Re: ¿Existe el Infierno?
Dami, muy bien sustentado tu aporte, mas la vida y la muerte del alma no es como la del cuerpo,
es espiritual. El pecado, el odio, matan el alma. El amor a Dios y al prógimo, la obediencia a Dios y a su ley y JESUS le dan una vida al alma que nadie puede arrebatar.
Citas de Dani de la biblia, expuestas en el comentario anterior:
"
Porque la paga del pecado es muerte: mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."
"
Cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna perteneciente en sí"
El infierno es: La ira de Dios.
Cita de Dani del comentario anterior
"El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él."
Cita de AnaMS en otro aporte:
El infierno es fuego de amor ofendido. Puesto que los elegidos amaron con perfección, el amor se hace y llama para llevarlos a la perfección. Debido a que los malditos ardieron en todos los fuegos, menos en el fuego de Dios, el fuego la ira de Dios los invade, los quema eternamente. Valtorta M, "El infierno"
El infierno existe
- Existe desde la rebelion de los ángeles que libremente decidieron no servir a Dios.
- Jesús descendió al infierno. Y los miembros del infierno lo conocian desde que fueron creados ángeles de Luz, libres como los hombres, lo conocian tanto que le hablaban los demonios que atormentaban a la Gente en la época de Jesús.
- Estoy de acuerdo que para que una persona vaya al infierno antes tiene que pasar por un juicio, pero tambíen sé que hay un juicio despues de la muerte de cada persona y vendrá luego el juicio final donde vendrá a Juzgar a vivos y a muertos.
El fuego del infierno es eterno, como Jesús mismo lo dice:
"fuego que nunca se apaga" (cf. Mt 5,22.29; 13,42.50; Mc 9,43-48)
Inmortalidad es diferente a eternidad. La inmortalidad, como la palabra lo indica se refiere a "no mortalidad o sin mortalidad", de lo que se entiende que tuvo un principio, un inicio, pero no tendrá un fin. Mientras que lo eterno, ni tiene principio, ni tiene fin. Dios es ETERNO, no inmortal. Jesús es ETERNO, porque fue engendrado, más no creado y siendo la Palabra, estaba con Dios y era Dios desde siempre. Nuestra alma, si es creada, es espiritual, por lo tanto su vida y su muerte tambien son espirituales. Una persona puede estar viva físicamente, por lo tanto tiene espiritu, pero puede tener el alma muerta por el pecado.
El Espíritu es diferente del alma
Cita de Dani:
“Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró”
Tienes razón en decir que el espíritu y el alma, no son lo mismo. Cuando Gloria Polo sufrió la descarga electrica por el rayo, estuvo en coma un día, no estaba muerta, su espíritu no había abandonado su cuerpo, pero su alma estaba delante de Jesús, haciendo el hermoso balance de su vida. Su testimonio esta en éste video:
http://video.google.es/videosearch?q=gloria+polo+miracle
Cita de Dani de tomada de la biblia
“Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra:
En aquel día perecerán sus pensamientos”
El alma no es el pensamiento. El alma es el espíritu, es el principio inmaterial de la vida, el principio impalpable, pero verdadero que anima a todo hombre y que sobrevive a él. Por esto se le llama inmortal. Es algo tan sublime que el mismo pensamiento aunque poderoso es nada en su comparación. El pensamiento tiene fin. Pero el alma aunque tiene principio, no tiene fin. Felices los que saben conservarla pura, o los que hacen que sea pura otra vez después de haberla ensuciado, para devolverla a su Creador en el estado en el que El la entregó al hombre para animar su ser.
Donde está el alma? En nosotros. Es prisionera? Es esclava? No!, es reina!. En el pensamiento eterno el alma es la que reina en el hombre. Ella que vino del Rey y Padre de todos los reyes y padres, su hálito y su imagen, su don y su derecho, tiene por misión hacer del ser llamado hombre, un rey del gran reino eterno, hacer de la criatura llamada hombre, un dios y después de esta vida, un "viviente" en la morada del Sublime y único Dios. El alma es creada reina, con autoridad y con destino de reina. Sus esclavas son las virtudes y facultades del hombre. Su ministro la buena voluntad, su siervo el pensamiento, siervo y alumno. El pensamiento adquiere su fuerza y veracidad del espíritu, de éste adquiere justicia y sabiduría y puede subir a una perfección real. Un pensamiento privado de la luz del espíritu, tendrá siempre lagunas y tinieblas; jamás podrá caer en cuenta de verdades que son mas incomprensibles que los misterios, porque se separó de Dios al haber perdido la realeza de su alma. El pensamiento humano será ciego, será necio, si le falta este punto, este fermento indispensable para comprender, para levantarse, dejando la tierra y lanzarse a lo alto, al encuentro de la Inteligencia, de la Potencia y de la Divinidad en una palabra. Si el alma frenara o dominara al hombre y al pensamiento, le quitaría la libertad y sería una opresora, sin embargo el pensamiento y el hombre si pueden pretender callar al alma y hacerla esclava. El pensamiento Divino quería que el alma no conociese la esclavitud.
Sed como niños nuevamente. ¿Podremos volvernos tan pequeños para regresar a la pureza de entonces? ¿Se puede retroceder el tiempo? No se puede. Imposible. Tiempo pasado, tiempo que jamás regresa. No puede uno volver a el, sin embargo no es necesario.
Las almas, después de su viaje por la tierra, no entran a ningún cuerpo. No regresan al de un animal, porque no es conveniente que algo tan sobrenatural, venga a vivir en el cuerpo de un bruto. No regresa al de otro hombre porque ¿cómo podría premiarse al cuerpo unido con un alma en el último juicio, si esa alma tuvo diversos cuerpos, cual vestidos? Se dice, según los seguidores de tal teoría, que el último cuerpo es el que goza, porque por purificaciones sucesivas, en vidas diversas, el alma, sólo en la última reencarnación, llega al estado perfecto para poder ser premiada. ¡Error y ofensa! Es un error y es una ofensa contra Dios, porque se admite que no pudo haber creado sino un limitado número de almas. Error y ofensa contra el hombre, al juzgarlo tan corrupto que difícilmente puede ser premiado. No recibirá el premio inmediatamente, la mayor parte de las veces deberá purificarse al final de la vida. Purificación es prepararse al gozo. Por lo tanto el hombre que se purifica, es uno que se ha salvado. Y si se salva, gozará, después del último día, con su cuerpo. No podrá tener sino un cuerpo para su alma, sino una vida que compartirá con el cuerpo que le dieron sus padres y con el alma que el Creador le dio para vivificarlo.
No es posible reencarnarse, así como no es posible retroceder en el tiempo. Pero si es posible volver uno a crearse a si mismo con un acto de libre voluntad y Dios lo bendice y ayuda. Veréis entonces que el pecador, el vicioso, el delincuente, el ladrón, el corruptor, el homicida, el sacrílego, el adultero bajo el arrepentimiento, renace espiritualmente, destruye la pulpa corrupta del hombre viejo, derrota el "yo" del pensamiento todavía más corrupto, como si la voluntad de redimirse fuese un ácido que atacase y destruyese la envoltura malsana donde se oculta un tesoro y se pone al descubierto el espíritu, purificado, sano, revestido con un nuevo pensamiento, con un vestido nuevo, puro, bueno, infantil. ¡Oh! Un vestido con el que puede acercarse a Dios, con el que puede cubrir dignamente al alma re-creada, protegerla y ayudarla hasta la super-creación de sí misma que es la santidad alcanzada y que el día de mañana –un mañana tal vez lejano, si se le considera a la manera humana o muy cercano si se le contempla con el pensamiento de la eternidad—será gloriosa en el Reino de Dios.
Todos pueden, si quieren, volver a crear en sí al niño puro de los años infantiles, que era amoroso, humilde, franco bueno, al que su madre estrechaba contra su pecho, a quien el ángel de Dios amaba y a quien Dios miraba con amor. ¡Vuestras madres! Fueron mujeres virtuosas… Dios no dejará que su virtud no sea premiada. Tratad, pues, de alcanzar iguales virtudes para poder uniros con ellas cuando para todos los virtuosos habrá una sola casa: el Reino de Dios.
<<María Valtorta. "El Hombre-Dios" Predicación de Jesús en casa de Zaqueo vol 9 pág. 601-604. 1989 >>