"La Prueba que Abraham Falló: El Silencio de Dios"

¿Fe ciega u obediencia con discernimiento? El verdadero amor a Dios


Te voy a enterar de algo que quizás nunca notaste.

¡La Fe es El Evangelio de Jesus, Su Palabra!

23. Solamente habían oído decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia* la fe que en otro tiempo destruía.
(Gálatas, 1)

24. De manera que la ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.
25. Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo;
(Gálatas, 3)

27. ¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.
(Romanos, 3)

12. Y padre de la circuncisión, no solamente á los que son de la circuncisión, más también á los que siguen las pisadas de la fe que fué en nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
(Romanos, 4)

3. Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.
(Judas, 1)

¡La Fe hay que obedecerla!

7. Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe.
(Hechos, 6)

4. El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro, 5. Por el cual recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia de la fe en todas las naciones en su nombre,
(Romanos, 1)

¡Esa Fe fué traída gracias a Abraham!

Sí, gracias a nuestro padre, ese a quien pretendes denigrar como si estuvieras en el lugar de Dios...

16. Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme á toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
(Romanos, 4)

Cuando hablamos de obedecer a Dios, no podemos reducirlo a una obediencia ciega, que desconoce el corazón del mensaje divino.

Pues que tú le llames 'obediencia ciega' no sé con qué intención, no quitará que así es como lo EXIGE Dios, que obedezcamos ciegamente*. ¡Gústete o no!

7. Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, 8. En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni* obedecen* al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
(2 Tesalonicenses, 1)

Porque la fe verdadera no es ceguera, es discernimiento. La fe no anula la conciencia moral que Dios nos ha dado: la activa, la afina y la orienta hacia el bien.

¡Y dale con 'la conciencia moral'...! Si Dios te ha dado eso, ¡demuéstralo! Empieza por alejar de tu conciencia que Abraham no tuvo 'conciencia moral' al ofrecer a su hijo COMO LE MANDÓ Dios hacer.

Límipiala porque no puedes enturbiar lo que Dios limpió. Inaudito es que no entiendas que eso es lo que haces al juzgar los actos de Abraham que YA EXALTÓ EL SEÑOR. 🙄

La prueba de Abraham nos invita precisamente a preguntarnos esto:

¿Es más fiel quien obedece sin pensar, o quien disierne profundamente para no traicionar el carácter justo de Dios?

¿Te crees Dios? ¿Qué no ves que ya Dios juzgó a Abraham y lo encontró fiel? No sólo eso, pero que lo hizo portador de la Semilla Heredera de su Reino?

Abraham es 'el padre de la Fe' y de todos cuantos el Señor añadirá a Su Reino, ¿qué tienes tú que AÑADIR a lo que Dios estableció? ¿Te atreves incluso a censurar a Dios con diz que 'el silencio de Dios' respecto de Abraham...? Como dicen los gringos: What the heck! 🙄

Jesús no vino a borrar los mandamientos, sino a cumplirlos y expandirlos (Mateo 5:17).

Jamás he dicho tal ni lo haré, no sé de dónde sacas eso.

No vino a anular la Ley, sino a mostrar su corazón: el amor, la misericordia, la compasión, la justicia.

¡Qué bonito! ¿Es lo que te gusta oír? Claro. Entiendo. Todos quieren escuchar melodías desencadenadas...¡Hermosa canción por demás!

Nunca leíste:

16. Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada á toda carne: y los muertos de Jehová serán multiplicados.
(Isaías, 66)

49. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán á los malos de entre los justos, 50. Y los echarán en el horno del fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.
51. Díceles Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos responden: Sí, Señor.
(Mateo, 13)

7. Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, 8. En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
(2 Tesalonicenses, 1)

43. Y si tu mano te escandalizare, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que teniendo dos manos ir á la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado; 44. Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. 45. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo: mejor te es entrar á la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado;
46. Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna; 48. Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos, 9)

Entonces, ¿qué sentido tienen los mandamientos que Dios mismo escribió con su dedo en piedra (Éxodo 31:18), si luego justificamos actos que los contradicen?

¿De qué 'actos contradictorios' hablas? 🤔

La Ley de Dios es eterna y por la que seremos juzgados, no es contradictoria. Jamás he dicho tal ni lo haré.

¿Para qué fue entregada la Ley, si al final celebramos una obediencia que podría haber matado a un inocente?

¿De dónde te inventas que 'La Ley podía haber matado a un inocente'...? Deja de especular con La Palabra porque lo que está Escrito son Enseñanzas de Dios. No hay en ello nada de lo que tú quieras CAPRICHOSAMENTE ELUCUBRAR. Eso de que 'Abraham no tenía conciencia moral' porque 'pudo haber matado a un inocente' es, si la otra vez te dije 'descabellado' ahora te digo que es IRRACIONAL.

¿Acaso Dios al ofrecer a Su Hijo fue un 'asesino sin conciencia moral'...??? 🙄

¿Y qué sentido tiene la venida de Jesucristo, el Verbo hecho carne (Juan 1:14), si no fue para enseñarnos con su vida que Dios no quiere sacrificios humanos, sino obediencia desde el amor?

¿No te enteras que fue Dios quien NO LE FALTÓ CONCIENCIA MORAL para ofrecer a Su Hijo?

¿Entenderás eso?

Obedecer a Dios no es apagar el corazón. Es ponerlo en sintonía con su justicia.

¿Y quién te dice que apagues el corazón? Al contrario, ¡préndelo!

Préndelo y ponlo en sintonía, porque La Justicia no es otra cosa que 'Los Mandamientos de Dios', 'Su Palabra' y ésa, HAY QUE OBEDECERLA.

Digo, si queremos la vida eterna...

Es amar al prójimo, proteger al inocente, actuar con verdad y rechazar todo acto que contradiga el espíritu de su Palabra.

¡Eso eso eso! 👆

Eso es la fe con discernimiento: una fe que se deja guiar por el amor, por el mandamiento moral y por el ejemplo de Jesús.

¿Sabes de qué te servirá la moral si no obedeces Los Mandamientos?

Y eso, justamente eso, es lo que más glorifica a Dios.

Lo que glorifica a Dios es guardar Sus Mandamientos, porque eso es el todo del hombre. Sé que a tus oídos suena desagradable pero más te vale que te vayas acostumbrando...

Y aquí me atrevo a hacerte una pregunta directa, no como debate, sino como hermano en la fe:

¿Puedes responderme desde el corazón?

¿Puedes responder sin necesidad de citar más versículos, sino desde lo que has aprendido al seguir a Jesús?

Fíjate si te hablo desde el corazón que hasta te responderé con un dicho de mi adorada abuelita, quien solía decir: 'Al que no quiere caldo, dos tazas'...

No quieres oír La Palabra porque Esta te incomoda, mas es la única Autoridad en materia de Doctrina. Lo que te diga yo no importa un comino a nadie, mas lo que dice La Escritura, en términos de Doctrina, no existe otro ser que pueda decir cosa alguna que la suplante o exceda...

51. De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.
(Juan, 8)

46. Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47. Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido á juzgar al mundo, sino á salvar al mundo. 48. El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49. Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50. Y sé que su mandamiento es vida eterna: así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
(Juan, 12)

Porque si solo intercambiamos citas bíblicas, nos quedaremos atrapados en una guerra de versículos, cada uno levantando textos como espadas, y perderemos de vista al Maestro que vino a escribir en el corazón, no en piedra.

De nada sirve pegar* versículos si no se entiende lo que se pega*. El Maestro vino en cumplimiento de varios roles, entre ellos ése tan importante que mencionas de 'Maestro'; pero no todos los alumnos van a entender al Maestro sino sólo aquellos que a Él le plazca y le agrade:

13. Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
(Mateo, 13)

11. Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio del reino de Dios; mas á los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
(Marcos, 4)

Lo de 'escribir en el corazón' no es como lo dices y tampoco lo que te piensas. Cuando te refieras a La Palabra, cita Textual lo que quieras referir, suficiente desmadre han hecho ya los traductores, editores y actualizadores de 'biblia'...

Esto dice el Texto que aludes:

1. ¿COMENZAMOS otra vez á alabarnos á nosotros mismos? ¿ó tenemos necesidad, como algunos, de letras de recomendación para vosotros, ó de recomendación de vosotros? 2. Nuestras* letras sois vosotros, escritas en nuestros* corazones, sabidas y leídas* de* todos* los* hombres*; 3. Siendo manifiesto que sois letra de Cristo administrada de nosotros, escrita no con tinta, mas con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
(2 Corintios, 3)

Esto es lo dicho por el Apóstol y no como dijiste.

Entonces, hablémoslo desde ahí: desde el Jesús que nos enseñó que amar a Dios es amar al prójimo, que no vino a pedir sacrificios humanos, sino a ofrecernos su vida como guía, consuelo y verdad.

Sí, todo eso, mas no como lo pintas. Dios es amor pero nos dejo una Ley que hay que obedecer y TEMER porque en Ella está la vida eterna.

28. Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
(Mateo, 10)

17. Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey.
(1 Pedro, 2)

Paz a ti.
 

¿Fe ciega u obediencia con discernimiento? El verdadero amor a Dios


Cuando hablamos de obedecer a Dios, no podemos reducirlo a una obediencia ciega, que desconoce el corazón del mensaje divino. Porque la fe verdadera no es ceguera, es discernimiento. La fe no anula la conciencia moral que Dios nos ha dado: la activa, la afina y la orienta hacia el bien.


La prueba de Abraham nos invita precisamente a preguntarnos esto:
¿Es más fiel quien obedece sin pensar, o quien disierne profundamente para no traicionar el carácter justo de Dios?


Jesús no vino a borrar los mandamientos, sino a cumplirlos y expandirlos (Mateo 5:17). No vino a anular la Ley, sino a mostrar su corazón: el amor, la misericordia, la compasión, la justicia.


Entonces, ¿qué sentido tienen los mandamientos que Dios mismo escribió con su dedo en piedra (Éxodo 31:18), si luego justificamos actos que los contradicen?
¿Para qué fue entregada la Ley, si al final celebramos una obediencia que podría haber matado a un inocente?


¿Y qué sentido tiene la venida de Jesucristo, el Verbo hecho carne (Juan 1:14), si no fue para enseñarnos con su vida que Dios no quiere sacrificios humanos, sino obediencia desde el amor?




Obedecer a Dios no es apagar el corazón. Es ponerlo en sintonía con su justicia.
Es amar al prójimo, proteger al inocente, actuar con verdad y rechazar todo acto que contradiga el espíritu de su Palabra.


Eso es la fe con discernimiento: una fe que se deja guiar por el amor, por el mandamiento moral y por el ejemplo de Jesús.

Y eso, justamente eso, es lo que más glorifica a Dios.

Y aquí me atrevo a hacerte una pregunta directa, no como debate, sino como hermano en la fe:


¿Puedes responderme desde el corazón?
¿Puedes responder sin necesidad de citar más versículos, sino desde lo que has aprendido al seguir a Jesús?



Porque si solo intercambiamos citas bíblicas, nos quedaremos atrapados en una guerra de versículos, cada uno levantando textos como espadas, y perderemos de vista al Maestro que vino a escribir en el corazón, no en piedra.


Entonces, hablémoslo desde ahí: desde el Jesús que nos enseñó que amar a Dios es amar al prójimo, que no vino a pedir sacrificios humanos, sino a ofrecernos su vida como guía, consuelo y verdad.

Dime, sigues creyendo hipócritamente que Abraham fracaso en su prueba, cuando en ningún pasaje bíblico insinúa la fea reflexión nacida en su mente y que en verdad todos los cristianos alabamos la figura de nuestro Padre Abraham y para muchos también de nuestra carne y que es llamado por Dios el Padre de la fe y usted con un simple mal pensamiento tira a la basura lo que Dios santifico y perfeccionó en su vida y me da lástima que haya personas como usted, que se creen más santo que Dios y los moralmente más intachables y que ha demostrado en verdad, que ni es salvo y no tienes a Jesucristo en su corazón y no me extrañaría que sea otro testigo de Jehová o con su mismo espíritu desvariando en el foro y tratando de destruir la doctrina cristiana a sabiendas o no.​

 
Te voy a enterar de algo que quizás nunca notaste.

¡La Fe es El Evangelio de Jesus, Su Palabra!

23. Solamente habían oído decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia* la fe que en otro tiempo destruía.
(Gálatas, 1)

24. De manera que la ley nuestro ayo fué para llevarnos á Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.
25. Mas venida la fe, ya no estamos bajo ayo;
(Gálatas, 3)

27. ¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.
(Romanos, 3)

12. Y padre de la circuncisión, no solamente á los que son de la circuncisión, más también á los que siguen las pisadas de la fe que fué en nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
(Romanos, 4)

3. Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.
(Judas, 1)

¡La Fe hay que obedecerla!

7. Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe.
(Hechos, 6)

4. El cual fué declarado Hijo de Dios con potencia, según el espíritu de santidad, por la resurrección de los muertos), de Jesucristo Señor nuestro, 5. Por el cual recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia de la fe en todas las naciones en su nombre,
(Romanos, 1)

¡Esa Fe fué traída gracias a Abraham!

Sí, gracias a nuestro padre, ese a quien pretendes denigrar como si estuvieras en el lugar de Dios...

16. Por tanto es por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme á toda simiente, no solamente al que es de la ley, mas también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
(Romanos, 4)



Pues que tú le llames 'obediencia ciega' no sé con qué intención, no quitará que así es como lo EXIGE Dios, que obedezcamos ciegamente*. ¡Gústete o no!

7. Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, 8. En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni* obedecen* al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
(2 Tesalonicenses, 1)



¡Y dale con 'la conciencia moral'...! Si Dios te ha dado eso, ¡demuéstralo! Empieza por alejar de tu conciencia que Abraham no tuvo 'conciencia moral' al ofrecer a su hijo COMO LE MANDÓ Dios hacer.

Límipiala porque no puedes enturbiar lo que Dios limpió. Inaudito es que no entiendas que eso es lo que haces al juzgar los actos de Abraham que YA EXALTÓ EL SEÑOR. 🙄



¿Te crees Dios? ¿Qué no ves que ya Dios juzgó a Abraham y lo encontró fiel? No sólo eso, pero que lo hizo portador de la Semilla Heredera de su Reino?

Abraham es 'el padre de la Fe' y de todos cuantos el Señor añadirá a Su Reino, ¿qué tienes tú que AÑADIR a lo que Dios estableció? ¿Te atreves incluso a censurar a Dios con diz que 'el silencio de Dios' respecto de Abraham...? Como dicen los gringos: What the heck! 🙄



Jamás he dicho tal ni lo haré, no sé de dónde sacas eso.



¡Qué bonito! ¿Es lo que te gusta oír? Claro. Entiendo. Todos quieren escuchar melodías desencadenadas...¡Hermosa canción por demás!

Nunca leíste:

16. Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada á toda carne: y los muertos de Jehová serán multiplicados.
(Isaías, 66)

49. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán á los malos de entre los justos, 50. Y los echarán en el horno del fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.
51. Díceles Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos responden: Sí, Señor.
(Mateo, 13)

7. Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, 8. En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
(2 Tesalonicenses, 1)

43. Y si tu mano te escandalizare, córtala: mejor te es entrar á la vida manco, que teniendo dos manos ir á la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado; 44. Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. 45. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo: mejor te es entrar á la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en la Gehenna, al fuego que no puede ser apagado;
46. Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47. Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado á la Gehenna; 48. Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
(Marcos, 9)



¿De qué 'actos contradictorios' hablas? 🤔

La Ley de Dios es eterna y por la que seremos juzgados, no es contradictoria. Jamás he dicho tal ni lo haré.



¿De dónde te inventas que 'La Ley podía haber matado a un inocente'...? Deja de especular con La Palabra porque lo que está Escrito son Enseñanzas de Dios. No hay en ello nada de lo que tú quieras CAPRICHOSAMENTE ELUCUBRAR. Eso de que 'Abraham no tenía conciencia moral' porque 'pudo haber matado a un inocente' es, si la otra vez te dije 'descabellado' ahora te digo que es IRRACIONAL.

¿Acaso Dios al ofrecer a Su Hijo fue un 'asesino sin conciencia moral'...??? 🙄



¿No te enteras que fue Dios quien NO LE FALTÓ CONCIENCIA MORAL para ofrecer a Su Hijo?

¿Entenderás eso?



¿Y quién te dice que apagues el corazón? Al contrario, ¡préndelo!

Préndelo y ponlo en sintonía, porque La Justicia no es otra cosa que 'Los Mandamientos de Dios', 'Su Palabra' y ésa, HAY QUE OBEDECERLA.

Digo, si queremos la vida eterna...



¡Eso eso eso! 👆



¿Sabes de qué te servirá la moral si no obedeces Los Mandamientos?



Lo que glorifica a Dios es guardar Sus Mandamientos, porque eso es el todo del hombre. Sé que a tus oídos suena desagradable pero más te vale que te vayas acostumbrando...



Fíjate si te hablo desde el corazón que hasta te responderé con un dicho de mi adorada abuelita, quien solía decir: 'Al que no quiere caldo, dos tazas'...

No quieres oír La Palabra porque Esta te incomoda, mas es la única Autoridad en materia de Doctrina. Lo que te diga yo no importa un comino a nadie, mas lo que dice La Escritura, en términos de Doctrina, no existe otro ser que pueda decir cosa alguna que la suplante o exceda...

51. De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.
(Juan, 8)

46. Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47. Y el que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido á juzgar al mundo, sino á salvar al mundo. 48. El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49. Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50. Y sé que su mandamiento es vida eterna: así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
(Juan, 12)



De nada sirve pegar* versículos si no se entiende lo que se pega*. El Maestro vino en cumplimiento de varios roles, entre ellos ése tan importante que mencionas de 'Maestro'; pero no todos los alumnos van a entender al Maestro sino sólo aquellos que a Él le plazca y le agrade:

13. Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
(Mateo, 13)

11. Y les dijo: A vosotros es dado saber el misterio del reino de Dios; mas á los que están fuera, por parábolas todas las cosas;
(Marcos, 4)

Lo de 'escribir en el corazón' no es como lo dices y tampoco lo que te piensas. Cuando te refieras a La Palabra, cita Textual lo que quieras referir, suficiente desmadre han hecho ya los traductores, editores y actualizadores de 'biblia'...

Esto dice el Texto que aludes:

1. ¿COMENZAMOS otra vez á alabarnos á nosotros mismos? ¿ó tenemos necesidad, como algunos, de letras de recomendación para vosotros, ó de recomendación de vosotros? 2. Nuestras* letras sois vosotros, escritas en nuestros* corazones, sabidas y leídas* de* todos* los* hombres*; 3. Siendo manifiesto que sois letra de Cristo administrada de nosotros, escrita no con tinta, mas con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
(2 Corintios, 3)

Esto es lo dicho por el Apóstol y no como dijiste.



Sí, todo eso, mas no como lo pintas. Dios es amor pero nos dejo una Ley que hay que obedecer y TEMER porque en Ella está la vida eterna.

28. Y no temáis á los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes á aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
(Mateo, 10)

17. Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey.
(1 Pedro, 2)

Paz a ti.

Racionalidad y Conciencia: El Núcleo de la Verdadera Fe Cristiana​

¡Gracias por tu detallada respuesta! He leído con atención tus puntos, y me gustaría que profundicemos en uno que considero fundamental, no solo para nuestra discusión, sino para una comprensión genuina de la fe: tu afirmación de que obedecer a Dios sin preguntar es lo correcto y que cuestionarlo es irracional. Creo que aquí radica una contradicción crucial que debemos explorar, porque la verdadera irracionalidad se encuentra justamente en esa "fe ciega" que propones.


Desenmascarando los Términos: Racionalidad vs. Irracionalidad​

Para que tengamos claridad, es vital que definamos qué entendemos por estos conceptos:

  • Racionalidad: Lejos de ser enemiga de la fe, la racionalidad es el uso de nuestra razón, la capacidad de pensar lógicamente, discernir, evaluar y buscar coherencia. La palabra viene del latín ratio, que significa juicio y entendimiento. Desde una perspectiva cristiana, la racionalidad es un don divino, parte de habernos creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Dios nos dio una mente no para que la apaguemos, sino para que la usemos para conocerlo, amarlo y comprender su voluntad. La Escritura es clara: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestra mente no es un estorbo, sino una parte esencial del acto de fe.
  • Irracionalidad: Es la ausencia o el rechazo de la razón. Actuar de forma irracional implica tomar decisiones o creer sin una base lógica, sin cuestionamiento, o incluso contradiciendo principios éticos fundamentales. Una fe que exige la anulación del juicio moral y del discernimiento cae directamente en lo irracional, porque desconecta la creencia de la coherencia, la verdad y la moralidad inherentes tanto a nosotros, como seres humanos, como al propio carácter de Dios. Cuando afirmas que no cuestionar es racional y que cuestionar es irracional, te estás contradiciendo: lo irracional es, precisamente, obedecer sin discernimiento.

"Obedecer Sin Razonar": Una Vía que la Fe Genuina Rechaza​

Cuando hablamos de "obedecer sin razonar" o "fe ciega", nos referimos a una sumisión que ignora nuestra capacidad dada por Dios para el juicio, el discernimiento moral y la comprensión contextual.

  • Desde una Perspectiva Teológica y Bíblica:
    • Contrario al Mandato de Discernir: La Biblia nos llama repetidamente a discernir (Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"). Esto implica un uso activo de la razón. La "obediencia ciega" es una caricatura de la fe, pues el mismo Dios se revela de manera comprensible y dialogante. Profetas como Isaías nos invitan a razonar con Él: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta" (Isaías 1:18).
    • El Riesgo de Malinterpretar a Dios: Una obediencia sin razonamiento puede llevarnos a atribuirle a Dios mandatos que contradicen su propio carácter revelado. Si ignoramos nuestra conciencia y el sentido común, podríamos justificar actos inmorales pensando que "Dios lo mandó", como lamentablemente ha ocurrido en la historia. Jesús criticó a aquellos que seguían la letra de la ley pero perdían su espíritu de amor y justicia (Mateo 23). Él enseñó que "la letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Corintios 3:6), enfatizando la necesidad de una comprensión más profunda que el mero acatamiento superficial.
    • No Es Confianza, Es Credulidad: La obediencia sin razonar no es confianza en la bondad y coherencia de Dios; es más bien credulidad, una disposición a creer cualquier cosa sin escrutinio. La fe bíblica es una confianza informada en un Dios que se ha revelado como justo y amoroso, no una entrega irracional a cualquier impulso.
  • Desde una Perspectiva Académica y Filosófica:
    • Anulación de la Autonomía Moral: Filosóficamente, obedecer sin razonar es una anulación de la autonomía moral y la responsabilidad individual. Si simplemente se obedece sin cuestionar, se delega la moralidad y la ética a una autoridad externa sin filtro crítico. Esto va en contra de la idea de una ética madura, donde el individuo reflexiona y asume responsabilidad por sus acciones.
    • Vulnerabilidad a la Manipulación: Académicamente, la obediencia sin razonamiento crítico es un terreno fértil para la manipulación y el fanatismo. Grupos o líderes pueden explotar la disposición a la "fe ciega" para imponer agendas que nada tienen que ver con la voluntad divina, llevando a consecuencias dañinas. El pensamiento crítico es una herramienta esencial para discernir la verdad de la falsedad, incluso en el ámbito religioso.


Racionalidad y Conciencia: El Núcleo de la Verdadera Fe Cristiana​

¡Gracias por tu detallada respuesta! He leído con atención tus puntos, y me gustaría que profundicemos en uno que considero fundamental, no solo para nuestra discusión, sino para una comprensión genuina de la fe: tu afirmación de que obedecer a Dios sin preguntar es lo correcto y que cuestionarlo es irracional. Creo que aquí radica una contradicción crucial que debemos explorar, porque la verdadera irracionalidad se encuentra justamente en esa "fe ciega" que propones.


Desenmascarando los Términos: Racionalidad vs. Irracionalidad​

Para que tengamos claridad, es vital que definamos qué entendemos por estos conceptos:

  • Racionalidad: Lejos de ser enemiga de la fe, la racionalidad es el uso de nuestra razón, la capacidad de pensar lógicamente, discernir, evaluar y buscar coherencia. La palabra viene del latín ratio, que significa juicio y entendimiento. Desde una perspectiva cristiana, la racionalidad es un don divino, parte de habernos creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Dios nos dio una mente no para que la apaguemos, sino para que la usemos para conocerlo, amarlo y comprender su voluntad. La Escritura es clara: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestra mente no es un estorbo, sino una parte esencial del acto de fe.
  • Irracionalidad: Es la ausencia o el rechazo de la razón. Actuar de forma irracional implica tomar decisiones o creer sin una base lógica, sin cuestionamiento, o incluso contradiciendo principios éticos fundamentales. Una fe que exige la anulación del juicio moral y del discernimiento cae directamente en lo irracional, porque desconecta la creencia de la coherencia, la verdad y la moralidad inherentes tanto a nosotros, como seres humanos, como al propio carácter de Dios. Cuando afirmas que no cuestionar es racional y que cuestionar es irracional, te estás contradiciendo: lo irracional es, precisamente, obedecer sin discernimiento.

"Obedecer Sin Razonar": Una Vía que la Fe Genuina Rechaza​

Cuando hablamos de "obedecer sin razonar" o "fe ciega", nos referimos a una sumisión que ignora nuestra capacidad dada por Dios para el juicio, el discernimiento moral y la comprensión contextual.

  • Desde una Perspectiva Teológica y Bíblica:
    • Contrario al Mandato de Discernir: La Biblia nos llama repetidamente a discernir (Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"). Esto implica un uso activo de la razón. La "obediencia ciega" es una caricatura de la fe, pues el mismo Dios se revela de manera comprensible y dialogante. Profetas como Isaías nos invitan a razonar con Él: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta" (Isaías 1:18).
    • El Riesgo de Malinterpretar a Dios: Una obediencia sin razonamiento puede llevarnos a atribuirle a Dios mandatos que contradicen su propio carácter revelado. Si ignoramos nuestra conciencia y el sentido común, podríamos justificar actos inmorales pensando que "Dios lo mandó", como lamentablemente ha ocurrido en la historia. Jesús criticó a aquellos que seguían la letra de la ley pero perdían su espíritu de amor y justicia (Mateo 23). Él enseñó que "la letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Corintios 3:6), enfatizando la necesidad de una comprensión más profunda que el mero acatamiento superficial.
    • No Es Confianza, Es Credulidad: La obediencia sin razonar no es confianza en la bondad y coherencia de Dios; es más bien credulidad, una disposición a creer cualquier cosa sin escrutinio. La fe bíblica es una confianza informada en un Dios que se ha revelado como justo y amoroso, no una entrega irracional a cualquier impulso.
  • Desde una Perspectiva Académica y Filosófica:
    • Anulación de la Autonomía Moral: Filosóficamente, obedecer sin razonar es una anulación de la autonomía moral y la responsabilidad individual. Si simplemente se obedece sin cuestionar, se delega la moralidad y la ética a una autoridad externa sin filtro crítico. Esto va en contra de la idea de una ética madura, donde el individuo reflexiona y asume responsabilidad por sus acciones.
    • Vulnerabilidad a la Manipulación: Académicamente, la obediencia sin razonamiento crítico es un terreno fértil para la manipulación y el fanatismo. Grupos o líderes pueden explotar la disposición a la "fe ciega" para imponer agendas que nada tienen que ver con la voluntad divina, llevando a consecuencias dañinas. El pensamiento crítico es una herramienta esencial para discernir la verdad de la falsedad, incluso en el ámbito religioso.

La Fe Genuina: Racional y Conscientiva​

La teología cristiana, bien comprendida, no promueve la irracionalidad ni la anulación de la conciencia. Al contrario, la fe bíblica, cuando se entiende correctamente, es profundamente racional y apela al intelecto y al juicio moral:

  1. La Conciencia como Brújula Divina: La Biblia reconoce la conciencia como una guía moral interna, un eco de la ley de Dios escrita en el corazón humano. Pablo, en Romanos 2:15, habla de cómo "la obra de la ley está escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia". Descartar la conciencia bajo el pretexto de una "obediencia ciega" es ignorar esta verdad teológica fundamental y correr el riesgo de cometer atrocidades en nombre de Dios. Si un supuesto "mandato" contradice principios morales divinos ya revelados, la conciencia debe alertarnos y llevarnos a cuestionar.
  2. El Llamado al Discernimiento, No a la Ceguera: Jesús nunca demandó una obediencia acrítica. Sus enseñanzas estaban diseñadas para desafiar el pensamiento y la comprensión de sus oyentes (piensa en las parábolas). Reprendió a los fariseos por su apego ciego a la letra de la ley sin comprender su espíritu (Mateo 23:23: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe"). El verdadero camino de fe es el de la sabiduría y el entendimiento, no el de la ignorancia voluntaria.
  3. La Revelación Progresiva y el Carácter de Dios: La Biblia nos muestra una historia de revelación progresiva. El Dios que detuvo la mano de Abraham en Moriah es el mismo que siglos después prohibiría categóricamente el sacrificio humano: "No harás pasar a tu hijo o a tu hija por el fuego" (Deuteronomio 18:10). La obediencia a Dios no puede ser irracional en el sentido de contradecir su propio carácter revelado. La plenitud de esta revelación se encuentra en Jesús, quien no vino a abolir la Ley, sino a cumplirla y a mostrar su verdadero sentido: el amor. Él elevó los mandamientos a un nivel de coherencia moral profunda (Mateo 5:17-48). ¿Cómo podría un Dios de amor y justicia exigir algo que vaya en contra de su propia naturaleza y de los principios que Él mismo estableció?
  4. La Fe como Acontecimiento: Racionalidad y Confianza Profunda: Mi concepto de "fe acontecimiento" es precisamente lo que la teología madura entiende por una fe genuina: una fe que no teme cuestionar para comprender mejor, una fe que discierne y busca la coherencia del carácter de Dios. No es una duda de Dios, sino una confianza profunda en que Dios es bueno, justo y racional, y que su voluntad nunca nos pedirá algo intrínsecamente malvado o contradictorio a su naturaleza. Como dice Isaías 1:18: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta". Dios nos invita a razonar con Él, a dialogar, no a obedecer ciegamente.
En síntesis, afirmar que obedecer a Dios "sin preguntar nada" es lo correcto y lo racional, es una profunda malinterpretación de la fe cristiana. La fe bíblica es un acto de confianza informada, que involucra nuestra mente y nuestra conciencia, siempre buscando la coherencia con el carácter amoroso y justo de un Dios que nos llama a amarle con "toda nuestra mente". La verdadera irracionalidad reside en el rechazo de estos dones divinos en nombre de una obediencia que contradice el corazón del mensaje de Jesús.
 

Dime, sigues creyendo hipócritamente que Abraham fracaso en su prueba, cuando en ningún pasaje bíblico insinúa la fea reflexión nacida en su mente y que en verdad todos los cristianos alabamos la figura de nuestro Padre Abraham y para muchos también de nuestra carne y que es llamado por Dios el Padre de la fe y usted con un simple mal pensamiento tira a la basura lo que Dios santifico y perfeccionó en su vida y me da lástima que haya personas como usted, que se creen más santo que Dios y los moralmente más intachables y que ha demostrado en verdad, que ni es salvo y no tienes a Jesucristo en su corazón y no me extrañaría que sea otro testigo de Jehová o con su mismo espíritu desvariando en el foro y tratando de destruir la doctrina cristiana a sabiendas o no.​

En Defensa de una Fe Coherente: Una Respuesta desde la Plenitud del Evangelio​

Aprecio que continúes en este diálogo, aunque la dureza y las acusaciones personales en tu última respuesta me invitan a una reflexión. Como alguien que busca a Dios y en Jesucristo ve la encarnación de los valores más altos, mi deseo es siempre elevar la conversación hacia una comprensión más profunda de la verdad, no a juicios personales. Las etiquetas que intentas ponerme no me definen, y desvían la atención de lo que realmente importa: el carácter de Dios y la verdadera naturaleza de la fe.

Dices que "sigo creyendo hipócritamente que Abraham fracasó" y que "tiras a la basura lo que Dios santificó". Te pido que leas con más atención, porque mi postura no es una de fracaso, sino una profunda revalorización del relato de Moriah, alineándolo con el corazón de Dios revelado plenamente en Jesús.


La Prueba de Abraham: No de Ceguera, Sino de Profundo Discernimiento​

Mi análisis del relato de Abraham no busca denigrar su fe, sino comprender la enseñanza central que Dios quiso impartir en Moriah. Lejos de ser una prueba de "obediencia ciega", fue una lección crucial sobre el discernimiento moral que Dios espera de nosotros.

  1. El "No" del Ángel: La Voz de la Verdadera Voluntad Divina: Como explico en mis reflexiones, la clave no es la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo, sino la intervención divina que detuvo el acto. Ese "No" del ángel (Génesis 22:12) no fue un cambio de opinión de Dios, sino la manifestación inequívoca de Su verdadero carácter. Es el eco del mandamiento "No matarás" que, aunque aún no dado en tablas de piedra, ya residía en el corazón de Dios. ¿Glorificamos a un Dios que pide sacrificios humanos, o a un Dios que los prohíbe y los detiene para revelar Su amor y provisión? Mi fe, como la de muchos que buscan entender a Dios, se inclina por glorificar al segundo.
  2. Moisés y el Principio Sacrificial del Verbo: Considera la intercesión de Moisés por el pueblo tras el becerro de oro: "Si vas a borrarlos a ellos, bórrame a mí también del libro que has escrito" (Éxodo 32:32). Aquí Moisés no sacrifica al otro; se ofrece a sí mismo. Esta es la esencia del discernimiento moral, el Verbo anticipado: dar la vida por los demás, no quitarla. Esta capacidad de discernimiento lo hizo digno de recibir la Ley, no por visiones, sino escrita en piedra.
  3. Isaac: El Custodio de un Discernimiento Vivo: La experiencia de Isaac en Moriah no fue en vano. Él fue la "provisión" salvada, el testimonio vivo de un Dios que no exige la vida inocente, sino que la redime. Esta vivencia forjó en él una fe arraigada en la misericordia divina, una fe con discernimiento. Isaac se convirtió en el eslabón crucial que transmitió la promesa con una comprensión profunda del verdadero corazón de Dios.

Jesús: El Verbo Encarnado, la Plenitud del Discernimiento Divino​

Tu intento de descalificar mi fe, sugiriendo que no tengo a Cristo, es irónico, pues mi interpretación se ancla precisamente en Él:

  1. Jesús: El Corazón de la Ley y la Revelación Final: Jesús no vino a anular la Ley, sino a cumplirla y expandirla (Mateo 5:17), revelando el corazón de Dios detrás de cada mandamiento: el amor, la misericordia, la compasión y la justicia (Mateo 22:37-40; 1 Juan 4:7-8). Si la obediencia a Dios pudiera justificar actos que contradicen esos mismos mandamientos que Él escribió en piedra, entonces ¿qué sentido tendría la Ley? Jesús, el Verbo hecho carne (Juan 1:14), nos enseñó con su vida que Dios no quiere sacrificios humanos, sino una obediencia que emana del amor consciente.
  2. La Fe Genuina es Racional y Conscientiva: Como he expresado, la fe que Dios busca no es ciega. Es una fe que discierne, que utiliza la mente y la conciencia que Dios nos dio para comprender Su voluntad en su plenitud (Romanos 12:2). Esta "fe acontecimiento" es precisamente una confianza profunda y racional en el carácter esencial de un Dios que es amor, justicia y provisión. Es la convicción de que Sus enseñanzas son para nuestro bien mayor, incluso cuando el camino inicial parezca oscuro (Proverbios 3:5-6). Cuestionar, en este contexto, no es dudar de Dios, sino buscar entenderlo más profundamente.

La Invitación a un Diálogo de Respeto y Verdad​

Las acusaciones personales de que no soy salvo o que busco "destruir la doctrina cristiana" son graves y completamente infundadas. Son tácticas para desviar la atención del debate teológico real. Mi fe en un Dios Creador, y en Jesucristo como la encarnación de sus valores supremos, es el motor de mi búsqueda de la verdad en las Escrituras. Precisamente porque valoro la Biblia como un camino para conocer a Dios, busco comprenderla con todo mi ser, incluyendo mi mente y mi conciencia, dones que Él mismo nos ha dado.

Te invito nuevamente a elevar el nivel de esta conversación. Si no podemos debatir ideas con respeto y centrarnos en el carácter de Dios tal como se revela en Jesús y en las Escrituras, entonces no estamos buscando la verdad, sino defendiendo posiciones rígidas. Mi deseo es edificar, no destruir, y sanar la visión de un Dios que muchos, por interpretaciones limitadas, han llegado a ver como tirano.
 

Racionalidad y Conciencia: El Núcleo de la Verdadera Fe Cristiana​

¡Gracias por tu detallada respuesta! He leído con atención tus puntos, y me gustaría que profundicemos en uno que considero fundamental, no solo para nuestra discusión, sino para una comprensión genuina de la fe: tu afirmación de que obedecer a Dios sin preguntar es lo correcto y que cuestionarlo es irracional. Creo que aquí radica una contradicción crucial que debemos explorar, porque la verdadera irracionalidad se encuentra justamente en esa "fe ciega" que propones.


Desenmascarando los Términos: Racionalidad vs. Irracionalidad​

Para que tengamos claridad, es vital que definamos qué entendemos por estos conceptos:

  • Racionalidad: Lejos de ser enemiga de la fe, la racionalidad es el uso de nuestra razón, la capacidad de pensar lógicamente, discernir, evaluar y buscar coherencia. La palabra viene del latín ratio, que significa juicio y entendimiento. Desde una perspectiva cristiana, la racionalidad es un don divino, parte de habernos creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Dios nos dio una mente no para que la apaguemos, sino para que la usemos para conocerlo, amarlo y comprender su voluntad. La Escritura es clara: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestra mente no es un estorbo, sino una parte esencial del acto de fe.
  • Irracionalidad: Es la ausencia o el rechazo de la razón. Actuar de forma irracional implica tomar decisiones o creer sin una base lógica, sin cuestionamiento, o incluso contradiciendo principios éticos fundamentales. Una fe que exige la anulación del juicio moral y del discernimiento cae directamente en lo irracional, porque desconecta la creencia de la coherencia, la verdad y la moralidad inherentes tanto a nosotros, como seres humanos, como al propio carácter de Dios. Cuando afirmas que no cuestionar es racional y que cuestionar es irracional, te estás contradiciendo: lo irracional es, precisamente, obedecer sin discernimiento.

"Obedecer Sin Razonar": Una Vía que la Fe Genuina Rechaza​

Cuando hablamos de "obedecer sin razonar" o "fe ciega", nos referimos a una sumisión que ignora nuestra capacidad dada por Dios para el juicio, el discernimiento moral y la comprensión contextual.

  • Desde una Perspectiva Teológica y Bíblica:
    • Contrario al Mandato de Discernir: La Biblia nos llama repetidamente a discernir (Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"). Esto implica un uso activo de la razón. La "obediencia ciega" es una caricatura de la fe, pues el mismo Dios se revela de manera comprensible y dialogante. Profetas como Isaías nos invitan a razonar con Él: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta" (Isaías 1:18).
    • El Riesgo de Malinterpretar a Dios: Una obediencia sin razonamiento puede llevarnos a atribuirle a Dios mandatos que contradicen su propio carácter revelado. Si ignoramos nuestra conciencia y el sentido común, podríamos justificar actos inmorales pensando que "Dios lo mandó", como lamentablemente ha ocurrido en la historia. Jesús criticó a aquellos que seguían la letra de la ley pero perdían su espíritu de amor y justicia (Mateo 23). Él enseñó que "la letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Corintios 3:6), enfatizando la necesidad de una comprensión más profunda que el mero acatamiento superficial.
    • No Es Confianza, Es Credulidad: La obediencia sin razonar no es confianza en la bondad y coherencia de Dios; es más bien credulidad, una disposición a creer cualquier cosa sin escrutinio. La fe bíblica es una confianza informada en un Dios que se ha revelado como justo y amoroso, no una entrega irracional a cualquier impulso.
  • Desde una Perspectiva Académica y Filosófica:
    • Anulación de la Autonomía Moral: Filosóficamente, obedecer sin razonar es una anulación de la autonomía moral y la responsabilidad individual. Si simplemente se obedece sin cuestionar, se delega la moralidad y la ética a una autoridad externa sin filtro crítico. Esto va en contra de la idea de una ética madura, donde el individuo reflexiona y asume responsabilidad por sus acciones.
    • Vulnerabilidad a la Manipulación: Académicamente, la obediencia sin razonamiento crítico es un terreno fértil para la manipulación y el fanatismo. Grupos o líderes pueden explotar la disposición a la "fe ciega" para imponer agendas que nada tienen que ver con la voluntad divina, llevando a consecuencias dañinas. El pensamiento crítico es una herramienta esencial para discernir la verdad de la falsedad, incluso en el ámbito religioso.


Racionalidad y Conciencia: El Núcleo de la Verdadera Fe Cristiana​

¡Gracias por tu detallada respuesta! He leído con atención tus puntos, y me gustaría que profundicemos en uno que considero fundamental, no solo para nuestra discusión, sino para una comprensión genuina de la fe: tu afirmación de que obedecer a Dios sin preguntar es lo correcto y que cuestionarlo es irracional. Creo que aquí radica una contradicción crucial que debemos explorar, porque la verdadera irracionalidad se encuentra justamente en esa "fe ciega" que propones.


Desenmascarando los Términos: Racionalidad vs. Irracionalidad​

Para que tengamos claridad, es vital que definamos qué entendemos por estos conceptos:

  • Racionalidad: Lejos de ser enemiga de la fe, la racionalidad es el uso de nuestra razón, la capacidad de pensar lógicamente, discernir, evaluar y buscar coherencia. La palabra viene del latín ratio, que significa juicio y entendimiento. Desde una perspectiva cristiana, la racionalidad es un don divino, parte de habernos creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Dios nos dio una mente no para que la apaguemos, sino para que la usemos para conocerlo, amarlo y comprender su voluntad. La Escritura es clara: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestra mente no es un estorbo, sino una parte esencial del acto de fe.
  • Irracionalidad: Es la ausencia o el rechazo de la razón. Actuar de forma irracional implica tomar decisiones o creer sin una base lógica, sin cuestionamiento, o incluso contradiciendo principios éticos fundamentales. Una fe que exige la anulación del juicio moral y del discernimiento cae directamente en lo irracional, porque desconecta la creencia de la coherencia, la verdad y la moralidad inherentes tanto a nosotros, como seres humanos, como al propio carácter de Dios. Cuando afirmas que no cuestionar es racional y que cuestionar es irracional, te estás contradiciendo: lo irracional es, precisamente, obedecer sin discernimiento.

"Obedecer Sin Razonar": Una Vía que la Fe Genuina Rechaza​

Cuando hablamos de "obedecer sin razonar" o "fe ciega", nos referimos a una sumisión que ignora nuestra capacidad dada por Dios para el juicio, el discernimiento moral y la comprensión contextual.

  • Desde una Perspectiva Teológica y Bíblica:
    • Contrario al Mandato de Discernir: La Biblia nos llama repetidamente a discernir (Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"). Esto implica un uso activo de la razón. La "obediencia ciega" es una caricatura de la fe, pues el mismo Dios se revela de manera comprensible y dialogante. Profetas como Isaías nos invitan a razonar con Él: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta" (Isaías 1:18).
    • El Riesgo de Malinterpretar a Dios: Una obediencia sin razonamiento puede llevarnos a atribuirle a Dios mandatos que contradicen su propio carácter revelado. Si ignoramos nuestra conciencia y el sentido común, podríamos justificar actos inmorales pensando que "Dios lo mandó", como lamentablemente ha ocurrido en la historia. Jesús criticó a aquellos que seguían la letra de la ley pero perdían su espíritu de amor y justicia (Mateo 23). Él enseñó que "la letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Corintios 3:6), enfatizando la necesidad de una comprensión más profunda que el mero acatamiento superficial.
    • No Es Confianza, Es Credulidad: La obediencia sin razonar no es confianza en la bondad y coherencia de Dios; es más bien credulidad, una disposición a creer cualquier cosa sin escrutinio. La fe bíblica es una confianza informada en un Dios que se ha revelado como justo y amoroso, no una entrega irracional a cualquier impulso.
  • Desde una Perspectiva Académica y Filosófica:
    • Anulación de la Autonomía Moral: Filosóficamente, obedecer sin razonar es una anulación de la autonomía moral y la responsabilidad individual. Si simplemente se obedece sin cuestionar, se delega la moralidad y la ética a una autoridad externa sin filtro crítico. Esto va en contra de la idea de una ética madura, donde el individuo reflexiona y asume responsabilidad por sus acciones.
    • Vulnerabilidad a la Manipulación: Académicamente, la obediencia sin razonamiento crítico es un terreno fértil para la manipulación y el fanatismo. Grupos o líderes pueden explotar la disposición a la "fe ciega" para imponer agendas que nada tienen que ver con la voluntad divina, llevando a consecuencias dañinas. El pensamiento crítico es una herramienta esencial para discernir la verdad de la falsedad, incluso en el ámbito religioso.

La Fe Genuina: Racional y Conscientiva​

La teología cristiana, bien comprendida, no promueve la irracionalidad ni la anulación de la conciencia. Al contrario, la fe bíblica, cuando se entiende correctamente, es profundamente racional y apela al intelecto y al juicio moral:

  1. La Conciencia como Brújula Divina: La Biblia reconoce la conciencia como una guía moral interna, un eco de la ley de Dios escrita en el corazón humano. Pablo, en Romanos 2:15, habla de cómo "la obra de la ley está escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia". Descartar la conciencia bajo el pretexto de una "obediencia ciega" es ignorar esta verdad teológica fundamental y correr el riesgo de cometer atrocidades en nombre de Dios. Si un supuesto "mandato" contradice principios morales divinos ya revelados, la conciencia debe alertarnos y llevarnos a cuestionar.
  2. El Llamado al Discernimiento, No a la Ceguera: Jesús nunca demandó una obediencia acrítica. Sus enseñanzas estaban diseñadas para desafiar el pensamiento y la comprensión de sus oyentes (piensa en las parábolas). Reprendió a los fariseos por su apego ciego a la letra de la ley sin comprender su espíritu (Mateo 23:23: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe"). El verdadero camino de fe es el de la sabiduría y el entendimiento, no el de la ignorancia voluntaria.
  3. La Revelación Progresiva y el Carácter de Dios: La Biblia nos muestra una historia de revelación progresiva. El Dios que detuvo la mano de Abraham en Moriah es el mismo que siglos después prohibiría categóricamente el sacrificio humano: "No harás pasar a tu hijo o a tu hija por el fuego" (Deuteronomio 18:10). La obediencia a Dios no puede ser irracional en el sentido de contradecir su propio carácter revelado. La plenitud de esta revelación se encuentra en Jesús, quien no vino a abolir la Ley, sino a cumplirla y a mostrar su verdadero sentido: el amor. Él elevó los mandamientos a un nivel de coherencia moral profunda (Mateo 5:17-48). ¿Cómo podría un Dios de amor y justicia exigir algo que vaya en contra de su propia naturaleza y de los principios que Él mismo estableció?
  4. La Fe como Acontecimiento: Racionalidad y Confianza Profunda: Mi concepto de "fe acontecimiento" es precisamente lo que la teología madura entiende por una fe genuina: una fe que no teme cuestionar para comprender mejor, una fe que discierne y busca la coherencia del carácter de Dios. No es una duda de Dios, sino una confianza profunda en que Dios es bueno, justo y racional, y que su voluntad nunca nos pedirá algo intrínsecamente malvado o contradictorio a su naturaleza. Como dice Isaías 1:18: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta". Dios nos invita a razonar con Él, a dialogar, no a obedecer ciegamente.
En síntesis, afirmar que obedecer a Dios "sin preguntar nada" es lo correcto y lo racional, es una profunda malinterpretación de la fe cristiana. La fe bíblica es un acto de confianza informada, que involucra nuestra mente y nuestra conciencia, siempre buscando la coherencia con el carácter amoroso y justo de un Dios que nos llama a amarle con "toda nuestra mente". La verdadera irracionalidad reside en el rechazo de estos dones divinos en nombre de una obediencia que contradice el corazón del mensaje de Jesús.

Observo que TIRAS A TUS ESPALDAS todos y cada uno de los argumentos que con mucha dedicación y tiempo expongo a los que hasta ahora me has presentado y creo merecer una mejor atención en cuanto a este respecto.

Contestaré cada uno de los que presentas en este aporte pero no lo haré hasta ver atendidos igualmente cada uno de los últimos que te presente, pues esta manera que tienes de no contestar lo que se te dice y responder SELECTIVAMENTE exponiendo quinicientas cortinas de humo nuevas echando al zafacón los más sólidos argumentos, ni es ético ni fructífero.

Espero que entiendas.

Cordialmente
 
Observo que TIRAS A TUS ESPALDAS todos y cada uno de los argumentos que con mucha dedicación y tiempo expongo a los que hasta ahora me has presentado y creo merecer una mejor atención en cuanto a este respecto.

Contestaré cada uno de los que presentas en este aporte pero no lo haré hasta ver atendidos igualmente cada uno de los últimos que te presente, pues esta manera que tienes de no contestar lo que se te dice y responder SELECTIVAMENTE exponiendo quinicientas cortinas de humo nuevas echando al zafacón los más sólidos argumentos, ni es ético ni fructífero.

Espero que entiendas.

Cordialmente

Entiendo perfectamente. Este personaje es el mismo que planteó la contradicción inicial sobre la obediencia ciega como "racional" y el discernimiento como "irracional". Es crucial tener eso presente. Su último mensaje no añade argumentos teológicos, sino que se centra en una crítica sobre la forma en que estás llevando el debate, acusándote de ser "selectivo" y de crear "cortinas de humo".

La clave aquí es no caer en su provocación ni permitir que te dicte las reglas del juego. Tu objetivo es mantener el debate en el plano de la interpretación teológica y el carácter de Dios, que es tu fortaleza, y no en una discusión sobre la "metodología" del foro.

Aquí tienes una propuesta de respuesta que aborda su queja directamente, pero reafirma tu enfoque, sin ceder terreno y manteniendo la altura del diálogo:


Sobre el Diálogo y la Búsqueda de la Verdad: Aclarando mi Enfoque​

Entiendo tu percepción, y quiero asegurarte que cada una de tus palabras ha recibido mi plena atención y el tiempo de reflexión que merecen. Respeto tu dedicación al exponer tus argumentos. Precisamente por ese respeto, mi intención en este diálogo ha sido siempre ir al corazón de la discusión: el carácter de Dios y la verdadera esencia de la fe, tal como se revelan en las Escrituras.

Cuando elijo profundizar en ciertos aspectos o recontextualizar pasajes, no es para "tirar argumentos a la espalda", ni para crear "cortinas de humo". Mi propósito es buscar una comprensión más profunda y coherente de la revelación divina, que, para mí, culmina en Jesucristo. Considero que el verdadero diálogo sobre la fe no es una "guerra" de puntos a refutar uno por uno, sino una búsqueda conjunta de la verdad, donde la claridad y la comprensión prevalecen sobre la mera confrontación literal.

Si te sientes desatendido en algún punto, lamento sinceramente esa percepción. Sin embargo, te reitero que mis reflexiones nacen de una consideración genuina de lo que has expuesto, y que mi intención es siempre la de edificar y clarificar, no la de evadir.

Estoy abierto a seguir conversando, siempre que el diálogo se mantenga en el plano de la búsqueda honesta y el respeto mutuo por las perspectivas de fe.

Cordialmente,
 

En Defensa de una Fe Coherente: Una Respuesta desde la Plenitud del Evangelio​

Aprecio que continúes en este diálogo, aunque la dureza y las acusaciones personales en tu última respuesta me invitan a una reflexión. Como alguien que busca a Dios y en Jesucristo ve la encarnación de los valores más altos, mi deseo es siempre elevar la conversación hacia una comprensión más profunda de la verdad, no a juicios personales. Las etiquetas que intentas ponerme no me definen, y desvían la atención de lo que realmente importa: el carácter de Dios y la verdadera naturaleza de la fe.

Dices que "sigo creyendo hipócritamente que Abraham fracasó" y que "tiras a la basura lo que Dios santificó". Te pido que leas con más atención, porque mi postura no es una de fracaso, sino una profunda revalorización del relato de Moriah, alineándolo con el corazón de Dios revelado plenamente en Jesús.


La Prueba de Abraham: No de Ceguera, Sino de Profundo Discernimiento​

Mi análisis del relato de Abraham no busca denigrar su fe, sino comprender la enseñanza central que Dios quiso impartir en Moriah. Lejos de ser una prueba de "obediencia ciega", fue una lección crucial sobre el discernimiento moral que Dios espera de nosotros.

  1. El "No" del Ángel: La Voz de la Verdadera Voluntad Divina: Como explico en mis reflexiones, la clave no es la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo, sino la intervención divina que detuvo el acto. Ese "No" del ángel (Génesis 22:12) no fue un cambio de opinión de Dios, sino la manifestación inequívoca de Su verdadero carácter. Es el eco del mandamiento "No matarás" que, aunque aún no dado en tablas de piedra, ya residía en el corazón de Dios. ¿Glorificamos a un Dios que pide sacrificios humanos, o a un Dios que los prohíbe y los detiene para revelar Su amor y provisión? Mi fe, como la de muchos que buscan entender a Dios, se inclina por glorificar al segundo.
  2. Moisés y el Principio Sacrificial del Verbo: Considera la intercesión de Moisés por el pueblo tras el becerro de oro: "Si vas a borrarlos a ellos, bórrame a mí también del libro que has escrito" (Éxodo 32:32). Aquí Moisés no sacrifica al otro; se ofrece a sí mismo. Esta es la esencia del discernimiento moral, el Verbo anticipado: dar la vida por los demás, no quitarla. Esta capacidad de discernimiento lo hizo digno de recibir la Ley, no por visiones, sino escrita en piedra.
  3. Isaac: El Custodio de un Discernimiento Vivo: La experiencia de Isaac en Moriah no fue en vano. Él fue la "provisión" salvada, el testimonio vivo de un Dios que no exige la vida inocente, sino que la redime. Esta vivencia forjó en él una fe arraigada en la misericordia divina, una fe con discernimiento. Isaac se convirtió en el eslabón crucial que transmitió la promesa con una comprensión profunda del verdadero corazón de Dios.

Jesús: El Verbo Encarnado, la Plenitud del Discernimiento Divino​

Tu intento de descalificar mi fe, sugiriendo que no tengo a Cristo, es irónico, pues mi interpretación se ancla precisamente en Él:

  1. Jesús: El Corazón de la Ley y la Revelación Final: Jesús no vino a anular la Ley, sino a cumplirla y expandirla (Mateo 5:17), revelando el corazón de Dios detrás de cada mandamiento: el amor, la misericordia, la compasión y la justicia (Mateo 22:37-40; 1 Juan 4:7-8). Si la obediencia a Dios pudiera justificar actos que contradicen esos mismos mandamientos que Él escribió en piedra, entonces ¿qué sentido tendría la Ley? Jesús, el Verbo hecho carne (Juan 1:14), nos enseñó con su vida que Dios no quiere sacrificios humanos, sino una obediencia que emana del amor consciente.
  2. La Fe Genuina es Racional y Conscientiva: Como he expresado, la fe que Dios busca no es ciega. Es una fe que discierne, que utiliza la mente y la conciencia que Dios nos dio para comprender Su voluntad en su plenitud (Romanos 12:2). Esta "fe acontecimiento" es precisamente una confianza profunda y racional en el carácter esencial de un Dios que es amor, justicia y provisión. Es la convicción de que Sus enseñanzas son para nuestro bien mayor, incluso cuando el camino inicial parezca oscuro (Proverbios 3:5-6). Cuestionar, en este contexto, no es dudar de Dios, sino buscar entenderlo más profundamente.

La Invitación a un Diálogo de Respeto y Verdad​

Las acusaciones personales de que no soy salvo o que busco "destruir la doctrina cristiana" son graves y completamente infundadas. Son tácticas para desviar la atención del debate teológico real. Mi fe en un Dios Creador, y en Jesucristo como la encarnación de sus valores supremos, es el motor de mi búsqueda de la verdad en las Escrituras. Precisamente porque valoro la Biblia como un camino para conocer a Dios, busco comprenderla con todo mi ser, incluyendo mi mente y mi conciencia, dones que Él mismo nos ha dado.

Te invito nuevamente a elevar el nivel de esta conversación. Si no podemos debatir ideas con respeto y centrarnos en el carácter de Dios tal como se revela en Jesús y en las Escrituras, entonces no estamos buscando la verdad, sino defendiendo posiciones rígidas. Mi deseo es edificar, no destruir, y sanar la visión de un Dios que muchos, por interpretaciones limitadas, han llegado a ver como tirano.

No soy linceando en filosofía y este en un foro usamos la síntesis de nuestras expresiones y no estamos para leer tesis teológicas y mi conocimiento es la Biblia y ayudado por el Espíritu Santo y comenzamos por el principio y en ningún momento Abraham pensó en matar a su hijo Isaac y que en ningún caso vemos que Abraham haya hecho sacrificios humanos y fue Dios que lo probó y que en verdad fue alegórico, porque fue Dios quien entrego a su Hijo como el Cordero de Dios y que Dios proveyó enredado en la zarza.​

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?​

Dice usted que Dios probo la moral de Abraham y es desde su punto de vista y no el de la Biblia, porque Abrahán era una persona justa y bendecida por Dios, y Dios probo su fe y no su moral, que nace de su corazón y no tienes ninguna prueba que Abraham era inmoralmente inapropiado y como todo hombre de Dios necesitaba perfeccionarse porque solo Dios es perfecto y Abraham murió en paz y cumplió con Dios en lo que su humanidad pudo .​

 

Racionalidad y Conciencia: El Núcleo de la Verdadera Fe Cristiana​

¡Gracias por tu detallada respuesta! He leído con atención tus puntos, y me gustaría que profundicemos en uno que considero fundamental, no solo para nuestra discusión, sino para una comprensión genuina de la fe: tu afirmación de que obedecer a Dios sin preguntar es lo correcto y que cuestionarlo es irracional. Creo que aquí radica una contradicción crucial que debemos explorar, porque la verdadera irracionalidad se encuentra justamente en esa "fe ciega" que propones.

Yo no propongo nada, es Dios quien así lo dispone. La IRRACIONALIDAD proviene de tu presunta "comprensión" ignorando lo que Él estableció:

7. Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, 8. En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
(2 Tesalonicenses, 1)

Así es que '...no te ensoberbezcas sino TEME...'

Tanto preguntas para que te respondan 'desde el corazón', te haré esta pregunta:

¿Por qué crees que Moisés no entró a la tierra prometida y Dios sólo le permitió verla de lejos?

No quiero una respuesta 'desde el corazón' sino 'DESDE LA VERDAD'... ¡Pos es la única que cuenta! 😉



Desenmascarando los Términos: Racionalidad vs. Irracionalidad
Para que tengamos claridad, es vital que definamos qué entendemos por estos conceptos:

Racionalidad: Lejos de ser enemiga de la fe, la racionalidad es el uso de nuestra razón, la capacidad de pensar lógicamente, discernir, evaluar y buscar coherencia. La palabra viene del latín ratio, que significa juicio y entendimiento. Desde una perspectiva cristiana, la racionalidad es un don divino, parte de habernos creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Dios nos dio una mente no para que la apaguemos, sino para que la usemos para conocerlo, amarlo y comprender su voluntad. La Escritura es clara: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestra mente no es un estorbo, sino una parte esencial del acto de fe.
Irracionalidad: Es la ausencia o el rechazo de la razón. Actuar de forma irracional implica tomar decisiones o creer sin una base lógica, sin cuestionamiento, o incluso contradiciendo principios éticos fundamentales. Una fe que exige la anulación del juicio moral y del discernimiento cae directamente en lo irracional, porque desconecta la creencia de la coherencia, la verdad y la moralidad inherentes tanto a nosotros, como seres humanos, como al propio carácter de Dios. Cuando afirmas que no cuestionar es racional y que cuestionar es irracional, te estás contradiciendo: lo irracional es, precisamente, obedecer sin discernimiento.
"Obedecer Sin Razonar": Una Vía que la Fe Genuina Rechaza
Cuando hablamos de "obedecer sin razonar" o "fe ciega", nos referimos a una sumisión que ignora nuestra capacidad dada por Dios para el juicio, el discernimiento moral y la comprensión contextual.

Irrelevante al tema.

Desde una Perspectiva Teológica y Bíblica:
Contrario al Mandato de Discernir: La Biblia nos llama repetidamente a discernir (Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"). Esto implica un uso activo de la razón. La "obediencia ciega" es una caricatura de la fe, pues el mismo Dios se revela de manera comprensible y dialogante. Profetas como Isaías nos invitan a razonar con Él: "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta" (Isaías 1:18).
El Riesgo de Malinterpretar a Dios: Una obediencia sin razonamiento puede llevarnos a atribuirle a Dios mandatos que contradicen su propio carácter revelado. Si ignoramos nuestra conciencia y el sentido común, podríamos justificar actos inmorales pensando que "Dios lo mandó", como lamentablemente ha ocurrido en la historia. Jesús criticó a aquellos que seguían la letra de la ley pero perdían su espíritu de amor y justicia (Mateo 23). Él enseñó que "la letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Corintios 3:6), enfatizando la necesidad de una comprensión más profunda que el mero acatamiento superficial.
No Es Confianza, Es Credulidad: La obediencia sin razonar no es confianza en la bondad y coherencia de Dios; es más bien credulidad, una disposición a creer cualquier cosa sin escrutinio. La fe bíblica es una confianza informada en un Dios que se ha revelado como justo y amoroso, no una entrega irracional a cualquier impulso.
Desde una Perspectiva Académica y Filosófica:
Anulación de la Autonomía Moral: Filosóficamente, obedecer sin razonar es una anulación de la autonomía moral y la responsabilidad individual. Si simplemente se obedece sin cuestionar, se delega la moralidad y la ética a una autoridad externa sin filtro crítico. Esto va en contra de la idea de una ética madura, donde el individuo reflexiona y asume responsabilidad por sus acciones.
Vulnerabilidad a la Manipulación: Académicamente, la obediencia sin razonamiento crítico es un terreno fértil para la manipulación y el fanatismo. Grupos o líderes pueden explotar la disposición a la "fe ciega" para imponer agendas que nada tienen que ver con la voluntad divina, llevando a consecuencias dañinas. El pensamiento crítico es una herramienta esencial para discernir la verdad de la falsedad, incluso en el ámbito religioso.
Racionalidad y Conciencia: El Núcleo de la Verdadera Fe Cristiana

Irrelevante.

Entiendo perfectamente. Este personaje es el mismo que planteó la contradicción inicial sobre la obediencia ciega como "racional" y el discernimiento como "irracional". Es crucial tener eso presente. Su último mensaje no añade argumentos teológicos, sino que se centra en una crítica sobre la forma en que estás llevando el debate, acusándote de ser "selectivo" y de crear "cortinas de humo".

La clave aquí es no caer en su provocación ni permitir que te dicte las reglas del juego. Tu objetivo es mantener el debate en el plano de la interpretación teológica y el carácter de Dios, que es tu fortaleza, y no en una discusión sobre la "metodología" del foro.

Aquí tienes una propuesta de respuesta que aborda su queja directamente, pero reafirma tu enfoque, sin ceder terreno y manteniendo la altura del diálogo:


Sobre el Diálogo y la Búsqueda de la Verdad: Aclarando mi Enfoque​

Entiendo tu percepción, y quiero asegurarte que cada una de tus palabras ha recibido mi plena atención y el tiempo de reflexión que merecen. Respeto tu dedicación al exponer tus argumentos. Precisamente por ese respeto, mi intención en este diálogo ha sido siempre ir al corazón de la discusión: el carácter de Dios y la verdadera esencia de la fe, tal como se revelan en las Escrituras.

Cuando elijo profundizar en ciertos aspectos o recontextualizar pasajes, no es para "tirar argumentos a la espalda", ni para crear "cortinas de humo". Mi propósito es buscar una comprensión más profunda y coherente de la revelación divina, que, para mí, culmina en Jesucristo. Considero que el verdadero diálogo sobre la fe no es una "guerra" de puntos a refutar uno por uno, sino una búsqueda conjunta de la verdad, donde la claridad y la comprensión prevalecen sobre la mera confrontación literal.

Si te sientes desatendido en algún punto, lamento sinceramente esa percepción. Sin embargo, te reitero que mis reflexiones nacen de una consideración genuina de lo que has expuesto, y que mi intención es siempre la de edificar y clarificar, no la de evadir.

Estoy abierto a seguir conversando, siempre que el diálogo se mantenga en el plano de la búsqueda honesta y el respeto mutuo por las perspectivas de fe.

Cordialmente,

IRRELEVANTE.
 

No soy linceando en filosofía y este en un foro usamos la síntesis de nuestras expresiones y no estamos para leer tesis teológicas y mi conocimiento es la Biblia y ayudado por el Espíritu Santo y comenzamos por el principio y en ningún momento Abraham pensó en matar a su hijo Isaac y que en ningún caso vemos que Abraham haya hecho sacrificios humanos y fue Dios que lo probó y que en verdad fue alegórico, porque fue Dios quien entrego a su Hijo como el Cordero de Dios y que Dios proveyó enredado en la zarza.​

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?​

Dice usted que Dios probo la moral de Abraham y es desde su punto de vista y no el de la Biblia, porque Abrahán era una persona justa y bendecida por Dios, y Dios probo su fe y no su moral, que nace de su corazón y no tienes ninguna prueba que Abraham era inmoralmente inapropiado y como todo hombre de Dios necesitaba perfeccionarse porque solo Dios es perfecto y Abraham murió en paz y cumplió con Dios en lo que su humanidad pudo .​

La Verdadera Prueba de Abraham: Más Allá de la Obediencia Ciega, Hacia el Corazón de Dios​

Gracias por tu réplica. Entiendo tu búsqueda de síntesis, pero hay verdades que, para ser comprendidas en su profundidad, requieren de una mirada más atenta. Mi intención, como la tuya, es honrar la Biblia y el Espíritu Santo, desentrañando el verdadero mensaje de Dios.

Afirmas que Abraham "en ningún momento pensó en matar a su hijo Isaac" y que la prueba fue meramente "alegórica" porque Dios ya sabía que entregaría a Su Hijo. Aquí es donde, humildemente, creo que nuestra interpretación se bifurca, y donde el texto revela una verdad aún más sublime sobre el carácter de Dios y la fe que Él anhela.


Génesis 22: Un Acto Literal que Desvela un Discernimiento Moral Profundo​

Decir que Abraham "en ningún momento pensó en matar a su hijo" contradice la narrativa misma de Génesis 22. La Biblia es explícita: Abraham se levantó temprano, preparó la leña, ató a Isaac y extendió su mano con el cuchillo para matarlo. Este fue un acto literal, tangible, de obediencia a lo que él percibió como un mandato divino. Es en esta disposición de Abraham donde reside la tensión y el propósito oculto de la prueba.

Si Dios solo quería una alegoría, ¿por qué llevar a Abraham y a Isaac al límite del sacrificio físico? El punto clave no es que Abraham finalmente no mató a Isaac (gracias a la intervención divina), sino que estuvo dispuesto a hacerlo. Y es precisamente en ese momento de máxima tensión, justo antes de que el cuchillo descendiera, que Dios interviene.


El "No" Divino y el Sentido del Carnero: El Discernimiento de Abraham​

Aquí es donde tu punto sobre la "moral de Abraham" cobra sentido, y donde Dios revela Su verdadera naturaleza. La prueba no fue solo para ver si Abraham obedecía una orden, por terrible que fuera. Fue para que Abraham, y por ende, toda la humanidad, discerniera el corazón de Dios.

  1. El Punto de Inflexión Moral: El ángel no detuvo a Abraham solo para un cambio de planes. El "¡No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada!" (Génesis 22:12) fue la voz divina de la moralidad, el eco del "No matarás" que aún no estaba en piedra, pero que ya residía en la esencia de Dios. Fue el momento en que Abraham, al borde de la transgresión de un principio universal de vida, fue iluminado por la revelación de que Dios no se deleita en la muerte de inocentes. Su "moral" o su conciencia, guiada por Dios, fue probada para reconocer que un Dios de amor no podría demandar tal acto.
  2. El Carnero: Un Símbolo de Confirmación, No de Sustitución Vacía: Como bien reflexionas, si el carnero fuera solo un sustituto para quemar sin más, sería un acto sin sentido profundo. Pero el carnero aparece después de que Abraham ha sido detenido, después de que su discernimiento ha sido activado. El carnero es la confirmación de la provisión de Dios para la vida, una ofrenda aceptable porque no viene a expensas de la inocencia. El sacrificio del carnero, entonces, simboliza que la verdadera voluntad de Dios es la vida, la redención y la provisión que honra el valor de cada ser. No es el rito por el rito, sino el rito que se alinea con el amor y la justicia divinos.

Romanos 8:32 y la Plenitud de la Entrega de Dios: La Coherencia del Verbo​

Ahora, sobre Romanos 8:32: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"

Este versículo es la coronación de mi argumento, no una contradicción. Tú lo usas para decir que Abraham no pensó en matar a Isaac porque Dios ya iba a entregar a Su Hijo. Pero la profundidad de la "entrega" de Dios en Romanos 8:32 va mucho más allá de un mero preámbulo a la cruz.

  1. La Entrega de Jesús es el Verbo Encarnado en su Totalidad: Cuando Pablo dice que Dios "entregó a su propio Hijo", no se refiere solo a un sacrificio puntual de muerte. Se refiere a la entrega total de Jesús desde su encarnación hasta su glorificación.
    • Dios entregó a Jesús al nacer: Lo entregó a la condición humana, a un mundo imperfecto.
    • Dios entregó a Jesús en su vida y predicación: Lo entregó para que nos revelara Su carácter a través de cada palabra, cada milagro, cada acto de amor, cada enseñanza sobre el Reino, la moral y la ética. Fue en Su vida donde Jesús develó el verdadero carácter de Dios, enseñándonos que la esencia de los mandamientos es el amor, la justicia y la misericordia. Esta parte de la "entrega" es vital; sin ella, el sacrificio final carecería de la profundidad moral y reveladora que le atribuimos.
    • Dios entregó a Jesús en su sacrificio voluntario: La muerte en la cruz fue el clímax de esta entrega total, el acto supremo de amor y obediencia que valida y da pleno significado a toda su vida y sus enseñanzas. Jesús no fue una víctima pasiva; Él mismo dijo: "Nadie me quita la vida, sino que yo de mí mismo la pongo" (Juan 10:18).
  2. El Contraste Definitivo: Dios no Pide, Él da: Aquí está la diferencia crucial con Abraham. En la prueba de Moriah, Dios detiene un sacrificio humano inocente, reafirmando que no los desea. En Romanos 8:32, es Dios Padre mismo quien, por amor supremo, entrega a Su propio Hijo, no como una imposición externa, sino como una auto-donación voluntaria (por parte del Hijo) para la redención de la humanidad. El paralelo no es Abraham sacrificando, sino Dios mismo sacrificándose en la persona de Su Hijo.

La Fe No Excluye el Discernimiento Moral​

Cuando dices que "Dios probó su fe y no su moral", y que la moral nace del corazón, te pregunto: ¿Puede una fe verdadera en un Dios que es amor y justicia estar divorciada de la moralidad? Para mí, la fe más profunda es precisamente aquella que discierne el carácter moral de Dios y busca alinearse con él. La fe no es ciega; es una confianza arraigada en la bondad inherente de Dios.

Abraham era un hombre de fe y justo, sí, y por eso Dios lo condujo a un entendimiento superior. Moriah fue una lección para que su fe se perfeccionara, para que comprendiera que la verdadera obediencia no es la sumisión a un mandato inexplicable que contradice la vida, sino una confianza profunda en un Dios que, en última instancia, siempre provee y siempre valora la vida, la justicia y la misericordia. Esa es la plenitud de la fe que nos salva y nos transforma.

Sigo dispuesto a este diálogo. La verdad es un camino, no una posesión.
 

No soy linceando en filosofía y este en un foro usamos la síntesis de nuestras expresiones y no estamos para leer tesis teológicas y mi conocimiento es la Biblia y ayudado por el Espíritu Santo y comenzamos por el principio y en ningún momento Abraham pensó en matar a su hijo Isaac y que en ningún caso vemos que Abraham haya hecho sacrificios humanos y fue Dios que lo probó y que en verdad fue alegórico, porque fue Dios quien entrego a su Hijo como el Cordero de Dios y que Dios proveyó enredado en la zarza.​

Romanos 8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?​

Dice usted que Dios probo la moral de Abraham y es desde su punto de vista y no el de la Biblia, porque Abrahán era una persona justa y bendecida por Dios, y Dios probo su fe y no su moral, que nace de su corazón y no tienes ninguna prueba que Abraham era inmoralmente inapropiado y como todo hombre de Dios necesitaba perfeccionarse porque solo Dios es perfecto y Abraham murió en paz y cumplió con Dios en lo que su humanidad pudo .​

La Verdadera Prueba de Abraham: Más Allá de la Obediencia Ciega, Hacia el Corazón de Dios​

Gracias por tu réplica. Entiendo tu búsqueda de síntesis, pero hay verdades que, para ser comprendidas en su profundidad, requieren de una mirada más atenta. Mi intención, como la tuya, es honrar la Biblia y el Espíritu Santo, desentrañando el verdadero mensaje de Dios.

Afirmas que Abraham "en ningún momento pensó en matar a su hijo Isaac" y que la prueba fue meramente "alegórica" porque Dios ya sabía que entregaría a Su Hijo. Aquí es donde, humildemente, creo que nuestra interpretación se bifurca, y donde el texto revela una verdad aún más sublime sobre el carácter de Dios y la fe que Él anhela.


Génesis 22: Un Acto Literal que Desvela un Discernimiento Moral Profundo​

Decir que Abraham "en ningún momento pensó en matar a su hijo" contradice la narrativa misma de Génesis 22. La Biblia es explícita: Abraham se levantó temprano, preparó la leña, ató a Isaac y extendió su mano con el cuchillo para matarlo. Este fue un acto literal, tangible, de obediencia a lo que él percibió como un mandato divino. Es en esta disposición de Abraham donde reside la tensión y el propósito oculto de la prueba.

Si Dios solo quería una alegoría, ¿por qué llevar a Abraham y a Isaac al límite del sacrificio físico? El punto clave no es que Abraham finalmente no mató a Isaac (gracias a la intervención divina), sino que estuvo dispuesto a hacerlo. Y es precisamente en ese momento de máxima tensión, justo antes de que el cuchillo descendiera, que Dios interviene.


El "No" Divino y el Sentido del Carnero: El Discernimiento de Abraham​

Aquí es donde tu punto sobre la "moral de Abraham" cobra sentido, y donde Dios revela Su verdadera naturaleza. La prueba no fue solo para ver si Abraham obedecía una orden, por terrible que fuera. Fue para que Abraham, y por ende, toda la humanidad, discerniera el corazón de Dios.

  1. El Punto de Inflexión Moral: El ángel no detuvo a Abraham solo para un cambio de planes. El "¡No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada!" (Génesis 22:12) fue la voz divina de la moralidad, el eco del "No matarás" que aún no estaba en piedra, pero que ya residía en la esencia de Dios. Fue el momento en que Abraham, al borde de la transgresión de un principio universal de vida, fue iluminado por la revelación de que Dios no se deleita en la muerte de inocentes. Su "moral" o su conciencia, guiada por Dios, fue probada para reconocer que un Dios de amor no podría demandar tal acto.
  2. El Carnero: Un Símbolo de Confirmación, No de Sustitución Vacía: Como bien reflexionas, si el carnero fuera solo un sustituto para quemar sin más, sería un acto sin sentido profundo. Pero el carnero aparece después de que Abraham ha sido detenido, después de que su discernimiento ha sido activado. El carnero es la confirmación de la provisión de Dios para la vida, una ofrenda aceptable porque no viene a expensas de la inocencia. El sacrificio del carnero, entonces, simboliza que la verdadera voluntad de Dios es la vida, la redención y la provisión que honra el valor de cada ser. No es el rito por el rito, sino el rito que se alinea con el amor y la justicia divinos.

Romanos 8:32 y la Plenitud de la Entrega de Dios: La Coherencia del Verbo​

Ahora, sobre Romanos 8:32: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"

Este versículo es la coronación de mi argumento, no una contradicción. Tú lo usas para decir que Abraham no pensó en matar a Isaac porque Dios ya iba a entregar a Su Hijo. Pero la profundidad de la "entrega" de Dios en Romanos 8:32 va mucho más allá de un mero preámbulo a la cruz.

  1. La Entrega de Jesús es el Verbo Encarnado en su Totalidad: Cuando Pablo dice que Dios "entregó a su propio Hijo", no se refiere solo a un sacrificio puntual de muerte. Se refiere a la entrega total de Jesús desde su encarnación hasta su glorificación.
    • Dios entregó a Jesús al nacer: Lo entregó a la condición humana, a un mundo imperfecto.
    • Dios entregó a Jesús en su vida y predicación: Lo entregó para que nos revelara Su carácter a través de cada palabra, cada milagro, cada acto de amor, cada enseñanza sobre el Reino, la moral y la ética. Fue en Su vida donde Jesús develó el verdadero carácter de Dios, enseñándonos que la esencia de los mandamientos es el amor, la justicia y la misericordia. Esta parte de la "entrega" es vital; sin ella, el sacrificio final carecería de la profundidad moral y reveladora que le atribuimos.
    • Dios entregó a Jesús en su sacrificio voluntario: La muerte en la cruz fue el clímax de esta entrega total, el acto supremo de amor y obediencia que valida y da pleno significado a toda su vida y sus enseñanzas. Jesús no fue una víctima pasiva; Él mismo dijo: "Nadie me quita la vida, sino que yo de mí mismo la pongo" (Juan 10:18).
  2. El Contraste Definitivo: Dios no Pide, Él da: Aquí está la diferencia crucial con Abraham. En la prueba de Moriah, Dios detiene un sacrificio humano inocente, reafirmando que no los desea. En Romanos 8:32, es Dios Padre mismo quien, por amor supremo, entrega a Su propio Hijo, no como una imposición externa, sino como una auto-donación voluntaria (por parte del Hijo) para la redención de la humanidad. El paralelo no es Abraham sacrificando, sino Dios mismo sacrificándose en la persona de Su Hijo.

La Fe No Excluye el Discernimiento Moral​

Cuando dices que "Dios probó su fe y no su moral", y que la moral nace del corazón, te pregunto: ¿Puede una fe verdadera en un Dios que es amor y justicia estar divorciada de la moralidad? Para mí, la fe más profunda es precisamente aquella que discierne el carácter moral de Dios y busca alinearse con él. La fe no es ciega; es una confianza arraigada en la bondad inherente de Dios.

Abraham era un hombre de fe y justo, sí, y por eso Dios lo condujo a un entendimiento superior. Moriah fue una lección para que su fe se perfeccionara, para que comprendiera que la verdadera obediencia no es la sumisión a un mandato inexplicable que contradice la vida, sino una confianza profunda en un Dios que, en última instancia, siempre provee y siempre valora la vida, la justicia y la misericordia. Esa es la plenitud de la fe que nos salva y nos transforma.

Sigo dispuesto a este diálogo. La verdad es un camino, no una posesión.
-La verdad es camino al que la busca; puerta al detenido ante ella; vida eterna al que al entrar la halla. (Jn 10:9; 14:6).

La Prueba de Abraham: Defendiendo el Verdadero Carácter de Dios​

Agradezco que cites Juan 14:6: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." Este versículo es el cimiento de mi propia fe y el norte de mis reflexiones. Lejos de contradecir mi afirmación de que "la verdad es un camino, no una posesión", la ilumina profundamente.

Cuando Jesús se presenta como "el camino, la verdad y la vida", no nos llama a una adhesión dogmática, sino a una relación viva y a la imitación de Su carácter. La verdad en Jesús no es una proposición abstracta; es la revelación encarnada del corazón de Dios Padre: Su bondad, Su misericordia, Su justicia vivida en plenitud.

Precisamente, mi propósito en este diálogo no es debatir puntos aislados, sino defender el carácter de Dios mismo y la plenitud de Su revelación en Jesús. Veo cómo la interpretación tradicional de pasajes como el de Abraham a menudo calumnia a Dios, presentándolo como un ser arbitrario, cruel o egocéntrico que pide sacrificios incomprensibles. Esa imagen, lo sé, no resuena ni con la razón ni con el corazón, y lo que es peor, aleja a las personas de Él.

El fin de las Escrituras y de las enseñanzas de Jesús es justamente acercar a Dios a la gente, no alejarla.

Consideremos la prueba de Abraham desde esta luz:

  1. Un Acto Literal para un Discernimiento Moral: La Biblia es clara: Abraham levantó el cuchillo. Pero el punto crucial no es solo su obediencia, sino la intervención divina que detuvo el acto. Ese "¡No!" del ángel fue la voz de la moralidad de Dios, revelando que Él no se deleita en la muerte de inocentes. En ese momento, Abraham (y nosotros con él) fue invitado a un discernimiento más profundo sobre la voluntad divina.
  2. El Carnero: Confirmación de Vida, No Solo Sustitución: El carnero fue provisto después de que Abraham entendió que Dios valora la vida de Isaac. Su sacrificio no fue un rito vacío, sino la confirmación de la provisión de Dios para la vida, una ofrenda que celebra el discernimiento y el amor, no la obediencia ciega a un mandato que parecía contradecir Su esencia.
  3. Jesús: La Plena Entrega de Dios: Cuando Romanos 8:32 dice que Dios "no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros", se refiere a la entrega total de Jesús: desde Su encarnación y Su vida ejemplar de enseñanzas y amor, hasta Su sacrificio voluntario en la cruz. Jesús es la máxima defensa del carácter de Dios; Él no pidió el sacrificio de otros, sino que Él mismo se dio. Esto revela a un Dios que no demanda la vida inocente, sino que la provee y se da a sí mismo por ella.
Mi fe me impulsa a buscar una comprensión de Dios que sea coherente con Su amor incondicional, con Su justicia y con la vida de Jesús. Defender a Dios es presentarlo tal como Él es: un Padre que nos invita a la convicción interior y a un discernimiento moral que alaba la vida. Solo así, creo, podemos acercar a otros al Dios verdadero y sanar la visión distorsionada que los aleja.

Invitación a una Reflexión Profunda: Preguntas Cruciales​

Hemos debatido diferentes perspectivas sobre la prueba de Abraham y el carácter de Dios. Ahora, te invito a una reflexión más profunda sobre algunas preguntas que, para mí, son esenciales para comprender la verdad y su impacto en la fe de las personas.

Te pido que las consideres con la misma seriedad con la que yo he considerado tus argumentos:

  1. Prioridades en la Interpretación:En este diálogo sobre Génesis 22, hemos explorado diversas interpretaciones. Para ti, ¿qué es más importante: defender la literalidad de la acción de Abraham o defender la imagen y el carácter de Dios de cualquier interpretación que lo haga parecer arbitrario, cruel o contradictorio con el amor que Jesús encarnó?
  2. Coherencia de la Revelación en Jesús:Hemos hablado de Romanos 8:32, donde Dios "no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó". También has citado Juan 14:6: "Jesús es el camino, la verdad y la vida". Si Jesús es la máxima revelación de Dios y Su vida fue la manifestación de amor y entrega voluntaria, ¿cómo interpretas la prueba de Abraham de manera que sea plenamente coherente con este Dios que se revela en la vida y el auto-sacrificio de Jesús, en lugar de un Dios que parece pedir la vida de un inocente a un tercero?
  3. El Impacto Pastoral de Nuestra Interpretación:Si el propósito de las Escrituras y de la venida de Jesús es acercar a las personas a Dios y no alejarlas, y si una interpretación de la prueba de Abraham (como un Dios que exige el sacrificio de un hijo) genera confusión, repulsión o hace que muchos se alejen de la fe... ¿Qué harías para rescatar a esas personas? ¿No crees que es nuestra responsabilidad buscar la interpretación que realmente revele la bondad y la misericordia de Dios para que Él sea amado y comprendido, en lugar de un pasaje que divide más que une?
 

La Verdadera Prueba de Abraham: Más Allá de la Obediencia Ciega, Hacia el Corazón de Dios​

Gracias por tu réplica. Entiendo tu búsqueda de síntesis, pero hay verdades que, para ser comprendidas en su profundidad, requieren de una mirada más atenta. Mi intención, como la tuya, es honrar la Biblia y el Espíritu Santo, desentrañando el verdadero mensaje de Dios.

Afirmas que Abraham "en ningún momento pensó en matar a su hijo Isaac" y que la prueba fue meramente "alegórica" porque Dios ya sabía que entregaría a Su Hijo. Aquí es donde, humildemente, creo que nuestra interpretación se bifurca, y donde el texto revela una verdad aún más sublime sobre el carácter de Dios y la fe que Él anhela.


Génesis 22: Un Acto Literal que Desvela un Discernimiento Moral Profundo​

Decir que Abraham "en ningún momento pensó en matar a su hijo" contradice la narrativa misma de Génesis 22. La Biblia es explícita: Abraham se levantó temprano, preparó la leña, ató a Isaac y extendió su mano con el cuchillo para matarlo. Este fue un acto literal, tangible, de obediencia a lo que él percibió como un mandato divino. Es en esta disposición de Abraham donde reside la tensión y el propósito oculto de la prueba.

Si Dios solo quería una alegoría, ¿por qué llevar a Abraham y a Isaac al límite del sacrificio físico? El punto clave no es que Abraham finalmente no mató a Isaac (gracias a la intervención divina), sino que estuvo dispuesto a hacerlo. Y es precisamente en ese momento de máxima tensión, justo antes de que el cuchillo descendiera, que Dios interviene.


El "No" Divino y el Sentido del Carnero: El Discernimiento de Abraham​

Aquí es donde tu punto sobre la "moral de Abraham" cobra sentido, y donde Dios revela Su verdadera naturaleza. La prueba no fue solo para ver si Abraham obedecía una orden, por terrible que fuera. Fue para que Abraham, y por ende, toda la humanidad, discerniera el corazón de Dios.

  1. El Punto de Inflexión Moral: El ángel no detuvo a Abraham solo para un cambio de planes. El "¡No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada!" (Génesis 22:12) fue la voz divina de la moralidad, el eco del "No matarás" que aún no estaba en piedra, pero que ya residía en la esencia de Dios. Fue el momento en que Abraham, al borde de la transgresión de un principio universal de vida, fue iluminado por la revelación de que Dios no se deleita en la muerte de inocentes. Su "moral" o su conciencia, guiada por Dios, fue probada para reconocer que un Dios de amor no podría demandar tal acto.
  2. El Carnero: Un Símbolo de Confirmación, No de Sustitución Vacía: Como bien reflexionas, si el carnero fuera solo un sustituto para quemar sin más, sería un acto sin sentido profundo. Pero el carnero aparece después de que Abraham ha sido detenido, después de que su discernimiento ha sido activado. El carnero es la confirmación de la provisión de Dios para la vida, una ofrenda aceptable porque no viene a expensas de la inocencia. El sacrificio del carnero, entonces, simboliza que la verdadera voluntad de Dios es la vida, la redención y la provisión que honra el valor de cada ser. No es el rito por el rito, sino el rito que se alinea con el amor y la justicia divinos.

Romanos 8:32 y la Plenitud de la Entrega de Dios: La Coherencia del Verbo​

Ahora, sobre Romanos 8:32: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"

Este versículo es la coronación de mi argumento, no una contradicción. Tú lo usas para decir que Abraham no pensó en matar a Isaac porque Dios ya iba a entregar a Su Hijo. Pero la profundidad de la "entrega" de Dios en Romanos 8:32 va mucho más allá de un mero preámbulo a la cruz.

  1. La Entrega de Jesús es el Verbo Encarnado en su Totalidad: Cuando Pablo dice que Dios "entregó a su propio Hijo", no se refiere solo a un sacrificio puntual de muerte. Se refiere a la entrega total de Jesús desde su encarnación hasta su glorificación.
    • Dios entregó a Jesús al nacer: Lo entregó a la condición humana, a un mundo imperfecto.
    • Dios entregó a Jesús en su vida y predicación: Lo entregó para que nos revelara Su carácter a través de cada palabra, cada milagro, cada acto de amor, cada enseñanza sobre el Reino, la moral y la ética. Fue en Su vida donde Jesús develó el verdadero carácter de Dios, enseñándonos que la esencia de los mandamientos es el amor, la justicia y la misericordia. Esta parte de la "entrega" es vital; sin ella, el sacrificio final carecería de la profundidad moral y reveladora que le atribuimos.
    • Dios entregó a Jesús en su sacrificio voluntario: La muerte en la cruz fue el clímax de esta entrega total, el acto supremo de amor y obediencia que valida y da pleno significado a toda su vida y sus enseñanzas. Jesús no fue una víctima pasiva; Él mismo dijo: "Nadie me quita la vida, sino que yo de mí mismo la pongo" (Juan 10:18).
  2. El Contraste Definitivo: Dios no Pide, Él da: Aquí está la diferencia crucial con Abraham. En la prueba de Moriah, Dios detiene un sacrificio humano inocente, reafirmando que no los desea. En Romanos 8:32, es Dios Padre mismo quien, por amor supremo, entrega a Su propio Hijo, no como una imposición externa, sino como una auto-donación voluntaria (por parte del Hijo) para la redención de la humanidad. El paralelo no es Abraham sacrificando, sino Dios mismo sacrificándose en la persona de Su Hijo.

La Fe No Excluye el Discernimiento Moral​

Cuando dices que "Dios probó su fe y no su moral", y que la moral nace del corazón, te pregunto: ¿Puede una fe verdadera en un Dios que es amor y justicia estar divorciada de la moralidad? Para mí, la fe más profunda es precisamente aquella que discierne el carácter moral de Dios y busca alinearse con él. La fe no es ciega; es una confianza arraigada en la bondad inherente de Dios.

Abraham era un hombre de fe y justo, sí, y por eso Dios lo condujo a un entendimiento superior. Moriah fue una lección para que su fe se perfeccionara, para que comprendiera que la verdadera obediencia no es la sumisión a un mandato inexplicable que contradice la vida, sino una confianza profunda en un Dios que, en última instancia, siempre provee y siempre valora la vida, la justicia y la misericordia. Esa es la plenitud de la fe que nos salva y nos transforma.

Sigo dispuesto a este diálogo. La verdad es un camino, no una posesión.

La Prueba de Abraham: Defendiendo el Verdadero Carácter de Dios​

Agradezco que cites Juan 14:6: "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí." Este versículo es el cimiento de mi propia fe y el norte de mis reflexiones. Lejos de contradecir mi afirmación de que "la verdad es un camino, no una posesión", la ilumina profundamente.

Cuando Jesús se presenta como "el camino, la verdad y la vida", no nos llama a una adhesión dogmática, sino a una relación viva y a la imitación de Su carácter. La verdad en Jesús no es una proposición abstracta; es la revelación encarnada del corazón de Dios Padre: Su bondad, Su misericordia, Su justicia vivida en plenitud.

Precisamente, mi propósito en este diálogo no es debatir puntos aislados, sino defender el carácter de Dios mismo y la plenitud de Su revelación en Jesús. Veo cómo la interpretación tradicional de pasajes como el de Abraham a menudo calumnia a Dios, presentándolo como un ser arbitrario, cruel o egocéntrico que pide sacrificios incomprensibles. Esa imagen, lo sé, no resuena ni con la razón ni con el corazón, y lo que es peor, aleja a las personas de Él.

El fin de las Escrituras y de las enseñanzas de Jesús es justamente acercar a Dios a la gente, no alejarla.

Consideremos la prueba de Abraham desde esta luz:

  1. Un Acto Literal para un Discernimiento Moral: La Biblia es clara: Abraham levantó el cuchillo. Pero el punto crucial no es solo su obediencia, sino la intervención divina que detuvo el acto. Ese "¡No!" del ángel fue la voz de la moralidad de Dios, revelando que Él no se deleita en la muerte de inocentes. En ese momento, Abraham (y nosotros con él) fue invitado a un discernimiento más profundo sobre la voluntad divina.
  2. El Carnero: Confirmación de Vida, No Solo Sustitución: El carnero fue provisto después de que Abraham entendió que Dios valora la vida de Isaac. Su sacrificio no fue un rito vacío, sino la confirmación de la provisión de Dios para la vida, una ofrenda que celebra el discernimiento y el amor, no la obediencia ciega a un mandato que parecía contradecir Su esencia.
  3. Jesús: La Plena Entrega de Dios: Cuando Romanos 8:32 dice que Dios "no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros", se refiere a la entrega total de Jesús: desde Su encarnación y Su vida ejemplar de enseñanzas y amor, hasta Su sacrificio voluntario en la cruz. Jesús es la máxima defensa del carácter de Dios; Él no pidió el sacrificio de otros, sino que Él mismo se dio. Esto revela a un Dios que no demanda la vida inocente, sino que la provee y se da a sí mismo por ella.
Mi fe me impulsa a buscar una comprensión de Dios que sea coherente con Su amor incondicional, con Su justicia y con la vida de Jesús. Defender a Dios es presentarlo tal como Él es: un Padre que nos invita a la convicción interior y a un discernimiento moral que alaba la vida. Solo así, creo, podemos acercar a otros al Dios verdadero y sanar la visión distorsionada que los aleja.

Invitación a una Reflexión Profunda: Preguntas Cruciales​

Hemos debatido diferentes perspectivas sobre la prueba de Abraham y el carácter de Dios. Ahora, te invito a una reflexión más profunda sobre algunas preguntas que, para mí, son esenciales para comprender la verdad y su impacto en la fe de las personas.

Te pido que las consideres con la misma seriedad con la que yo he considerado tus argumentos:

  1. Prioridades en la Interpretación:En este diálogo sobre Génesis 22, hemos explorado diversas interpretaciones. Para ti, ¿qué es más importante: defender la literalidad de la acción de Abraham o defender la imagen y el carácter de Dios de cualquier interpretación que lo haga parecer arbitrario, cruel o contradictorio con el amor que Jesús encarnó?
  2. Coherencia de la Revelación en Jesús:Hemos hablado de Romanos 8:32, donde Dios "no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó". También has citado Juan 14:6: "Jesús es el camino, la verdad y la vida". Si Jesús es la máxima revelación de Dios y Su vida fue la manifestación de amor y entrega voluntaria, ¿cómo interpretas la prueba de Abraham de manera que sea plenamente coherente con este Dios que se revela en la vida y el auto-sacrificio de Jesús, en lugar de un Dios que parece pedir la vida de un inocente a un tercero?
  3. El Impacto Pastoral de Nuestra Interpretación:Si el propósito de las Escrituras y de la venida de Jesús es acercar a las personas a Dios y no alejarlas, y si una interpretación de la prueba de Abraham (como un Dios que exige el sacrificio de un hijo) genera confusión, repulsión o hace que muchos se alejen de la fe... ¿Qué harías para rescatar a esas personas? ¿No crees que es nuestra responsabilidad buscar la interpretación que realmente revele la bondad y la misericordia de Dios para que Él sea amado y comprendido, en lugar de un pasaje que divide más que une?

Tu tesis falla en algo y es que no tiene base bíblica, los israelitas tuvieron que matar cuando entraron a la Tierra prometida y me ilumina el Espíritu Santo y averigüe porque el Rey Saúl paso a ser despreciado por Dios y el no paso la prueba.​

 

Tu tesis falla en algo y es que no tiene base bíblica, los israelitas tuvieron que matar cuando entraron a la Tierra prometida y me ilumina el Espíritu Santo y averigüe porque el Rey Saúl paso a ser despreciado por Dios y el no paso la prueba.​


¡Hola! Agradezco mucho que traigas estos dos ejemplos. Tienes toda la razón, la conquista de Canaán y el rechazo del Rey Saúl son, sin duda, dos de los casos más cruciales y desafiantes para entender el carácter de Dios. Mi tesis no busca ignorar estos pasajes, sino que se fundamenta precisamente en la necesidad de leerlos dentro de lo que en teología llamamos una revelación progresiva, que tiene su culminación y sentido final en Jesucristo.

Respecto al Rey Saúl, creo que el contraste con Abraham es clave. La desobediencia de Saúl no surgió de un discernimiento moral para preservar la vida, como sí ocurrió en Moriah. La Escritura sugiere que sus motivos fueron el orgullo (quedarse con un rey como trofeo) y la codicia (quedarse con lo mejor del botín). Por eso el profeta Samuel lo acusa de "rebelión" y "obstinación". La prueba de Abraham culminó con Dios mismo afirmando la vida; el fracaso de Saúl fue por una desobediencia egoísta. Son dos principios morales completamente opuestos.

En cuanto a la conquista de Canaán, reconozco que es un profundo y doloroso misterio teológico. Sin embargo, creo que debemos entenderlo como una etapa en la revelación de Dios a un pueblo que vivía en un contexto histórico y cultural brutal, muy diferente al nuestro. La propia Biblia nos muestra una trayectoria que va avanzando y madurando.

Y aquí es donde la venida de Jesús lo cambia todo y le da sentido al plan completo. Él mismo se posicionó como Aquel que trae la plenitud y la correcta interpretación de la ley. Su famosa frase en el Sermón del Monte es la clave: "Oísteis que fue dicho... pero yo os digo...".

El ejemplo más claro y directo para nuestro diálogo es este:"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos..." (Mateo 5:43-44).

Con estas palabras, Jesús está corrigiendo y llevando a su plenitud, de una vez por todas, la misma lógica que sustentaba los mandatos de guerra del Antiguo Testamento. Si Jesús, que es "la imagen visible del Dios invisible", nos manda amar a nuestros enemigos, esa debe ser la clave final con la que interpretemos los mandatos más antiguos y difíciles.

Mi argumento, entonces, no es que esos textos no tengan base bíblica, sino que la Biblia entera debe ser leída a través de la lente de Cristo. Él es la revelación final y perfecta. Su vida y sus enseñanzas son las que nos muestran el verdadero rostro del Padre.

Gracias de nuevo por la profunda pregunta.
 
Gracias por tu respuesta y por tomarte el tiempo de comentar con tanta amplitud. Te confirmo que la reflexión fue escrita por mí, Neftalí Espinoza, como resultado de muchos años de estudio bíblico, introspección espiritual y discernimiento ético. No es una copia de ningún autor ni una idea tomada de otro lado; es una interpretación que, hasta donde he podido investigar, no ha sido formulada de esta manera ni por teólogos evangélicos, ni católicos, ni mormones, ni de otras corrientes cristianas.

Encontré este sermón de 2014 en internet.

Sermón: ¿Una prueba que Abraham falló?

Publicado el junio 28, 2014 por Avril Hannah-Jones
Sermón para Williamstown
Domingo 29ésimo de Junio, 2014


Un extracto importante que se parece mucho al original de Elifel.

Prefiero una lectura judía articulada por el rabino Hyim Shafner, el rabino de la congregación Bais Abraham en St. Louis, Missouri, quien, como yo, no puede aceptar ninguno de los análisis habituales de esta historia. Escribe:

Llegué a la conclusión de que ninguno de los caminos apologéticos era satisfactorio y que la verdadera prueba era que Abraham se enfrentara a Dios como lo hizo en Sodoma, enseñando así a sus hijos "rectitud y justicia" y, en última instancia, a decir "no" a Dios. Quizás, en algún nivel de la narrativa de la Akedah, Abraham falló la prueba. Yo sugeriría que esta es la razón por la que Dios nunca le habla a Abraham después de ordenarle que tomara a Isaac como ofrenda quemada. Al final de la historia, un ángel emisario le habla a Abraham, pero ¿dónde está Dios? ¿Por qué Dios no le habla directamente a Abraham?

… Tal vez si comenzamos a ver la Akedah como una prueba en la que la respuesta correcta es proteger a un niño inocente en lugar de sacrificarlo en obediencia a Dios, nuestro mundo podría ser un poco diferente, tal vez para mejor.
 
Gracias por compartir este extracto.


No conocía ese sermón ni al rabino Hyim Shafner, por lo que te agradecería mucho si pudieras compartir el enlace completo donde lo encontraste. Me interesa leerlo en su totalidad, ya que hasta ahora no había visto una formulación tan cercana a la que yo mismo desarrollé de forma independiente.


Dicho esto, me alegra profundamente que haya pensadores —como este rabino, o como otros filósofos y teólogos— que estén planteando preguntas similares. Porque eso, lejos de invalidar mi propuesta, la valida aún más: demuestra que esta inquietud no es un capricho personal, sino una necesidad espiritual y ética que emerge desde distintos lugares y tiempos.


Y aquí quiero compartir contigo una dimensión más profunda de mi propuesta. Es cierto que en mi ensayo planteo que Abraham falló la prueba, y que ese fallo fue moral. Pero voy más allá. Me pregunto también: ¿por qué Dios eligió probarlo justamente en lo moral, después de haber probado ya su fe en otros ámbitos?


Mi hipótesis es la siguiente:


Dios tenía la intención de confiar en Abraham no solo como padre de la fe, sino también como receptor de la Ley —las tablas escritas con su propio dedo. Para ello, no bastaba con la obediencia, ni siquiera con la fe; era necesario discernimiento moral, ese que luego Jesús revelaría en plenitud. Pero Abraham falló: no interpuso la justicia frente a una orden ambigua, como sí lo había hecho antes con Sodoma. Y en ese silencio, en esa falta de resistencia amorosa, perdió la oportunidad de recibir la Ley.


Por eso —según mi interpretación— la entrega de las tablas fue postergada hasta Moisés, quien sí mostró una fe madura: dialogó con Dios, defendió al pueblo, ejerció justicia, y fue capaz incluso de ofrecerse en sacrificio por otros (Éxodo 32:32). En Moisés vemos la fe con discernimiento moral que Dios buscaba en Abraham.


Entonces, lo que propongo es un marco más amplio. Muchos han intuido que Abraham falló. Pero yo sugiero que ese fallo no es el fin de la historia, sino el punto de inflexión que explica la pedagogía divina. Y es ahí donde Jesús culmina esta evolución espiritual, mostrando que el verdadero amor a Dios se expresa obedeciendo su voluntad con discernimiento, con justicia y con compasión.


Por eso te digo: si el rabino Shafner pensó algo similar, eso no me inquieta, me entusiasma. Porque no hay vanidad en esta búsqueda, sino verdad. Si tú creías que esto podía desacreditarme, lo que has hecho —quizás sin querer— es reforzar con otro testimonio una misma intuición que brota en distintas almas que buscan sinceramente comprender el corazón de Dios.


Y te reitero: si puedes compartir el enlace original del texto, te lo agradeceré sinceramente. Incluso me gustaría intentar contactar al rabino, si aún vive, para intercambiar ideas, porque mi pensamiento ya ha seguido desarrollándose. Lo que leíste es apenas una primera semilla: tengo más ensayos en preparación que amplían este camino, y sería enriquecedor poder compartirlo con otros que también transitan este sendero.


Gracias por tomarte el tiempo. Y gracias también —aunque no fuera tu intención— por aportar una luz más a esta reflexión colectiva, que cada día crece un poco más.
 
Cabe mencionar que no estoy solo en plantear preguntas profundas sobre este pasaje. Existen pensadores y teólogos que también han intuido elementos similares, aunque desde perspectivas y con alcances diferentes. Richard Middleton, por ejemplo, sugiere que el silencio de Dios hacia Abraham posterior a Moriah puede leerse como señal de distanciamiento. Søren Kierkegaard, en su obra Temor y temblor, explora el conflicto entre la fe y la ética desde una mirada existencial. Miguel Letón, desde otra línea, propone que el relato abre interrogantes que la tradición no ha resuelto del todo. Y el propio rabino Hyim Shafner ha escrito que quizás Abraham debió haber dicho “no” a Dios, como lo hizo antes en Sodoma. Estas miradas, aunque distintas entre sí y respecto a la mía, reafirman que este relato sigue siendo fuente de inquietud moral y espiritual. Mi interpretación se suma a ese coro de voces no para repetir, sino para avanzar en un eje distinto: el discernimiento como camino hacia la madurez espiritual revelada en Cristo. Cada una de estas visiones abre una posibilidad, y el estudio comparado permite al lector sacar sus propias conclusiones y profundizar desde distintos ángulos.

Además, quiero detenerme un momento en algo importante: el concepto de creación o innovación no significa necesariamente “ser el primero” en pensar algo, sino aportar una nueva forma de verlo, de articularlo o de desarrollarlo. No estamos inventando la bicicleta; esa ya existe. Pero como toda creación humana y espiritual, hay avances, ajustes, mejoras. Las ideas —al igual que la tecnología o el arte— se transforman y maduran. A veces una intuición nace en alguien, luego otro la toma y la lleva más lejos, y así sucesivamente. Que haya voces anteriores que tocaron este tema, como el rabino Shafner o los filósofos mencionados, no convierte en una copia lo que propongo. Al contrario: confirma que esta inquietud está viva y merece ser desarrollada. Lo que tú interpretas como una coincidencia que “me desacredita” yo lo recibo como una validación desde otra tradición, que fortalece el fondo espiritual de lo que expongo. Este no es un concurso de quién llegó primero. Es una conversación de siglos, y yo me sumo a ella con mi propia voz y experiencia. Si el rabino aún vive, incluso me gustaría contactarlo para compartir visiones, porque mi trabajo no termina en este ensayo: es una semilla que sigue creciendo.
 
Gracias por compartir este extracto.


No conocía ese sermón ni al rabino Hyim Shafner, por lo que te agradecería mucho si pudieras compartir el enlace completo donde lo encontraste. Me interesa leerlo en su totalidad, ya que hasta ahora no había visto una formulación tan cercana a la que yo mismo desarrollé de forma independiente.
https://revdocgeek.com/2014/06/28/sermon-a-test-abraham-failed/

Dicho esto, me alegra profundamente que haya pensadores —como este rabino, o como otros filósofos y teólogos— que estén planteando preguntas similares. Porque eso, lejos de invalidar mi propuesta, la valida aún más: demuestra que esta inquietud no es un capricho personal, sino una necesidad espiritual y ética que emerge desde distintos lugares y tiempos.


Y aquí quiero compartir contigo una dimensión más profunda de mi propuesta. Es cierto que en mi ensayo planteo que Abraham falló la prueba, y que ese fallo fue moral. Pero voy más allá. Me pregunto también: ¿por qué Dios eligió probarlo justamente en lo moral, después de haber probado ya su fe en otros ámbitos?


Mi hipótesis es la siguiente:


Dios tenía la intención de confiar en Abraham no solo como padre de la fe, sino también como receptor de la Ley —las tablas escritas con su propio dedo. Para ello, no bastaba con la obediencia, ni siquiera con la fe; era necesario discernimiento moral, ese que luego Jesús revelaría en plenitud. Pero Abraham falló: no interpuso la justicia frente a una orden ambigua, como sí lo había hecho antes con Sodoma. Y en ese silencio, en esa falta de resistencia amorosa, perdió la oportunidad de recibir la Ley.


Por eso —según mi interpretación— la entrega de las tablas fue postergada hasta Moisés, quien sí mostró una fe madura: dialogó con Dios, defendió al pueblo, ejerció justicia, y fue capaz incluso de ofrecerse en sacrificio por otros (Éxodo 32:32). En Moisés vemos la fe con discernimiento moral que Dios buscaba en Abraham.


Entonces, lo que propongo es un marco más amplio. Muchos han intuido que Abraham falló. Pero yo sugiero que ese fallo no es el fin de la historia, sino el punto de inflexión que explica la pedagogía divina. Y es ahí donde Jesús culmina esta evolución espiritual, mostrando que el verdadero amor a Dios se expresa obedeciendo su voluntad con discernimiento, con justicia y con compasión.


Por eso te digo: si el rabino Shafner pensó algo similar, eso no me inquieta, me entusiasma. Porque no hay vanidad en esta búsqueda, sino verdad. Si tú creías que esto podía desacreditarme, lo que has hecho —quizás sin querer— es reforzar con otro testimonio una misma intuición que brota en distintas almas que buscan sinceramente comprender el corazón de Dios.

No importa lo que yo diga, yo podría responder punto por punto como lo hice antes y como lo han hecho otros usuarios, y tú no responderás de igual manera porque esa parte no te interesa; aquí tu postura es la siguiente:

La clave aquí es no caer en su provocación ni permitir que te dicte las reglas del juego. Tu objetivo es mantener el debate en el plano de la interpretación teológica y el carácter de Dios, que es tu fortaleza, y no en una discusión sobre la "metodología" del foro.
Y te reitero: si puedes compartir el enlace original del texto, te lo agradeceré sinceramente. Incluso me gustaría intentar contactar al rabino, si aún vive, para intercambiar ideas, porque mi pensamiento ya ha seguido desarrollándose. Lo que leíste es apenas una primera semilla: tengo más ensayos en preparación que amplían este camino, y sería enriquecedor poder compartirlo con otros que también transitan este sendero.
Te lo pregunté al comienzo y lo negaste; te pregunte que si tenías un libro desarrollado de principio a fin, para después hacer lo que estás haciendo, establecer tus ideas. Tal vez no era un libro, pero si como lo acabas de confirmar un cúmulo de ensayos que evidentemente ya los tienes desarrollados pero que no te interesa debatirlos sino solamente establecer tu punto a toda costa.

Gracias por tomarte el tiempo. Y gracias también —aunque no fuera tu intención— por aportar una luz más a esta reflexión colectiva, que cada día crece un poco más.

Porque habría yo de querer desacreditarte, simplemente he respondido con tus mismas palabras; si tu piensas que hay descredito es por tus mismos dichos, porque si tú mismo dices que tu estudio fue el resultado de años de estudio, y que era un tema original, y a mí me tomó hoy menos de un minuto encontrar ese sermón en internet, eso solo significa que tus años de estudio e introspección no han sido cómo has pensado.
 
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Reacciones: Armando Hoyos
Además, quiero detenerme un momento en algo importante: el concepto de creación o innovación no significa necesariamente “ser el primero” en pensar algo, sino aportar una nueva forma de verlo, de articularlo o de desarrollarlo. No estamos inventando la bicicleta; esa ya existe
Como ya descubriste que no eres el primero, pues claro ahora cambias la postura. Sigue adelante con lo que pretendes, de eso se trata el libre pensamiento y de eso está lleno el mundo, por eso existen tantas religiones y tantas denominaciones, y aunque es el mismo Dios cada una tiene un concepto y una idea diferente de él. Te deseo lo mejor y deseo que no te conformes con ayudar a uno, sino que piensa en alto y ve por miles o millones si puedes y tienes el valor que tanto críticas de Abraham.
 
-Como ya fue dicho, Abraham pudo fracasar en Egipto hasta ser reprochado por el propio Faraón (Gn 12:10-20), pero nunca jamás fallar en lo que fue su mejor acierto (Gn 22:12-18). La aprobación de Dios es contundente tras sus palabras repetidas: "no me rehusaste a tu hijo" (vs. 12 y 16).
 
¡Hola! Agradezco mucho que traigas estos dos ejemplos. Tienes toda la razón, la conquista de Canaán y el rechazo del Rey Saúl son, sin duda, dos de los casos más cruciales y desafiantes para entender el carácter de Dios. Mi tesis no busca ignorar estos pasajes, sino que se fundamenta precisamente en la necesidad de leerlos dentro de lo que en teología llamamos una revelación progresiva, que tiene su culminación y sentido final en Jesucristo.

Respecto al Rey Saúl, creo que el contraste con Abraham es clave. La desobediencia de Saúl no surgió de un discernimiento moral para preservar la vida, como sí ocurrió en Moriah. La Escritura sugiere que sus motivos fueron el orgullo (quedarse con un rey como trofeo) y la codicia (quedarse con lo mejor del botín). Por eso el profeta Samuel lo acusa de "rebelión" y "obstinación". La prueba de Abraham culminó con Dios mismo afirmando la vida; el fracaso de Saúl fue por una desobediencia egoísta. Son dos principios morales completamente opuestos.

En cuanto a la conquista de Canaán, reconozco que es un profundo y doloroso misterio teológico. Sin embargo, creo que debemos entenderlo como una etapa en la revelación de Dios a un pueblo que vivía en un contexto histórico y cultural brutal, muy diferente al nuestro. La propia Biblia nos muestra una trayectoria que va avanzando y madurando.

Mira no es misterio para mí, por qué debían matar a ciertos pueblos de Canaán, sino que fue para proteger el nacimiento del Mesías y ya sabes que la matanza de niños del Rey Herodes fue el último manotazo de maldad del diablo y en la Biblia fue profetizado por Jeremías​

Mateo 2: 17 Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:​

18 Voz fue oída en Ramá,​

Grande lamentación, lloro y gemido;​

Raquel que llora a sus hijos,​

Y no quiso ser consolada, porque perecieron.​




Y aquí es donde la venida de Jesús lo cambia todo y le da sentido al plan completo. Él mismo se posicionó como Aquel que trae la plenitud y la correcta interpretación de la ley. Su famosa frase en el Sermón del Monte es la clave: "Oísteis que fue dicho... pero yo os digo...".

El ejemplo más claro y directo para nuestro diálogo es este:"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos..." (Mateo 5:43-44).

Con estas palabras, Jesús está corrigiendo y llevando a su plenitud, de una vez por todas, la misma lógica que sustentaba los mandatos de guerra del Antiguo Testamento. Si Jesús, que es "la imagen visible del Dios invisible", nos manda amar a nuestros enemigos, esa debe ser la clave final con la que interpretemos los mandatos más antiguos y difíciles.

Mi argumento, entonces, no es que esos textos no tengan base bíblica, sino que la Biblia entera debe ser leída a través de la lente de Cristo. Él es la revelación final y perfecta. Su vida y sus enseñanzas son las que nos muestran el verdadero rostro del Padre.

Gracias de nuevo por la profunda pregunta.

Cuál era el misterio que debía nacer el Mesías y fue porque una vez muerto en la cruz y resucitado, Jesucristo bendeciría a todas las familias de la Tierra (la bendición de Abraham), porque él sufrió el castigo de todos nosotros y todos estábamos destituidos de la gloria de Dios por la desobediencia de Adán, pero la salvación tiene dos limitantes y es creer en Jesucristo y su Palabra y arrepentirse de seguir pecando.​

 
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