Recibir el sacramento de la confirmación
Según enseña el
Catecismo de la Iglesia Católica, el sacramento de la Confirmación exige una disposición espiritual seria y conforme a la vida cristiana. En su
n. 1310, la Iglesia recuerda que quien va a confirmarse debe
hallarse en estado de gracia, recurriendo previamente al
sacramento de la Penitencia para recibir “con docilidad y disponibilidad” el don del Espíritu Santo. Y en el
n. 1311 establece que el padrino o madrina —preferiblemente el mismo del Bautismo, para subrayar la unidad de ambos sacramentos— debe brindar
ayuda espiritual auténtica, siendo modelo de fe y de vida cristiana (cf. CIC can. 893). Estas normas no son meros formalismos: expresan la verdad de que la Confirmación exige coherencia moral y fidelidad al Evangelio, tanto por parte del candidato como de quien lo acompaña.
Una parroquia «LGBT Friendly»
La parroquia de
St. Paul the Apostle, dirigida por los Paulistas, arrastra además varias controversias que en los últimos años han suscitado preocupación entre fieles y analistas católicos. Su ministerio LGTB,
Out at St. Paul, se presenta públicamente como un espacio de afirmación de identidades y relaciones que excede el marco de la enseñanza moral católica, y ha sido señalado por promover un lenguaje y unas prácticas pastorales contrarias a la castidad y a la antropología cristiana.
A esto se suma la exhibición en 2023 de la muestra
“God is Trans: A Queer Spiritual Journey”, instalada dentro de la propia iglesia y objeto de investigación por parte de la arquidiócesis de Nueva York, tras denuncias de que presentaba una visión de Dios incompatible con la fe católica. Estos episodios han alimentado la impresión de que la parroquia opera en la frontera —y en ocasiones fuera— de la doctrina, convirtiéndose en referente de una pastoral paralela que cuestiona abiertamente la moral sexual de la Iglesia.