloso camino del cristiano, sino también mi esposa, mis hijos, y toda la familia; por lo tanto, aquella semilla que sembraron mis padres dió fruto a "...Ciento por uno".
En cierta forma, y con respeto les digo, que me siento identificado como aquel ciego al que Jesús le había hecho recobrar la vista, que interrogado por los doctores de la ley, el sanado les dijo:
"...Una cosa sé. Que habiendo yo sido ciego, ahora veo" S.Juan 9:25
"Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mi me abrió los ojos.
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye".
Queridos hermanos; no se olviden de la advertencia de nuestro amado y bendito Dios cuando nos dijo:
"Maldito el hombre que confía en el hombre". "Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza"
Tu confianza, ¿En quien está?. ¿No estará en tu propio saber, en lugar de Dios? Piénsalo.
Con amor cristiano, Hercules.-