Salmo51: Nuestra muerte y resurrección no es la misma que la muerte de Cristo y su resurrección.
Ibero: ¿Y esto qué quiere decir?
Nuestra muerte es merecida y es el juicio por el pecado. Aunque muramos de un infarto o nos maten.
La de Cristo es injusta. El no muere por sus pecados sino que lo sacrifican los sacerdotes.
Nuestra resurreción implica una nueva creación.
Lo que te estoy diciendo establece una distinción teológica necesaria pero poco discutida.
La resurrección de Cristo no es equivalente a la nuestra, porque Cristo no muere como un hombre corrupto, ni resucita como una nueva criatura, sino que muere justo y resucita justo, sin transformación interna, porque en Él no había pecado.
Son esencialmente distintas.
Nosotros morimos por causa del pecado (Romanos 6:23), es decir, morimos porque estábamos bajo corrupción.
Y cuando resucitamos (1 Corintios 15:42-44), lo hacemos como nuevas criaturas (2 Corintios 5:17), dejando atrás lo viejo. Es decir que morimos corruptos y resucitamos incorruptibles.
Cristo, en cambio, no murió por Su pecado, sino por el nuestro (1 Pedro 3:18).
No hubo corrupción en él (Hechos 2:27), y por eso la muerte no lo pudo retener (Hechos 2:24).
Es decir que él murió incorruptible y resucitó incorruptible.
Cristo no necesitó nacer de nuevo, porque nació ya como el Hombre nuevo, como un postrer Adán (1 Corintios 15:45). En él no hubo pecado, ni sombra de corrupción (Hebreos 4:15), por lo tanto, su muerte no fue castigo por alguna culpa personal, sino por un acto redentor.
Nuestra resurrección implica una transformación. La suya, no.
Nosotros necesitamos morir para que la vieja criatura sea destruida.
Cristo muere sin haber sido parte de esa criatura vieja.
Nosotros resucitamos por la fe en su obra (Romanos 6:5), él resucita por el poder del Padre y su propia justicia (Juan 10:17-18).
Y esto tiene implicancias enormes.
El sacrificio de Cristo no es el de un pecador reformado.
No es la mejora de lo viejo, sino el ofrecimiento de lo nuevo por los viejo.
Su resurrección no es un ejemplo para ser copiado, sino un acto fundacional único que hace posible nuestra propia transformación.
Pero sí necesitó aprender a obedecer, que es otra forma de decir que sometió algo por naturaleza "desobediente" a la obediencia.
Tu afirmación de que Jesús
“aprendió a obedecer desde la desobediencia” es teológicamente incorrecta, y también bíblicamente insostenible.
Lo que las Escrituras enseñan es que Jesús aprendió la obediencia desde el sufrimiento, pero sin pecado, y no desde una naturaleza inclinada al mal como la nuestra.
Jesús no tenía naturaleza desobediente
Hebreos 4:15
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Jesús fue tentado, pero sin pecado en Su naturaleza ni en Su respuesta.
No se dice que Jesús luchara con tendencias internas al mal (como nosotros), sino que experimentó la presión externa del mal sin ceder a ella.
Jesús aprendió obediencia, pero no desde la desobediencia.
Hebreos 5:8
Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia.
Este “aprender” no implica que antes fuera desobediente, sino que su obediencia fue puesta a prueba de forma creciente en la medida que sufría y soportaba sin rendirse.
Es decir, experimentó la obediencia como humano a través del padecimiento, no desde una posición rebelde, sino desde una voluntad libre sometida al Padre.
Adán también debía aprender obediencia, pero falló.
Génesis 2:17
Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás...
Y como Cristo, Adán estaba en un estado de libertad moral, no de corrupción.
Cada día que no comía del árbol, practicaba la obediencia y maduraba en ella.
Jesús, como el postrer Adán (1 Corintios 15:45), vino a hacer lo que el primero no hizo: aprender obediencia hasta el fin, incluso en la muerte (Filipenses 2:8).
La tentación de Jesús no fue desde el deseo del mal, sino desde la presión externa.
Mateo 4:1
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
Jesús fue tentado desde afuera, por Satanás, y en su humanidad soportó el ataque completo sin pecar.
No se trató de una lucha con concupiscencias internas (como en Santiago 1:14), porque en Él no había concupiscencia.
Salmo51: El ya nace de María como nueva creación y engendrado por Dios.
Salmo51: El ya nace de María como nueva creación y engendrado por Dios.
Ibero: Falso. La nueva creación se dispone a partir de la resurrección, no antes.
Ya que Él Mismo ponía en "condicional" que solo resucitaría si era aceptado (su sacrificio y su persona) ante la Deidad.
No hay posibilidad de nada (y menos de "nueva creación") si no es aceptado.
Tu afirmación no solo es teológicamente débil, sino que desconoce la base misma de lo que significa “nueva creación” en Cristo.
Decir que la nueva creación solo comienza con la resurrección es un error de concepto.
La Escritura enseña que Cristo ya vino al mundo como un hombre nuevo, no como una modificación del antiguo.
1 Corintios 15:47
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Cristo no se convirtió en "el segundo hombre" en la resurrección, sino que ya vino del cielo como tal.
Lo que vino fue una nueva clase de hombre, no nacido de voluntad humana, ni de carne, ni de sangre (Juan 1:13), sino engendrado directamente por Dios (Mateo 1:20; Lucas 1:35).
Cristo no fue parte de la vieja creación.
Juan 1:14
Aquel Verbo fue hecho carne.
Hebreos 1:5
Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.
Jesús no fue formado de la naturaleza caída, no fue producto de la carne de Adán, sino que vino como un nuevo hombre desde su concepción, un hombre santo que nació sin mancha, ni herencia de Adán (Lucas 1:35: “será llamado Santo, Hijo de Dios”).
No puede haber resurrección sin un vida incorruptible previa.
La resurrección no hace de Cristo un nuevo ser.
Él muere siendo justo (1 Pedro 3:18), y resucita por justicia, no para hacerse justo.
A diferencia nuestra, él no necesita nacer de nuevo porque ya nació del Espíritu.
La aceptación del sacrificio no determina Su naturaleza.
La aceptación del sacrificio por parte del Padre no convierte a Cristo en nueva creación.
Cristo ya era el Cordero sin mancha desde antes de morir (Juan 1:29; 1 Pedro 1:19-20).
La aceptación valida el propósito de Su muerte, pero Su origen sigue siendo divino y santo desde el inicio.
La nueva creación no comienza en la tumba vacía. Comienza en el pesebre, cuando Dios engendra por su Espíritu a un hombre nuevo que no pertenece a la línea adámica.
Ese hombre es Cristo, el Verbo hecho carne.
Su resurrección no lo transforma en nueva creación, sino que la confirma.
Salmo51: Nosotros debemos morir a la carne y nacer de nuevo engendrados por Dios.
¿Morir a la carne? ¿De qué estás hablando?
A la carne corrompida.
Salmo51: No es la glorificación de la desobediencia sino de la obediencia.
Claro, Cristo toma la misma carne que nosotros, la mata en obediencia, y después la resucita.
No.
Cristo no toma la carne corrompida donde moraba el mal. Tu postura es errada como la de HectorLugo.
Ustedes piensan que él tomo carne corrompida y la crucificó para des coromperla.
Entienden eso a partir de aquello que dice que él condenó al pecado en la carne.
Pero esta afirmación es profundamente errada y confunde.
Cristo no tomó carne podrida para purificarla.
Esa idea distorsiona el mensaje del evangelio.
Cristo vino en carne, sí, pero no en carne corrompida ni esclava del pecado.
Él fue el Cordero sin mancha y sin contaminación desde su origen.
Juan 1:14 El Verbo se hizo carne
Lucas 1:35 Aquel Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios
1 Pedro 2:22 El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca
La carne de Cristo no era como la nuestra en corrupción, sino como la nuestra en forma.
Cristo vino “en semejanza de carne de pecado” (Romanos 8:3), no en carne de pecado.
Pablo escoge cuidadosamente esa expresión.
Cristo no vino en carne pecaminosa ni caída, sino en semejanza a esa carne, para condenar al pecado en ella, no desde ella. Para condenar al pecado como carne y no como espíritu.
Romanos 8:3 Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne
No se dice que condenó "su pecado" ni "su carne", sino al pecado mismo en condición de hombre y no como Dios.
Cristo fue tentado desde afuera, no desde adentro.
Hebreos 4:15
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado
Jesús no tuvo concupiscencia interna.
No había mal morando en Él.
Fue tentado como Adán antes de caer: con libertad de obedecer, pero sin corrupción interna.
La redención no consiste en "sanar" la carne caída.
La carne corrompida de Adán no puede heredar el Reino (1 Corintios 15:50).
Cristo no vino a reformar la carne caída sino a reemplazarla por una nueva creación.
En él nace el segundo hombre (1 Corintios 15:47), el principio de una nueva humanidad incorruptible.
Tu teología propone que Dios fracasó al crear al hombre.
No es mi teología sino tu entendimiento torcido de TODO.
La teología de tu Biblia dice que Dios ya sabía lo que ocurriría con el pecado y que Él mismo lo remediaría haciéndose hombre y condenando al pecado en la carne, haciéndose pecado y triunfando sobre ese pecado matando ese "cuerpo de pecado" para después resucitarlo y glorificarlo, haciendo la paz mediante la muerte de cruz. Reconciliar aquello caído matándolo... y resucitándolo. Está todo en tu Biblia. Léela y créela.
Claro que está todo en mi biblia por eso la leo, y la creo y crezco en el conocimiento de la verdad.
Deberías intentarlo.
Amor burrazo.