Preguntas a calvinistas y luteranos

Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Que tal Emilio, un saludo.

La esperanza de la Creación (vs. 20) a ser "libertada de la esclavitud de corrupción" (vs. 21) ¿Es una certeza o una incertidumbre?

Es una certeza y esa certeza la tenemos por fe en Dios.

Sin embargo, a la creación Dios no le imputa pecado.

Pablo equipara la esperanza de la Creación con la esperanza del creyente, pues aunque solo al creyente le ha sido imputado el pecado, ambs estan sometidos a corrupción.

Si es una certeza, entonces ¿Significa por eso que su libertad es segura? digo, la libertad de la Creación.

Sin fe es imposible agradar a Dios. Si Dios promete algo, Él lo cumplirá con certeza. Por eso Hebreos 11:1 dice que la fe es "la certeza de lo que se espera". En esa sola frase la fe y la esperanza son unidas.

Así como en el caso de la creación (y el hombre es parte de la creación) la salvación del hombre es una certeza y esa certeza la tenemos por fe en Dios.

Lo cual no significa que el hombre tenga asegurada su salvación. Es una seguridad relativa.

La fe es certeza de lo que se espera. Pero eso no significa que vas a recibir lo que esperas.

Una certeza incierta es algo contradictorio. El pasaje dice claramente que fe es la certeza de lo que se espera, es decir, la seguridad absoluta (no relativa) del cumplimiento de las promesas de Dios en uno.

Si Dios promete que aquel que crea en Cristo será salvo, entonces es verdad. Si es verdad, entonces creo en Cristo y soy salvo. Eso es certeza de lo que se espera.

No comprendo un concepto contradictorio como certeza relativa en cuanto a una promesa de Dios. Si es certeza, entonces no es relativa; si es relativa, entonces no es certeza. Simplemente es contradictorio.

El mismo apóstol San Pablo te aclara este tema cuando declara lo siguiente por ejemplo.

"Sino que castigo mi cuerpo y lo esclavizo; No sea que, habiendo predicado a los demás, yo mismo resulte descalificado." (1 Co. 9:27)

Pablo se refiere aquí a su facultad de ejercer el ministerio como Apóstol. Si cedia a sus malos deseos, entonces quedaría descalificado para seguir ejerciendo. Por supuesto, pediría perdón y seguiría siendo hijo, como Sansón o David, quienes pecaron pero fueron perdonados, más no podría seguir ejerciendo el Apostolado.

"Pues aunque de nada me acusa la conciencia, no por esto estoy justificado. El que me juzga es el Señor ." (1 Co. 4:4)

La frase anterior a esa explica la que resaltas. Pablo aclara que él no había sido justificado por su buena conducta.

Dios te guarde...
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Muy a proposito de que estamos tocando el tema de justificacion/santificacion, no se puede prescindir de las declaraciones del Concilio de Trento, sobre las causas y el modo en el que el hombre llega a ser justificado.


CAP. VII. Que sea la justificación del pecador, y cuáles sus causas.

A esta disposición o preparación se sigue la justificación en sí misma: que no sólo es el perdón de los pecados, sino también la santificación y renovación del hombre interior por la admisión voluntaria de la gracia y dones que la siguen; de donde resulta que el hombre de injusto pasa a ser justo, y de enemigo a amigo, para ser heredero en esperanza de la vida eterna. Las causas de esta justificación son: la final, la gloria de Dios, y de Jesucristo, y la vida eterna. La eficiente, es Dios misericordioso, que gratuitamente nos limpia y santifica, sellados y ungidos con el Espíritu Santo, que nos está prometido, y que es prenda de la herencia que hemos de recibir. La causa meritoria, es su muy amado unigénito Jesucristo, nuestro Señor, quien por la excesiva caridad con que nos amó, siendo nosotros enemigos, nos mereció con su santísima pasión en el árbol de la cruz la justificación, y satisfizo por nosotros a Dios Padre. La instrumental, además de estas, es el sacramento del bautismo, que es sacramento de fe, sin la cual ninguno jamás ha logrado la justificación. Ultimamente la única causa formal es la santidad de Dios, no aquella con que él mismo es santo, sino con la que nos hace santos; es a saber, con la que dotados por él, somos renovados en lo interior de nuestras almas, y no sólo quedamos reputados justos, sino que con verdad se nos llama así, y lo somos, participando cada uno de nosotros la santidad según la medida que le reparte el Espíritu Santo, como quiere, y según la propia disposición y cooperación de cada uno. Pues aunque nadie se puede justificar, sino aquel a quien se comunican los méritos de la pasión de nuestro Señor Jesucristo; esto, no obstante, se logra en la justificación del pecador, cuando por el mérito de la misma santísima pasión se difunde el amor de Dios por medio del Espíritu Santo en los corazones de los que se justifican, y queda inherente en ellos. Resulta de aquí que en la misma justificación, además de la remisión de los pecados, se difunden al mismo tiempo en el hombre por Jesucristo, con quien se une, la fe, la esperanza y la caridad; pues la fe, a no agregársele la esperanza y caridad, ni lo une perfectamente con Cristo, ni lo hace miembro vivo de su cuerpo. Por esta razón se dice con suma verdad: que la fe sin obras es muerta y ociosa; y también: que para con Jesucristo nada vale la circuncisión, ni la falta de ella, sino la fe que obra por la caridad. Esta es aquella fe que por tradición de los Apóstoles, piden los Catecúmenos a la Iglesia antes de recibir el sacramento del bautismo, cuando piden la fe que da vida eterna; la cual no puede provenir de la fe sola, sin la esperanza ni la caridad. De aquí es, que inmediatamente se les dan por respuesta las palabras de Jesucristo: Si quieres entrar en el cielo, observa los mandamientos. En consecuencia de esto, cuando reciben los renacidos o bautizados la verdadera y cristiana santidad, se les manda inmediatamente que la conserven en toda su pureza y candor como la primera estola, que en lugar de la que perdió Adan por su inobediencia, para sí y sus hijos, les ha dado Jesucrito con el fin de que se presenten con ella ante su tribunal, y logren la salvación eterna.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Calvino, porotra parte enseñaba:

Al contrario, será justificado por la fe aquel que, excluido de la justicia de las obras, alcanza la justicia de la fe, revestido con la cual, se presenta ante la majestad divina, no como pecador sino como justo. De esta manera afirmamos nosotros en resumen que nuestra justificación es la aceptación con que Dios nos recibe en su gracia y nos tiene por justos y decimos que consiste en la remisión de los pecados y en la imputación de la justicia de Cristo.
(...)Y por el contexto se ve claro que el verbo "ser justificado", tanto en griego como en latín, no se puede entender sino en el sentido de "ser reputado por justo", y que no denota cualidad alguna.
Justificar, pues, no "quiere decir otra cosa sino absolver al que estaba acusado, como si se hubiera probado su inocencia. Así pues, como quiera que Dios nos justifica por la intercesión de Cristo, no nos absuelve como si nosotros fuéramos inocentes, sino por la imputación de la justicia; de suerte que somos reputados justos en Cristo, aunque no lo somos en nosotros mismos.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

No soy luterano ni calvinista. Creo en la justificación por la fe, como el ropaje con el cual seremos presentados ante Dios. No he hallado definición más completa que esta: "La justicia por la fe es la obra de Dios, que abate al polvo la gloria del hombre y hace por el hombre lo que él no puede hacer por sí mismo". En Romanos 4, Pablos es muy claro: el hombre no tiene en sí mismo nada que lo recomiende delante de Dios. La obras no lo ayudan: la ley no lo salva; sólo la fe de Jesús puede hacer al hombre justo.

La palabra "atribuido", usada por Pablo en Romanos 4:3 podría entenderese como "acreditado". Nuestra deuda de pecado es tan grande, que nada podemos hacer por saldarla. Como si tuviéramos una cuenta bancaria en "0", por lo que no podemos girar cheques. Pero el gran Banquero celestial pone en nuestra cuenta su propia justicia y por el somos considerados por Dios como si nunca hubiéramos pecado. Es por eso la importancia capital que Pablo da a la vida de Cristo en Romanos 5:10: "...estando reconciliados, seremos salvos por su vida". Es la vida sin pecado de Cristo la que nos garantiza la justificación, la santificación y la glorificación.

Podemos llamar a la fase inicial de la justificaci'on la "justicia imputada"; la segunda fase la podemos llamar "justicia impartida". La primera es nuestro derecho al Cielo; la segunda nuestra idoneidad para el cielo. A esta justicia impartida es la que llamamos "santificación". La primera es instantánea; la segunda dura toda la vida. Podemos decir que la santificación es una escuela. Tenemos que aprender a vivir como nuevas criaturas; y esto no se consigue en un día, ni en una semana, ni en un mes: dura toda nuestra vida.

Pabo dice: "No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo por ver si alcanzo aquello para lo cual fui alcanzado de Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco. al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:12-14).

¿Y qué de las obras? Estas ni salvan, ni regeneran. Obedecemos a Dios por amor. Las obras son el resultado de la justificación. No obramos para ser salvos, sino que obramos porque somos salvos.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Ahmed1984

He leído las respuestas a las cuestiones que te planteé. No sé si ya te ha dado la impresión de que estamos abriendo una tema que casi ocupa todas las cuestiones de la soterología cristiana.

Por eso me gustaría ir desmenuzando y cogiendo las cosas por partes.

1. Por ejemplo cuando te dije que la justificación es extrínseca e infusa, lo dije para con Cristo. Quien pese a no necesitar ser justificado, es el único que ha cooperado con Dios padre en ésto. Pues se entiende en la lectura de las escrituras que Cristo eligió cumplir la voluntad de Dios Padre, pues al estar libre del pecado original, podía obrar de este modo. Aunque sujeto a la condición humana histórica, es decir tenía hambre, sufría, etc...; no por que en su naturaleza habitase la causa (el pecado)...

Para que la justificación pudiese ser infusa deberíamos ser de la naturaleza humana de Cristo.

2. Por eso se nos imputan los méritos de Cristo.

Creo que Calvino, que tenía una mente formada en el derecho, extiende la doctrina de la Gracia y del Pecado Original hasta sus últimas consecuencias. No es sólo un continuador de Lutero en estos temas, sino que continúa la teología de Agustín.

Es cierto que usa un lenguaje excesivamente jurídico y presenta a un Dios muy soberano y distante. Pero creo que estos excesos están corregidos, hay más obras calvinistas que las de Calvino. Fíjate en el lenguaje que usaban los jansenitas, mucho más cercano a la mentalidad católica.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Que tal Brígido, un saludo.



Lo siento amigo, hasta aquí llego con ud, porque tal como ud dice quiere hablar...y solamente eso, pues no está dispuesto ni a escuchar, ni a entender, ni a dialogar. Lo único que quiere es hablar y hablar y hablar...y hablar.

Si quiere seguir hablando, deje de lado los personalismos y prejuicios y luego seguimos.

Dios le guarde...


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Como quieras amigo. Los personalismos y prejuicios son los míos, porque tú lo dices. Te advertí que cuando se toca la levadura se inflama la ira. Hay algunos judaizantes aquí que están acostumbrados a dar clases con una gran sabiduría de palabras y con eso sólo han conducido a la iglesia institucional a la apostasía, pero enseguida se rasgan las vestiduras si se les cuestiona tal o cual punto. No has refutado mis argumentos y más bien te demostré que aseguras cosas sin base escritural alguna, si eso te hizo molestar, amigo, no estamos puestos para agradar a los hombres. Gracia que no pax.:hola:
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

No obramos para ser salvos, sino que obramos porque somos salvos.

No, yo diría en resumen lo siguiente.

Por la fe que nos ha sido dada, obramos (corremos) para alcanzar la salvación.

Por algo Pablo compara a los de las fe de Jesús con los que corren en el estadio (1 de Co. 9.24-27).
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Si Dios promete que aquel que crea en Cristo será salvo, entonces es verdad. Si es verdad, entonces creo en Cristo y soy salvo. Eso es certeza de lo que se espera.

Si crees en Cristo SERÁS salvo. No dice que ERES salvo.

Por la fe en Cristo hay certeza de lo que esperas (la salvación) pero... no la has alcanzado aún...

Si no tuvieras fe en Jesús no podrías tener esa esperanza...

No comprendo un concepto contradictorio como certeza relativa en cuanto a una promesa de Dios. Si es certeza, entonces no es relativa; si es relativa, entonces no es certeza. Simplemente es contradictorio.

La certeza dice relación con lo que esperas..., alcanzar la salvación.

Pablo se refiere aquí a su facultad de ejercer el ministerio como Apóstol. Si cedia a sus malos deseos, entonces quedaría descalificado para seguir ejerciendo. Por supuesto, pediría perdón y seguiría siendo hijo, como Sansón o David, quienes pecaron pero fueron perdonados, más no podría seguir ejerciendo el Apostolado.

No comparto para nada tu interpretación del pasaje.

Leído en su contexto está clarito que se refiere a todos los que corren en el estadio, es decir a todos los cristianos sin distinguir en cuanto al ministerio que profesan...



La frase anterior a esa explica la que resaltas. Pablo aclara que él no había sido justificado por su buena conducta.

Dios te guarde...[/QUOTE]
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Que tal Brígido, un saludo.

Como quieras amigo. Los personalismos y prejuicios son los míos, porque tú lo dices.

¿Quieres un ejemplo? sigamos con el resto de tu post:

Te advertí que cuando se toca la levadura se inflama la ira. Hay algunos judaizantes aquí que están acostumbrados a dar clases con una gran sabiduría de palabras y con eso sólo han conducido a la iglesia institucional a la apostasía, pero enseguida se rasgan las vestiduras si se les cuestiona tal o cual punto.

Pues bien, todo esto está demás, y es lo que se llama un personalismo o ad hominem.

No me he molestado porque hayas cuestionado cualquier punto de mis convicciones (no estaría en un foro de debate, donde cada día lo que creo es cuestionado), sino porque no puedes dialogar sin lanzar algún ad hominem de por medio. Ya vienes predispuesto con pocos argumentos y un montón de ad hominem en contra de lo que te pueda decir, por lo tanto, mientras no haya respeto, pues no sigo.

No has refutado mis argumentos y más bien te demostré que aseguras cosas sin base escritural alguna, si eso te hizo molestar, amigo, no estamos puestos para agradar a los hombres. Gracia que no pax.:hola:

Pues bien, ya mencione que de ninguna manera me ha molestado lo que dices, y de responder no tengo ningún problema, pero simplemente no sigo porque mientras no haya un mínimo de respeto, el diálogo será una perdida de tiempo.

Dios te bendiga...
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Si Dios promete que aquel que crea en Cristo será salvo, entonces es verdad. Si es verdad, entonces creo en Cristo y soy salvo. Eso es certeza de lo que se espera.

Si crees en Cristo SERÁS salvo. No dice que ERES salvo.

Por la fe en Cristo hay certeza de lo que esperas (la salvación) pero... no la has alcanzado aún...

Si no tuvieras fe en Jesús no podrías tener esa esperanza...

¿Porque dice serás salvo? porque para serlo hay que cumplir una condición (si es que podemos llamarla así) ¿Cual es esa condición? creer en Jesucristo.

Cumplida la condición, ya eres salvo. El "serás" se convierte en un "eres", pues la condición ya se ha cumplido. Tienes vida eterna, eres hijo adoptado y reconciliado con Dios, etc.

No comprendo un concepto contradictorio como certeza relativa en cuanto a una promesa de Dios. Si es certeza, entonces no es relativa; si es relativa, entonces no es certeza. Simplemente es contradictorio.

La certeza dice relación con lo que esperas..., alcanzar la salvación.

La fe convierte en certeza la promesa. La salvación ya se ha alcanzado en Cristo para el que cree en Él, pues la única condición, la fe en Cristo, se ha cumplido en cada hijo de Dios.

Pablo se refiere aquí a su facultad de ejercer el ministerio como Apóstol. Si cedia a sus malos deseos, entonces quedaría descalificado para seguir ejerciendo. Por supuesto, pediría perdón y seguiría siendo hijo, como Sansón o David, quienes pecaron pero fueron perdonados, más no podría seguir ejerciendo el Apostolado.

No comparto para nada tu interpretación del pasaje.

Leído en su contexto está clarito que se refiere a todos los que corren en el estadio, es decir a todos los cristianos sin distinguir en cuanto al ministerio que profesan...

Tiene razón. Respondí de manera apurada y no sabia. Le concedo el punto, pues el vs. 24 es claro al respecto.

Más insisto en que Pablo no se está refiriendo con el término "eliminado" a la pérdida de la salvación, sino del galardón, el premio de la carrera, esto es, las recompensas.

En la misma carta encontramos un vs. que nos puede ilustrar esto:

"Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego." 1 Corintios 3:15

Pablo comprendía que la salvación no es una recompensa o galardón que se obtiene luego de trabajar por ella, sino un regalo que se recibe por Gracia, es decir, de manera inmerecida (Romanos 4:4-5) y por medio de la fe en Cristo (Efesios 2:8), de manera que no tiene sentido correr por algo que se recibe gratuítamente (Apocalipsis 22:17), que no se gana. Sin embargo, él quería recibir el galardón completo (2 Juan 1:8), es decir, el fruto o recompensa de parte de Dios por Su trabajo como Apóstol.

¿Porqué el úso de la palabra "eliminado"? porque Pablo estaba estirando la ilustración. Siendo el heraldo, aquel que llama a correr, no quería ser eliminado de la carrera, es decir, no obtener la recompensa por su obra.

Pablo no se refiere aquí a la pérdida de la salvación, sino de la recompensa. No importa cuantas obras hagamos, ninguna de ellas nos merece que ganemos la salvación (Romanos 3:20), por lo tanto, según las propias palabras de Pablo, sería contradictorio que exhortara aquí a los Corintios a ganarse la salvación por medio de las obras.

Dios te guarde...
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Ahmed1984

He leído las respuestas a las cuestiones que te planteé. No sé si ya te ha dado la impresión de que estamos abriendo una tema que casi ocupa todas las cuestiones de la soterología cristiana.

Por eso me gustaría ir desmenuzando y cogiendo las cosas por partes.

1. Por ejemplo cuando te dije que la justificación es extrínseca e infusa, lo dije para con Cristo. Quien pese a no necesitar ser justificado, es el único que ha cooperado con Dios padre en ésto. Pues se entiende en la lectura de las escrituras que Cristo eligió cumplir la voluntad de Dios Padre, pues al estar libre del pecado original, podía obrar de este modo. Aunque sujeto a la condición humana histórica, es decir tenía hambre, sufría, etc...; no por que en su naturaleza habitase la causa (el pecado)...

Para que la justificación pudiese ser infusa deberíamos ser de la naturaleza humana de Cristo.

2. Por eso se nos imputan los méritos de Cristo.

Creo que Calvino, que tenía una mente formada en el derecho, extiende la doctrina de la Gracia y del Pecado Original hasta sus últimas consecuencias. No es sólo un continuador de Lutero en estos temas, sino que continúa la teología de Agustín.

Es cierto que usa un lenguaje excesivamente jurídico y presenta a un Dios muy soberano y distante. Pero creo que estos excesos están corregidos, hay más obras calvinistas que las de Calvino. Fíjate en el lenguaje que usaban los jansenitas, mucho más cercano a la mentalidad católica.

Ya que lo has propuesto desarrolla este tema como creas conveniente y vamos tratando asi las cosas. De momento, se que estas tratando la justificacion infusa como algo totalmente nuevo, ajeno a la concepcion clasica que propuso la Iglesia en Trento. Estas redefiniendo el concepto...justificacion infusa explica lo que ocurre dentro del creyente. No solo se nos declara justos ante Dios(Calvino, Lutero), sino que en verdad se nos hace justos ante El. Por eso justificacion/santificacion es mas que un proceso judicial, es una adopcion filial. Porque Dios es Padre antes que Juez. Y eso lo vemos en toda la historia de la salvacion... Dios siempre volvia rostro hacia la humanidad. Siempre prometia castigo ante la infidelidad, pero su ira le duraba poco, aun cuando una y otra vez estos caian en idolatrias y demas. Luego con la llegada de Jesucristo se conocio la plenitud del amor de Dios.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Ya que lo has propuesto desarrolla este tema como creas conveniente y vamos tratando asi las cosas. De momento, se que estas tratando la justificacion infusa como algo totalmente nuevo, ajeno a la concepcion clasica que propuso la Iglesia en Trento. Estas redefiniendo el concepto...justificacion infusa explica lo que ocurre dentro del creyente. No solo se nos declara justos ante Dios(Calvino, Lutero), sino que en verdad se nos hace justos ante El. Por eso justificacion/santificacion es mas que un proceso judicial, es una adopcion filial. Porque Dios es Padre antes que Juez. Y eso lo vemos en toda la historia de la salvacion... Dios siempre volvia rostro hacia la humanidad. Siempre prometia castigo ante la infidelidad, pero su ira le duraba poco, aun cuando una y otra vez estos caian en idolatrias y demas. Luego con la llegada de Jesucristo se conocio la plenitud del amor de Dios.

Cuando se nos declara justos, Ahmed, se nos hace justos. Los decretos de Dios se convierten en realidad. Y la filiación divina es fruto de esta imputación, declaración, factum, o como querramos verlo. Nadie elige a su Padre, sino que el Padre nos elige a nosotros (así se entiende en las Escrituras).

Dios no es Padre antes que Juez, si dijésemos eso, haríamos de Dios más un padre que un juez, sacando plenitud a su justicia en favor de engrandecer su paternalidad. Seguro que estás de acuerdo conmigo en que Dios posee todos sus atributos en plenitud, y es tan Padre, como Juez.

Lo que no debes ver aquí es una contradicción entre Padre y Juez. Esta contradicción no existe.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

La gracia que, una vez nos salva por la fe, si nos deja al garete es incompleta; ya no es gracia, sino desgracia. El nuevo pacto contiene una provisión indispensable para mantenernos en la gracia: "Mas este es el pacto que haré con la casa de Israel... dice Jehová: daré mi ley en sus entrañas y la escribiré en sus corazones... y no enseñará ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano diciendo: conoce a Jehová: porque todos me conocerán... dice Jehová: porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré de sus pecados" (Jeremías 31:33,34). Y por Ezequiel, añade: "y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosostros: y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos..." (Ezequiel 36:26,27).
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Que tal Brígido, un saludo.



¿Quieres un ejemplo? sigamos con el resto de tu post:



Pues bien, todo esto está demás, y es lo que se llama un personalismo o ad hominem.

No me he molestado porque hayas cuestionado cualquier punto de mis convicciones (no estaría en un foro de debate, donde cada día lo que creo es cuestionado), sino porque no puedes dialogar sin lanzar algún ad hominem de por medio. Ya vienes predispuesto con pocos argumentos y un montón de ad hominem en contra de lo que te pueda decir, por lo tanto, mientras no haya respeto, pues no sigo.



Pues bien, ya mencione que de ninguna manera me ha molestado lo que dices, y de responder no tengo ningún problema, pero simplemente no sigo porque mientras no haya un mínimo de respeto, el diálogo será una perdida de tiempo.

Dios te bendiga...

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Amigo ¿por qué crees que mataron al Señor, a los profetas, a algunos apóstoles y hermanos? ¿Te has preguntado por qué los fariseos se rasgaban las vestiduras? Amado, la levadura pone la piel fina. Un tipo que practica la ley en la gracia ¿no judaiza? ¿no es judaizante? ¿miento si le digo judaizante? Entonces tengo que atenerme a la finura de su piel para poder debatir con él? Si te digo que estás inventando cosas que no tienen base bíblica, te molestas, pero si no demuestras que lo que te digo es cierto, entonces te estoy ofendiendo y soy esto y lo otro. Mira amigo en este camino uno no va por uno sino a por el otro y hay que estirar la cobija hasta dónde se pueda. El problema es que venimos fuertemente influenciados por el judaísmo y cuando Jesús pone las cosas en su lugar, lo mataron. Ahora podríamos hacer todo un excursus y decir que no fue por eso que mataron a Jesús y que si patatín que si patatán. Los tipos comenzaron a decir que violentaba el sábado, que se hacía igual a Dios......Qué vamos a decir, ¿que todo tenía que quedar igual? Bueno, amigo, pienso que debes dejar a un lado esa susceptibilidad que expresa más desamor y soberbia que piedad cristiana. Gracia que no pax.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

No soy luterano ni calvinista. Creo en la justificación por la fe, como el ropaje con el cual seremos presentados ante Dios. No he hallado definición más completa que esta: "La justicia por la fe es la obra de Dios, que abate al polvo la gloria del hombre y hace por el hombre lo que él no puede hacer por sí mismo". En Romanos 4, Pablos es muy claro: el hombre no tiene en sí mismo nada que lo recomiende delante de Dios. La obras no lo ayudan: la ley no lo salva; sólo la fe de Jesús puede hacer al hombre justo.

La palabra "atribuido", usada por Pablo en Romanos 4:3 podría entenderese como "acreditado". Nuestra deuda de pecado es tan grande, que nada podemos hacer por saldarla. Como si tuviéramos una cuenta bancaria en "0", por lo que no podemos girar cheques. Pero el gran Banquero celestial pone en nuestra cuenta su propia justicia y por el somos considerados por Dios como si nunca hubiéramos pecado. Es por eso la importancia capital que Pablo da a la vida de Cristo en Romanos 5:10: "...estando reconciliados, seremos salvos por su vida". Es la vida sin pecado de Cristo la que nos garantiza la justificación, la santificación y la glorificación.

Podemos llamar a la fase inicial de la justificaci'on la "justicia imputada"; la segunda fase la podemos llamar "justicia impartida". La primera es nuestro derecho al Cielo; la segunda nuestra idoneidad para el cielo. A esta justicia impartida es la que llamamos "santificación". La primera es instantánea; la segunda dura toda la vida. Podemos decir que la santificación es una escuela. Tenemos que aprender a vivir como nuevas criaturas; y esto no se consigue en un día, ni en una semana, ni en un mes: dura toda nuestra vida.

Pabo dice: "No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo por ver si alcanzo aquello para lo cual fui alcanzado de Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco. al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:12-14).

¿Y qué de las obras? Estas ni salvan, ni regeneran. Obedecemos a Dios por amor. Las obras son el resultado de la justificación. No obramos para ser salvos, sino que obramos porque somos salvos.


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Hola Cajiga: Amado, te preguntaría: si crees en la justificación por la fe quiere decir que el hombre no se justifica por las obras. Ahora, si practicas puntos de la ley en la gracia ¿qué pasaría con tu salvación? Por ejemplo, ¿crees que el bautismo en agua es de Dios? ¿Crees que está vigente el ministerio angelical? Personalmente pienso, que puedo decir que estoy bajo la gracia, pero si practico un punto de la ley, estoy desgajado de Cristo.
Gracia y paz.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

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Amigo ¿por qué crees que mataron al Señor, a los profetas, a algunos apóstoles y hermanos? ¿Te has preguntado por qué los fariseos se rasgaban las vestiduras? Amado, la levadura pone la piel fina. Un tipo que practica la ley en la gracia ¿no judaiza? ¿no es judaizante? ¿miento si le digo judaizante? Entonces tengo que atenerme a la finura de su piel para poder debatir con él? Si te digo que estás inventando cosas que no tienen base bíblica, te molestas, pero si no demuestras que lo que te digo es cierto, entonces te estoy ofendiendo y soy esto y lo otro. Mira amigo en este camino uno no va por uno sino a por el otro y hay que estirar la cobija hasta dónde se pueda. El problema es que venimos fuertemente influenciados por el judaísmo y cuando Jesús pone las cosas en su lugar, lo mataron. Ahora podríamos hacer todo un excursus y decir que no fue por eso que mataron a Jesús y que si patatín que si patatán. Los tipos comenzaron a decir que violentaba el sábado, que se hacía igual a Dios......Qué vamos a decir, ¿que todo tenía que quedar igual? Bueno, amigo, pienso que debes dejar a un lado esa susceptibilidad que expresa más desamor y soberbia que piedad cristiana. Gracia que no pax.

Amigo: Por si te sirve de algo te envío este texto que encontré por allí:

RELACIONES DE DEPENDENCIANos parece que hay interpolación, añadido posterior a las cartas de Pablo, además, realizado por adversarios (judaizantes). Pablo lo veía venir: Yo sé que, ...
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RELACIONES DE DEPENDENCIA
Las primeras comunidades cristianas viven en medio de un mundo de relaciones sociales, tal y como se dan en la sociedad judía y greco-romana del siglo I. Se dan, por ejemplo, relaciones de dependencia: hombre-mujer, padres-hijos, amo-esclavos. Ahora bien, si los cristianos todo lo viven en el Señor, ¿qué pasa entonces? ¿Asumen el modelo social del mundo antiguo como palabra de Dios? O más bien ¿viven en el Señor el modelo social que se encuentran? En este caso ¿qué cambios se introducen? ¿Cómo se viven en el Señor esas relaciones de dependencia? ¿Qué dice la palabra de Dios? ¿Qué dice el Evangelio?
En la carta a los Colosenses encontramos los llamados espejos o manuales del hogar, que son reglamentos domésticos del mundo antiguo: Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced en todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimo. Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos de este mundo, no porque os vean, como quien busca agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, en el temor del Señor. Todo cuanto hagáis hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, conscientes de que el Señor os dará la herencia en recompensa. El amo a quien servís es Cristo. El que obre la injusticia, recibirá conforme a esa injusticia; que no hay acepción de personas. Amos, dad a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo presente que también vosotros tenéis un amo en el cielo (Col 3,18-4,1).
Un pasaje semejante, más amplio, aparece en la carta a los Efesios: Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a si mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a si mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a si mismo. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a su Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es este, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a si mismo; y la mujer, que respete al marido.
Sigue el pasaje: Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo: Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor. Esclavos, obedeced a vuestros amos de este mundo con respeto y temor, con sencillez de corazón, como a Cristo, no por ser vistos, como quien busca agradar a los hombres, sino como esclavos de Cristo que cumplen de corazón la voluntad de Dios; de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres; conscientes de que cada cual será recompensado por el Señor según el bien que hiciere: sea esclavo, sea libre. Amos, obrad de la misma manera con ellos, dejando las amenazas; teniendo presente que está en los cielos el amo vuestro y de ellos, y que en él no hay acepción de personas (Ef 5,22-6,9; ver 1 Tm 2,8-15; 5,3-8;6, 1-2; Tt 2,1-10; 1 Pe 2,13-3,7).
Una cosa llama la atención. La afirmación de que el hombre es cabeza (o jefe) de la mujer aparece (tal y como nos llega) en varias cartas paulinas (1 Co 11,3; Ef 5,23; Tt 2,5) y en la primera carta de Pedro (1 Pe 3,1), pero no aparece en los evangelios, que son la plenitud de la ley y los profetas. ¿Qué significa esto? ¿Esa afirmación es palabra de Dios o sólo refleja la situación social de la mujer, de inferioridad, dependencia y sumisión, tal y como se da en el mundo antiguo? Salvo casos aislados, la mujer no desempeña un papel en la vida pública. Su formación se limita a sus labores. Según el filosofo griego Aristóteles (384-322 a.C.), que tanto influye en la tradición cristiana medieval, la mujer es “como un hombre mutilado” (De generatione animalium, 2,3).
En el mundo judío, hasta los doce años y medio, el padre tiene sobre la hija la patria potestad: “Ella permanecerá siempre bajo la autoridad paterna hasta que no pase, con las nupcias, a la dependencia del marido”, se dice en La Misná, que recoge la tradición oral judía hasta el siglo II d.C. (Orden tercero, IV,5). “La mujer, dice la ley, está sometida al marido en todo” (Josefo, Contra Apionem, 2,24). Lo mismo aparece en la carta a los Efesios: “Las mujeres deben someterse a sus maridos en todo” (Ef 5,24). Afortunadamente, en nuestro tiempo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) establece la igualdad entre marido y mujer: “el hombre y la mujer tienen los mismos derechos antes, durante y después del matrimonio” (artículo 16).
En la carta a los Corintios, hablando del buen orden en las asambleas, se ordena que la mujer se cubra la cabeza, es decir, que se ponga el velo: Quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios. Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta a su cabeza. Y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta a su cabeza... El hombre no debe cubrirse la cabeza pues es imagen y reflejo de Dios; pero la mujer es reflejo del hombre. En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre. Ni fue creado el hombre para la mujer, sino la mujer para el hombre. Por eso la mujer debe llevar sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles. Por lo demás, ni la mujer sin el hombre ni el hombre sin la mujer, en el Señor. Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace de la mujer. Y todo procede de Dios (1 Co 11,3-12).
Detrás de la imposición del velo a la mujer, está la ley judía. En el mundo judío la mujer que salía sin llevar la cabeza cubierta podía ser despedida por su marido sin ningún tipo de indemnización: “Estas son las mujeres que han de ser despedidas sin entregarle la dote: aquella que quebranta la ley de Moisés o la ley judía. ¿Cuál es la ley de Moisés? Si da, por ejemplo, de comer sin haber separado antes el diezmo, o si tiene relación sexual durante el periodo de la menstruación... ¿Cuál es la ley judía? Si sale con el pelo suelto, o si teje en la plaza, o si habla con cualquier hombre” (La Misná, Orden Tercero, VII, 6).
En la carta a los Corintios, un poco más adelante, se ordena también que la mujer se calle en la asamblea: Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra. Que estén sumisas, como también la ley lo dice. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en casa (1 Co 14,34-35). Pero entonces ¿cómo puede profetizar, según se dice anteriormente? (11,5). ¿Cómo puede el autor de la carta afirmar dos cosas, de suyo contradictorias? Con razón, se ha denunciado aquí una interpolación posterior, que altera el texto paulino (G.Fitzer, 1963; ver nota Biblia de Jerusalén, 1998: algunos manuscritos ponen los vv. 34-35 después del v.40). Esta nueva imposición se presenta como mandato del Señor (14,37). No se puede alegar al respecto el siguiente pasaje: Hacia tu marido irá tu apetencia y él te dominará (Gn 3,16). La dominación del marido sobre la mujer es consecuencia del pecado. No pertenece al proyecto de Dios. En la primera carta a Timoteo encontramos también la ley del silencio y de la sumisión (1 Tm 2,11-13). Según la ley judía, “las mujeres, los esclavos y los menores (no son incluidos en el número que es mínimo) para hacer la invitación (a la acción de gracias en común)”: la mujer “tampoco puede ser maestra de niños” (La Misná, Orden Primero, VII,2 y Orden Tercero, IV, 13). La sumisión de la mujer limita su libertad en todos los aspectos, también en el servicio religioso.
Se argumenta, a partir del segundo relato de la creación (s. X a.C.), que el varón fue creado primero: Dios formó al hombre con polvo del suelo (Gn 2,7), la mujer fue formada de una costilla del hombre (2,22), del varón ha sido tomada (2,23). Sin embargo, el texto en cuestión refleja la situación social del mundo antiguo. Se ignora el pasaje, que viene a continuación y que es asumido por el Evangelio, un pasaje que proclama la oportuna autonomía con respecto a los padres, así como la unidad e igualdad del hombre y de la mujer: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne (2,24). Además, el primer relato de la creación (s. V a.C.) presenta al ser humano, diferenciado desde el punto de vista sexual. Ambos, hombre y mujer, son imagen de Dios, no sólo el hombre: Creó Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó (Gn 1,27).
Según el modelo social del mundo antiguo, la mujer está en casa y el hombre en el trabajo. Esta distribución de papeles hoy se somete a profunda revisión. La mujer (en situación de sumisión) no es la reina del hogar, sino la esclava; la relación de amor se convierte en dominación. El trabajo no es una actividad creadora y estimulante, sino una realidad dura, espinosa y esclavizante; la relación laboral degenera en explotación (Gn 3,16-18). Este no es el mundo querido por Dios. Es consecuencia del pecado humano.
La mujer participa en la misión de Jesús y en las primeras comunidades. Ahí están las mujeres que acompañan a Jesús (Lc 8,1-3). Ellas anuncian a los once y a todos los demás la resurrección del Señor (Lc 24,10; Jn 20, 18), toman la palabra en la comunidad: Profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas (Hch 2,17; 1 Co 11,5); muchas se distinguen en el servicio del evangelio (Col 4,15; 1 Co 1,11; Rm 16; Flp 4,2); hay profetisas (Hch 21,9) y diaconisas (Rm 16,1). Junto a las grandes comunidades, como Jerusalén o Antioquía, están las pequeñas comunidades, cuya dirección podría corresponder al cabeza de familia, varón o mujer (Rm 16,3-5;Col 4,15). En Filipos, la comunidad empieza por un grupo de mujeres; ellas tienen un papel predominante (Hch 16,12.15;Flp 4,2).
Veamos el caso de la carta a Filemón, cristiano de Colosas. Pablo ha conocido en la prisión a Onésimo, que se había escapado de la casa de su amo, Filemón. Ahora se lo devuelve no como esclavo, sino como un hermano querido: Si me tienes como algo unido a ti, acógele como a mi mismo. Y si en algo te perjudicó, o algo te debe, ponlo a mi cuenta (Fil 16-18). Aunque permanece la condición social de Onésimo, cambia la relación.
En la carta a los Gálatas, la carta de la libertad cristiana, Pablo dice: Ya no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Ga 3,28). El Evangelio pone en cuestión la circuncisión y la ley judía, la esclavitud y la sumisión. El concilio de Jerusalén supone para los gentiles convertidos al cristianismo la liberación de la ley judía (Hch 15,18). Esta es la lucha de Pablo: Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley, os habéis apartado de la gracia (Ga 5,4). Entonces ¿cómo se explican las leyes sobre la sumisión de la mujer, el velo y el silencio? Nos parece que hay interpolación, añadido posterior a las cartas de Pablo, además, realizado por adversarios (judaizantes). Pablo lo veía venir: Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos feroces que no perdonarán al rebaño (Hch 20,29). A finales del siglo I, en tiempos de la segunda persecución, una grave crisis divide a la comunidad de Corinto, según la carta de Clemente Romano.
En el siglo II el Canon de Muratori da una lista de las cartas de Pablo: “A los Corintios, la primera; a los Efesios, la segunda; a los Filipenses, la tercera; a los Colosenses, la cuarta; a los Gálatas, la quinta; a los Tesalonicenses, la sexta; a los Romanos, la séptima; por más que a los Corintios y a los Tesalonicenses repita para su corrección... También una a Filemón, una a Tito y dos a Timoteo, (escritas) por afecto y amor; pero santificadas por el honor de la Iglesia católica”.
Durante toda la Edad Media y el Renacimiento se cita a Ambrosio, Jerónimo y Agustín como comentaristas de Pablo. Sin embargo, ni Ambrosio ni Jerónimo escriben las obras que se les atribuyen. Se utiliza su autoridad. El que suplanta a Ambrosio es desconocido, se le llama Ambrosiaster. El que suplanta a Jerónimo se le identifica con Pelagio, monje irlandés que dio origen al pelagianismo. Los dos comentaristas dan una visión muy “romana” de los textos paulinos: “práctica, jurídica y un tanto racionalista” (J. Sánchez Bosch, Escritos paulinos, Ed. Verbo Divino, Estella, 1998, 96). Se supone apoyo oficial.
La crítica especializada en la Biblia sostiene unánimemente la autenticidad paulina de estas siete cartas: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses, Filemón. Se discute la autenticidad paulina de las otras seis, que podrían atribuirse a discípulos del apóstol: Efesios, Colosenses, 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito. Por supuesto, tiene su peso la antigua tradición del Canon de Muratori, que cita las trece cartas de Pablo. El contenido no paulino, que aparece en algunas, no tendría por qué provocar un rechazo global de las mismas. Solamente habría que detectar y denunciar las eventuales interpolaciones.
Supuesto lo anterior, en la vida humana se dan relaciones de dependencia: conyugal, familiar, social, laboral. En cierto sentido, el amor de marido y mujer supone mutua dependencia. Hasta la emancipación, la dependencia de los hijos es natural. “El niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”, dice la Declaración de los Derechos del Niño (1959). La convivencia social, justa y pacífica, supone también una dependencia: somos dependientes los unos de los otros. Nuestros derechos se han de conjugar con los derechos de los demás. Es lo que sucede cada día en la relación laboral. En la relación comunitaria, más aún, somos miembros los unos de los otros (1 Co 12,27).
La Iglesia, dice el Concilio Vaticano II, “tiene el deber permanente de escrutar los signos de los tiempos y de interpretarlos a la luz del Evangelio”, ha de discernir en los cambios profundos y rápidos del mundo de hoy las señales de los tiempos que manifiestan la acción del espíritu de Dios: “Hoy el género humano se halla en una edad nueva de su historia, en la que cambios profundos y rápidos se extienden progresivamente al universo entero” (GS 4), “las comunidades locales tradicionales, como las familias patriarcales, los clanes, tribus, aldeas, los diversos grupos y las mismas relaciones de convivencia social experimentan cada día más importantes cambios. Poco a poco se difunde el tipo de sociedad industrial, que lleva a algunas naciones a la opulencia económica y transforma profundamente las nociones y condiciones de vida social establecidas desde siempre” (GS 6), “en la familia se originan grandes discrepancias, bien por las acuciantes condiciones demográficas, económicas y sociales, bien por las dificultades que surgen entre las generaciones que se suceden, bien por las nuevas relaciones sociales entre hombres y mujeres” (GS 8), “la mujer, allí donde todavía no lo ha logrado, reclama igualdad de derecho y de hecho con el hombre” (GS 9), “en nuestro tiempo, por varias causas, se multiplican de día en día las relaciones mutuas y las interdependencias” (GS 25), el bien común “se universaliza más y más”, “en consecuencia, implica derechos y obligaciones que afectan a todo el género humano” (GS 26).
La igualdad fundamental de todos es una señal de nuestro tiempo discernida por el Concilio como acción del espíritu de Dios en el mundo de hoy: “Toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivo de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser superada y eliminada por ser contraria al plan de Dios”, “esfuércense las instituciones humanas, ya sean privadas o públicas, en servir a la dignidad y al fin del hombre, mientras luchan esforzadamente contra cualquier clase de esclavitud social o política, y defiendan los derechos fundamentales de los hombres bajo cualquier régimen político” (GS 29), “las mujeres trabajan ya en casi todos los campos de la vida; pero conviene que puedan asumir plenamente su papel conforme a su propio modo de ser” (GS 60), “como en nuestros días las mujeres participan cada vez más en toda la vida de la sociedad, es importante que crezca igualmente su participación en los distintos campos del apostolado de la Iglesia” (AA 9); muchísimas veces, el trabajo asociado de los hombres se hace “en detrimento de algunos trabajadores”, “quedan en cierto modo esclavos del trabajo realizado” (GS 67).

Gracia y paz.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

¿Porque dice serás salvo? porque para serlo hay que cumplir una condición (si es que podemos llamarla así) ¿Cual es esa condición? creer en Jesucristo.

Cumplida la condición, ya eres salvo. El "serás" se convierte en un "eres", pues la condición ya se ha cumplido. Tienes vida eterna, eres hijo adoptado y reconciliado con Dios, etc.

No comparto para nada tu interpretación anterior. Si crees en Jesús serás salvo. No dice si crees en Jesús eres salvo. Está clarito.

Recuerda que la fe es la certeza de lo que se espera.

La Biblia no enseña que la fe es la certeza de haber recibido lo que se espera.

El pecado separa al hombre de Dios y es un obstáculo para que éste reciba la gracia de la salvación.

Eso no sucede con el resto de la creación.

Para recibir lo que se espera (la salvación) hay que "correr" la carrera de la fe... combatir en contra del pecado...

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe" (Ef. 2.8-9).

La fe ( que te ha sido dada y que has recibido) te hace "correr" para alcanzar la salvación que es en Cristo Jesús (la meta).

La fe convierte en certeza la promesa. La salvación ya se ha alcanzado en Cristo para el que cree en Él, pues la única condición, la fe en Cristo, se ha cumplido en cada hijo de Dios.

NO. La fe por si misma, no hace que se cumpla necesariamente lo que esperas. La fe es un MEDIO que nos ha sido dado a los cristianos para alcanzar lo que esperamos con certeza (la gracia de la salvación).

Tiene razón. Respondí de manera apurada y no sabia. Le concedo el punto, pues el vs. 24 es claro al respecto.

Más insisto en que Pablo no se está refiriendo con el término "eliminado" a la pérdida de la salvación, sino del galardón, el premio de la carrera, esto es, las recompensas.

En la misma carta encontramos un vs. que nos puede ilustrar esto:

"Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego." 1 Corintios 3:15

Pablo comprendía que la salvación no es una recompensa o galardón que se obtiene luego de trabajar por ella, sino un regalo que se recibe por Gracia, es decir, de manera inmerecida (Romanos 4:4-5) y por medio de la fe en Cristo (Efesios 2:8), de manera que no tiene sentido correr por algo que se recibe gratuítamente (Apocalipsis 22:17), que no se gana. Sin embargo, él quería recibir el galardón completo (2 Juan 1:8), es decir, el fruto o recompensa de parte de Dios por Su trabajo como Apóstol.

¿Porqué el úso de la palabra "eliminado"? porque Pablo estaba estirando la ilustración. Siendo el heraldo, aquel que llama a correr, no quería ser eliminado de la carrera, es decir, no obtener la recompensa por su obra.

Pablo no se refiere aquí a la pérdida de la salvación, sino de la recompensa. No importa cuantas obras hagamos, ninguna de ellas nos merece que ganemos la salvación (Romanos 3:20), por lo tanto, según las propias palabras de Pablo, sería contradictorio que exhortara aquí a los Corintios a ganarse la salvación por medio de las obras.

Sigo sin compartir esta nueva interpretación de ese pasaje.

En ese pasaje el apóstol San Pablo está hablando de lo que él ha hecho para que algunos se SALVEN (1 de Co. 9.22). Les ha predicado el evangelio de Jesús incluso haciéndose de todo a todos (1 de Co. 9.22).

Luego, compara a los que han depositado fe en Jesús con los que corren en el estadio (la meta es Cristo).

Sin embargo luego él explica que como en toda carrera uno sólo va a obtener el premio. Y los exhorta a correr para obtenerlo. Como él lo hace.

Pero, deja claramente establecido que incluso él puede ser eliminado de la carrera, por cierto que se refiere a ser eliminado de la carrera y no a ser eliminado del premio. Esta última interpretación no tiene sentido.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

La gracia que, una vez nos salva por la fe, si nos deja al garete es incompleta; ya no es gracia, sino desgracia.


La fe es la certeza de lo que se espera (la salvación). La fe NO es la certeza de haber recibido lo que se espera...

Por medio de la fe que nos ha sido dada, obramos (corremos) para alcanzar la salvación que es Cristo (la meta).

Por algo el apóstol San Pablo compara a los de la fe de Jesús con los que corren en el estadio (1 de Co. 9.24-27)

Sin embargo, él mismo Pablo declara que podría ser descalificado...

Tal como enseña Pablo, los cristianos debemos correr la carrera de la fe, debemos dar la batalla de la fe, por medio de la fe debemos combatir en contra del pecado y hacer obras de amor y mientras no hayamos llegado a la meta (Cristo) no podemos decir que hemos alcanzado la salvación o que somos salvo...

El cristiano no tiene asegurada la salvación. Sólo es, una seguridad relativa.
 
Re: Preguntas a calvinistas y luteranos

Dios te bendiga Brígido.
Brígido dijo:
Bueno amigo, no soy evangélico, ni católico. Para mí es extraña a la Escritura esa doctrina calvinista de la predestinación, y no sé cómo compartes conmigo lo que pienso sobre ella, si avalas el concepto y no te estoy rebatiendo, sino más bien quiero que me expliques. No concibo a un Dios que pueda predestinar a unos a salvación y a otros a condenación y tampoco creo que Pablo haya ido por allí en su prédica de la gracia. Según Pablo el único predestinado desde los tiempos eternos es Cristo y fuera de él no hay salvación. Nosotros somos predestinados en Cristo, si nos mantenemos en Cristo. El que apostata no es porque Dios lo hizo réprobo desde la eternidad y la misma Escritura dice que él saldrá victorioso en el juicio de los hombres. Gracia y paz.
Lo que dije que comparto contigo es tu opinión de que la doctrina calvinista de la predestinación es extraña a la Biblia, que presenta a un Dios irreal y para nada congruente ni con el testimonio de Pablo ni el de la Sagrada Escritura completa. En eso estoy de acuerdo contigo.

Ahora, lo que me temía que desconoces es que ya Agustín de Hipona desde el siglo cuarto (IV) había desarrollado la doctrina de la predestinación basándose única y exclusivamente en el testimonio bíblico y su doctrina sí es congruente con lo revelado en la Biblia y le hace justicia y propone gran exactitud al presentar un Dios tal como lo presenta la Sagrada Escritura y con éste es perfectamente congruente. Luego de él la comunidad de Cristianos tuvo problemas con un movimiento llamado predestinacionista con líderes como Gottschalk que fue el precursor de lo que proponía Calvino, la Iglesia cristiana, católica, lo condenó. Luego de esto en la época medieval tanto Anselmo de Canterbury como Tomás de Aquino trataron y llevaron el tema de la predestinación a profundidades mayores y a ambos la Iglesia Católica les reconoció como exponentes de verdades bíblicas. Siglos después es cuando aparece Calvino con su doctrina, que no era más que pan recalentado que la Iglesia Católica muchísimos siglos antes y en varias ocasiones había censurado como una doctrina extraña a lo cristianamente revelado en la Biblia.

Te muestro el dilema para que veas por qué es NECESARIA una doctrina de la predestinación.

(* Una nota. Si no vas a leer esto con detenimiento y no lo vas a pensar-orar pues podemos dejarlo aquí, aclarado lo que te acabo de decir pues paz y gracia para ti y un abrazo)

1. Dios lo sabe todo desde antes que suceda, él desde la eternidad sabe quien se salvará y quien no.
¿Quien determina la salvación del hombre, él o Dios? ¿Puede el hombre salvarse por sí mismo? ¿Puede el hombre salvarse sin que Dios decida ayudarlo?
La respuesta es que es Dios determina quien se salva porque nadie puede salvarse por sí mismo y mucho menos sin la ayuda de Dios, osea que antes que un hombre se salve Dios debe decidir ayudarlo, por lo tanto Dios no se entera de quien se salvará como si no lo supiera antes sino que Dios determina quien se salvará cuando decide brindarle su ayuda de antemano.

2. Dios no desea la condenación de nadie y quiere que todos se salven.
¿Quien determina la condenación del hombre, él o Dios? ¿Puede el hombre condenarse él sólo? ¿Puede el hombre elegir autónomamente el mal sin ayuda de Dios?
La respuesta es que es el hombre que determina su propia condenación porque Dios no puede inducir el hombre a pecar porque lo que él detesta no hace que otro lo haga, pero aquí hay una diferencia con el bien o con la salvación, el hombre no tiene cómo hacer un acto conducente a la salvación como el acto de la fe sin ayuda de Dios, pero para resistir a la gracia de Dios o rechazarla él se basta a sí mismo, para eso no necesita que Dios influya en su vida. Pero ojo con esto... Dios tampoco se entera de quien se perderá como si no lo supiera antes sino que Dios determina a quien dejará que oponga resistencia, pisoteé y rechace su oferta de salvación y le permitirá que la muerte le alcance en su estado de impiedad o determinará como castigo a su propia e inexcusable culpa que la muerte le alcance en su estado de impiedad y ese se condenará.

Esto mi querido es lo que nos separa a los católicos de los calvinistas en nuestra doctrina de la predestinación. Cualquier católico, cualquiera, estará de acuerdo con esta presentación de la predestinación que te acabo de hacer, tenemos diferencias entre nosotros cuando vamos a los detalles de lo que digo, detalles cruciales y relevantes, pero en líneas generales en esto estamos de acuerdo: rechazamos absoluta y rotundamente cualquier presentación de la soberanía y el poder de Dios en el que se le presente como culpable, agente primario, inducente o responsable de la condenación del hombre.

No hay manera de aceptar que si Dios es soberano, todo lo puede, todo lo sabe y toda su voluntad puesta en Cristo es la salvación del hombre algunos hombres terminen condenándose sin lidiar con el dilema de que Dios lo sabía antes de crearlos y pudo evitarse crearlos o usar su poder para salvarlos y aquí necesitamos desarrollar una parte negativa de la voluntad salvífica universal de Dios sin trastocar o prostituír el testimonio de que Él es el Sumo Bien.

Del mismo modo es imposible aceptar la imposibilidad del hombre de auto-salvarse y reconocer que algunos se salvarán sin lidiar con el misterio de que los que se salvan se salvarán porque Dios antes de crearlos decidió hacerles bien, soportar con paciencia su impiedad hasta que les alcance la gracia una y otra vez en los precisos momentos que Dios elija sellarlos con la prenda del Espíritu. Y para esto hay que desarrollar una doctrina de la predestinación.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.