A Hércules y el resto de los hermanos foristas:
Cuando hablamos de un sello nos referimos a dos cosas: el instrumento que sella y a la marca que deja. El Espíritu Santo, conforme a las palabras de Pablo (Efesios 1:13), es el sello. Deuteronomio 6:4 al 9 nos presenta a la ley como un sello que debía ponerse sobre la mano derecha y en la frente. No hay contradicción, ya que para observar la ley de Dios es necesario ante ser llenos del Espíritu. Esto dice Dios por Ezequiel: "Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andeis en mis mandamientos..."
Un cristiano verdadero es conocido por su conducta, lo que Pedro llama "manera de vivir". En este sentido, es un individuo marcado, sellado,
Dios nos amplía ese concepto en Exodo 31:13-17. Ahí pone por dos ocasiones, la observancia del sábado como una señal entre El y su pueblo. El pueblo de Dios en ese tiempo era Israel; hoy el pueblo es la iglesia compuesta por gentes de todas las nacionalidades y razas, lavados por la sangrre del Cordero. Pablo dice en Gálatas 3:29 que en Cristo somos "la simiente de Abraham" y herederos de las firmes promesas de Dios.
Noten que en Exodo 31:16 y 17 Dios pone el sábado como una señal de que El es el Creador. El es Creador de todo el género humano y cada hombre y mujer del mundo debe adoración y reconocimiento a ese gran Dios nuestro, el Hacedor de todo.
En estos días finales, Dios ha levantado un pueblo con el mensaje de la verdad presente, detallada en Apocalipsis 14:6-12. Este pueblo se caracteriza por dos cosas esenciales "Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús". Es sólo mediante el poder de Jesús obrando en nuestras vidas como podemos obedecer los preceptos divinos del Decálogo.
Mientras la marca o señal de la bestia espuesta "en la frente o en la mano" (Apocalipsis 13:16) (basta sólo en uno de los lugares), el sello del Dios vivo es puesto en ambos lugares (Deuteronomio 6:6-9). Lo que esto indica es que si usted tiene el sello en la frente, es indicio de que usted acepta y cree la ley de Dios, pero eso no es suficiente, la marca debe estar también en la mano, señal de obrar en obediencia al mandato de Dios.
Hay algunos que creen en el sábado y lo defienden, pero no lo guardan. Estos tienen la marca en sus frentes. Otros, aunque no lo aceptan, lo guardan por costumbre o conveniencia. Su marca está en su mano. Pero eso no es suficiente, pues la marca ha de estar en ambos lugares.
Lo mismo pasa con el domingo. Algunos lo observan por costumbre o porque así se lo han enseñado, aunque no lo crean. Su marca está en su mano. Otros lo defienden, pero no lo observan. Su marca está en su frente. Pero en este caso, basta tener la marca sólo en una de las partes. Ya muy pronto la humanidad tendrá que decidirse qué día observar, o el domingo pagano o el sábado bíblico. Cuando esto suceda, hermanos, cuando ambas observancias estén en disputa, usted decidirá de qué lado estará.