EL QUE NO PERDONO A SU COMPAÑERO
Mateo capitulo 18 versiculos del 23 al 35
Las ofensas que nos hacen los compañeros no son nada en comparación con nuestras ofensas a Dios. Y mientras Dios perdona todo, nosotros ni siquiera damos un plazo. Dios no hace valer sus derechos y parece que ni siquiera los conociera, porque es el Padre. En cambio nosotros, al hacer valer nuestros derechos, nos portamos como siervos malos (Mateo 5,43.
Jesús habla para las personas, habla también para los grupos humanos. El mundo necesita, sobre todas las cosas, un perdón de Dios y, por eso, aun los que quieren contruir una sociedad más justa no la pueden lograr con acusaciones y rencores.
Con esta parábola finaliza el cuarto Discurso del Evangelio de Mateo: con el deber del perdón. La Iglesia estuvo siempre bien lejos de ser santa, como debía serlo. Sin embargo, nadie puede negar que, en todo tiempo, la Iglesia fue el lugar donde se enseñó la misericordia de Dios y donde los hombres aprendieron a perdonar.