No es una respuesta ambigua, acontece, que aquellos que han crecido lo suficiente y por el espíritu se les resuelve la falta del primer amor, y no ser engañados por doctrinas extrañas (Jezabel, Balam, nicolaítas), el haber recibido de Dios como dice en el quinto mensaje a las iglesias y saben lo que el señor les está exigiendo, y por supuesto la séptima iglesia, en la cual se les dice que compren oro refinado en fuego y vestiduras blancas para vestirse, porque para entender estos mensajes hay algo clave, es necesario tener oído para oír lo que el espíritu dice a las iglesias, pasan a otra etapa espiritual, que en el lenguaje de Dios les está diciendo: Sube acá.
Aquel que no comprende que el cielo del cual se les está hablando no es el firmamento celeste que tenemos sobre nuestras cabezas, sino que se les está diciendo que vayan al espíritu y es en otro nivel de crecimiento, El hombre de la carne con pensamiento de la carne puede pensar que eso es el rapto. Al final del libro de la revelación, dice que la única iglesia verdadera a la cual el espíritu llama la Jerusalén celestial, desciende de Dios del cielo.
En Juan 3 cuando el señor está hablando con Nicodemo, le dice que nadie subió al cielo sino el que descendió del cielo, El hijo del hombre que está en el cielo. Si lo ves en la carne parece una locura, porque cómo va a decir que está en el cielo y está hablando con Nicodemo?
El problema con Dios es que hay que entenderlo y nadie se toma el trabajo de preguntarle absolutamente todo lo que él dijo.
Hay un arrebatamiento final del cual habla Pablo, y ese es un tema en el cual no me meto porque aún no me ha sido revelado, pero en este tiempo estoy trabajando en oración para escapar de la segunda muerte como habla en el segundo mensaje a las iglesias, esa es la ira de Dios, que el hombre no salga de ser adánico, cómo escribió Pablo trajimos la imagen del primer Adán y traeremos la imagen del celestial, y en esto estoy trabajando para que venga a mí y se cumpla en mí lo que dijo el señor Jesús: trabajad no por la comida qué perece, sino por la que a vida eterna permanece, la cual el hijo del hombre os dará.
Pero quién entiende y hace caso a esta palabra?
Por eso también escribió Pablo, qué es Cristo en vosotros la esperanza de gloria.