Revisión Protestante de la Justificación Católica

Gabaon

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24 Octubre 2002
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gabaon.blogspot.com
Tengo malas noticias para todos los anti-Católicos que andan por ahí. La discusión sobre la Justificación en el Catecismo de la Iglesia Católica es perfectamente sana, incluso sobre los principios Protestantes. Como un Protestante Reformado que soy, yo no tendría problemas en afirmar todos y cada uno de los párrafos del CIC, 1987-1995. Debajo hay un resumen de mis pensamientos:

1. El párrafo 1987 afirma que: "La gracia del Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos, es decir, de lavarnos de nuestros pecados y comunicarnos ‘la justicia de Dios por la fe en Jesucristo’ y por el Bautismo." Hago notar: 1) Romanos 8, 1-2 directamente atribuye a la obra del Espíritu Santo el que seamos liberados de la condenación. 2) La justificación seguramente incluye la limpieza del pecado (Romanos 4, 7; Hechos 15, 8-11). 3) Certeramente somos justificados mediante la fe (Romanos 5,1) de nuestra parte (en cuanto es algo que hacemos NOSOTROS por la gracia) y por el bautismo (Romanos 6, 4: note el contexto; Hechos 2,38; 22, 16) de parte de Dios (en cuanto el bautismo es algo que se hace PARA nosotros por el Espíritu mediante el Sacramento).

2. El párrafo 1988 afirma que participamos de los beneficios de la Pasión de Cristo y de su resurrección cuando somos unidos a su cuerpo. En otras palabras, es mediante la unión con Criso que participamos de sus beneficios. Quisiera agregar una palabra en relación a los distintos beneficios de la unión legal y mística aquí (las cuales, ambas, proceden de la unión personal con Cristo), pero no hay nada aquí que yo rechazaría como un Protestante.

3. El párrafo 1989 afirma que la conversión es la primera obra de la gracia del Espíritu Santo. También afirma que: "La justificación entraña, por tanto, el perdón de los pecados, la santificación y la renovación del hombre interior" Yo estaría de acuerdo, sólo que quisiera especificar que hay una doble justificación, y que la remisión de los pecados es previa a la santificación y a la renovación, como la causa es previa al efecto. Pero no hay nada en las palabras aquí que no pueda afirmar. No me requiere que base mi aceptación delante de Dios en la santificación y en la renovación del Espíritu.

4. El párrafo 1990 afirma que: "La justificación arranca al hombre del pecado... libera de la servidumbre del pecado" Estoy de acuerdo. Eso es lo que Romanos 6, 7.18-22 enseña directamente. La Justificación remueve la ira de Dios hacia mí. Una manifestación de la ira de Dios es la esclavitud del pecado (Romanos 1, 24.26.28). Por lo tanto, tengo que creer que cuando Dios me acepta en Cristo, como una consecuencia soy liberado de la servidumbre del poder del pecado.

5. El párrafo 1991 afirma que: “La justificación es, al mismo tiempo, acogida de la justicia de Dios por la fe en Jesucristo. La justicia designa aquí la rectitud del amor divino.” Estoy de acuerdo con que este es un aspecto de la justificación. Somos en el mismo momento aceptados en Cristo, e internamente renovados por la Gracia de Dios. Somos en el mismo momento ambas cosas, reputados como justos y hechos justos, por la unión personal con Cristo. Este párrafo se está enfocando en la última parte de la ecuación (pero ya ha hablado de la justificación como perdón y remisión de los pecados en el párrafo 1989).

6. El párrafo 1992 afirma: “La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo, que se ofreció en la cruz como hostia viva, santa y agradable a Dios y cuya sangre vino a ser instrumento de propiciación por los pecados de todos los hombres. La justificación es concedida por el bautismo, sacramento de la fe. Nos asemeja a la justicia de Dios que nos hace interiormente justos por el poder de su misericordia.” ¿Qué Protestante no quisiera gritar Amén! a tan claro pronunciamiento teológico? Se nos dice que: 1) Cristo nos mereció la justificación. 2) La sangre de Cristo es el instrumento de propiciación para todos los hombres (que son realmente justificados debo añadir). 3) La justificación se confiere en el Bautismo (doctrina protestante común). 4) La justificación nos conforma a la justicia de Dios que nos santifica. Nada aquí me requiere que base mi conformidad con la justicia de Dios sobre el hecho de que yo sea hecho justo internamente. El párrafo simplemente afirma que el Dios que hace eso me conforma a su justicia (yo preferiría pensar en imputación aquí), también me hace internamente justo. Incluso si el significado fuese que él me conforma a su justicia POR hacerme internamente justo, yo podría afirmarlo, en cuanto creo que la justificación incluye la transformación actual de la persona internamente (aunque yo no quisiera limitarla a eso, ni siquiera hacer de eso la base de mi aceptación delante de Dios)

7. El párrafo 1993 dice: “La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la libertad del hombre” No hay problema ahí. Estoy de acuerdo en que es "la incitación del Espíritu Santo” (Yo preferiría decir la regeneración inicial) que “precede y preserva” el asentimiento humano.

8. El párrafo 1994 dice: “La justificación es la obra más excelente del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús y concedido por el Espíritu Santo.” ¿Qué Protestante no estaría de acuerdo?

9. El párrafo 1995 dice que: “Haciendo nacer al ‘hombre interior’ la justificación implica la santificación de todo el ser.” En el sentido secundario de la regeneración como la nueva vida que empieza con la conversión, yo estaría de acuerdo. Y estaría de acuerdo en que la justificación “implica” dicha santificación, en cuanto aquella es la causa de ésta.

Paul Owen.

Traducido por mí sin permisos del autor.

Fuente: The Catholic Catechism on Justification

El tip para Alvin Kimel.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Je, Paul Owen es un calvinista curioso. También defiende la perpetua virginidad de María
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

No más hay que estar vivo.

Qué tiempo nos esperan!!! Maranatha!!!

El sentimiento al leer esto es de completa gratitud al Espíritu que sigue obrando para unir al Cuerpo, pero obviamente hay partes que llaman a la profundización.

Un ejemplo es el comentario del punto 6: "Nada aquí me requiere que base mi conformidad con la justicia de Dios sobre el hecho de que yo sea hecho justo internamente.". Creo que la teología católica sabe esto, lo acepta, y aparece siempre uno u otro Santo y Doctor mencionándolo en sus estudios espirituales... pero teológicamente el tema se ha tratado muy tímidamente y esta opinión ni siquiera aparece en un tratado trabajada y desarrollada extensame con toda la catolicidad que ella amerita.

De nuestro lado cada vez más se acepta y se ahonda el aspecto objetivo de la justificación, pero el problema es que los Padres no tenían estas categorías y la crítica y exégesis modernas nos muestran que las categorías legales-jurídicas que usamos ahora sí las conocía y usaba Pablo.

El problema para el católico es reconocer que de estos descubrimientos se viene enterando gracias al trabajo que hacen los scholars protestantes y mayor problema aun es reconocer que realmente Lutero fue un pionero en re-descubrir estas categorías en Pablo.

Irónico que es el protestantismo intelectual de hoy quien quiere corregir a Lutero en este asunto, pero su "corrección" es más bien un afilar y acotar más el aspecto jurídico que enfatizó Lutero y quitarle a su manera de entender la Justificación ese aspecto personal que el autor (Owen) resalta y le otorga como "sano" a la teología católica.

Insisto en la idea de que cuando decimos santificación al protestante se le dificulta entender que Dios nos puede aceptar en base a ella porque entiende el protestantismo que santificación es un proceso personal y largo que dirige Dios pero que hace el hombre y por tanto no quiere aceptar sobre esa base la aceptación divina. Pero para el católico santificación es la obra que Dios hace simultáneamente con la remisión y no-imputación del pecado, obra de Dios que poderosa y sobrenaturalmente renueva y eleva la naturaleza a otro orden que no puede producir, incitar o lograr el hombre con su esfuerzo o voluntad.

Si entendiéramos juntos que santificación no hay por qué separarla de justificación precisamente porque ambas son obra de Dios, suyas, sobrenaturales, pues llegaríamos más lejos al acuerdo en este tema.

Por último me parecen interesante las opiniones del autor sobre el Espíritu Santo... sigo creyendo que la pneumatología será en realidad el "acabose" de la fractura del Cuerpo.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Certeramente somos justificados mediante la fe (Romanos 5,1) de nuestra parte (en cuanto es algo que hacemos NOSOTROS por la gracia)

No amigo no es “de nuestra parte” no es “algo que hacemos nosotros”

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” Efesios 2:8

La Justificación no es por fe de nuestra parte, no es algo que hacemos NOSOTROS es algo que hace Dios.

Dios es quien resucita a los muertos y según el contexto de Efesios 2:8, el ver. 1 dice: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados

Los muertos no oyen, no ven, están ciegos mudos y sordos a las cosas de Dios, Y no las pueden entender (1 Corintios 2:14)

Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Romanos 9:16

¿Es algo que hacemos nosotros?

Saludos
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Malcom, dime con qué parte de estos puntos no estás de acuerdo:

I La justificación

1987 La gracia del Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos, es decir, de lavarnos de nuestros pecados y comunicarnos ‘la justicia de Dios por la fe en Jesucristo’ (Rm 3, 22) y por el Bautismo (cf Rm 6, 3-4):

Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y que la muerte no tiene ya señorío sobre él. Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Dios. Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús (Rm 6, 8-11).

1988 Por el poder del Espíritu Santo participamos en la Pasión de Cristo, muriendo al pecado, y en su Resurrección, naciendo a una vida nueva; somos miembros de su Cuerpo que es la Iglesia (cf 1 Co 12), sarmientos unidos a la Vid que es él mismo (cf Jn 15, 1-4)

Por el Espíritu Santo participamos de Dios. Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes de la naturaleza divina... Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divinizados (S. Atanasio, ep. Serap. 1, 24).

1989 La primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra la justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del Evangelio: ‘Convertíos porque el Reino de los cielos está cerca’ (Mt 4, 17). Movido por la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo alto. ‘La justificación entraña, por tanto, el perdón de los pecados, la santificación y la renovación del hombre interior’(Cc. de Trento: DS 1528).

1990 La justificación arranca al hombre del pecado que contradice al amor de Dios, y purifica su corazón. La justificación es prolongación de la iniciativa misericordiosa de Dios que otorga el perdón. Reconcilia al hombre con Dios, libera de la servidumbre del pecado y sana.

1991 La justificación es, al mismo tiempo, acogida de la justicia de Dios por la fe en Jesucristo. La justicia designa aquí la rectitud del amor divino. Con la justificación son difundidas en nuestros corazones la fe, la esperanza y la caridad, y nos es concedida la obediencia a la voluntad divina.

1992 La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo, que se ofreció en la cruz como hostia viva, santa y agradable a Dios y cuya sangre vino a ser instrumento de propiciación por los pecados de todos los hombres. La justificación es concedida por el bautismo, sacramento de la fe. Nos asemeja a la justicia de Dios que nos hace interiormente justos por el poder de su misericordia. Tiene por fin la gloria de Dios y de Cristo, y el don de la vida eterna (cf Cc de Trento: DS 1529)

Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, atestiguada por la ley y los profetas, justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos los que creen -pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios - y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia, pasando por alto los pecados cometidos anteriormente, en el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y justificador del que cree en Jesús (Rm 3 ,21-26).

1993 La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la libertad del hombre. Por parte del hombre se expresa en el asentimiento de la fe a la Palabra de Dios que lo invita a la conversión, y en la cooperación de la caridad al impulso del Espíritu Santo que lo previene y lo custodia:

Cuando Dios toca el corazón del hombre mediante la iluminación del Espíritu Santo, el hombre no está sin hacer nada al recibir esta inspiración, que por otra parte puede rechazar; y, sin embargo, sin la gracia de Dios, tampoco puede dirigirse, por su voluntad libre, hacia la justicia delante de El. [Cc. de Trento: DS 1525).

1994 La justificación es la obra más excelente del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús y concedido por el Espíritu Santo. San Agustín afirma que ‘la justificación del impío es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra’, porque ‘el cielo y la tierra pasarán, mientras la salvación y la justificación de los elegidos permanecerán’ (S. Agustín, ev. Jo 72, 3). Dice incluso que la justificación de los pecadores supera a la creación de los ángeles en la justicia porque manifiesta una misericordia mayor.

1995 El Espíritu Santo es el maestro interior. Haciendo nacer al ‘hombre interior’ (Rm 7, 22 ; Ef 3, 16), la justificación implica la santificación de todo el ser:

Si en otros tiempos ofrecisteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y al desorden hasta desordenaros, ofrecedlos igualmente ahora a la justicia para la santidad... al presente, libres del pecado y esclavos de Dios, fructificáis para la santidad; y el fin, la vida eterna (Rm 6, 19.22).
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

1993 La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la libertad del hombre. Por parte del hombre se expresa en el asentimiento de la fe a la Palabra de Dios que lo invita a la conversión, y en la cooperación de la caridad al impulso del Espíritu Santo que lo previene y lo custodia:
El hombre solo tiene libertad de escoger lo malo, no escoge a Dios si Dios no lo llama irresistiblemente por medio de la fe que viene por el oír las Escrituras. (Rom. 10:17)

Si Dios necesita la libertad del hombre para salvarlo, pienso que esto es hacer de Dios una caricatura patética, ya que esto presenta un ser impotente, frágil, que no inspira respeto a nadie que tenga dos dedos en la frente. El Dios del sentir popular es creación de un sentimentalismo lagrimoso. Este Dios es mas digno de compasión que de temor reverente. Decir que Dios Padre se ha propuesto la salvación de toda la humanidad, que Dios Hijo murió con la intención expresa de salvar a toda la humanidad, y que Dios Espíritu Santo esta ahora procurando ganar el mundo para Cristo, cuando, según puede observarse comúnmente, es obvio que la gran mayoría de nuestros semejantes esta muriendo en pecado y pasando a una eternidad sin esperanza, equivale a decir que Dios Padre ha sido decepcionado, que Dios hijo ha quedado insatisfecho, y que Dios Espíritu Santo esta derrotado. Quizás hayamos planteado la cuestión crudamente, pero la conclusión es inevitable. Argumentar que Dios esta “haciendo todo lo que puede” para slvar a la humanidad entera, pero que la mayoría de los hombres no le deja que lo haga, equivale a decir que la voluntad del Creador es impotente, y que la voluntad de la criatura es omnipotente.

A.W. Pink
La Soberanía de Dios, Pág. 21-22

San Agustín afirma que ‘la justificación del impío es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra’, porque ‘el cielo y la tierra pasarán, mientras la salvación y la justificación de los elegidos permanecerán’
¿Como entiende el catolicismo la “Justificación de los elegidos de Dios”?
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

ay! si, que malas noticias!

Pero las malas noticias no son para quienes defendemos la salvación por gracia, sino para quienes creen que de verdad no pueden llegar a ser salvos a menos que cumplan todas las obras de la ley.

Y que al final de sus días y apesar de haberlas cumplido, todas y cada una (como si ello fuese posible) todavía tendrán que pasar un periodo indeterminado a vivir experiencias, indeterminadas pero sin duda alguna "santificatorias, (como si no hubiera muerto un justo por todos los pecadores, imputando su justicia a quienes crean en El) y moriran sin saber si lograron alcanzar aquello para lo que fueron llamados, ignorando que Aquel que nos llama lo hace efectivamente.

DTB
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Gabaon dijo:
Tengo malas noticias para todos los anti-Católicos que andan por ahí. La discusión sobre la Justificación en el Catecismo de la Iglesia Católica es perfectamente sana, incluso sobre los principios Protestantes. Como un Protestante Reformado que soy, yo no tendría problemas en afirmar todos y cada uno de los párrafos del CIC, 1987-1995. Debajo hay un resumen de mis pensamientos:

1. El párrafo 1987 afirma que: "La gracia del Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos, es decir, de lavarnos de nuestros pecados y comunicarnos ‘la justicia de Dios por la fe en Jesucristo’ y por el Bautismo." Hago notar: 1) Romanos 8, 1-2 directamente atribuye a la obra del Espíritu Santo el que seamos liberados de la condenación. 2) La justificación seguramente incluye la limpieza del pecado (Romanos 4, 7; Hechos 15, 8-11). 3) Certeramente somos justificados mediante la fe (Romanos 5,1) de nuestra parte (en cuanto es algo que hacemos NOSOTROS por la gracia) y por el bautismo (Romanos 6, 4: note el contexto; Hechos 2,38; 22, 16) de parte de Dios (en cuanto el bautismo es algo que se hace PARA nosotros por el Espíritu mediante el Sacramento).

2. El párrafo 1988 afirma que participamos de los beneficios de la Pasión de Cristo y de su resurrección cuando somos unidos a su cuerpo. En otras palabras, es mediante la unión con Criso que participamos de sus beneficios. Quisiera agregar una palabra en relación a los distintos beneficios de la unión legal y mística aquí (las cuales, ambas, proceden de la unión personal con Cristo), pero no hay nada aquí que yo rechazaría como un Protestante.

3. El párrafo 1989 afirma que la conversión es la primera obra de la gracia del Espíritu Santo. También afirma que: "La justificación entraña, por tanto, el perdón de los pecados, la santificación y la renovación del hombre interior" Yo estaría de acuerdo, sólo que quisiera especificar que hay una doble justificación, y que la remisión de los pecados es previa a la santificación y a la renovación, como la causa es previa al efecto. Pero no hay nada en las palabras aquí que no pueda afirmar. No me requiere que base mi aceptación delante de Dios en la santificación y en la renovación del Espíritu.

4. El párrafo 1990 afirma que: "La justificación arranca al hombre del pecado... libera de la servidumbre del pecado" Estoy de acuerdo. Eso es lo que Romanos 6, 7.18-22 enseña directamente. La Justificación remueve la ira de Dios hacia mí. Una manifestación de la ira de Dios es la esclavitud del pecado (Romanos 1, 24.26.28). Por lo tanto, tengo que creer que cuando Dios me acepta en Cristo, como una consecuencia soy liberado de la servidumbre del poder del pecado.

5. El párrafo 1991 afirma que: “La justificación es, al mismo tiempo, acogida de la justicia de Dios por la fe en Jesucristo. La justicia designa aquí la rectitud del amor divino.” Estoy de acuerdo con que este es un aspecto de la justificación. Somos en el mismo momento aceptados en Cristo, e internamente renovados por la Gracia de Dios. Somos en el mismo momento ambas cosas, reputados como justos y hechos justos, por la unión personal con Cristo. Este párrafo se está enfocando en la última parte de la ecuación (pero ya ha hablado de la justificación como perdón y remisión de los pecados en el párrafo 1989).

6. El párrafo 1992 afirma: “La justificación nos fue merecida por la pasión de Cristo, que se ofreció en la cruz como hostia viva, santa y agradable a Dios y cuya sangre vino a ser instrumento de propiciación por los pecados de todos los hombres. La justificación es concedida por el bautismo, sacramento de la fe. Nos asemeja a la justicia de Dios que nos hace interiormente justos por el poder de su misericordia.” ¿Qué Protestante no quisiera gritar Amén! a tan claro pronunciamiento teológico? Se nos dice que: 1) Cristo nos mereció la justificación. 2) La sangre de Cristo es el instrumento de propiciación para todos los hombres (que son realmente justificados debo añadir). 3) La justificación se confiere en el Bautismo (doctrina protestante común). 4) La justificación nos conforma a la justicia de Dios que nos santifica. Nada aquí me requiere que base mi conformidad con la justicia de Dios sobre el hecho de que yo sea hecho justo internamente. El párrafo simplemente afirma que el Dios que hace eso me conforma a su justicia (yo preferiría pensar en imputación aquí), también me hace internamente justo. Incluso si el significado fuese que él me conforma a su justicia POR hacerme internamente justo, yo podría afirmarlo, en cuanto creo que la justificación incluye la transformación actual de la persona internamente (aunque yo no quisiera limitarla a eso, ni siquiera hacer de eso la base de mi aceptación delante de Dios)

7. El párrafo 1993 dice: “La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la libertad del hombre” No hay problema ahí. Estoy de acuerdo en que es "la incitación del Espíritu Santo” (Yo preferiría decir la regeneración inicial) que “precede y preserva” el asentimiento humano.

8. El párrafo 1994 dice: “La justificación es la obra más excelente del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús y concedido por el Espíritu Santo.” ¿Qué Protestante no estaría de acuerdo?

9. El párrafo 1995 dice que: “Haciendo nacer al ‘hombre interior’ la justificación implica la santificación de todo el ser.” En el sentido secundario de la regeneración como la nueva vida que empieza con la conversión, yo estaría de acuerdo. Y estaría de acuerdo en que la justificación “implica” dicha santificación, en cuanto aquella es la causa de ésta.

Paul Owen.

Traducido por mí sin permisos del autor.

Fuente: The Catholic Catechism on Justification

El tip para Alvin Kimel.
PUEDES CAMBIAR LA FOTO DE LOS CLAVOS , SI NO ES MUCHO PEDIR
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Dios te bendiga Malcom.

Malcom, por lo que veo tú tienes un interés doble:
1. Preservar la soberanía de Dios.
2. Dejar a Dios como principal autor y responsable de la elección, llamado y salvación del hombre.

Yo creo que ambas cosas se pueden hacer y de hecho las hace el Catolicismo sin ver a la naturaleza y a la gracia enfrentadas una contra otra como lo ha entendido Calvino, lo entiendes tú y lo han entendido algunos católicos que se han equivocado al querer interpretar a San Pablo de esta manera.

El Catolicismo entiende, defiende y enseña que el Espíritu excita e incita el corazón del hombre pecador para salvarle y que esta excitación no cohibe ni le impone necesidad al hombre para que la acepte y el hombre siempre permanece libre para rechazar esta excitación y siempre puede rechazarla y de hecho constantemente lo hace.

Ahora bien, después de ese auxilio, que nuestra teología llama "meramente suficiente" hay otro auxilio que es el que hace que el hombre haga el bien, este nuevo auxilio es llamado "eficaz". Sin ese auxilio el hombre de por sí solo y con las fuerzas de su albedrío o con la mera capacitación del auxilio "suficiente" no podría hacer el bien (en cuanto a la salvación). Este auxilio es el único responsable de que el hombre quiera y logre lo que Dios le ha incitado a hacer.

Aquí es donde está el problema... tú crees, y Calvino, que Dios hace eso por encima de nuestro albedrío, como si Dios tuviera que irrumpir y arrastrar nuestra naturaleza para que haga lo que Él quiere que se haga y entienden ustedes la soberanía de Dios en contraste con nuestra realidad. Algunos de los tuyos llegan incluso a decir que es imposible que exista tal cosa como libre albedrío con tal de mantener la soberanía divina.

Ese contraste no es Paulino, ni divino, ni revelado, eso se lo han inventado algunos de los tuyos y ya quedan pocos, gracias a Dios, de esos.

Dios lo que hace en la salvación particular de cada uno lo hace con el albedrío, por el albedrío y en el albedrío de esa persona. Y lo hace de manera tan eficaz e infalible que su soberanía brilla con todo esplendor precisamente porque ha logrado que la voluntad rebelde, seducida y envuelta por su Amor, de pronto quiera lo que Dios quiere y el acto de Fe Salvífica, posibilitado, excitado, incitado, logrado y efectuado por Dios, se hace CON el hombre no en contra de él o a costa de él, sino CON él.

Eso es lo revelado, eso es el Catolicismo, eso es lo Paulino.

Eso para nada reduce lo bajo, alarmante y corrupto de la situación del albedrío de un pecador sino que muestra que Dios no se arrepiente ni abandona su plan original con el albedrío sino que lo sana, lo capacita y lo eleva a una realidad nueva haciendo DE él una nueva creación y ya CON él elevado y acompañado de su gracia logra EN él la salvación que Dios se ha propuesto precisamente DE él.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

SolaGratia dijo:
El hombre solo tiene libertad de escoger lo malo, no escoge a Dios si Dios no lo llama irresistiblemente por medio de la fe que viene por el oír las Escrituras. (Rom. 10:17)

Si Dios necesita la libertad del hombre para salvarlo, pienso que esto es hacer de Dios una caricatura patética, ya que esto presenta un ser impotente, frágil, que no inspira respeto a nadie que tenga dos dedos en la frente. El Dios del sentir popular es creación de un sentimentalismo lagrimoso. Este Dios es mas digno de compasión que de temor reverente. Decir que Dios Padre se ha propuesto la salvación de toda la humanidad, que Dios Hijo murió con la intención expresa de salvar a toda la humanidad, y que Dios Espíritu Santo esta ahora procurando ganar el mundo para Cristo, cuando, según puede observarse comúnmente, es obvio que la gran mayoría de nuestros semejantes esta muriendo en pecado y pasando a una eternidad sin esperanza, equivale a decir que Dios Padre ha sido decepcionado, que Dios hijo ha quedado insatisfecho, y que Dios Espíritu Santo esta derrotado. Quizás hayamos planteado la cuestión crudamente, pero la conclusión es inevitable. Argumentar que Dios esta “haciendo todo lo que puede” para salvar a la humanidad entera, pero que la mayoría de los hombres no le deja que lo haga, equivale a decir que la voluntad del Creador es impotente, y que la voluntad de la criatura es omnipotente.

A.W. Pink
La Soberanía de Dios, Pág. 21-22

El caso es que Calvino también dijo que el hombre debía HACER algo:

Para recibir la gracia de Jesucristo, hay que renunciar a toda justicia propia

Después de haber contemplado esta perfección divina, debemos descender a nosotros mismos y considerar muy bien lo que somos sin adulación ni pasión alguna. Porque no es maravilla que seamos tan ciegos por lo que a esto respecta, ya que nadie se ve libre de la peste del amor de sí mismo que, según lo atestigua la Escritura, está naturalmente arraigado en todos nosotros ...[cita Prov 21:1; 16:2] ... si nuestra lisonja no nos sirve de nada, no nos engañemos a nosotros mismos a sabiendas para ruina nuestra.

Así, pues, para examinarnos debidamente es necesario que pongamos nuestra conciencia delante del tribunal de Dios. Es necesaria su luz para descubrir los secretos de nuestra perversidad, tan ocultos y recónditos...

El rigor de este examen ha de proseguirse hasta que haya domado y quebrantado todos nuestros bríos, y así prepararnos a recibir la gracia de Cristo. Se engaña evidentemente todo el que se cree capaz de gozar de esta gracia, si antes no hubiere arrojado de sí toda la altivez del corazón. Porque es bien sabido que "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (1 Pe 5,5; Sant. 4,6).


6. Sólo la humildad da lugar a la misericordia de Dios

Mas, ¿cuál es el medio para humillarnos, sino que siendo del todo pobres y vacíos de todo bien, dejemos lugar a la misericordia de Dios? ... Porque si confesamos delante de Dios otra cosa que lo que tenemos en nuestro corazón, mentimos desvergonzadamente. Y no podemos sentir de nosotros mismos como conviene, sin que todo cuanto en nosotros nos parece excelente, lo pongamos debajo de sus pies.

Juan Calvino, Institución III, 12; negritas añadidas.

Y mira el Catecismo de Heilderbeg:
Pregunta 60

¿Cómo eres justo delante de Dios?

Respuesta

Solamente por la verdadera fe en Jesucristo; esto es, aunque mi conciencia me acusa de que he pecado gravemente contra los mandamientos de Dios, y nunca he guardado ninguno de ellos, y todavía soy propenso siempre a todo mal, empero Dios, sin ningún mérito de mi parte, de mera gracia, me otorga e imputa la perfecta satisfacción, justicia y santidad de Cristo, como si nunca hubiese cometido ni tuviese pecado alguno, y hubiese yo mismo logrado toda la obediencia que Cristo ha cumplido para mí, si solamente acepto tal beneficio con un corazón creyente.


Por tanto, no se excluye la necesidad de que el hombre ACEPTE voluntariamente lo que Dios hace para él.

Esa idea de que Dios es impotente si "necesita" el libre albedrío del hombre no tiene lógica alguna. Porque en realidad Dios no necesita nada cuando de su propia voluntad da libertad al hombre para elegir lo bueno y lo malo. Y no hace falta que te diga que la Biblia, empezando por los primeros capítulos del Génesis, está PLAGADITA de ocasiones en que Dios da al hombre la opción de elegir entre seguirle o no.


De todas formas ¿es ese punto el único en el que no estás de acuerdo con la exposición del Catecismo católico acerca de la justificación?
Pues poca cosa es, ¿no crees?

Hale, tómate ahora la molestia de leer lo que dice ese mismo Catecismo acerca de la gracia:

II La gracia

1996 Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios (cf Jn 1, 12-18), hijos adoptivos (cf Rm 8, 14-17), partícipes de la naturaleza divina (cf 2 P 1, 3-4), de la vida eterna (cf Jn 17, 3).

1997 La gracia es una participación en la vida de Dios. Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria: por el Bautismo el cristiano participa de la gracia de Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Como ‘hijo adoptivo’ puede ahora llamar ‘Padre’ a Dios, en unión con el Hijo único. Recibe la vida del Espíritu que le infunde la caridad y que forma la Iglesia.

1998 Esta vocación a la vida eterna es sobrenatural. Depende enteramente de la iniciativa gratuita de Dios, porque sólo El puede revelarse y darse a sí mismo. Sobrepasa las capacidades de la inteligencia y las fuerzas de la voluntad humana, como las de toda creatura (cf 1 Co 2, 7-9)

1999 La gracia de Cristo es el don gratuito que Dios nos hace de su vida infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma para sanarla del pecado y santificarla: es la gracia santificante o divinizadora, recibida en el Bautismo. Es en nosotros la fuente de la obra de santificación (cf Jn 4, 14; 7, 38-39):

Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo (2 Co 5, 17-18).

2000 La gracia santificante es un don habitual, una disposición estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerla capaz de vivir con Dios, de obrar por su amor. Se debe distinguir entre la gracia habitual, disposición permanente para vivir y obrar según la vocación divina, y las gracias actuales, que designan las intervenciones divinas que están en el origen de la conversión o en el curso de la obra de la santificación.

2001 La preparación del hombre para acoger la gracia es ya una obra de la gracia. Esta es necesaria para suscitar y sostener nuestra colaboración a la justificación mediante la fe y a la santificación mediante la caridad. Dios completa en nosotros lo que El mismo comenzó, ‘porque él, por su acción, comienza haciendo que nosotros queramos; y termina cooperando con nuestra voluntad ya convertida’ (S. Agustín, grat. 17):

Ciertamente nosotros trabajamos también, pero no hacemos más que trabajar con Dios que trabaja. Porque su misericordia se nos adelantó para que fuésemos curados; nos sigue todavía para que, una vez sanados, seamos vivificados; se nos adelanta para que seamos llamados, nos sigue para que seamos glorificados; se nos adelanta para que vivamos según la piedad, nos sigue para que vivamos por siempre con Dios, pues sin él no podemos hacer nada. (S. Agustín, nat. et grat. 31).

2002 La libre iniciativa de Dios exige la respuesta libre del hombre, porque Dios creó al hombre a su imagen concediéndole, con la libertad, el poder de conocerle y amarle. El alma sólo libremente entra en la comunión del amor. Dios toca inmediatamente y mueve directamente el corazón del hombre. Puso en el hombre una aspiración a la verdad y al bien que sólo El puede colmar. Las promesas de la ‘vida eterna’ responden, por encima de toda esperanza, a esta aspiración:

Si tú descansaste el día séptimo, al término de todas tus obras muy buenas, fue para decirnos por la voz de tu libro que al término de nuestras obras, ‘que son muy buenas’ por el hecho de que eres tú quien nos las ha dado, también nosotros en el sábado de la vida eterna descansaremos en ti. (S. Agustín, conf. 13, 36, 51).

2003 La gracia es, ante todo y principalmente, el don del Espíritu que nos justifica y nos santifica. Pero la gracia comprende también los dones que el Espíritu Santo nos concede para asociarnos a su obra, para hacernos capaces de colaborar en la salvación de los otros y en el crecimiento del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Estas son las gracias sacramentales, dones propios de los distintos sacramentos. Son además las gracias especiales, llamadas también ‘carismas’, según el término griego empleado por san Pablo, y que significa favor, don gratuito, beneficio (cf LG 12). Cualquiera que sea su carácter, a veces extraordinario, como el don de milagros o de lenguas, los carismas están ordenados a la gracia santificante y tienen por fin el bien común de la Iglesia. Están al servicio de la caridad, que edifica la Iglesia (cf 1 Co 12).

2004 Entre las gracias especiales conviene mencionar las gracias de estado, que acompañan el ejercicio de las responsabilidades de la vida cristiana y de los ministerios en el seno de la Iglesia:

Teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe; si es el ministerio, en el ministerio, la enseñanza, enseñando; la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad (Rm 12, 6-8).

2005 La gracia, siendo de orden sobrenatural, escapa a nuestra experiencia y sólo puede ser conocida por la fe. Por tanto, no podemos fundarnos en nuestros sentimientos o nuestras obras para deducir de ellos que estamos justificados y salvados (Cc. de Trento: DS 1533-34). Sin embargo, según las palabras del Señor: ‘Por sus frutos los conoceréis’ (Mt 7, 20), la consideración de los beneficios de Dios en nuestra vida y en la vida de los santos nos ofrece una garantía de que la gracia está actuando en nosotros y nos incita a una fe cada vez mayor y a una actitud de pobreza llena de confianza:

Una de las más bellas ilustraciones de esta actitud se encuentra en la respuesta de santa Juana de Arco a una pregunta capciosa de sus jueces eclesiásticos: ‘Interrogada si sabía que estaba en gracia de Dios, responde: «si no lo estoy, que Dios me quiera poner en ella; si estoy, que Dios me quiera conservar en ella»’ (Juana de Arco, proc.).


Hale, comenta, comenta, :bienhecho
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Gabaon explícame por favor estas tus palabras porque veo contradicción en lo que dices, énfasis mios.
“Ahora bien, después de ese auxilio, que nuestra teología llama "meramente suficiente" hay otro auxilio que es el que hace que el hombre haga el bien, este nuevo auxilio es llamado "eficaz". Sin ese auxilio el hombre de por sí solo y con las fuerzas de su albedrío o con la mera capacitación del auxilio "suficiente" no podría hacer el bien (en cuanto a la salvación). Este auxilio es el único responsable de que el hombre quiera y logre lo que Dios le ha incitado a hacer.
En teologia reformada tenemos dos maneras de llamado departe de Dios. “El llamado general” el cual siempre es rechazado, y “El llamado eficaz” que no es resistido, y que parece ser semejante según tus palabras. ¿Puedes explicarme esto un poco mas?

También a mi ver “la salvación y la justificación de los elegidos” según Agustín es importante considerar. Porque en teología reformada, la elección es de vital importancia para la salvación y la justificación.

Bendiciones
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Luís te cito otra ves a A.W. Pink

Con estas palabras comienza este gran libro, “La Soberanía de Dios”

“Se ha observado a menudo que uno de los requisitos fundamentales en la exposición de la Palabra de Dios es la necesidad de perseverar el equilibrio de la verdad. Estamos plenamente de acuerdo con ello. Hay dos cosas que están por encima de toda discusión: Dios es soberano, el hombre es responsable. Reconocemos sin vacilar que existe un verdadero peligro tanto en enfatizar demasiado lo primero como en ignorar lo segundo; de ello, la historia nos ofrece numerosos ejemplos. Hacer énfasis en la soberanía de Dios, sin sostener al mismo tiempo la responsabilidad de sus criaturas, tiende al fatalismo; dar a la responsabilidad del hombre tal importancia que se pierda de vista la soberanía de Dios, es exaltar a la criatura y deshonrar al Creador.
Al fin de cuentas, casi todos los errores doctrinales provienen, realmente, de la perversión de la verdad, de la verdad mal trazada, de la verdad defendida y enseñada sin la debida armonía.
--
Como ves yo he estando últimamente hablando de un aspecto de la verdad, el mas desconocido, el menos predicado, el mas odiado. Pero no niego el otro aspecto por supuesto que no. Y como lo puedes comprobar en la teología reformada hay un equilibrio en esto.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Dios te bendiga Malcom.
SolaGratia dijo:
Gabaon explícame por favor estas tus palabras porque veo contradicción en lo que dices, énfasis mios.

En teologia reformada tenemos dos maneras de llamado departe de Dios. “El llamado general” el cual siempre es rechazado, y “El llamado eficaz” que no es resistido, y que parece ser semejante según tus palabras. ¿Puedes explicarme esto un poco mas?

También a mi ver “la salvación y la justificación de los elegidos” según Agustín es importante considerar. Porque en teología reformada, la elección es de vital importancia para la salvación y la justificación.

Bendiciones
En nuestra teología siempre ha existido, oficial y magisterialmente la idea de la elección y la predestinación; lo que no hay es la relación tan estrecha que hay en el protestantismo entre justificación y predestinación, pues en nuestra Doctrina alguien puede ser justificado y no ser del grupo de los elegidos o predestinados y ese en su momento perderá (voluntariamente y nada más que por su culpa) la justificación que recibió una vez y si muere así, fuera de gracia, pues obviamente no era de los electos.

Lo que te parece contradictorio de lo que digo nace precisamente de esta forma distinta de ver esa relación entre justificación-predestinación. Dios quiere que todos los hombres se salven y a todos les ofrece los medios suficientes y necesarios para que puedan ser salvados; ahora bien, solo un grupo, numerado, limitado y exacto, conocido y determinado por Dios desde la eternidad serán los que infaliblemente serán salvados.

Nuestra Doctrina enseña que cada acto bueno que el hombre hace en relación a su salvación es inspirado por la gracia (auxilio suficiente-preveniente), pero la ejecución del mismo acto no depende sólo de que Dios ha capacitado al libre albedrío para que lo ejecute sino que Dios, con un nuevo auxilio (gracia eficaz-acompañante), logra y ejecuta junto y con el hombre ese acto.

En eso están de acuerdo no sólo el magisterio sino todas las escuelas teológicas católicas; las diferencias, que las hay, surgen cuando se quiere saber si el segundo auxilio es eficaz por sí mismo y como viene de Dios o si toma su eficacia de la aplicación del libre albedrío. Esas diferencias no se han aclarado magisterialmente y hasta nuevo aviso La Iglesia permite ambas opiniones. Yo soy de la línea que defiende que el auxilio es eficaz por sí mismo y que es infalible siempre, y siempre logra el objetivo para el que fue enviado; a pesar de la semejanza con la gracia irresistible esa que tú propones, en esta escuela católica se sostiene lo que te aclaré anteriormente: el auxilio eficaz siempre se puede rechazar, es resistible, lo que lo hace infalible es que Dios logra que NUNCA se quiera rechazar, que el albedrío quiera lo que Dios quiere SIEMPRE, sin forzarlo ni imponerle necesidad sino haciéndolo que lleve su curso bueno para el que fue creado y ahora al estar el alma elevada al orden sobrenatural pues el albedrío quiere más perfectamente lo que es bueno que es su finalidad íntima. Dios no viene a arrastrar la voluntad a las malas sino a seducirla, sanarla y elevarla.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Gabaon dices:
En nuestra teología siempre ha existido, oficial y magisterialmente la idea de la elección y la predestinación; lo que no hay es la relación tan estrecha que hay en el protestantismo entre justificación y predestinación, pues en nuestra Doctrina alguien puede ser justificado y no ser del grupo de los elegidos o predestinados y ese en su momento perderá (voluntariamente y nada más que por su culpa) la justificación que recibió una vez y si muere así, fuera de gracia, pues obviamente no era de los electos.

En tu teología me das a entender que Dios ama al que justifica, no me lo negaras.

Lo terrible aquí es que Dios amo a tal justificado durante su vida a medias, para no decir algo peor, pues Dios en su Omnisciencia sabe que al final tal justificado no era de los elegidos en Cristo y por lo tanto aquel que justifico que “amo a medias” se perderá para siempre. Es imposible.

La verdad es la siguiente:

“..Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. (Ro. 8:30)
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Católicos y portestantes reformados (luternos y calvinistas) ¿me podrian decir exáctamente que es para Uds. "la Gracia"

Gracias.


Un saludo
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Dios te bendiga Malcom.
SolaGratia dijo:
Gabaon dices:
En tu teología me das a entender que Dios ama al que justifica, no me lo negaras.

Lo terrible aquí es que Dios amo a tal justificado durante su vida a medias, para no decir algo peor, pues Dios en su Omnisciencia sabe que al final tal justificado no era de los elegidos en Cristo y por lo tanto aquel que justifico que “amo a medias” se perderá para siempre. Es imposible.

La verdad es la siguiente:

“..Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. (Ro. 8:30)
No sé por qué te parece lógica la conclusión de que Dios "ama a medias" a los justificados que no eran del grupo de los predestinados, pues igual de lógica sería la conclusión de que Dios no ama ni siquiera a medias a los que no predestinó... ¿en ese "dios" crees tú?; La Palabra de Yahveh, el Papá de Jesús dice sobre Él: "Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho" (Sabiduría 11, 24). El Amor de Dios no se muda, y su justicia y su misericordia no son más que manifestaciones de un mismo único Amor.

Definitivamente que es la verdad lo que dice Romanos 8, 30. Pero ese verso dice que Dios justifica a los que predestina, pero no afirma que a los que Dios justifica una vez pertenecen al grupo de los predestinados. De hecho ¿qué piensas de Judas? o de los hermanos de los que el autor de Hebreos dice: "Porque si voluntariamente pecamos después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes. Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. ¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?" (Hebreos 10, 26-29)

Ciertamente un predestinado, una oveja de Jesús, un elegido jamás, nunca se perderá; un elegido irremediableme e infaliblemente será salvado. Lo que vemos a diario, pues lo dice Dios... y debe ser Él veraz y todo hombre mentiroso, es que uno que es santificado por la sangre de Cristo y sellado con el sello del Espíritu puede voluntariamente apostatar de la verdad que ha recibido y ser desgajado del tronco que es Cristo. Sin duda alguna que ese no era del grupo de los electos.

Así como de verdad es Romanos 8, 30 lo es Romanos 11, 30: "¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!"... hay en el hombre libre albedrío y en Dios hay elección y predestinación; nadie nunca ha logrado una concordia entre ambas cosas, ante tal misterio sólo queda hacer lo que Pablo: asombrarse!!!! Los que se ufanan de ser concordante como Pelagio y Calvino terminan haciendo lo mismo: negando una para sostener la otra.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Dios te bendiga Oso.

Gracia es el favor de Dios.

Así de sencillo como suena, el favor de Dios puede ser no-imputación del pecado, como al mismo tiempo puede ser regeneración, como puede ser auto-revelación de su Persona, como puede ser participación para el hombre de la vida íntima de la Santísima Trinidad.

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

SolaGratia dijo:
El hombre solo tiene libertad de escoger lo malo, no escoge a Dios si Dios no lo llama irresistiblemente por medio de la fe que viene por el oír las Escrituras. (Rom. 10:17)

Si Dios necesita la libertad del hombre para salvarlo, pienso que esto es hacer de Dios una caricatura patética, ya que esto presenta un ser impotente, frágil, que no inspira respeto a nadie que tenga dos dedos en la frente. El Dios del sentir popular es creación de un sentimentalismo lagrimoso. Este Dios es mas digno de compasión que de temor reverente. Decir que Dios Padre se ha propuesto la salvación de toda la humanidad, que Dios Hijo murió con la intención expresa de salvar a toda la humanidad, y que Dios Espíritu Santo esta ahora procurando ganar el mundo para Cristo, cuando, según puede observarse comúnmente, es obvio que la gran mayoría de nuestros semejantes esta muriendo en pecado y pasando a una eternidad sin esperanza, equivale a decir que Dios Padre ha sido decepcionado, que Dios hijo ha quedado insatisfecho, y que Dios Espíritu Santo esta derrotado. Quizás hayamos planteado la cuestión crudamente, pero la conclusión es inevitable. Argumentar que Dios esta “haciendo todo lo que puede” para slvar a la humanidad entera, pero que la mayoría de los hombres no le deja que lo haga, equivale a decir que la voluntad del Creador es impotente, y que la voluntad de la criatura es omnipotente.

A.W. Pink
La Soberanía de Dios, Pág. 21-22

¿Como se puede conciliar esta explicación de A. W. Pink con este pasaje de la Escritura?

"!Ay de tí, Corazeín! !Ay de tí, Betsaida! Que si en Tiro y en Sidón hubieran sido hechos los milagros que en vosotras se han hecho, tiempo ha que en saco y sentados en ceniza hubieran hecho penitencia. Pero Tiro y Sidón serán más toleradas que vosotras en el juicio. Y tú, Cafarnaúm, ¿te levantarás hasta el cielo? Hasta el infierno serás abatida. El que a vosotros oye, a mí me oye, y el que a vosotros desecha, a mí me desecha, y el que me desecha a mí, desecha al que me envió" Lucas 10, 13-16

Si para Dios no cuenta la libertad del hombre para decir "si" a la salvación ¿por qué Jesús condena a las ciudades que lo escucharon predicar y donde obró muchos milagros?

¿Qué es más irresistible que escuchar predicar y realizar milagros al propio Cristo?

Tertuliano

El hombre pecador.

Cómo pudo Dios hacer al hombre capaz de pecar.

Paso ya a estas cuestiones vuestras, perros a los que el Apóstol echó a la calle (cf. Flp 3, 2), pues no dejáis de ladrar contra el Dios de la verdad. Estos son vuestros argumentos, que siempre andáis royendo como huesos: «Si Dios es bueno, y sabe lo que ha de suceder, y tiene poder para evitar el mal, ¿por qué toleró que el hombre, imagen y semejanza suya y aun de su misma sustancia en lo que al alma se refiere, fuese engañado por el diablo hasta el punto de que cayera en la muerte por no obedecer a la ley? Porque si Dios es bueno, no podía querer que esto sucediera; si conoce el futuro, sabía que esto tenía que suceder; si tenía poder para ello, debía haberlo evitado. De esta suerte, dadas estas tres propiedades de la majestad divina, nunca debiera haber sucedido lo que era incompatible con ellas. Por el contrario, si realmente sucedió así, es evidente que no podemos creer que Dios sea bueno, ni conocedor del futuro ni todopoderoso...»

Ahora bien, si en Dios se dan estas propiedades, según las cuales no debería haber sucedido ningún mal al hombre, y, con todo, tal mal sucedió, tendremos que considerar la condición del hombre, pues pudo suceder por parte de ella lo que no podía suceder por parte de Dios.

En efecto, nos encontramos con que el hombre fue hecho por Dios como ser libre, capaz de arbitrio y decisión propia: precisamente es en esto donde más en particular se manifiesta que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios.

Porque no es en su rostro o en sus rasgos corporales, que presentan en los hombres tanta diversidad, donde el hombre está hecho a imagen de Dios, que es siempre idéntico a sí, sino en aquello más esencial que procede del mismo Dios, esto es, el alma, que ha recibido el sello del ser divino en lo que se refiere a la libertad de arbitrio y de decisión. De no ser así, no se hubiese impuesto una ley a un ser que no habría sido capaz de prestar un obsequio libre a esta ley; ni se hubiera señalado castigo de muerte a la transgresión de la misma, si no se hubiera dado por supuesto que había en el hombre libertad para despreciar la ley. Y así, en las leyes del Creador que luego siguieron, descubrirás que Dios propone al hombre el bien y el mal, la vida y la muerte, y todo el sistema de disciplina ordenado por medio de los preceptos no supone otra cosa sino que Dios llama, amenaza y exhorta al hombre que, dotado de voluntad y de libertad, es capaz de obediencia o de rebelión.

...Pero si objetas que, si la libertad y decisión del hombre habian de resultar para él ruinosas, no debían habérselo dado, voy a defender que el hombre realmente tenía que haber sido hecho asi... La bondad y la sabiduría de Dios, que siempre actúan a una en nuestro Dios, son argumento de que tenía que ser de esta manera. Porque la sabiduría sin bondad no es sabiduría, ni la bondad sin sabiduría es bondad, a no ser que se admita el Dios de Marción, que ya hemos dicho que es bueno pero irracional. Convenía que Dios se diera a conocer: esto era cosa ciertamente buena y razonable. Convenía que hubiera un ser digno de conocer a Dios. ¿Qué ser tan digno podia pensarse fuera de la misma imagen y semejanza de Dios? También esto es, sin duda, bueno y razonable. Por tanto, convenia que se hiciera una imagen y semejanza de Dios con libertad de arbitrio y decisión, ya que en esta libertad es donde se descubre la semejanza e imagen de Dios...

Hubiera sido extraño que el hombre fuera dueño y soberano de todo el mundo, pero no de si mismo: hubiera sido dueño de los demás, pero esclavo de sí mismo... Ahora bien, bueno por naturaleza sólo lo es Dios. El que es lo que es sin comienzo alguno, no tiene lo que es por institución, sino por naturaleza. En cambio el hombre, que todo cuanto es lo ha recibido, tiene un comienzo, y en este comienzo recibió el principio de su ser: por esto no está ordenado al bien por la misma naturaleza, sino por el acto de su creación... según que es bueno su creador, que es el creador de todos los bienes.
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

OSO dijo:
Católicos y portestantes reformados (luternos y calvinistas) ¿me podrian decir exáctamente que es para Uds. "la Gracia"

Gracias.


Un saludo

Graciosa pregunta :)
 
Re: Revisión Protestante de la Justificación Católica

Gabaon dices:
No sé por qué te parece lógica la conclusión de que Dios "ama a medias" a los justificados que no eran del grupo de los predestinados, pues igual de lógica sería la conclusión de que Dios no ama ni siquiera a medias a los que no predestinó... ¿en ese "dios" crees tú?; La Palabra de Yahveh, el Papá de Jesús dice sobre Él: "Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho" (Sabiduría 11, 24). El Amor de Dios no se muda, y su justicia y su misericordia no son más que manifestaciones de un mismo único Amor.

Dios no ama a todos los seres humanos por igual. “Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo.” (Prv. 16:4). Pablo dice que TODOS nosotros “éramos por naturaleza hijos de ira” (Efesios 2:3). El Salmo 7:11 dice “Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días”.
O dinos Gabaon si Dios “¿no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” Ro. 9:21. y estos son solo unos pasajes. Dios no ama por igual a todos. Si Dios amara por igual a todos no permitiría que NI UNO se perdiera, no permitiría que el Diablo arrebate UN solo ser humano que Dios creo.

Gabaon dices:
Definitivamente que es la verdad lo que dice Romanos 8, 30. Pero ese verso dice que Dios justifica a los que predestina, pero no afirma que a los que Dios justifica una vez pertenecen al grupo de los predestinados. De hecho ¿qué piensas de Judas? o de los hermanos de los que el autor de Hebreos dice: "Porque si voluntariamente pecamos después de haber recibido el pleno conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, sino la terrible espera del juicio y la furia del fuego pronto a devorar a los rebeldes. Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. ¿Cuánto más grave castigo pensáis que merecerá el que pisoteó al Hijo de Dios, y tuvo como profana la sangre de la Alianza que le santificó, y ultrajó al Espíritu de la gracia?" (Hebreos 10, 26-29)
De Judas era necesario que traicionara al Señor, fue un baso preparado de antemano para ira, “para que la Escritura se cumpliese” Juan 17:12. Y todo fue preparado por Dios mismo:

“27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.

Sin Judas no se hubira cumplido lo que Dios queria que sucediera.. Por cierto. La culpa no fue de Dios que su Hijo fuera crucificado mas sin embargo los hombres lo hicieron. ¿No es como dice Pablo que los caminos de Dios son profundos e inescrutables.?

Sobre Hebreos 10, 26-29. Mira lo que dice el contexto del ver. 39 “Pero nosotros no somos los que retroceden para perdición, sino los que tienen fe para preservación del alma”
El pasaje que citas ciertamente es difícil, pero hay que reconocer que hay muchos que leen las escrituras, les gusta, les apasiona, hasta entienden pero no creen, no tienen fe.

Gabaon dices:
Ciertamente un predestinado, una oveja de Jesús, un elegido jamás, nunca se perderá; un elegido irremediableme e infaliblemente será salvado. Lo que vemos a diario, pues lo dice Dios... y debe ser Él veraz y todo hombre mentiroso, es que uno que es santificado por la sangre de Cristo y sellado con el sello del Espíritu puede voluntariamente apostatar de la verdad que ha recibido y ser desgajado del tronco que es Cristo. Sin duda alguna que ese no era del grupo de los electos.
Casi comparto lo que dices, salvo de aquellos que son sellados en Cristo pueden apostatar. Los sellados son los mismo que esos predestinados EN Cristo, Sellados EN Cristo es lo mismo. Como tu creo que “jamás, nunca se perderá; un elegido irremediableme e infaliblemente será salvado”.
Hay quienes son iluminados, de hecho todos tienen cierta luz de Cristo, pero hay quienes tienen mas luz tratan las cosas de Dios aun por años, pero no viven como cristianos, creen pero no creen.
Gabaon dices:
Así como de verdad es Romanos 8, 30 lo es Romanos 11, 30: "¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!"... hay en el hombre libre albedrío y en Dios hay elección y predestinación; nadie nunca ha logrado una concordia entre ambas cosas, ante tal misterio sólo queda hacer lo que Pablo: asombrarse!!!! Los que se ufanan de ser concordante como Pelagio y Calvino terminan haciendo lo mismo: negando una para sostener la otra.
Si, lo mejor es el equilibrio. Pero yo prefiero la enseñanza reformada pues le da mas gloria a Dios. Creemos que la salvación es toda de Dios, creemos que si uno viene es porque El Señor lo llamo omnipotentemente y no a ruegos llorosos como queriendo pero no pudiendo viendo como el Diablo arrebata a la mayoría de sus criaturas.