De la misma forma que un judío circuncida a sus hijos a los ocho días de nacido, les educa en la Torá, y después alcanzan el conocimiento y la preparación necesaria, y se reconoce en un rito preparado ex profeso, los cristianos (no todos) bautizamos a nuestros hijos, los preparamos en la fe, les damos enseñanza y luego se confirman. No creo que esté mas claro el paralelismo. Dios nos ama desde la eternidad, y nos ha elegido en la sangre de Jesús antes de fundar el mundo, para estar puros y santos en su presencia. ¿Como es esto? Aún no existia el sacrificio de Cristo en la cruz, aún no había derramado su sangre, Y YA ERAMOS SUS ELEGIDOS. La razón es que para Dios todo es presente, no hay pasado ni futuro, todo está ante sus ojos.
Efe 1:4 Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor
Efe 1:5 nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad,
Efe 1:6 para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado.
Efe 1:7 En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia.
¿Desde cuando somos hijos de Dios, según El Padre? ¿Predestinados a ser santos? Claro que si, Dios ha puesto todo de su parte. La circunsición es una señal externa, al igual que el bautismo. Los circuncidados son hijos de Abraham, según la carne, pero no necesariamente según la fe, esta la alcanzan hasta que son educados, tienen conocimiento y OBEDECEN los mandatos de Dios. Igual que los bautizados en la ICAR y en muchas iglesias reformadas históricas, que ya tienen tiempo suficiente de reflexión el el Amor de Dios. Paralelismo claro puro y duro. No Bíblico literal explícito, no antibíblico. Dios le bendiga.
