Mensaje cristiano evangélico.
Vivimos tiempos interesantes, de eso no hay duda,
la Iglesia esta creciendo, ¿mucho?, ¿poco?,
yo diría que proporcionalmente a como están creciendo
todas las demás cosas en el mundo.
Es muy fácil escuchar en estos días a pastores y predicadores
jactándose de que hay un avivamiento creciente,
y que el número de cristianos está creciendo
y la “visitación” de Su Espíritu es inminente
(¿visitación? El Espíritu no nos viene a visitar...
si Jesús prometió que Él se quedaría con nosotros,
no que sólo visitaría a algunas iglesias)
Sin embargo al abrir el periódico me doy cuenta
que efectivamente hay crecimiento ..
pero crece la violencia, los secuestros, divorcios, pornografía,
el homosexualismo, el consumo y tráfico de drogas,
nuevas sectas ganando adeptos, el ateismo creciendo,
hogares y sociedades destruidas, pero triste y curiosamente
en ninguna página de los periódicos o del Internet
puedo encontrar información de ese llamado “avivamiento”
a no ser en las mismas prédicas de las iglesias de quienes a sí mismos
se proclaman profetas con “Puntas de lanza”
en ese “su avivamiento personal”, porque en ellas hablan de milagros,
de manifestaciones, de profecías, de abundancia,
pero no va más allá de las cuatro paredes de su iglesia,
pocas veces van con el verdadero público necesitado de un Dios real
y no de cuentos personales y de predicadores "ungidos" que nadie puede tocar.
Nuestras iglesias esta perdiendo poder, y es el poder de la unidad.
Jesús oraba al padre en Juan 17
“ Padre, te pido que sean uno como Tú y yo somos uno”,
Jesús sabía del poder de la Unidad, por el milagro eterno
de ser “una persona Divina en la Unidad de Dios ”
aun con diferentes características, sin embargo, esto,
como muchas otras cosas que manejamos a nuestra conveniencia en las iglesias
no lo hemos podido hacer vivo y menos lo hemos hecho real.
Sin Unidad, cada parte de nuestras iglesias, crece sin equilibrio,
sin parámetros y peor aun sin una meta o significado de crecer.
Imagina una persona cuyo brazo mida tres veces más que el otro,
que no tenga desarrollado un pie
y que tenga tres cabezas tratando de dirigirlo,
sería una especie de monstruo,
y efectivamente, sin tratar de ser aguafiestas pero sí muy realista,
hoy día nuestras iglesias son un monstruo,
que asusta a la gente de afuera, porque estan dividas en partes,
se pueden ver cosas atractivas en las iglesias
pero buscando el “entero” le da miedo ver nuestras deformidades.
Tú y yo, hemos heredado una iglesia, somos parte de este cuerpo
y es nuestra responsabilidad no solamente darnos cuenta
de esas malformaciones genéticas,
tenemos que esforzarnos y ser valientes sin temer ni desmayar
para lograr unirnos, como esa oración anhelante de Jesús
y de Dios mismo, “que sean uno” y no hablo de una union de falsas doctrinas,
sino de unidad en el verdadero cuerpo de Cristo
bajo el régimen de Su espíritu Santo guiándonos
a través de El verdadero Evangelio y las Sagradas escrituras en general.
Tú y yo, somos parte de la Iglesia,
somos obreros que debemos presentarnos ante Dios
sin algo de que avergonzarnos, sino al contrario Íntegros
y buscando la Unidad, dejándonos de superficialidades o frivolidades
en cuanto a como llevar las cosas, respetando nuestros estilos,
nuestros caracteres y temperamentos, dándonos cuenta
que tenemos funciones diferentes pero con un mismo fin:
predicar La Palabra, hacer discípulos en todas las naciones,
mostrar El Amor y el Perdón de ese Dios invisible,
haciéndolo visible al mundo a través de nosotros
y no permitir que este cristianismo que recibimos
y que ha costado la sangre y las vidas de miles,
se pierda por tontos egoísmos y superficialidades