valdense;1545490
4.- Decir que la obra expiatoria de Jesus no fue terminada en la cruz y que era necesaria una expiacion en el santuario del cielo para terminarla ( nuevamente se contradice la biblia)
[/QUOTE dijo:
Respondo: Nuestro Señor Jesucristo muere en el tiempo que la profecía lo indicaba: "Y en otra semana confirmará el pacto á muchos, y á la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda: después con la muchedumbre de las abominaciones será el desolar, y esto hasta una entera consumación; y derramaráse la ya determinada sobre el" Daniel 9:27.
[FONT="]En el ministerio del Santuario había dos servicios y tres clases de ofrendas relacionadas con ellos. Uno era el servicio diario. Se realizaba en el atrio y en el Lugar Santo cada día del año (Heb. 9:6). Se presentaban los sacrificios de la mañana y de la tarde -el continuo- y los sacrificios que los pecadores presentaban como ofrenda por sus pecados individuales. El segundo era el servicio anual, realizado en el Lugar Santísimo una vez al año (Heb. 9: 7), cuando se presentaban ofrendas de sacrificios especiales. Este recibía el nombre de día de la expiación.[/FONT]
[FONT="] Con su muerte dio principio a aquella obra para cuya conclusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, 'donde entró por nosotros como precursor Jesús' (Heb. 6: 20). Allí se refleja la luz de la cruz del Calvario; y allí podemos obtener una comprensión más clara de los misterios de la redención. La salvación del hombre se cumple a un precio infinito para el cielo; el sacrificio hecho corresponde a las más amplias exigencias de la ley de Dios quebrantada. Jesús abrió el camino que lleva al trono del Padre, y por su mediación pueden ser presentados ante Dios los deseos sinceros de todos los que a él se allegan con fe [/FONT][FONT="][/FONT]
[FONT="]La obra del sacrificio diario era una obra de reconciliación en favor del hombre pecador. Su pecado era perdonado. El transgresor era librado de su iniquidad pero quedaba un sangriento registro del pecado en el Santuario. En este sentido el sacrificio diario cumplía una función doble: era un sustituto que obtenía el perdón para el pecador y un medio para registrar el pecado en el Santuario. El perdón del pecado no elimina la obra del juicio final, sino que garantiza la liberación del pecador, por cuanto el registro de ese pecado se ha hecho por la sangre del sustituto que, por el acto del sacrificio, se ha transformado en el auténtico poseedor de la culpa.[/FONT][FONT="]
En el Santuario celestial, el "verdadero tabernáculo" (Heb. 8:2), del cual el Santuario terrenal era sólo una "figura y sombra" (Heb. 8:5), también se guardan registros de la conducta de los hombres. Tanto Daniel como Juan -en sus descripciones del juicio- nos hablan de una escena en la que "los libros fueron abiertos" (Dan. 7: 10; Apoc. 20:12). Estos libros no son códigos de leyes, sino registros de conducta.
La Sagrada Escritura nos habla de dos libros, o clases de libros: el libro de la vida (Exo.32:32; Sal. 69: 28; Exo. 32:33; Luc. 10: 20; Fil.4:3; Heb. 12: 13; Apoc. 3: 5; 20: 12, 15) y el libro de memorias (Mal. 3: 16, 17). En el libro de la vida se registran "los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios". En el libro de memorias,, las obras buenas y también las malas. Sobre el registro de buenas obras, Elena G. de White dice: "Quedan consignadas las buenas obras de los 'que temen a Jehová'... En el libro de memoria de Dios, todo acto de justicia está inmortalizado. Toda tentación resistida, todo pecado vencido, toda palabra de tierna compasión, están fielmente consignados, y apuntados también todo acto de sacrificio, todo padecimiento y todo pesar sufridos por causa de Cristo". 10 Acerca del registro de las obras malas afirma: "Los pecados que no hayan inspirado arrepentimiento y que no hayan sido abandonados, no serán perdonados ni borrados de los libros de memoria, sino que permanecerán como testimonio contra el pecador en el día de Dios"." Hay varios textos bíblicos que aluden a un registro de los pecados de los hombres. (Véanse, por ejemplo, Ecl. 12: 14; Mat. 12:36, 37; 1 Cor. 4: 5; Isa. 65: 6, 7.)
Queda claro, entonces, que el servicio diario expiaba el pecado y lo registraba en el Tabernáculo hasta el día de la expiación, cuando se limpiaba todo el pecado acumulado allí durante todo el año.
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[FONT="] [FONT="]"Con el traslado de los pecados de Israel al Santuario, los lugares santos quedaban manchados, y se hacía necesaria una obra especial para quitar de allí los pecados"." Dios había ordenado que se hiciera limpieza de cada una de las partes del sagrado Santuario, lo mismo que del altar. "Lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel" (Lev. 16:19; 16).[/FONT][FONT="]
El objetivo de la ceremonia principal del día de la expiación era limpiar los registros del pecado de Israel que se habían acumulado durante todo el año. Para ello, el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo con la sangre del macho cabrío de Jehová. Sin embargo, no era únicamente limpieza y juicio lo que se hacía en el Santuario durante el día de la expiación, pues el sacrificio continuo no cesaba en este día, con lo cual se indicaba que la salvación del pecador por medio de la administración del perdón continuaba.
La sangre del macho cabrío de Jehová era para beneficio del pueblo (Heb. 7: 27; Lev. 16:30, 33) y para expiación "por todos los pecados de Israel" (Lev. 16: 34). Esa misma sangre limpiaba el Lugar Santísimo, el Lugar Santo, el altar y todo el Tabernáculo.
Cuando la expiación por el pueblo y la limpieza del Santuario se habían realizado, y cuando todos los que querían ser reconciliados ya habían sido reconciliados, entonces, y sólo entonces, entraba en escena el macho cabrío para Azazel (Lev. 16:20). El sumo sacerdote colocaba sobre él los pecados acumulados en el Santuario y luego, por mano de un hombre, el macho cabrío era enviado al desierto para que muriera (Lev. 16: 21, 22). Este macho cabrío no era sacrificado, pues no era él la expiación por el pecado, sino que era condenado a una muerte de hambre y sed en el desierto.
El macho cabrío para Azazel era símbolo de Satanás. Por esto no podía ser sacrificado por el pecado siendo que solamente Cristo es la propiciación por nuestros pecados" (1 Juan 2:2; 4:10).
Cristo es Sumo Sacerdote en el Santuario celestial (Heb. 8:1,2). Allí administra los méritos de su sacrificio a los pecadores arrepentidos (Heb. 9: 12-15). El Santuario celestial también necesita ser purificado como lo era el Santuario terrenal, figura de aquél. Hebreos 9:23 dice que "las cosas celestiales mismas" serían purificadas "con mejores sacrificios". Daniel profetizó diciendo: "El Santuario será purificado" (Dan. 8:14). El registro del pecado que Dios tiene en el cielo parece ser lo que da impureza al Santuario celestial.
Dado que el día de la expiación del Santuario terrenal era un servicio de limpieza de los registros del pecado de todo el año y de todo el pueblo de Dios, el día de la expiación final o juicio investigador tiene que estar relacionado con una obra semejante. [/FONT]
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
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