Santiago 2:18-19
Santiago 2:18-19
Sigo el comentario sobre
Santiago 2:14-26, especificamente los
vs. 18-19. Les dejo los links a mis comentarios anteriores:
Introducción
Comentario a Santiago 2:14
Comentario a Santiago 2:15-17
Santiago 2:18-19 es uno de los pasajes claves para entender la sección completa. En el
vs. 18,
Santiago introduce un reto a quienes creen que la fe es simplemente algo mental carente de impacto en la vida, y en el
vs. 19 da el primer golpe argumentativo a sus oponentes, quienes afirman que la fe es simplemente aceptar mentalmente algunos echos verdaderos, sin rendir la vida al señorio de Cristo.
En el
vs. 18 también encontramos una de las claves para entender la aplicación de la palabra "
justificación" (la otra es el
vs. 14) que tanta polémica causa, simplemente porque no existe voluntad para analizar objetiva y responsablemente la sección completa. Vamos al texto:
"
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras.
Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiemblan."
Santiago 2:18-19
El
vs. 18 comienza el reto así: - "
Pero alguno dirá..." -, este "
alguno" puede ser el mismo
Santiago presentando el reto, o también puede estarse refiriendo a un reto imaginario entre sus oponentes (aquellos que "
dicen" tener fe, sin obras que justifiquen su existencia) y aquellos creyentes del
AT que usará como ejemplo más adelante, cuya fe quedó demostrada por las obras que hicieron (Abrahám,
vs. 21 y Rahab,
vs. 25). Sea cual fuere la respuesta, el escenario ya esta montado.
Continúa diciendo - "
Tu tienes fe, y yo tengo obras" -, esto debe entenderse dentro del contexto total de la sección. Por un lado, tenemos a alguien que "
dice que tiene fe", pero "
no tiene obras" que prueben que la fe que dice tener sea verdadera (
vs. 14). Por el otro lado tenemos a otra persona que también dice tener fe, pero que a diferencia de la persona antes mencionada, esta sí tiene obras que prueban que la fe que dice tener es verdadera.
A continuación el reto se formaliza: - "
Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras" -, o sea, el reto consiste en probar la realidad de la fe que ambos dicen tener.
La clave para entender la sección completa (
vs. 14-26) que encontramos aquí, consiste en que
Santiago no le esta pidiendo que le demuestre su fe a Dios, sino a los hombres; no le esta pidiendo que se justifique frente a Dios, sino frente a quienes le rodean.
Santiago apela aquí al testimonio de vida que el creyente verdadero debería tener frente a aquellos que bien podrían ser sus testigos, ya sea a favor o en contra.
Jesús dice lo sgte en cuanto al testimonio de vida que debe caracterizar al creyente, por cuanto este, al ser salvo, pasa a ser una luz en el mundo:
"
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Mateo 5:16
Y Pablo tambien dice lo sgte:
"
Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres."
Tito 3:8
Y Pedro agrega:
"...
teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo."
1 Pedro 3:16
De manera que queda claramente implícito que
la fe no es algo que permanece oculto dentro de la mente del creyente, sino que se manifiesta exteriormente, así como la luz, en buenas obras. La fe verdadera cambia radicalmente lo más profundo del ser humano de formas imposibles de ocultar, por lo menos no de manera permanente.
Que es la fe el centro de discusión y no las obras, queda claro: - "
Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras".
Santiago no se propone de ninguna manera aquí enseñar que podemos ser justificados frente a Dios por medio de las obras más la fe, sino que la fe viva y verdadera producira en el creyente obediencia manifestada en buenas obras (
Gálatas 5:6). Cualquier otra forma de fe que no sea esta, no puede ser llamada fe verdadera.
La única evidencia que podemos presentar para justificar nuestra fe en Cristo frente a aquellos que nos rodean no son las palabras bonitas que salgan de nuestras bocas, por más ortodoxas doctrinalmente que sean, sino la forma de vida o testimonio que presentamos frente a ellos cada día de nuestras vidas (
1 Corintios 4:20). El mundo está lleno de profesantes falsos del cristianismo que socavan fuertemente el testimonio de la iglesia y de Cristo mismo, y llenan la boca de los incrédulos de blasfemias contra el Señor.
Santiago nos reta aquí a marcar la diferencia por el Señor, demostrando en nuestras vidas Su poder de salvación.
Luego,
Santiago lanza su primer argumento en contra de la simple fe que no pasa de un trabajo mental y de labios: - "
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan". Aquí podemos ver parte del carácter de aquellos profesantes vanos a quienes
Santiago quiere despertar del engaño: - "
Tú crees que Dios es uno; bien haces" -, o sea, estas personas confesaban ortodoxia doctrinal, o sea, creían ciertas verdades de la Palabra, sin que estas llegasen a impactar la vida.
La afirmación "
tú crees que Dios es uno..." esta inspirada en
el Shema (
Deuteronomio 6:4-5), o sea, lo más básico en cuanto a Teología se trata: la unicidad de Dios, o monoteísmo. Siendo su público primariamente judío (
1:1), estarían bastante familiarizados con este pasaje.
Santiago afirma que el que cree esto "
bien hace", porque esta es una de las verdades principales de la Escritura. Sin embargo, es aquí en donde
Santiago llama la atención, pues "
también los demonios creen" esto; y no solo eso, pues creen esto "
y tiemblan" frente a esta realidad, por lo tanto, la fe verdadera es algo más que simplemente creer algunas verdades.
Que los demonios "
creen y tiemblan" ante estas verdades, queda claro durante el ministerio de Jesús en la tierra. Veamos un ejemplo:
"
Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes."
Lucas 8:27-28
En cuanto el demonio sintió la presencia santa de Jesucristo, "
lanzó un gran grito" de dolor y angustia, pues los demonios no soportan la Santidad de Dios. Así como Dios odia el pecado, los demonios odian la santidad. También vemos su rechazo a Jesús en la expresión - "
¿Qué tienes conmigo...?" -, que es como decir "
¿por qué te metes conmigo?", dando a entender que Jesús es un estorbo para él.
Sin embargo, notemos algunas cosas interesantes. El demonio reconoció la autoridad de Jesucristo, y que su destino finalmente depende de Su soberana voluntad, porque, en un espectáculo hipócrita de humillación, acudió a Él con una petición - "...
y postrándose a sus pies exclamó a gran voz...". El demonio no estaba interesado en humillarse frente a Cristo como alguien que reconoce su pecaminosidad y ruega ser salvo del pecado, sino solamente estaba interesado en salvar su pellejo del castigo - "...
Te ruego que no me atormentes".
No solo eso, sino tambien reconoció Su procedencia divina - "...
Jesús, Hijo del Dios Altísimo..." -, o sea, reconoció la divinidad de Jesús. En otras palabras, el demonio era bastante ortodoxo en sus creencias, más que muchos aquí en el foro. Sin embargo, sabiendo y reconociendo estas verdades, la "
fe" del demonio no puede ser considerada como una fe que pueda salvar. De echo, lo único que el demonio quería era que Jesús estuviera lo más lejos posible de él, pues Su presencia lo atormentaba.
Esta caracteristica de los demonios también es la caracteristica de la raza humana caída, como testifica
Juan:
"
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas."
Juan 3:19-20
Yo agregaría que también "
se arranca de la luz", allí donde esta no pueda alcanzarle.
Santiago equipara la fe que consiste con el mero asentimiento intelectual de algunos echos y verdades del Evangelio con la fe de un demonio. Estas personas conocían la verdad y la reconocían como tal, pero no dejaban que la verdad trabajara en sus corazones y cambiara sus conductas.
Conociendo la voluntad de Dios, se negaban a ponerla en práctica. Una fe con estas características no sirve para salvar siquiera un alma, por más que se divulge a gritos.
La diferencia entre la fe falsa y la fe verdadera, es que esta última implanta el deseo de hacer la voluntad de Dios. En palabras simples,
la fe verdadera obedece; quizás no de manera perfecta, pero ese es el anhelo de todo corazón redimido:
hacer la voluntad de Dios, sometiendose al señorío de Cristo. Y el fruto manifiesto de la obediencia son la buenas obras.
Algunas observaciones:
Primero,
Santiago siempre tiene como centro de sus argumentos a la naturaleza de la fe. Es alrededor de ella que se concentra su discurso, específicamente en sus frutos.
Segundo, hay fe que salva y fe que no salva, por eso es necesario que nos probemos frente a la Palabra de Dios periódicamente, para saber como está nuestra salud espiritual. La
Epístola de Santiago es exelente para realizar este examen, por su abundante material sobre la naturaleza de la fe y la salvación.
Conclusión:
Aquí
Santiago ya comienza a aguijonear nuestros corazones, poniendo a prueba nuestra fe en el Señor Jesús. Gracias a Dios que tenemos esta Epístola, capaz de advertirnos en contra del "
libertinaje" en que se ha convertido actualmente la vida de Fe, y devolvernos la "
libertad" ganada por el Señor Jesús para nosotros:
la libertad de vivir para Dios.
Dios les bendiga...