Re: ¿Porque el nombre Jehova no aparece en el Nuevo Testamento?
Hermanos:
El nombre de Dios en hebreo es YHWH. Es obvio que debe tener una pronunciación, aunque el idioma hebreo es consonante, los lectores en las sinagogas daban el sonido vocal a cada palabra. Si vamos a nuestro idioma castellano, si escribimos JRSLM sabemos que es Jerusalem. JSCRST, sería Jesucristo. Así hacen aun los hebreos. Pero para poder leeer el idioma hay que tener una vasta experiencia en los sonidos vocales.
Luego de la cautividad babilónica, los Judíos decidieron tratar con sumo respeto el nombre de Dios. Llegaron al punto de limpiar la pluma cada vez que iban a escribir el Tetragrama. Cada vez que el lector llegaba al Tetragrama, en lugar de pronunciarlo, lo cambiaba por ADONAI, que significa SEÑOR. Esto continuó por siglos, al punto que la pronunciación correcta se perdió totalmente.
La Septuaginta, versión griega de las Escrituras hebreas, traducción del siglo III AC, al enfrentar el Tetragrama, y sabiendo la substitución por Adonai, pusieron el equivalente en griego, esto es, KIRIOS. Como las Escrituras que tenían los escritores del Nuevo Testamento era al Septuaginta, el nombre que paraece para Dios es SEÑOR, lo que realemente no es un nombre, sino un título.
Los Masoretas del siglo V o VI pretendieron averiguar el sonido exacto, poniendo las vocales de ELOHA (singular de ELOHIM), logrando YeHoWaH, que en castellano se translitera JEHOVA, ya que la Y cambia a J y la W a V. Pero este nombre hoy es rechazado ampliamemnte y prefieren YAHWEH, el que podría ser igualmente incorrecto. Un grupo de mesiánicos dicen que el nombre correcto es YEHOAUHU o YAWHUH, lo que noto disparatado. Otros prefieren pronunciar las consonantes, sacando YOD JEY VAV HEY y los mas dicen HASHEM.
El erudito argentino Daniel Hammerly Dupuy, en su libro "El Clamor de los Imperios en Ruina", dice que el Tetragrama significa EL QUE ES (por sí mismo). Versiones modernas usan EL ETERNO, lo que es también un título y no un nombre. Sólo la eternidad nos revelará el verdadero nombre de Dios, el que debe ser hermosísimo.