RETO a cualquier TRINITARIO

No hay contradicción si se distingue origen relacional de comienzo temporal.
La doctrina clásica lo resume como engendramiento eterno: el Hijo procede del Padre (es “engendrado” en sentido filial), pero sin sufrir un comienzo en el tiempo. Es decir:

  • Origen = relación: el Hijo procede del Padre (Sal 2:7; Heb 1:5).
  • Eternidad = sin comienzo temporal: Juan y los sinópticos muestran la preexistencia/participación divina del Logos (Jn 1; Col 1:17).
  • Recibir (Jn 5:26; Col 1:19) indica dependencia y comunicación de la vida/divinidad, no necesariamente un momento cronológico dentro de la eternidad.

Por tanto se puede afirmar coherentemente: el Hijo tiene origen relacional (es engendrado por el Padre) y, a la vez, es eterno en su modo de ser
(no inició en el tiempo). La tensión se resuelve aceptando que “engendrar” en la teología bíblica puede ser eterno, no temporal.

Lo que estoy entendiendo es que tú quieres sostener al mismo tiempo que:

Por un lado, El Hijo es eterno (origen relacional)
Por otro, afirmas que el Hijo no es igual al Padre.
Esto es contradictorio porque, si se concede eternidad, la conclusión de igualdad en divinidad es inevitable. Negarla implica dos cosas:

Quitarle la eternidad (decir que tuvo comienzo temporal).
O quitarle la plenitud (decir que no posee toda la divinidad).
 
  • Like
Reacciones: M1st1c0
Aprecio sinceramente tu respuesta tan detallada y la claridad con la que intentas sostener tu posición con datos lingüísticos e históricos. Sin embargo, sigo viendo que el marco general de tu interpretación depende de una lectura sistemática posterior —elaborada ya en los siglos II–IV— más que del lenguaje original de los apóstoles y profetas.


1. Sobre Juan 17:3
Que Jesús incluya su propio nombre junto al del Padre no lo coloca necesariamente dentro del “único Dios verdadero”, sino que muestra que la vida eterna depende de conocer al Dios verdadero por medio de aquel que Él envió.

El verbo “conocer” (ginōskō) en sentido relacional no significa divinizar al objeto conocido, sino entrar en comunión con quien el Padre ha revelado. Jesús mismo dice: “El Padre mayor es que yo” (Juan 14:28) y “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti…” — la distinción es explícita.

Juan 1:1 y 1:18 deben leerse desde esa distinción: el Logos “estaba con Dios”, lo que ya implica alteridad; y “era dios” en sentido cualitativo, no identificativo. Es decir, expresaba lo divino porque procedía de Dios, no porque fuera el mismo Ser.


2. Sobre Juan 10:30 y la “unidad” (ἕν)
El propio contexto explica la unidad como acción conjunta (“para que crean que el Padre está en mí y yo en el Padre”, v. 38).

Jesús ora después para que los discípulos sean “uno como nosotros” (Juan 17:22). Si la unidad del Padre y del Hijo fuera de “esencia”, los discípulos participarían de esa misma esencia, lo cual es imposible. Por tanto, la comparación es funcional: unidad en propósito, no en ontología.


3. Sobre Filipenses 2:6–7
Morphē (forma) no significa necesariamente “esencia”. En la literatura helenística, puede referirse al estatus o condición visible (como morphē doulou).
Pablo no está describiendo una igualdad eterna con Dios, sino que subraya la humildad de Cristo frente a la exaltación que recibió después.
El punto del pasaje es moral (ejemplo de humillación), no metafísico (definición de naturaleza).


4. Sobre Juan 20:28
La exclamación de Tomás es una confesión de reconocimiento ante la manifestación divina en Cristo, no una definición ontológica. Los judíos usaban ese tipo de lenguaje teofánico (“Dios está con nosotros”, Isaías 7:14) sin convertir al mediador en el propio YHWH.

Además, el evangelista aclara inmediatamente el propósito de su relato: “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan 20:31).
Si Juan hubiera querido afirmar que Jesús es Dios, ese habría sido el momento para decirlo claramente.


5. Sobre Hechos 5:3–4
El paralelismo “mentir al Espíritu Santo / mentir a Dios” no prueba identidad personal, sino que muestra que el Espíritu es la presencia de Dios actuando en la comunidad. Isaías 63:10–11 ya hablaba del "Espíritu Santo" de YHWH como Su propia presencia ofendida.


6. Sobre la historia y los Padres
Es cierto que desde el siglo II se fue desarrollando una cristología cada vez más alta, pero eso no implica que fuera la comprensión original de los apóstoles.
Que Ignacio o Justino usen expresiones como “Jesucristo es Dios” refleja el lenguaje devocional de su tiempo, ya influido por la filosofía helenística y el esfuerzo por defender la fe frente al paganismo, no necesariamente la enseñanza literal de los textos hebreos y arameos del primer siglo.


En síntesis:
-Los apóstoles proclamaban a un solo Dios, el Padre (1 Cor 8:6), y a Jesucristo su Hijo, el mediador exaltado por Él (Hech 2:32–36).
-El Espíritu es Su presencia y poder activo en los creyentes.
-La teología posterior sistematizó esa experiencia en términos de “Trinidad” y “una esencia”, pero esos conceptos no pertenecen al pensamiento semita original de las Escrituras.

Sigamos buscando juntos lo que realmente enseña el texto, sin imponerle categorías filosóficas ajenas a su propio contexto.
Mil disculpas por la demora en la respuesta, pero con el tiempo libre, he aquí respondo.

Hermano en Cristo, gracias por compartir tu reflexión con tanta claridad y amor por la Palabra. Es evidente que buscas la verdad con integridad, y eso honra al Señor. Permíteme responder con el mismo espíritu: no para confrontar, sino para juntos examinar las Escrituras, como hicieron los bereanos en Hechos 17:11.

Respecto a Juan 17:3 y la vida eterna, tienes razón en que conocer a Dios es relacional. Pero en el evangelio de Juan, esa relación no es indirecta. Jesús no dice: “Yo les presento al Padre”, sino: “El que me ha visto, ha visto al Padre” en Juan 14:9. Si Jesús fuera únicamente un mensajero, como Moisés o Elías, hubiera señalado hacia el Padre. Pero Él se presenta como el camino único: “Nadie viene al Padre sino por mí” en Juan 14:6. Eso va más allá de una función delegada; es una afirmación de identidad reveladora. Solo Dios puede ser la única vía al Padre. Y sí, Jesús dice: “El Padre es mayor que yo” en Juan 14:28, pero lo hace dentro de su estado de humillación. Así como un rey que se viste de siervo no deja de ser rey, Cristo, aun en la cruz, sigue siendo el Señor de gloria según 1 Corintios 2:8.

Sobre Juan 10:30 y la unidad expresada con la palabra griega hen, el contexto sí habla de acción conjunta, pero la unidad perfecta en la obra presupone una comunión perfecta en la relación. Cuando Jesús ora en Juan 17:22 para que sus discípulos sean “uno, como nosotros somos uno”, no está diciendo que seremos idénticos al Padre y al Hijo, sino que participaremos de su amor mutuo, como sarmientos unidos a la Vid verdadera en Juan 15:5. Pero esa Vid debe ser vida divina, para poder darnos vida eterna. Además, los judíos no lo acusaron de decir “trabajamos en armonía”, sino de “hacerte Dios a ti mismo” en Juan 10:33. Ellos entendieron el peso de sus palabras.

En cuanto a Filipenses 2:6–7 y la “forma de Dios”, Pablo usa morphē, no schēma. Morphē habla de la forma esencial, no de apariencia externa. El contraste es claro: “forma de Dios” en el versículo 6, y “forma de siervo” en el versículo 7. Jesús no perdió su deidad al encarnarse; renunció a la manifestación visible de su gloria, no a su naturaleza. Y el punto no es solamente moral: es quién se humilló. Si un ángel se hiciera hombre, sería admirable; pero si el Creador del universo se hace siervo, eso solo tiene sentido si Él es Dios en persona, que por amor se vació a sí mismo según el versículo 7.

Sobre Juan 20:28 y la confesión de Tomás, Tomás no dice “Dios está contigo” ni “Eres el ungido del Señor”. Dice: “¡Señor mío y Dios mío!”. Son dos títulos divinos, aplicados directamente a Jesús, sin que Él lo corrija. Al contrario, lo bendice por su fe en el versículo 29. Y el evangelista cierra inmediatamente con el propósito de su libro en el versículo 31: “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”. Pero en el Nuevo Testamento, “Hijo de Dios” no es un título meramente humano. Los demonios lo reconocen como “Hijo del Dios Altísimo” en Marcos 5:7, el centurión lo confiesa al pie de la cruz en Marcos 15:39, y el Padre lo declara en el bautismo y la transfiguración en Mateo 3:17 y 17:5, uniendo las promesas del rey davídico y del Siervo sufriente.

Respecto a Hechos 5:3–4 y el Espíritu Santo, Pedro no dice: “mentiste a una influencia” o “ofendiste un don”. Dice: “¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mientas al Espíritu Santo?… No has mentido a los hombres, sino a Dios”. El Espíritu Santo es presentado como una Persona: puede ser entristecido en Efesios 4:30, habla en Hechos 13:2, dirige en Hechos 16:6–7, y reparte los dones según su voluntad en 1 Corintios 12:11. Una fuerza impersonal no tiene voluntad ni puede ser ofendida personalmente.

Sobre la cuestión del desarrollo posterior, la fe apostólica no cambió; se defendió frente a malentendidos. Cuando Pablo escribe en 1 Corintios 8:6, reformula el Shemá de Deuteronomio 6:4: “Para nosotros hay un solo Dios, el Padre… y un solo Señor, Jesucristo”. Incluye a Jesús dentro de la confesión monoteísta, no como añadido, sino como cumplimiento. Y cuando el Nuevo Testamento llama a Jesús “Señor”, usando la palabra griega Kyrios, está empleando el término que en la Septuaginta traduce el nombre YHWH. Cuando Pablo cita Joel 2:32 —“todo aquel que invoque el nombre de YHWH será salvo”— y lo aplica a Jesús en Romanos 10:13, no está innovando: está proclamando lo que los apóstoles recibieron del Señor resucitado.

En resumen, no se trata de defender una fórmula, sino de adorar a quien las Escrituras presentan como digno de toda adoración: el Padre es Dios —eso lo afirmamos todos; el Espíritu es Dios —porque actúa, habla, enseña y santifica como Persona divina; Jesús es Dios —porque le dan nombres que pertenecen solo a YHWH en Isaías 9:6, Juan 20:28 y Tito 2:13; le atribuyen obras que solo Dios puede hacer, como crear, perdonar pecados y resucitar muertos; le rinden adoración que solo corresponde a Dios en Mateo 28:17, Hechos 7:59 y Apocalipsis 5:13–14; y Él acepta esa adoración sin rechazo —lo cual, en el pensamiento judío del primer siglo, habría sido blasfemia si no fuera Dios.

Y si Jesús no es Dios, entonces su muerte no cubre todos los pecados, su resurrección no vence la muerte para siempre, y su promesa “estaré con vosotros todos los días” no es la presencia de Emmanuel —Dios con nosotros—, sino la memoria de un buen maestro que ya no está. Pero si Él es verdadero Dios y verdadero hombre, entonces su gracia es suficiente, su sangre eficaz, su vida nuestra justicia, y su Espíritu la garantía de nuestra herencia según Efesios 1:14.

Hermano, no te escribo para convencerte con argumentos, sino para invitarte a mirar a Jesús —no como tema de debate, sino como Persona viviente: ¿Quién es este que calma el mar con una palabra? ¿Quién es este a quien los ángeles adoran? ¿Quién es este que dice: “Antes que Abraham fuese, yo soy”? Que el Señor nos conceda, con humildad y temor, creer todo lo que los profetas y apóstoles escribieron en Lucas 24:25 —ni menos, ni más.

עֶלְיוֹן
[◊] ✡️
P.A.E. ✝️
 
  • Like
Reacciones: Miniyo
Mil disculpas por la demora en la respuesta, pero con el tiempo libre, he aquí respondo.

Hermano en Cristo, gracias por compartir tu reflexión con tanta claridad y amor por la Palabra. Es evidente que buscas la verdad con integridad, y eso honra al Señor. Permíteme responder con el mismo espíritu: no para confrontar, sino para juntos examinar las Escrituras, como hicieron los bereanos en Hechos 17:11.

Respecto a Juan 17:3 y la vida eterna, tienes razón en que conocer a Dios es relacional. Pero en el evangelio de Juan, esa relación no es indirecta. Jesús no dice: “Yo les presento al Padre”, sino: “El que me ha visto, ha visto al Padre” en Juan 14:9. Si Jesús fuera únicamente un mensajero, como Moisés o Elías, hubiera señalado hacia el Padre. Pero Él se presenta como el camino único: “Nadie viene al Padre sino por mí” en Juan 14:6. Eso va más allá de una función delegada; es una afirmación de identidad reveladora. Solo Dios puede ser la única vía al Padre. Y sí, Jesús dice: “El Padre es mayor que yo” en Juan 14:28, pero lo hace dentro de su estado de humillación. Así como un rey que se viste de siervo no deja de ser rey, Cristo, aun en la cruz, sigue siendo el Señor de gloria según 1 Corintios 2:8.

Sobre Juan 10:30 y la unidad expresada con la palabra griega hen, el contexto sí habla de acción conjunta, pero la unidad perfecta en la obra presupone una comunión perfecta en la relación. Cuando Jesús ora en Juan 17:22 para que sus discípulos sean “uno, como nosotros somos uno”, no está diciendo que seremos idénticos al Padre y al Hijo, sino que participaremos de su amor mutuo, como sarmientos unidos a la Vid verdadera en Juan 15:5. Pero esa Vid debe ser vida divina, para poder darnos vida eterna. Además, los judíos no lo acusaron de decir “trabajamos en armonía”, sino de “hacerte Dios a ti mismo” en Juan 10:33. Ellos entendieron el peso de sus palabras.

En cuanto a Filipenses 2:6–7 y la “forma de Dios”, Pablo usa morphē, no schēma. Morphē habla de la forma esencial, no de apariencia externa. El contraste es claro: “forma de Dios” en el versículo 6, y “forma de siervo” en el versículo 7. Jesús no perdió su deidad al encarnarse; renunció a la manifestación visible de su gloria, no a su naturaleza. Y el punto no es solamente moral: es quién se humilló. Si un ángel se hiciera hombre, sería admirable; pero si el Creador del universo se hace siervo, eso solo tiene sentido si Él es Dios en persona, que por amor se vació a sí mismo según el versículo 7.

Sobre Juan 20:28 y la confesión de Tomás, Tomás no dice “Dios está contigo” ni “Eres el ungido del Señor”. Dice: “¡Señor mío y Dios mío!”. Son dos títulos divinos, aplicados directamente a Jesús, sin que Él lo corrija. Al contrario, lo bendice por su fe en el versículo 29. Y el evangelista cierra inmediatamente con el propósito de su libro en el versículo 31: “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”. Pero en el Nuevo Testamento, “Hijo de Dios” no es un título meramente humano. Los demonios lo reconocen como “Hijo del Dios Altísimo” en Marcos 5:7, el centurión lo confiesa al pie de la cruz en Marcos 15:39, y el Padre lo declara en el bautismo y la transfiguración en Mateo 3:17 y 17:5, uniendo las promesas del rey davídico y del Siervo sufriente.

Respecto a Hechos 5:3–4 y el Espíritu Santo, Pedro no dice: “mentiste a una influencia” o “ofendiste un don”. Dice: “¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mientas al Espíritu Santo?… No has mentido a los hombres, sino a Dios”. El Espíritu Santo es presentado como una Persona: puede ser entristecido en Efesios 4:30, habla en Hechos 13:2, dirige en Hechos 16:6–7, y reparte los dones según su voluntad en 1 Corintios 12:11. Una fuerza impersonal no tiene voluntad ni puede ser ofendida personalmente.

Sobre la cuestión del desarrollo posterior, la fe apostólica no cambió; se defendió frente a malentendidos. Cuando Pablo escribe en 1 Corintios 8:6, reformula el Shemá de Deuteronomio 6:4: “Para nosotros hay un solo Dios, el Padre… y un solo Señor, Jesucristo”. Incluye a Jesús dentro de la confesión monoteísta, no como añadido, sino como cumplimiento. Y cuando el Nuevo Testamento llama a Jesús “Señor”, usando la palabra griega Kyrios, está empleando el término que en la Septuaginta traduce el nombre YHWH. Cuando Pablo cita Joel 2:32 —“todo aquel que invoque el nombre de YHWH será salvo”— y lo aplica a Jesús en Romanos 10:13, no está innovando: está proclamando lo que los apóstoles recibieron del Señor resucitado.

En resumen, no se trata de defender una fórmula, sino de adorar a quien las Escrituras presentan como digno de toda adoración: el Padre es Dios —eso lo afirmamos todos; el Espíritu es Dios —porque actúa, habla, enseña y santifica como Persona divina; Jesús es Dios —porque le dan nombres que pertenecen solo a YHWH en Isaías 9:6, Juan 20:28 y Tito 2:13; le atribuyen obras que solo Dios puede hacer, como crear, perdonar pecados y resucitar muertos; le rinden adoración que solo corresponde a Dios en Mateo 28:17, Hechos 7:59 y Apocalipsis 5:13–14; y Él acepta esa adoración sin rechazo —lo cual, en el pensamiento judío del primer siglo, habría sido blasfemia si no fuera Dios.

Y si Jesús no es Dios, entonces su muerte no cubre todos los pecados, su resurrección no vence la muerte para siempre, y su promesa “estaré con vosotros todos los días” no es la presencia de Emmanuel —Dios con nosotros—, sino la memoria de un buen maestro que ya no está. Pero si Él es verdadero Dios y verdadero hombre, entonces su gracia es suficiente, su sangre eficaz, su vida nuestra justicia, y su Espíritu la garantía de nuestra herencia según Efesios 1:14.

Hermano, no te escribo para convencerte con argumentos, sino para invitarte a mirar a Jesús —no como tema de debate, sino como Persona viviente: ¿Quién es este que calma el mar con una palabra? ¿Quién es este a quien los ángeles adoran? ¿Quién es este que dice: “Antes que Abraham fuese, yo soy”? Que el Señor nos conceda, con humildad y temor, creer todo lo que los profetas y apóstoles escribieron en Lucas 24:25 —ni menos, ni más.

עֶלְיוֹן
[◊] ✡️
P.A.E. ✝️

Hermano, gracias por tu respuesta tan extensa y bien intencionada. Quiero responder con el mismo respeto. Pero debo señalar algo importante: tú estás introduciendo presuposiciones teológicas posteriores en textos que no dicen lo que afirmas.

Voy punto por punto:

1. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14:9)


Esta frase no significa identidad ontológica.

En el mismo capítulo Jesús explica qué quiso decir:
“El Padre que mora en mí, Él hace las obras” (Jn 14:10)

Es representación, no igualdad de esencia.
Moisés también fue dicho que era “Dios” para Faraón (Éx 7:1) sin ser YHWH.

La función representativa es bíblica.
La identidad ontológica es una lectura posterior.

Además, Jesús dice que hay un camino mediado:
“Nadie viene al Padre sino por mí” (Jn 14:6)

Ser el medio no te convierte en el destino. Ser el canal no te convierte en la fuente.
Ese texto prueba mediación, no igualdad.

2. “El Padre es mayor que yo” (Jn 14:28)


Tu argumento es que esto se refiere a la “humillación”.
Pero Jesús lo dijo después de anunciar su regreso al Padre (Jn 14:28–29).
No está hablando de su estado terrenal, sino de la relación eterna.

Si Jesús dice que el Padre es mayor incluso en el contexto de su retorno, entonces no hay igualdad ontológica.

3. Los judíos entendieron Juan 10:30 como blasfemia


Los judíos también malinterpretaron a Jesús muchas veces (Jn 6:52; Jn 2:19–21).
El propio Jesús explica el equívoco en el mismo capítulo:
“Yo dije: dioses sois…” (Jn 10:34–36)

Si Él quisiera afirmar igualdad ontológica, no habría usado un argumento para rebajar la acusación y mostrar que su afirmación no implicaba ser YHWH.

4. Morphē en Filipenses 2 no significa esencia


Dices que morphē = esencia, pero eso no lo dice Pablo.
En toda la literatura griega, morphē es estatus, “condición”.

Pablo mismo contrasta:
  • morphē theou = condición divina (autoridad delegada)
  • morphē doulou = condición de siervo (estatus social)
Si “forma de Dios” fuese esencia divina, entonces “forma de siervo” sería esencia de esclavitud.
Eso no tiene sentido.

Además, el pasaje enseña que Jesús fue exaltado (Fil 2:9).
Un ser igual al Padre no puede ser exaltado por encima de su estado previo.

5. Tomás diciendo “mi Señor y mi Dios”


Tomás no define ontología.
La exclamación puede ser teofánica, no identificativa.

Ejemplos en el AT:
  • El ángel de YHWH recibe lenguaje divino representativo.
  • Reyes y jueces fueron llamados “elohim” en sentido funcional.

Y lo más importante:
Juan explica inmediatamente qué quiso decir Tomás:

“para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios” (Jn 20:31)

Juan no dice: “para que creáis que Jesús es Dios mismo”.
Si ese fuera su punto, lo habría dicho ahí.

6. Espíritu Santo: persona o presencia?


Decir que el Espíritu puede ser entristecido o hablar no define personalidad ontológica.
El AT habla del “Espíritu de YHWH” como la presencia activa de Dios, no un ser distinto.

Isaías 63: 10
“Ofendieron al Espíritu de Su santidad

¿Significa eso que el Espíritu es una tercera persona distinta?
No. La Escritura lo presenta como Dios actuando, no “otro”.

El Espíritu es de Dios, no “un tercero que es Dios a la par del Padre”.

7. 1 Cor 8:6 no incluye a Jesús dentro del Shemá


El texto dice:
“un solo Dios, el Padre”
“un solo Señor, Jesucristo”

No dice:
“Jesús es el único Dios”.

Pablo distingue claramente dos categorías:
  • Dios = el Padre
  • Señor = el Mesías
Decir que “Señor” = “YHWH” en todos los casos ignora que el NT aplica “kyrios” a:
  • autoridades humanas
  • amos
  • señores de casa
  • figuras de honor
El contexto determina el uso.
1 Cor 8:6 no está redefiniendo el Shemá, está reafirmándolo.

8. “Si Jesús no es Dios, su obra no es válida”

Ese argumento es teológico, no bíblico.

Según la Escritura:
  • Dios resucita a Jesús (Hech 2:24)
  • Dios lo hace Señor y Cristo (Hech 2:36)
  • Dios lo exalta (Fil 2:9)
  • Dios le da vida en sí mismo (Jn 5:26)
Si Jesús fuera igual al Padre, Dios no tendría que darle nada.

La eficacia de la obra de Cristo proviene de que Dios lo respalda, no de que Jesús sea igual en esencia al Padre.


CONCLUSIÓN


Tu respuesta es sincera, pero se apoya en categorías posteriores:
  • “humillación ontológica”
  • “unidad de esencia”
  • “morphē como naturaleza divina”
  • “identidad de sustancia”
Ninguna de esas expresiones aparece en la Biblia.
Son desarrollos teológicos de siglos II–IV, no del pensamiento hebreo apostólico.

La Escritura enseña:

-Un solo Dios: el Padre (1 Cor 8:6)
-Un Hijo engendrado, enviado, exaltado y subordinado
-Un Espíritu que es la presencia activa de Dios, no un tercero distinto
-Ningún pasaje afirma “igualdad de esencia” entre Padre e Hijo

Si queremos ser fieles a la Escritura, debemos basarnos solo en lo que el texto dice, no en lo que siglos después la teología sistemática concluyó.
 

1. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14:9)


Esta frase no significa identidad ontológica.
Cuando Jesús afirma en Juan 14“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”, esta declaración solo tiene sentido si el Hijo comparte la misma esencia o naturaleza divina que el Padre.

Si se niega la identidad ontológica entre ambos, la frase se vuelve contradictoria.
Porque, en ese caso, lo coherente sería que Jesús dijera:
“El que me ve a mí, no ve al Padre, ya que no tenemos la misma identidad ontológica.”

Por tanto:
Si el Hijo es eterno, como se afirma.
Y si en Él habita la plenitud del Padre, como también se afirma.
Entonces necesariamente el Hijo y el Padre son iguales en esencia divina.

Negar esta igualdad mientras se sostienen esas dos premisas es ilógico y contradice el propio testimonio de Jesús. La ontología, lejos de complicar las cosas con retórica, sirve aquí para precisar el lenguaje y mostrar que la frase de Jesús no es un error, sino una afirmación de igualdad en divinidad.
 
Lo que estoy entendiendo es que tú quieres sostener al mismo tiempo que:

Por un lado, El Hijo es eterno (origen relacional)
Por otro, afirmas que el Hijo no es igual al Padre.
Esto es contradictorio porque, si se concede eternidad, la conclusión de igualdad en divinidad es inevitable. Negarla implica dos cosas:

Quitarle la eternidad (decir que tuvo comienzo temporal).
O quitarle la plenitud (decir que no posee toda la divinidad).

No hay contradicción en afirmar que el Hijo es eterno y a la vez subordinado al Padre. La equivocación está en asumir que “eternidad” = “igualdad de esencia”, cuando la Biblia nunca hace esa equivalencia.
  1. Ser eterno no implica ser igual.
    Los ángeles existen desde el principio de la creación y no por eso son iguales entre sí, ni iguales a Dios. La eternidad del Hijo solo indica que procede del Padre antes del tiempo, no que comparte su misma esencia en igualdad.
  2. La Biblia nunca dice que el Padre y el Hijo tengan la misma esencia.
    Lo que sí dice es que el Hijo recibe vida, autoridad y plenitud (Jn 5:26; Col 1:19), lo cual es incompatible con igualdad ontológica, porque el que recibe está subordinado al que da.
  3. Tu dicotomía es falsa.
    No es cierto que solo existan dos opciones:
    – o el Hijo tuvo comienzo temporal,
    – o es igual al Padre.
    La Escritura enseña una tercera opción que tú pasas por alto:
    eternidad por procedencia, no por autoexistencia.

Conclusión:
Es perfectamente coherente afirmar que el Hijo es eterno porque procede del Padre, y al mismo tiempo afirmar que no es igual al Padre, porque depende de Él para su vida y su autoridad. La igualdad ontológica no se deduce del texto bíblico; la subordinación sí.
 
Conclusión:
Es perfectamente coherente afirmar que el Hijo es eterno porque procede del Padre, y al mismo tiempo afirmar que no es igual al Padre, porque depende de Él para su vida y su autoridad. La igualdad ontológica no se deduce del texto bíblico; la subordinación sí.
Si el Hijo es eterno (sin principio y sin fin) porque procede del Padre, eso significa que el Hijo procede eternamente de la ontología del Padre ya que sólo lo que es Dios es eterno sin principio y sin fin. De lo contrario, si niegas eso, entonces estás fracturando la ontología de Dios.
 
  1. Tu dicotomía es falsa.
    No es cierto que solo existan dos opciones:
    – o el Hijo tuvo comienzo temporal,
    – o es igual al Padre.
    La Escritura enseña una tercera opción que tú pasas por alto:
    eternidad por procedencia, no por autoexistencia.
A la larga, la tercera opción que propones viene siendo lo mismo que esa segunda opción: si el Hijo es eterno por procedencia, eso lo hace ontológicamente igual al Padre, con la aclaración de que el Hijo no es el Padre.
 
Al final van a terminar en tropecientas personas divinas. ¿Cómo os ha comido el coco la santa madre iglesia la católica.

El único tonto falso argumento de acusarnos como hace el diablo, día y noche con una calumnia y que el Obispo de Roma ni siquiera estuvo en el Concilio de Nicea, que fue donde se definió la doctrina y ese es el problema de todos ustedes personas ignorantes y falta de espiritualidad y dije y vuelvo a repetir no pueden ser salvo sin la obra de Jesús como Dios hecho carne y la obra santificadora de la persona del Espíritu Santo y que no es una cosa, sino que todo espíritu es un ser y ni eso pueden discernir ignorantes y son falsos hermanos .​

 

7. 1 Cor 8:6 no incluye a Jesús dentro del Shemá


El texto dice:

No dice:
“Jesús es el único Dios”.

Pablo distingue claramente dos categorías:
  • Dios = el Padre
  • Señor = el Mesías
Decir que “Señor” = “YHWH” en todos los casos ignora que el NT aplica “kyrios” a:
  • autoridades humanas
  • amos
  • señores de casa
  • figuras de honor
El contexto determina el uso.
1 Cor 8:6 no está redefiniendo el Shemá, está reafirmándolo.
Es decir, tu tienes dos señores que no son la misma cosa... literalmente en contraposición a lo que Jesus enseñó de no tener dos señores.
 
Si el Hijo es eterno (sin principio y sin fin) porque procede del Padre, eso significa que el Hijo procede eternamente de la ontología del Padre ya que sólo lo que es Dios es eterno sin principio y sin fin. De lo contrario, si niegas eso, entonces estás fracturando la ontología de Dios.

La afirmación de que “si el Hijo es eterno, entonces debe compartir la misma ontología del Padre” no proviene de la Biblia, sino de una deducción filosófica externa al texto.

La Escritura nunca dice que “solo lo que es Dios puede ser eterno”, ni que la eternidad del Hijo implique igualdad de esencia.

1. “Proceder eternamente” no implica “misma esencia”.​


Lo único que se deduce del hecho de proceder del Padre es precisamente procedencia, no igualdad ontológica.
El texto bíblico nunca convierte procedencia= igualdad.

2. La eternidad del Hijo viene de la voluntad del Padre, no de autoexistencia.​


Eso es lo que afirma explícitamente Jesús:

  • “Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo tener vida en sí mismo.” (Jn 5:26)

El que “tiene por don” no es igual al que “tiene por naturaleza”.

Si aceptas este versículo tal como está, entonces la eternidad del Hijo no es auto-originada sino recibida.
Eso mantiene intacta la unidad de Dios sin obligar a igualar ontologías.


3. No se fractura la ontología divina; se preserva la enseñanza bíblica.​


La Biblia presenta:

  • un Padre fuente (“de quien son todas las cosas” – 1 Co 8:6)
  • un Hijo que procede y recibe
Eso no divide a Dios; simplemente distingue funciones y relaciones que el propio texto establece.


4. Lo que fractura la teología es imponer igualdad ontológica donde el texto revela subordinación.​


Porque si el Hijo:

  • recibe vida (Jn 5:26)
  • recibe autoridad (Mt 28:18)
  • recibe gloria (Jn 17:22)
  • es exaltado por Dios (Fil 2:9)

entonces no es igual en esencia, ya que lo que es igual no necesita recibir nada.

Conclusión (clara y corta):


La Biblia nunca enseña que eternidad = misma esencia.
El Hijo puede ser eterno por procedencia del Padre sin ser igual ontológicamente, porque su vida y autoridad dependen de Él.
La subordinación es bíblica; la igualdad de esencia no lo es.
 
Cuando Jesús afirma en Juan 14“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”, esta declaración solo tiene sentido si el Hijo comparte la misma esencia o naturaleza divina que el Padre.

Si se niega la identidad ontológica entre ambos, la frase se vuelve contradictoria.
Porque, en ese caso, lo coherente sería que Jesús dijera:
“El que me ve a mí, no ve al Padre, ya que no tenemos la misma identidad ontológica.”

Por tanto:
Si el Hijo es eterno, como se afirma.
Y si en Él habita la plenitud del Padre, como también se afirma.
Entonces necesariamente el Hijo y el Padre son iguales en esencia divina.

Negar esta igualdad mientras se sostienen esas dos premisas es ilógico y contradice el propio testimonio de Jesús. La ontología, lejos de complicar las cosas con retórica, sirve aquí para precisar el lenguaje y mostrar que la frase de Jesús no es un error, sino una afirmación de igualdad en divinidad.

Juan 14:9 no dice “misma esencia”, eso lo estás añadiendo tú.

Jesús mismo explica lo que quiso decir:

“El Padre que mora en mí, Él hace las obras” (Jn 14:10)

Es representación perfecta, no identidad ontológica.
Si fuera identidad de esencia, Jesús no podría decir en el mismo capítulo:

“El Padre es mayor que yo” (Jn 14:28)

Tampoco podría recibir plenitud (Col 1:19) ni vida (Jn 5:26), porque quien recibe no es igual al que da.

Nada de eso encaja con igualdad ontológica, pero sí con subordinación y procedencia.


Conclusión (rápida):
Juan 14:9 no enseña igualdad de esencia.
La Biblia nunca usa esa idea.
Pero sí enseña que el Padre es mayor, que el Hijo recibe todo del Padre y que su unidad es funcional, no ontológica.
 
@sieppetes A ver, esta sencillo, Romanos 9:5 nos enseña que Jesus esta sobre todas las cosas, entonces, o Jesus es la misma cosa que es el Padre (son idénticos ontológicamente), o Jesus esta sobre el Padre, lo que es un completo absurdo, pues Dios no puede tener otro Dios sobre si mismo.

Y claro, 1 Co 8:6 concluiría que tienes dos señores, lo que de nuevo, contradice las enseñanzas de Jesus
 
@sieppetes A ver, esta sencillo, Romanos 9:5 nos enseña que Jesus esta sobre todas las cosas, entonces, o Jesus es la misma cosa que es el Padre (son idénticos ontológicamente), o Jesus esta sobre el Padre, lo que es un completo absurdo, pues Dios no puede tener otro Dios sobre si mismo.

Y claro, 1 Co 8:6 concluiría que tienes dos señores, lo que de nuevo, contradice las enseñanzas de Jesus
Es decir, tu tienes dos señores que no son la misma cosa... literalmente en contraposición a lo que Jesus enseñó de no tener dos señores.

Estás mezclando “Señor” con “Dios”, y eso nunca lo hace la Biblia.

1. Jesús mismo explicó que “un solo Señor” no significa “un solo Ser ontológico”.


Jesús dijo:
“Ninguno puede servir a dos señores” (Mt 6:24)

Pero en el NT hay MUCHOS “señores”:
– señores humanos,
– señores terrenales,
– amos,
– autoridades,
todas llamadas kyrios.

Por tanto, “un solo Señor” NO significa “uno solo en esencia”, sino “uno solo al que servimos como autoridad suprema”.

Y eso encaja perfectamente con:

1 Cor 8:6
“Para nosotros, un solo Dios: EL PADRE…
y un solo Señor: JESUCRISTO”

Pablo distingue dos realidades con total claridad:

Dios = el Padre
Señor = el Mesías

No son “dos señores rivales”.
Son dos roles diferentes dentro del mismo plan de Dios.

2. Romanos 9:5 NO dice que Jesús está “sobre el Padre”.


El texto dice que Jesús está:
“sobre todas las cosas” de la creación

No dice:
“sobre el Padre”

Y nadie serio interpreta Romanos 9:5 como:
“Jesús gobierna sobre Dios”.

Eso sería absurdo.

Jesús gobierna sobre todo lo creado, porque Dios se lo concedió:
“Toda autoridad me ha sido dada” (Mt 28:18)
“El Padre le dio obras, juicio y autoridad” (Jn 5:22,27)
“Dios lo hizo Señor y Cristo” (Hch 2:36)

Si todo eso le fue dado, entonces Jesús NO es ontológicamente igual al Padre.

El que recibe está subordinado al que da.

3. Tu conclusión de “dos señores” contradice la Biblia, no mi postura.


Según tu lógica, 1 Cor 8:6 debería decir:
“Un solo Dios: el Padre y el Hijo”

Pero NO lo dice.

Pablo define la fe cristiana así:

-Un solo Dios: el Padre
-Un solo Señor: Jesús el Mesías


Si tú dices que ambos son “el mismo Dios”, estás anulando precisamente la distinción que hace Pablo.

CONCLUSIÓN RESUMIDA

No tengo “dos señores”.
Tengo lo que la Biblia define:
  • Un solo Dios: el Padre
  • Un solo Señor: el Hijo de Dios
Jesús recibe autoridad del Padre = no puede ser igual al Padre.
Jesús está sobre todas las cosas creadas = no sobre el Padre.
“Un solo Señor” no significa “igual ontológicamente”, sino “único mediador y Rey”.

Todo es 100% bíblico sin necesidad de inventar “igualdad de esencia”, cosa que la Escritura jamás menciona.
 
Precisamente el propio Jesús usa el Salmo 110:1 para demostrar que “dos señores” no implica dos dioses, ni contradice su enseñanza:
  • David habla de YHWH y de su Señor (el Mesías) sin que eso suponga politeísmo.
  • Jesús cita este salmo para mostrar que el Mesías es subordinado y exaltado por Dios, no idéntico ontológicamente al Padre (Mt 22:41–45).
  • Tener dos señores en sentido funcional (YHWH y Su Ungido) no es lo mismo que tener “dos señores” en sentido de lealtades rivales (Mt 6:24).
Ese es el contexto del dicho de Jesús: dos amos en conflicto, no Dios y Su Enviado.

Romanos 9:5 tampoco enseña que Jesús sea idéntico al Padre en esencia:
  • El texto griego permite la lectura ampliamente aceptada por numerosos especialistas donde la doxología (“Dios bendito por los siglos”) se refiere al Padre, no a Jesús.
  • En cualquier caso, Pablo nunca llama a Jesús “ὁ θεὸς” de forma absoluta; siempre lo distingue del “Dios Padre” (1 Co 8:6).
  • Por tanto, Pablo no establece dos dioses; establece un Dios (el Padre) y un Señor (el Mesías), exactamente como en el Salmo 110:1.

Conclusión

Si David podía hablar de YHWH y “mi Señor” sin caer en politeísmo, y Jesús usó ese mismo salmo para explicar su relación subordinada al Padre, entonces:
la existencia de un Dios y un Señor no contradice ni a Jesús ni a la Escritura; contradice solamente la lectura trinitaria.
 
Estás mezclando “Señor” con “Dios”, y eso nunca lo hace la Biblia.

1. Jesús mismo explicó que “un solo Señor” no significa “un solo Ser ontológico”.


Jesús dijo:

Pero en el NT hay MUCHOS “señores”:
– señores humanos,
– señores terrenales,
– amos,
– autoridades,
todas llamadas kyrios.

Por tanto, “un solo Señor” NO significa “uno solo en esencia”, sino “uno solo al que servimos como autoridad suprema”.

Y eso encaja perfectamente con:

1 Cor 8:6

Pablo distingue dos realidades con total claridad:

Dios = el Padre
Señor = el Mesías

No son “dos señores rivales”.
Son dos roles diferentes dentro del mismo plan de Dios.
O sea, no tienes por Señor al Padre, y si dices que si, entonces sirves a dos señores contradiciendo a Jesus. (Obviamente no es lo mismo que existan varios señores, a que tengas varios señores).

2. Romanos 9:5 NO dice que Jesús está “sobre el Padre”.


El texto dice que Jesús está:

No dice:

Y nadie serio interpreta Romanos 9:5 como:

Eso sería absurdo.

Jesús gobierna sobre todo lo creado, porque Dios se lo concedió:

Si todo eso le fue dado, entonces Jesús NO es ontológicamente igual al Padre.
Eso no dice el pasaje, te invito a ver cualquier interlineal, dice "kata sarka" que es simplemente "sobre TODO", no "todo lo creado", asi que si es sobre todo, y Jesus no es aquello que es el Padre, entonces, esta sobre el Padre.
 
O sea, no tienes por Señor al Padre, y si dices que si, entonces sirves a dos señores contradiciendo a Jesus. (Obviamente no es lo mismo que existan varios señores, a que tengas varios señores).

1. Jesús NO prohibió tener varias autoridades


Jesús dijo:
“Nadie puede servir a dos señores”
(Mt 6:24)

El contexto es dinero vs. Dios, no “Padre vs. Hijo”.

Jesús se refiere a dos señores COMPETIDORES, no a toda autoridad legítima.

Porque la Biblia muestra que:
  • Abraham tuvo señores humanos.
  • Sara llamó “señor” a Abraham (1 P 3:6).
  • José sirvió a un señor en Egipto.
  • Los creyentes sirven autoridades terrenales (Rom 13).
Ninguna de esas cosas contradice Mt 6:24.

2. 1 Cor 8:6 define claramente a quién servimos supremamente


Pablo no deja lugar a dudas:
“para nosotros, un solo Dios, el Padre
y un solo Señor, Jesucristo

No dice:
  • “un solo Ser”,
  • ni “un solo Dios en tres personas”,
  • ni “Señor = Dios”.
Dice que el Padre es el Dios supremo,
y Cristo es el Señor constituido por Él.

Por tanto:
  • El Padre es tu Dios supremo
  • Cristo es tu Señor mesiánico bajo la autoridad del Padre
Y eso NO son dos señores “en competencia”,
sino dos roles distintos, igual que en Salmo 110:1:

“Dijo YHWH a mi Señor…”
David tenía:
  • un Dios (YHWH)
  • un Señor (el Mesías)
¿Y acaso David estaba “sirviendo a dos señores” en el sentido de Mt 6:24?
Obviamente no.

Eso no dice el pasaje, te invito a ver cualquier interlineal, dice "kata sarka" que es simplemente "sobre TODO", no "todo lo creado", asi que si es sobre todo, y Jesus no es aquello que es el Padre, entonces, esta sobre el Padre.

Es un error textual y un error de lógica.

1. “Sobre todo” NO significa “sobre Dios”


La expresión τῶν πάντων (“de todas las cosas”) siempre se usa sobre las cosas creadas,
NO sobre Dios mismo.

Ejemplos:
  • Ef 1:22 – Cristo sobre todas las cosas de la iglesia
  • 1 Cor 15:27 – Dios sujetó “todas las cosas” a Cristo, EXCEPTO “AQUEL que se las sujetó”
    (léelo: EXCEPTO Dios)

Este es el golpe final:

Si Cristo estuviera “sobre el Padre”, Pablo NO podría decir:

“excepto Aquel que le sujetó todas las cosas”.
(1 Cor 15:27)

Pablo distingue explícitamente:
  • Todo lo creado → bajo Cristo
  • Dios (el Padre) → NO bajo Cristo

Romanos 9:5 no dice:
  • que Jesús sea Dios Padre,
  • ni que esté por encima del Padre,
  • ni que sea igual al Padre.
Sino que Dios lo ha colocado “sobre todas las cosas” en la economía del reino,
y que eso mismo demuestra que NO es igual al Padre, porque:
  • Cristo es establecido por Dios
  • Cristo es ungido por Dios
  • Cristo recibe autoridad de Dios
  • Cristo será finalmente sujeto a Dios (1 Cor 15:28)
Esto jamás puede aplicarse a Dios mismo, así que no puede ser igual al Padre.

1. No tengo dos señores.

Jesús mismo distinguió entre “mi Dios” (Jn 20:17) y “mi Señor”.
1 Cor 8:6 define esto perfectamente:
un solo Dios: el Padre
un solo Señor: el Mesías.

No son señores rivales, sino roles distintos.
David también tuvo a YHWH como Dios y al Mesías como Señor (Sal 110:1) sin violar Mt 6:24.

2. “Sobre todo” en Romanos 9:5 no incluye al Padre.
Pablo mismo aclara en 1 Cor 15:27:
Dios puso todas las cosas bajo Cristo, EXCEPTO Dios mismo.
Por tanto, Cristo gobierna sobre todo lo creado,
pero no puede estar sobre el Padre que le dio esa autoridad.
 
Frases expresadas por el forista @sieppetes :

“Que Ignacio o Justino usen expresiones como “Jesucristo es Dios” refleja el lenguaje devocional de su tiempo, ya influido por la filosofía helenística”

“Y eso no es arrianismo, sino pura Biblia sin filosofía”

“Lo que yo presento no es filosofía “ajena”, sino lectura directa del texto”.

Estas expresiones indican que los razonamientos de este forista no son filosofía, sino lectura directa del texto.

¿Qué significa: “lectura directa” del texto? ¿Directa significa que es textual?


Bueno, no importa, lo que quiero destacar es que el forista insiste que lo suyo no es filosofía.
Por lo tanto me pregunto´: ¿qué entenderá por “ontológico”?

Teniendo en cuenta que la ontología forma parte de la metafísica, y esta es parte de la filosofía.
La metafísica es un modo de discurrir con demasiada sutileza en cualquier materia.
Y discurrir es inventar o idear algo.

Tengo la impresión de que las conclusiones de @sieppetes son producto de esos razonamientos humanos que tanto quiere evitar.
 
Frases expresadas por el forista @sieppetes :

“Que Ignacio o Justino usen expresiones como “Jesucristo es Dios” refleja el lenguaje devocional de su tiempo, ya influido por la filosofía helenística”

“Y eso no es arrianismo, sino pura Biblia sin filosofía”

“Lo que yo presento no es filosofía “ajena”, sino lectura directa del texto”.

Estas expresiones indican que los razonamientos de este forista no son filosofía, sino lectura directa del texto.

¿Qué significa: “lectura directa” del texto? ¿Directa significa que es textual?


Bueno, no importa, lo que quiero destacar es que el forista insiste que lo suyo no es filosofía.
Por lo tanto me pregunto´: ¿qué entenderá por “ontológico”?

Teniendo en cuenta que la ontología forma parte de la metafísica, y esta es parte de la filosofía.
La metafísica es un modo de discurrir con demasiada sutileza en cualquier materia.
Y discurrir es inventar o idear algo.

Tengo la impresión de que las conclusiones de @sieppetes son producto de esos razonamientos humanos que tanto quiere evitar.

Lo que afirmé como “lectura directa del texto” no significa negar el valor de la filosofía en general, sino simplemente distinguir dos cosas distintas:

  1. Lo que el texto bíblico dice explícitamente.
  2. Lo que después se construye filosóficamente encima del texto.

No estoy diciendo que la filosofía sea mala: solo que no debemos confundir ambos niveles.

Ejemplo sencillo

  • El texto dice:
    “Mi Padre es mayor que yo” (Jn 14:28).
    Esa es una lectura directa: está escrito, no hay que inventar nada.
  • Decir que “el Hijo es coigual ontológicamente al Padre” es ya una reflexión metafísica posterior, que no aparece en el texto.

Ahí es donde hago la diferencia. Una cosa es leer lo que la Escritura dice; otra es interpretar esos textos con categorías filosóficas extrañas a los autores bíblicos.

Sobre “ontología”

Precisamente por eso:
Cuando alguien introduce palabras como “ontología”, “esencia”, “naturaleza”, “consubstancial”, está usando filosofía helenística (Aristóteles, Platón, estoicos), no conceptos bíblicos.

La Biblia jamás usa esos términos para describir la relación entre el Padre y el Hijo.
Los padres apologistas sí lo hacen, porque están dialogando con su cultura.

Eso NO es malo…
pero tampoco es lectura directa del texto.

Conclusión clara


Mis afirmaciones no provienen de “ingeniosos razonamientos humanos”, sino de mirar lo que el texto afirma tal cual, sin añadir categorías que los autores nunca utilizaron.

Si Pablo dice:

  • un Dios, el Padre
  • y un Señor, Jesucristo
    (1 Cor 8:6)

Y Jesús dice:
  • mi Padre es mayor
  • yo recibo vida del Padre
  • el Padre me envió
No necesito metafísica griega para leer eso.
Solo necesito escuchar al texto.

Si luego alguien quiere desarrollar una metafísica trinitaria, es totalmente legítimo…
pero no puede llamarla “lectura directa” cuando no lo es.
 
Es un error textual y un error de lógica.

1. “Sobre todo” NO significa “sobre Dios”


La expresión τῶν πάντων (“de todas las cosas”) siempre se usa sobre las cosas creadas,
NO sobre Dios mismo.

Ejemplos:
  • Ef 1:22 – Cristo sobre todas las cosas de la iglesia
  • 1 Cor 15:27 – Dios sujetó “todas las cosas” a Cristo, EXCEPTO “AQUEL que se las sujetó”
    (léelo: EXCEPTO Dios)

Este es el golpe final:

Si Cristo estuviera “sobre el Padre”, Pablo NO podría decir:


Pablo distingue explícitamente:
  • Todo lo creado → bajo Cristo
  • Dios (el Padre) → NO bajo Cristo

Romanos 9:5 no dice:
  • que Jesús sea Dios Padre,
  • ni que esté por encima del Padre,
  • ni que sea igual al Padre.
Sino que Dios lo ha colocado “sobre todas las cosas” en la economía del reino,
y que eso mismo demuestra que NO es igual al Padre, porque:
  • Cristo es establecido por Dios
  • Cristo es ungido por Dios
  • Cristo recibe autoridad de Dios
  • Cristo será finalmente sujeto a Dios (1 Cor 15:28)
Esto jamás puede aplicarse a Dios mismo, así que no puede ser igual al Padre.
Tu más bien estas queriendo que un pasaje contradiga otro, porque un pasaje dice que Jesus esta sobre todo y otro dice que no, me parece que no es lo mismo decir "sobre todo" y "sobre todo excepto X", hay una contradicción la cual tu quieres escapar diciendo que Jesus no esta sobre todas las cosas, sino solo sobre todas las cosas excepto Dios.

Yo abrazo ambos versiculos y no los pongo a contradecirse, yo digo "JEsus tiene dos naturalezas, en una esta sobre todas las cosas, en la otra sobre todo menos sobre Dios".
 
Tu más bien estas queriendo que un pasaje contradiga otro, porque un pasaje dice que Jesus esta sobre todo y otro dice que no, me parece que no es lo mismo decir "sobre todo" y "sobre todo excepto X", hay una contradicción la cual tu quieres escapar diciendo que Jesus no esta sobre todas las cosas, sino solo sobre todas las cosas excepto Dios.

Yo abrazo ambos versiculos y no los pongo a contradecirse, yo digo "JEsus tiene dos naturalezas, en una esta sobre todas las cosas, en la otra sobre todo menos sobre Dios".

Tu solución (“dos naturalezas”) no resuelve nada, porque no proviene del texto y contradice directamente lo que Pablo dijo.

Voy por partes:

1. Pablo mismo evita la contradicción y explica por qué Cristo NO está sobre Dios


El punto no es lo que piensas que debería significar “sobre todo”.

El punto es lo que Pablo aclara explícitamente:
“Cuando dice que ‘todas las cosas’ le han sido sometidas,
claramente se exceptúa AQUEL que se las sometió.”
1 Cor 15:27

Pablo mismo evita la contradicción diciendo:
  • Cristo está sobre “todas las cosas”,
  • excepto Dios,
  • porque Dios es quien lo pone sobre todas las cosas.
Esto es una explicación inspirada, no filosofía.

2. Tu argumento inventa una contradicción que Pablo ya resolvió


Dices:
“Hay una contradicción… tú quieres escapar diciendo ‘excepto Dios’.”

No.
No soy yo quien dice “excepto Dios”.
Es Pablo.


Si no aceptas esa excepción explícita del texto, entonces:
  • niegas la inspiración de Pablo,
  • ignoras su aclaración,
  • y usas Romanos 9:5 contra 1 Cor 15:27.
Yo no pongo pasajes a pelear.
Tú sí, cuando pasas por alto la excepción que Pablo puso.

3. La “solución de dos naturalezas” no está en Romanos 9:5


Tu argumento es:

“Jesús tiene dos naturalezas: en una está sobre todo,
en la otra sobre todo menos Dios.”

Problemas:
  1. Romanos 9:5 no menciona “naturalezas”.
    Estás poniendo en la boca de Pablo una categoría que él nunca usa aquí.
  2. Si Jesús ya está “sobre todo” en una naturaleza,
    entonces:
    • ¿por qué Dios tiene que exaltarlo? (Fil 2:9)
    • ¿por qué recibe autoridad, en vez de tenerla por esencia? (Mt 28:18)
    • ¿por qué será sujeto al Padre después del fin? (1 Cor 15:28)
    • Una naturaleza divina “eterna” no puede ser:
    • exaltada,
    • obediente,
    • ungida,
    • ni sometida.
Esto no encaja bíblicamente.

4. Romanos 9:5 NO enseña superioridad sobre el Padre


Porque si interpretas “sobre todo” como “sobre Dios”, entonces:
  • Pablo estaría diciendo que Jesús es “más alto” que el Padre,
  • lo cual sería imposible incluso bajo la doctrina trinitaria,
  • y sin embargo tú lo estás afirmando sin darte cuenta.
Tu lectura produce este absurdo:

Jesús > el Padre

Eso sí es una contradicción bíblica.

5. La explicación bíblica y sencilla es esta:

  • Cristo está sobre todo lo creado.
  • Cristo NO está sobre Dios, porque Dios lo puso allí.
  • Esto lo afirma Pablo sin filosofía, en negro y blanco.
Exactamente:

Autoridad derivada ≠ igualdad ontológica.

Conclusión


No hace falta inventar naturalezas que Pablo nunca menciona.
Solo hay que leer lo que él mismo explicó:

Jesús está sobre todas las cosas
EXCEPTO sobre Dios,
porque Dios es quien lo coloca allí
y finalmente Jesús será sujeto al Padre (1 Cor 15:28).

La Biblia mantiene la distinción.
Tu doctrina intenta borrarla y termina creando contradicciones que Pablo ya resolvió.