¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

Re: Apreciado Leal:

Re: Apreciado Leal:

Como te prometí, aquí te envío un comentario de alguien reconocido como erudito en hebreo, griego y experto en el manejo de códices y manuscritos.
John Gill D.D.(Inglaterra Siglo XVIII) Famoso comentarista puritano muy recomendado por C.H. Spurgeon:

Esta historia de la mujer tomada en adulterio, falta en el texto Alejandrino y en otras copias antiguas; tampoco está en Nonnus, Crisóstomo, y Teofilacto; ni en ninguna de las ediciones de la versión Siríaca, hasta que fue restaurara por De Dieu, de una copia del Arzobispo Usher; pero estaba en las versiones árabe y etíope, y en las Armonías de Tatian y Ammonius; el primero que vivió alrededor del año 160, apenas unos 60 años después de la muerte del Evangelista Juan, y el otro aproximadamente por el año 230; también estaba en las dieciséis copias griegas antiguas de Stephens, y en todas las diecisiete de Beza, exceptuando una; no se necesita dudar de su autenticidad; Eusebio dice que está en el Evangelio según los Hebreos; y que su autoridad tampoco debe cuestionarse.
Hist. Ecless. l. 3. c. 39.
Saludos.
Ricardo.


Ricardo:

El comentario de john Gill es tan partidista que no es reconocido como una fuente de referencia imparcial, y tan arcaico que lo puedes encontrar gratis en la red. John Gill fue un teólogo bautista, con extremos reconocidos en su teología.
Eso de las versiones árabes y etíopes son hipótesis que no se pueden comprobar.

Me parece que estas empeñado en rebatir la conclusión de los especialistas del comité de traducción de la UBS, que establecieron el texto griego del NT; pero careces de pruebas concretas, solo has traído comentarios sin fundamento real. Ninguno de los manuscritos de los primeros casi doce siglo, contiene esa historia.

Con todo, tú rehúsas aceptar estas pruebas evidentes, y te aferras a las conjeturas, a las opiniones de teólogos partidistas. Esa es la actitud que atasca a los santos en el camino hacia el conocimiento pleno. Aferrarse a una tradición sin fundamento bíblico, aun cuando la evidencia en contra de esa tradición sea abrumadora, es tozudez.

Saludos,

Leal
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

disculpa que me meta leal pero este texto que pones me asegura que la carta si es de pablo

muchos aseguran que no es , porque no empieza como las demas diciendo que el es un apostol de Jesus

lo que pablo asegura como un sello de sus cartas es el saludo final y no el principio


Heb 13:25 Que Dios derrame su gracia sobre todos ustedes.



Manuel96:

Para mi seria de agrado que semejante carta hubiera sido escrita por Pablo; sin embargo, debemos ser cuidadosos en no afirmar algo que carecemos de pruebas. La carta a los hebreos muestra un estilo literario que no es el de Pablo. Eso debería ser suficiente para que no usaras el argumento de la similitud del saludo final, pues en la balanza, pesa más el estilo literario que un saludo final. Según tu argumento, Pablo fue el autor del libro de apocalipsis, pues tiene un saludo final similar.

Hay varios puntos que mencionar en contra de la paternidad paulina de esta carta. Si lo deseas, como sugiere Ricardo, revivamos este debate; así me das tiempo a que arregle mi computadora, que le entro un virus que esta mas pegado que un chicle en una alfombra. Estoy escribiendo en una de esas computadoras pequeñitas, y ya me duelen los dedos de lo incomodo que tiene el teclado.

Si tienes alguna información referente al virus about blank, déjame saber. Te lo agradeceré.


Saludos,

Leal
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

Nseigi:

De Dagobertojuan no me sorprende, pues ya nos tiene acostumbrado, pero de ti si. Este pasaje que le llamas bello, no era parte del evangelio original de Juan, es una añadidura que más tarde hicieron los escribas. Los especialistas que han trabajado en la tradición de los manuscritos, no tienen dudas en este caso. El estilo de escritura de este pasaje, es muy diferente al que encontramos en el resto del libro, incluyendo las historias inmediatas antes y después del pasaje.

Según estos especialistas, varias palabras de este pasaje no se encuentran en ningún otro paraje del libro. Muchos de ellos concuerdan, en que este pasaje era una historia que circulaba en la tradición oral referente a Jesús, que en algún punto fue añadida al margen del manuscrito. De ahí, algún escriba u otra persona, creyó que la nota en el margen era parte del texto y lo incluyo después de Juan 7:52 en la copia que hizo. De esta manera, llegó a formar parte del tratado de Juan. Algunos manuscritos tienen la historia después de Juan 21:25, y otros después de Lc.21:38

Misquoting Jesus, the Story Behind Who Changed the Bible and Why. (Bart D. Ehrman)

New York Times Bestseller


Saludos,

Leal


Saludos Leal!

Su comentario me hizo pensar.... añadidura! Ud tiene el evangelio original?, Por favor sirva a explicarle a esta impresionada forista, que estaba escrito originalmente... en mi biblia está escrito ese hecho (R-V 1960), pero al leer que es añadida... debo pensar que no toda la biblia es inspirada por el Espiritu? o al menos la que consulta no lo es?

Le agradecería su explicación.


DLB
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

Manuel96:

Para mi seria de agrado que semejante carta hubiera sido escrita por Pablo; sin embargo, debemos ser cuidadosos en no afirmar algo que carecemos de pruebas. La carta a los hebreos muestra un estilo literario que no es el de Pablo. Eso debería ser suficiente para que no usaras el argumento de la similitud del saludo final, pues en la balanza, pesa más el estilo literario que un saludo final. Según tu argumento, Pablo fue el autor del libro de apocalipsis, pues tiene un saludo final similar.

Hay varios puntos que mencionar en contra de la paternidad paulina de esta carta. Si lo deseas, como sugiere Ricardo, revivamos este debate; así me das tiempo a que arregle mi computadora, que le entro un virus que esta mas pegado que un chicle en una alfombra. Estoy escribiendo en una de esas computadoras pequeñitas, y ya me duelen los dedos de lo incomodo que tiene el teclado.

Si tienes alguna información referente al virus about blank, déjame saber. Te lo agradeceré.


Saludos,

Leal

le voy a preguntar a un amigo que sabe mucho de virus

sobre el estilo literario de la carta es dificil definir ya que son traducciones
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

especulando sobre el pasajes de Jesus y la mujer adultera

Jesus escribe con su dedo leyes que acusan al hombre como hizo ante moises cuando le dio las tablas de la ley

la lay escrita nos mata porque todos somos pecadores

pienso que escribio los pecados de los lideres del grupo que querian matar a la mujer a pedradas

seria bueno preguntar que penso el esposo de la mujer adultera despues que supo que Jesus la perdono
 
Me disculpo

Me disculpo

Estimados foristas:
Con las disculpas del caso, me temo que no he estado todo lo atento que sería de desear en mi lectura de esta porción inicial de Juan 8, de otra manera hubiera advertido otra pauta adicional a las ya expuestas, y que hubiera contribuido a reforzar la propuesta de que lo que Jesús escribía en tierra era la pregunta: “¿Y dónde está el hombre?”.
Recién me percato de la importancia que puede tener el detalle del v.3: “le trajeron una mujer sorprendida en adulterio”, seguido a continuación del unánime testimonio de los escribas y fariseos: “esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio”.
Ahora, recapaciten por favor en como podrían haber variado las cosas si otro hubiese sido el testimonio o caso propuesto:
a) “esta mujer nos ha sido denunciada por su marido de infidelidad”.
b) “esta mujer se niega a delatar al hombre con quien ha adulterado”.
c) “esta mujer asegura desconocer al hombre con quien ha adulterado”.
d) “esta mujer casada afirma haber sido forzada estando sola en su casa por un desconocido”.
e) “cuando los sorprendimos en el mismo acto de adulterio el hombre se nos escapó sin lograr identificarlo”.
Bueno, si cualquiera de estos hubiese sido el caso, se desvirtuaría considerablemente la propuesta de que Jesús estaría escribiendo “¿Y dónde está el hombre?”.
Pero que no una sino dos veces se diga que la mujer fue sorprendida en adulterio, y el texto griego en el v.4 sea todavía más explícito: “en el acto mismo adulterando”, está haciendo cómplices por encubrimiento a sus acusadores. Ellos deberían venir conduciendo al hombre adelante, y la mujer detrás. Pero ya vemos la parcialidad con que procedieron.
Así que a las tres pautas anteriormente aportadas agrego esta cuarta, que si bien nunca podrá ser definitoria, por lo menos le da mayor peso.
Cordiales saludos.
Ricardo.
 
Apreciado Leal:

Apreciado Leal:

1 – Que el Dr. Gill fuese partidista y arcaico podría deducirse fácilmente de mi propia presentación de él como un puritano del Siglo XVIII. Disfruto y aprovecho de sus comentarios como no lo haría de ningún crítico textual “imparcial” (si los hubiera), racionalista, librepensador o modernista. Los antiguos sabemos quienes son; como sus trabajos fueron aprobados, y cuánto pervive la memoria de ellos y de sus obras.
2 – Que podamos bajar gratuitamente sus comentarios de la red es toda una bendición, y el que tuviera que pagar bastante por conseguir las obras del Comité de eruditos de las SBU no me asegura lo acertado de sus afirmaciones. No sabemos quienes son y desconocemos sus obras.
3 – Comparto totalmente lo que dices en tu última cláusula.
4 – Si tan convencido estás de la solvencia del comité de eruditos de las SBU, entonces procúrate sus razones y argumentos para quitar el nombre del apóstol Pablo del título de la epístola a los Hebreos, y abramos un nuevo epígrafe para debatir el punto. Pero si no te es posible dar con esa información, mejor no discutamos. Como imaginarás, los argumentos generales los conozco, y yo mismo los acepté al grado de referirme siempre en las citas al “autor de Hebreos” sin atreverme nunca a decir “Pablo”. Pero cuando abrí un epígrafe en este Foro proponiendo la cuestión, ingenuamente yo esperaba fuertes argumentos y una sólida defensa por parte de quienes rechazaban la paternidad paulina de la epístola. Insólitamente los argumentos eran fácilmente desarticulados y la defensa se vino tan abajo que acabaron abandonando el debate. No vale la pena volver a lo mismo a menos que se pueda dar con el informe presentado por el comité para la edición de la revisión Reina-Valera 1960, y entonces comprobaremos si realmente tuvieron pautas, evidencias y/o argumentos no considerados anteriormente. Yo mismo no tengo problema en abrir el epígrafe, pero al menos es necesario saber que no se me dejará hablando solo como los locos.
Aguardo instrucciones.
Ricardo.
 
Apreciado Manuel:

Apreciado Manuel:

En el buen sentido de la palabra “especulación” (mirar a lo alto) realmente que especulamos, y nada malo hay en ello, ya que supone un movimiento de la inteligencia que observa algo atentamente para reconocerlo y examinarlo.
Te asiste a ti el mismo derecho que a mí si prefieres pensar que Jesús escribía los pecados de los promotores de aquella escena.
La dificultad está en la imprecisión de la propuesta, dado que una lista de pecados, entonces como ahora, es más bien de carácter general, pues muy difícilmente aquellos escribas y fariseos se distinguieran entre sí por la comisión de pecados particulares.
En el capítulo 23 de Mateo sí tenemos tamaña lista de pecados que el Señor Jesús les enrostra duramente a los escribas y fariseos. Se hace muy difícil imaginar que con tantos ayes que valientemente pronunció Jesús contra ellos, ahora blandamente se limitara a escribirlos en el polvo. No concuerda la intrépida primera actitud con esta otra mucho más circunspecta. Además, Dios no escribe los pecados de los hombres sobre materia liviana y volátil como el polvo de la tierra, sino “con cincel de hierro y con punta de diamante; está esculpido en la tabla de su corazón” (Jeremías 17:1).

En cuanto a tu última sugerencia: ¿qué pensó el esposo de la mujer adúltera después que supo que Jesús la perdonó? me pones en muy difícil aprieto. En tren de especular y escudriñar las Escrituras, me animo ahora a incorporar otra idea complementaria a la primera. Así, advierto ahora otra cosa que anteriormente la pasé por arriba.
En el v.6ª leemos: “Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo” y en el v.8ª: “E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra”. Esto puede sugerirnos dos cosas: o que cuando se endereza y les habla (v.7) no había todavía concluido de escribir; o que habiendo primero escrito algo, vuelve ahora a escribir algo más. La secuencia me hace preferir esta segunda probabilidad. Este sería el orden:
1era. escritura: ¿Y dónde está el hombre?
2da. escritura: ¿Y dónde está el marido?
Efectivamente, la escritura más cercana como para contribuir a solucionar este dilema, es la Ley de los celos en Números 5 desde el v.11. Fuese o no culpable la mujer, pero sospechando el marido de su infidelidad, por no haberla visto, no contar con testigos ni ser sorprendida en el acto, él debía llevar su mujer al sacerdote para ser examinada y juzgada. Como nos hallamos todavía ante un caso más grave “fue sorprendida en el acto mismo, adulterando”, no se requiere ser demasiado sagaz para que naturalmente surja la pregunta: - ¿Y dónde está el marido? Él no podía quedarse en casa mientras otras manos eran puestas sobre su mujer, forcejeando con ella. Pero el marido, como el amante, no entran en escena. No pretendo escribir una novela, pero al menos ¿no es esto verosímil?
En cuanto a tu misma pregunta: Supuesta una actitud pasiva y cobarde del marido, de tener sin embargo buen corazón, pensaría en perdonar a su esposa si después de todo el escarnio, el maestro Jesús de Nazaret lo había hecho.
Había sido traída por una turba frenética y bajo el peso vergonzoso de su pecado; ahora volvía sola pero liberada, tan liviana como aquellas altas nubes de la mañana.
Cordiales saludos.
Ricardo.
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

Ricardo:

La especulación es como una bola de nieve rodando montaña abajo. Con esa historia y tu imaginación, puedes hacer perfectamente una novela policiaca. ¡Elemental! Ricardo, elemental.

Saludos,

Leal
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

Dios le bendiga

Estimados hermanos; ¿que escribía Jesús en tierra?:

Entonces los escribas y los fariseos le traen una mujer tomada en adulterio; y poniéndola en medio, dícenle: Maestro, esta mujer ha sido tomada en el mismo hecho, adulterando; y en la Ley Moisés nos mandó apedrear a las tales: tu pues, ¿qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Empero Jesús, inclinado hacia abajo, ESCRIBIA EN TIERRA CON EL DEDO. Y como perseveraban preguntándole, enderezase, y díjoles: el que de vosotros esté sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero. Y volviéndose a inclinar hacia abajo, ESCRIBIA EN TIERRA” (Juan 8:3-8)

Solo para ver las diferentes opiniones…

Dios les bendiga
he leido algunas opiniones y esta es la mia...solo es hipotetico lo que escribire, aclarado el punto, expongo que:
creo que escribia el nombre de mujeres...cuales mujeres? las mujeres con las cuales adulteraban los fariseos, por esa razon les dice " el que este limpio de pecado(de adulterio) tire la primera piedra.
no creo que preguntara por el hombre con el que fue sorprendida, ni por el esposo, ya que los fariseos en su afan de hacerle caer en la trampa, los hubieran presentado.
la expresion 'el que este libre de pecado' me da esa hipotesis...que como ya dije; solo es eso...una hipotesis
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

mmmmmmmm... no creo que escribiera los 10 mandamientos..."no es el tema" hubieran dicho los fariseos.
no creo que escribiera pecados, ya que habia pecados que no eran causa de muerte por apedreamiento.
en cuanto a que escribia jeremias 17;13 tampoco lo creo, ya que no 'era el tema", aunque reconozco que el señor no necesitaba citar capitulo y verso...nunca lo hacia, como alguien bien escribio,todavia no era dividida la biblia en versos y capitulos.

me agrada el tema; aunque algunos en su afan de protagonismo se suben a el y tratan de desviarlo, incapaces de crear sus propios temas, prefieren fastidiar a quien postea temas interesantes...quieren saber si juan o genesis o cualquier otro libro tiene letras que no estan en el original? pues vayan y abran un tema de eso...respeten a quien propuso este interesante tema.
 
Re: Apreciado Manuel:

Re: Apreciado Manuel:

En el buen sentido de la palabra “especulación” (mirar a lo alto) realmente que especulamos, y nada malo hay en ello, ya que supone un movimiento de la inteligencia que observa algo atentamente para reconocerlo y examinarlo.
Te asiste a ti el mismo derecho que a mí si prefieres pensar que Jesús escribía los pecados de los promotores de aquella escena.
La dificultad está en la imprecisión de la propuesta, dado que una lista de pecados, entonces como ahora, es más bien de carácter general, pues muy difícilmente aquellos escribas y fariseos se distinguieran entre sí por la comisión de pecados particulares.
En el capítulo 23 de Mateo sí tenemos tamaña lista de pecados que el Señor Jesús les enrostra duramente a los escribas y fariseos. Se hace muy difícil imaginar que con tantos ayes que valientemente pronunció Jesús contra ellos, ahora blandamente se limitara a escribirlos en el polvo. No concuerda la intrépida primera actitud con esta otra mucho más circunspecta. Además, Dios no escribe los pecados de los hombres sobre materia liviana y volátil como el polvo de la tierra, sino “con cincel de hierro y con punta de diamante; está esculpido en la tabla de su corazón” (Jeremías 17:1).

En cuanto a tu última sugerencia: ¿qué pensó el esposo de la mujer adúltera después que supo que Jesús la perdonó? me pones en muy difícil aprieto. En tren de especular y escudriñar las Escrituras, me animo ahora a incorporar otra idea complementaria a la primera. Así, advierto ahora otra cosa que anteriormente la pasé por arriba.
En el v.6ª leemos: “Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo” y en el v.8ª: “E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra”. Esto puede sugerirnos dos cosas: o que cuando se endereza y les habla (v.7) no había todavía concluido de escribir; o que habiendo primero escrito algo, vuelve ahora a escribir algo más. La secuencia me hace preferir esta segunda probabilidad. Este sería el orden:
1era. escritura: ¿Y dónde está el hombre?
2da. escritura: ¿Y dónde está el marido?
Efectivamente, la escritura más cercana como para contribuir a solucionar este dilema, es la Ley de los celos en Números 5 desde el v.11. Fuese o no culpable la mujer, pero sospechando el marido de su infidelidad, por no haberla visto, no contar con testigos ni ser sorprendida en el acto, él debía llevar su mujer al sacerdote para ser examinada y juzgada. Como nos hallamos todavía ante un caso más grave “fue sorprendida en el acto mismo, adulterando”, no se requiere ser demasiado sagaz para que naturalmente surja la pregunta: - ¿Y dónde está el marido? Él no podía quedarse en casa mientras otras manos eran puestas sobre su mujer, forcejeando con ella. Pero el marido, como el amante, no entran en escena. No pretendo escribir una novela, pero al menos ¿no es esto verosímil?
En cuanto a tu misma pregunta: Supuesta una actitud pasiva y cobarde del marido, de tener sin embargo buen corazón, pensaría en perdonar a su esposa si después de todo el escarnio, el maestro Jesús de Nazaret lo había hecho.
Había sido traída por una turba frenética y bajo el peso vergonzoso de su pecado; ahora volvía sola pero liberada, tan liviana como aquellas altas nubes de la mañana.
Cordiales saludos.
Ricardo.



Perdóname Ricardo, pero especular puede ser un saludable ejercicio intelectual cuando se habla de cualquier tema que no esté relacionado a las cosas de Dios; pero cuando se habla de asuntos de nuestra fe, especular sin fundamento bíblico, solo se le puede tomar en su peor sentido: Perderse en sutilezas o hipótesis sin base real; que según el evangelio son palabrerías profanas, que alejan de la vida piadosa, pues de esas palabrerías, tarde o temprano surgen enseñanzas de hombres, dadas como si fueran de Dios.


Saludos

Leal
 
Re: Apreciado Leal:

Re: Apreciado Leal:

1 – Que el Dr. Gill fuese partidista y arcaico podría deducirse fácilmente de mi propia presentación de él como un puritano del Siglo XVIII. Disfruto y aprovecho de sus comentarios como no lo haría de ningún crítico textual “imparcial” (si los hubiera), racionalista, librepensador o modernista. Los antiguos sabemos quienes son; como sus trabajos fueron aprobados, y cuánto pervive la memoria de ellos y de sus obras.
2 – Que podamos bajar gratuitamente sus comentarios de la red es toda una bendición, y el que tuviera que pagar bastante por conseguir las obras del Comité de eruditos de las SBU no me asegura lo acertado de sus afirmaciones. No sabemos quienes son y desconocemos sus obras.
3 – Comparto totalmente lo que dices en tu última cláusula.
4 – Si tan convencido estás de la solvencia del comité de eruditos de las SBU, entonces procúrate sus razones y argumentos para quitar el nombre del apóstol Pablo del título de la epístola a los Hebreos, y abramos un nuevo epígrafe para debatir el punto. Pero si no te es posible dar con esa información, mejor no discutamos. Como imaginarás, los argumentos generales los conozco, y yo mismo los acepté al grado de referirme siempre en las citas al “autor de Hebreos” sin atreverme nunca a decir “Pablo”. Pero cuando abrí un epígrafe en este Foro proponiendo la cuestión, ingenuamente yo esperaba fuertes argumentos y una sólida defensa por parte de quienes rechazaban la paternidad paulina de la epístola. Insólitamente los argumentos eran fácilmente desarticulados y la defensa se vino tan abajo que acabaron abandonando el debate. No vale la pena volver a lo mismo a menos que se pueda dar con el informe presentado por el comité para la edición de la revisión Reina-Valera 1960, y entonces comprobaremos si realmente tuvieron pautas, evidencias y/o argumentos no considerados anteriormente. Yo mismo no tengo problema en abrir el epígrafe, pero al menos es necesario saber que no se me dejará hablando solo como los locos.
Aguardo instrucciones.
Ricardo.



La última línea en este asunto, está en el hecho perfectamente comprobable, que en ningún manuscrito de los primeros doce siglos, se encuentra esta historia de la mujer adultera. Ante esta realidad, tus intentos de desviar la atención hacia otro asunto, quedan como el último recurso del que no quiere dar su brazo a torcer.


Saludos,

Leal
 
Re: Apreciado Manuel:

Re: Apreciado Manuel:

En el buen sentido de la palabra “especulación” (mirar a lo alto) realmente que especulamos, y nada malo hay en ello, ya que supone un movimiento de la inteligencia que observa algo atentamente para reconocerlo y examinarlo.
Te asiste a ti el mismo derecho que a mí si prefieres pensar que Jesús escribía los pecados de los promotores de aquella escena.
La dificultad está en la imprecisión de la propuesta, dado que una lista de pecados, entonces como ahora, es más bien de carácter general, pues muy difícilmente aquellos escribas y fariseos se distinguieran entre sí por la comisión de pecados particulares.
En el capítulo 23 de Mateo sí tenemos tamaña lista de pecados que el Señor Jesús les enrostra duramente a los escribas y fariseos. Se hace muy difícil imaginar que con tantos ayes que valientemente pronunció Jesús contra ellos, ahora blandamente se limitara a escribirlos en el polvo. No concuerda la intrépida primera actitud con esta otra mucho más circunspecta. Además, Dios no escribe los pecados de los hombres sobre materia liviana y volátil como el polvo de la tierra, sino “con cincel de hierro y con punta de diamante; está esculpido en la tabla de su corazón” (Jeremías 17:1).

En cuanto a tu última sugerencia: ¿qué pensó el esposo de la mujer adúltera después que supo que Jesús la perdonó? me pones en muy difícil aprieto. En tren de especular y escudriñar las Escrituras, me animo ahora a incorporar otra idea complementaria a la primera. Así, advierto ahora otra cosa que anteriormente la pasé por arriba.
En el v.6ª leemos: “Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo” y en el v.8ª: “E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra”. Esto puede sugerirnos dos cosas: o que cuando se endereza y les habla (v.7) no había todavía concluido de escribir; o que habiendo primero escrito algo, vuelve ahora a escribir algo más. La secuencia me hace preferir esta segunda probabilidad. Este sería el orden:
1era. escritura: ¿Y dónde está el hombre?
2da. escritura: ¿Y dónde está el marido?
Efectivamente, la escritura más cercana como para contribuir a solucionar este dilema, es la Ley de los celos en Números 5 desde el v.11. Fuese o no culpable la mujer, pero sospechando el marido de su infidelidad, por no haberla visto, no contar con testigos ni ser sorprendida en el acto, él debía llevar su mujer al sacerdote para ser examinada y juzgada. Como nos hallamos todavía ante un caso más grave “fue sorprendida en el acto mismo, adulterando”, no se requiere ser demasiado sagaz para que naturalmente surja la pregunta: - ¿Y dónde está el marido? Él no podía quedarse en casa mientras otras manos eran puestas sobre su mujer, forcejeando con ella. Pero el marido, como el amante, no entran en escena. No pretendo escribir una novela, pero al menos ¿no es esto verosímil?
En cuanto a tu misma pregunta: Supuesta una actitud pasiva y cobarde del marido, de tener sin embargo buen corazón, pensaría en perdonar a su esposa si después de todo el escarnio, el maestro Jesús de Nazaret lo había hecho.
Había sido traída por una turba frenética y bajo el peso vergonzoso de su pecado; ahora volvía sola pero liberada, tan liviana como aquellas altas nubes de la mañana.
Cordiales saludos.
Ricardo.
Estimado y apreciado Ricardo:

Te presento mis respetos...

Tomando y siguiendo con el último hilo de tu exposición... digo:

A no ser... que no hubiera marido... y que la adúltera era constituida como tal... por extensión... por un hombre casado.


Saludos y bendiciones


Dagoberto
 
Apreciado Dagoberto:

Apreciado Dagoberto:

Te confieso que no te entendí:
"A no ser... que no hubiera marido... y que la adúltera era constituida como tal... por extensión... por un hombre casado."
¿Podrías ser tan amable de explicarte?
Gracias.
Ricardo.
 
Re: Apreciado Dagoberto:

Re: Apreciado Dagoberto:

Te confieso que no te entendí:
"A no ser... que no hubiera marido... y que la adúltera era constituida como tal... por extensión... por un hombre casado."
¿Podrías ser tan amable de explicarte?
Gracias.
Ricardo.

Fácil estimado Ricardo

Si la mujer no era casada, pero estaba con un hombre casado, eso la constituía en adúltera.... aunque no tuviera marido.

Saludos y bendiciones
 
Estimado Leal:

Estimado Leal:

Este no es el lugar ni yo soy quien para ponerme a dar clases de filosofía explicando qué se entiende por especulación, que por supuesto difiere muchísimo de cualquier connotación negativa como ocurre con su otra acepción en materia económica.
Hablando de temas teológicos y escriturales, por supuesto que yo no me atrevo a aventurarme en especulación alguna si pierdo de vista la costa de la Sagrada Escritura.
Yo íntimamente siento que he hecho todo un esfuerzo concienzudo atendiendo al texto y percatándome de aspectos que antes no había advertido.
Cualquier forista podrá fácilmente comprobar como las ideas provienen o son sugeridas de las mismas Escrituras, no solamente las de Juan 8 sino también de otros textos del Pentateuco.
Se me podrá decir que no alcanzo a ser convincente, pero no que me pierdo en sutilezas o hipótesis sin base real ni fundamento bíblico.
Al impugnar también otras propuestas – aunque respetándolas – como siempre recurro al tenor general de las Sagradas Escrituras, descartando unas, y no decidiéndome por otras, pues de alguna manera pienso que entran en contradicción con lo revelado en la Palabra de Dios.
Saludos.
Ricardo.
 
Re: ¿QUE ESCRIBÍA JESÚS EN TIERRA?

Léete a ti mismo, y dime si lo que has venido haciendo en este tema, no es perderse en sutilezas e hipótesis sin base real. Recuerda que estas disertando sobre lo que pudo haber escrito Jesús en la tierra. Aun en el caso de que este pasaje fuera original del tratado de Juan, y no una añadidura comprobada, el hecho de estar teorizando sobre lo que pudiera haber sido, es perderse en palabrerías sin base real.

Saludos,

Leal
 
Mi querido hermano Dagoberto:

Mi querido hermano Dagoberto:

Ya lo ves, sintiéndome desafiado y atraído por lo difícil, a veces lo fácil pasea bajo mis narices y ni cuenta me doy. Gracias por tu aclaración.
Pero lo que no se me presenta nada fácil es esta ocurrencia tuya, inédita hasta ahora, por lo menos en este epígrafe.
Siendo que la mujer fue tomada en el mismo acto, adulterando, de haber sido ella soltera y sólo el hombre casado, la propuesta que desde un principio he venido apoyando ¿cómo se vería afectada? Aparentemente no en su premisa original “¿Y dónde está el hombre?”
pero quedaría sin efecto la segunda: “¿Y dónde está el marido?”.
Así que ahora debo examinar la verosimilitud de la misma. O sea, si bien pudo ocurrir así, hemos de atender al asunto de tal modo que pueda considerarse su probabilidad.
Seguramente que el suceso más próximo al que propones sea el de la mujer samaritana. Pero como ella no vivía en el marco legal judaico, no viene realmente al caso. Apenas podemos tomar de aquel encuentro de Jesús con la samaritana, el pedido que le hace:
“Ve, llama a tu marido, y ven acá” (Jn.4:16). ¿De qué nos sirve ahora? Pues, a lo menos para demostrar que Jesús no es ajeno a una situación conyugal y moral, mayormente si al descubrir la situación se abriera un alma sedienta del Agua de Vida.
El marco legal de la Ley de Moisés a la que escribas y fariseos adherían celosamente está dado en la segunda parte del capítulo 22 del Deuteronomio.
Allí son contempladas diversas situaciones que involucran tanto a casados y solteros, como a vírgenes desposadas y no desposadas todavía. Respecto a las rameras la Ley establecía: “No haya ramera entre las hijas de Israel” (Dt.23:17). El episodio narrado en Juan 8 no parece sugerir que nos hallamos ante una ramera. Las mujeres que los judíos alegan que Moisés mandó apedrear no son las prostitutas. Si se tratase de una virgen desposada o no, ello sería una violación que se castigaba desde la muerte de ambos si ocurrió en la ciudad; o la del hombre sólo si fue en el campo; o de no estar desposada debería tomarla por mujer y pagar a su padre cincuenta piezas de plata.
No parecen ser las precedentes situaciones apropiadas al caso narrado en Juan 8.
Los judíos aunque quisieran no podrían tenderle al Señor Jesús una trampa diciendo una cosa que encubriera una realidad distinta. Él sabía lo que había en el corazón del hombre; conocía sus pensamientos.
En todo este episodio el Señor Jesús se muestra aceptando tácitamente el hecho tal cual le fue presentado. La mujer no se defiende ni protesta. La admisión de su culpa parece implícita en el relato. En un flagrante acto de adulterio ella fue sorprendida.
Es interesante reparar que las referencias bíblicas de Juan 8:5 “Moisés nos mandó” llevan a Lv.20:10 y Dt.22:22, y en ambos pasajes no se especifica el estado del hombre sino el de la mujer. Allí ella es la “mujer casada con marido” o “la mujer de su prójimo”; pero no se dice si el hombre es soltero o casado, como si tal cosa no incidiera en la comisión del delito mortal. La severa pena del adulterio, más que proteger a la mujer, parece encaminada a defender al marido en su dignidad y honorabilidad. Véase que la ley no legisla sobre la infidelidad del esposo, no arriesgando otras penas que los delitos ya mencionados con otras mujeres casadas y con las vírgenes. La tradición judeo-cristiana ha sido permisiva con el hombre de nuestra América contemporánea, tolerando las aventuras amorosas de hombres casados, pero denigrando a las esposas que cayeran en igual falta.
Después de todo lo visto, parece que la sugerencia de Dagoberto no pasa de un susto, y que vuelven a cobrar vida las escrituras en tierra:
“¿Y dónde está el hombre?”
“¿Y dónde está el marido?”.
Por lo menos, así es como lo sigo viendo.
Saludos.
Ricardo.
 
Re: Mi querido hermano Dagoberto:

Re: Mi querido hermano Dagoberto:

Ya lo ves, sintiéndome desafiado y atraído por lo difícil, a veces lo fácil pasea bajo mis narices y ni cuenta me doy. Gracias por tu aclaración.
Pero lo que no se me presenta nada fácil es esta ocurrencia tuya, inédita hasta ahora, por lo menos en este epígrafe.
Siendo que la mujer fue tomada en el mismo acto, adulterando, de haber sido ella soltera y sólo el hombre casado, la propuesta que desde un principio he venido apoyando ¿cómo se vería afectada? Aparentemente no en su premisa original “¿Y dónde está el hombre?”
pero quedaría sin efecto la segunda: “¿Y dónde está el marido?”.
Así que ahora debo examinar la verosimilitud de la misma. O sea, si bien pudo ocurrir así, hemos de atender al asunto de tal modo que pueda considerarse su probabilidad.
Seguramente que el suceso más próximo al que propones sea el de la mujer samaritana. Pero como ella no vivía en el marco legal judaico, no viene realmente al caso. Apenas podemos tomar de aquel encuentro de Jesús con la samaritana, el pedido que le hace:
“Ve, llama a tu marido, y ven acá” (Jn.4:16). ¿De qué nos sirve ahora? Pues, a lo menos para demostrar que Jesús no es ajeno a una situación conyugal y moral, mayormente si al descubrir la situación se abriera un alma sedienta del Agua de Vida.
El marco legal de la Ley de Moisés a la que escribas y fariseos adherían celosamente está dado en la segunda parte del capítulo 22 del Deuteronomio.
Allí son contempladas diversas situaciones que involucran tanto a casados y solteros, como a vírgenes desposadas y no desposadas todavía. Respecto a las rameras la Ley establecía: “No haya ramera entre las hijas de Israel” (Dt.23:17). El episodio narrado en Juan 8 no parece sugerir que nos hallamos ante una ramera. Las mujeres que los judíos alegan que Moisés mandó apedrear no son las prostitutas. Si se tratase de una virgen desposada o no, ello sería una violación que se castigaba desde la muerte de ambos si ocurrió en la ciudad; o la del hombre sólo si fue en el campo; o de no estar desposada debería tomarla por mujer y pagar a su padre cincuenta piezas de plata.
No parecen ser las precedentes situaciones apropiadas al caso narrado en Juan 8.
Los judíos aunque quisieran no podrían tenderle al Señor Jesús una trampa diciendo una cosa que encubriera una realidad distinta. Él sabía lo que había en el corazón del hombre; conocía sus pensamientos.
En todo este episodio el Señor Jesús se muestra aceptando tácitamente el hecho tal cual le fue presentado. La mujer no se defiende ni protesta. La admisión de su culpa parece implícita en el relato. En un flagrante acto de adulterio ella fue sorprendida.
Es interesante reparar que las referencias bíblicas de Juan 8:5 “Moisés nos mandó” llevan a Lv.20:10 y Dt.22:22, y en ambos pasajes no se especifica el estado del hombre sino el de la mujer. Allí ella es la “mujer casada con marido” o “la mujer de su prójimo”; pero no se dice si el hombre es soltero o casado, como si tal cosa no incidiera en la comisión del delito mortal. La severa pena del adulterio, más que proteger a la mujer, parece encaminada a defender al marido en su dignidad y honorabilidad. Véase que la ley no legisla sobre la infidelidad del esposo, no arriesgando otras penas que los delitos ya mencionados con otras mujeres casadas y con las vírgenes. La tradición judeo-cristiana ha sido permisiva con el hombre de nuestra América contemporánea, tolerando las aventuras amorosas de hombres casados, pero denigrando a las esposas que cayeran en igual falta.
Después de todo lo visto, parece que la sugerencia de Dagoberto no pasa de un susto, y que vuelven a cobrar vida las escrituras en tierra:
“¿Y dónde está el hombre?”
“¿Y dónde está el marido?”.
Por lo menos, así es como lo sigo viendo.
Saludos.
Ricardo.

Estimado Ricardo

Agradecido de tu respuesta y de tomar en cuenta un chispazo neuronal efimerillo.

Me imagino que en lo recóndito de tu pensamiento no ignoras cuanto sabor me producen tus escritos; y entiendo que gustosamente te prestas a entablar una sabrosa respuesta a cuanta conjetura aparezca, máxime si es inédita. Creo que el gozo es mutuo; porque si somos confesos de estar conjeturando y suponiendo hipotéticamente, eso no nos hace culpables delante de Dios, pero sí nos permite ejercitarnos en el uso de su palabra y en nuestras inquietas neuronas, que gozan cada vez que las despertamos con temas interesantes; aunque a algunos les inquieten y se les ericen los cabellos…

Muy interesante tu respuesta, y aceptable por cierto; … solo que me animo a suponer que bien cabe mi propuesta, si tomamos en cuenta, primero, que los judíos eran artistas en aplicar la Palabra de Dios con condimentos tales como mandamientos y normas de hombres;… pero no Cristo, … El era y es puro en sus palabras, juicios e interpretaciones y… caballeroso… muy caballeroso.. porque a la mujer de Juan 3, le dijo: “Ve, llama a tu marido”;… una forma de honrar a aquella mujer, de respetarla en su debilidad, aunque sin dejarla sin su ayuda;… sabiendo ya de antemano que actualmente no tenía marido… bien pudo haber dicho “ve, llama a tu conviviente, a tu pareja”… ¿podría Jesús haber guardado silencio frente a una mujer adultera siendo soltera y… como te decía.. “adúltera por extensión”?

Espero tu respuesta, sin olvidarte del condimento... que solo estamos conjeturando… suponiendo... y ejercitando nuestras alicaídas neuronas cristianas…

Tuyo en Cristo

Dagoberto