La Iglesia no aparece en Mateo 24
¿Quieres seguir forzando el texto?
Pues te lo repito:
Mateo 24 no habla de la Iglesia.
El lenguaje es judío y profético: templo, Judea, día de reposo, abominación desoladora.
Nada de eso tiene que ver con el cuerpo de Cristo.
La Iglesia está fundada sobre la Roca (1Co 3:11; Mt 16:18) y su esperanza es distinta:
esperar a Jesús que nos libra de la ira venidera (1Ts 1:10). Negar esto es mutilar la Palabra.
El evangelio en Mateo 24:14
Jesús habla del
evangelio del reino, el mismo que Israel rechazó en su primera venida.
Hoy se predica el
evangelio de la gracia de Dios revelado a Pablo (Hch 20:24).
Quien mezcle los dos evangelios, como lo hacen los confundidos, como tú, caen bajo el anatema de Gálatas 1:8. No hay medias tintas.
La abominación desoladora (Mt 24:15)
El Señor se refiere a un hecho histórico y a uno futuro:
Antíoco Epífanes en 170 a.C. (Dn 11:31).
El Anticristo en la mitad de la semana final (Dn 12:11; Ap 13:1-10).
Eso implica templo reconstruido y nación de Israel en su tierra (Is 66:8, cumplido en 1948).
¿Dónde está la Iglesia en todo esto?
En ninguna parte.
Solo Israel. Pretender lo contrario es ignorancia bíblica.
La esperanza de la Iglesia
Nosotros no esperamos señales de tribulación, ni templos, ni anticristos.
Nuestra esperanza es
Cristo mismo:
1Ts 1: 10 “Jesús… nos libra de la ira venidera”.
Tito 2:13: “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.
La unión indisoluble con Cristo (1Co 6:17; Ef 5:29-30) impide que su propio cuerpo sea entregado al Anticristo.
¿O acaso Cristo va a ser castigado dos veces? ¡Imposible!
Los “elegidos” en Mateo 24:22
Jesús habla de los
elegidos de Israel, no de la Iglesia.
Salmo 105:6 lo deja claro: “Hijos de Jacob, sus escogidos”.
Quien insiste en meter a la Iglesia aquí, está torciendo el texto y negando la revelación de Pablo.
En resumidas cuentas:
Mateo 24 es profecía para Israel, no para la Iglesia.
La Iglesia espera a Cristo, no al Anticristo.
El que confunde los evangelios y mezcla las dispensaciones,
se coloca bajo el anatema de Gálatas 1:8.
Así que basta de repetir los mismos errores del judaísmo, que piensan que la Iglesia solo es una continuación de Israel como si el vino nuevo de la gracia pudiese echarse en los viejos odres de la dispensación mosaica.
La Palabra es clara, y quien la niega se hace enemigo de la gloria de Cristo como libertador de su Iglesia de la gran tribulación, porque ya es salva y solo espera su rescate.
Así que deja de manipular expresiones como "Espíritu Santo" para pretender justificar tu abominación de ver a Cristo en su Iglesia (Ef.5:30) siendo exterminado por el anticristo (Ap.11:7).