Indirectamente tocas muchos temas (los pondré en cursiva), así que disculpa mis lagunas al contestar.
Pedirle a María (Madre de Dios: "hágase en mí según tu palabra") que rece por nosotros no es, evidentemente, orar a la Virgen, sino pedirle que ruegue a Dios por nosotros. Efectivamente, a esto se le llama "intercesión", como bien dices. Ahora bien: ¿pedirle a María que rece por mí es orar a María? No. María es sólo una mujer, y nada puede, no es Dios. Lo único que está en su mano, igual que en la de todos los que están en la Vida Eterna (pero aún no resucitados: "en verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso"), es rezar por nosotros, interceder, orar a Dios.
Esto no quiere decir que María sea la intercesora entre Dios y los hombres, pues esto sólo lo es Jesucristo, que es el mismo Dios hecho hombre, el Único Intercesor (ahora por medio del Espíritu Santo, claro). Pero humanamente hablando, podemos llamar análogamente a María "intercesora", del mismo modo que te lo puedo llamar a ti si rezas por mí. ¿Acaso si te pido que ores por mí a Dios, te estoy rezando a ti? evidentemente no, sólo estoy pidiendo tu oración. Lo mismo sucede en la oración mariana.
Lo especial en el caso de María, es que ella es una mujer especial, puesto que es la escogida para engendrar a nuestro Redentor, la que dio sangre y carne a Jesucristo, la que llevó en su seno al mismo Dios; por eso es lógico pensar que ella, como madre, tiene una especial cercanía con su hijo, porque la unen los lazos maternales. Por eso, no es exactamente igual pedirle a María que rece por mí que pedirselo a "san Cucufato".