Continuas citando el viejo testamento. Nosotros somos gentiles. Nosotros no tenemos nexo historico o social con la ley de Moises. El Apostol Pablo labora de sobremanera en Romanos, Galatas, Efesios para hacerles ver a los judios conversos al cristianismo que la ley de Moises habia quedado atras. Porque ellos insitian en observar la ley aun cuando Cristo complio con todos los requisitos de la ley. Y querian forzar a los gentiles a observar la ley de Moises (incluyendoi la circunscision). Los 10 mandamientos no son parte de la ley de Moises. Esa es la ley moral de Dios y fue dada antes de la ley Mosaica que se describe en Deuteronimo con 613 mandamientos. "Porque cuando los gentiles, que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan ley. Muestran que la obra de la ley está escrita en sus corazones, mientras que su conciencia también da testimonio, y sus pensamientos contradictorios los acusan y hasta los excusan." Rom 2:14-15 Esos son los mandamientos. Sin embargo. el Shabbat quer es el dia de descanso, los gentiles NUNCA lo han observado porque Cristo es nuestro "descanso". La ley se completa en Cristo y EL es dueño y Señor del Shabbat. y por eso El se declara soberano sobre ese dia de descanso y nos libra del mismo.
Hablando de la ley, el Apostol Pablo dijo: "Por tanto, que nadie se constituya en juez de ustedes (nadie los juzgue) con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo, cosas que sólo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo." Col. 2:16-17
Desde el inicio de la iglesia los cristianos nunca han observado Shabbat. Ellos se reunian el Domingo, el primer dia de la semana. Los cristianos en Jerusalem tenian que estar recogidos el Shabbat y no podian salir hasta la noche el Sabado o amaneciendo el Domingo. Ese dia fue conocido desde el siglo 1ro como "el dia del Señor.
El Nuevo Testamento indica que la iglesia primitiva comenzó a reunirse el Domingo desde el primer día. La iglesia comenzo un Domingo. El día de Pentecostés, el día en que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos y miles de judíos creyeron en el evangelio, era Domingo. El Domingo de Pentecostés fue el comienzo de la iglesia del Nuevo Testamento.
Otros pasajes del Nuevo Testamento indican que la iglesia tenía la costumbre de reunirse los Domingos. En Hechos 20:7 Pablo se reunió con la iglesia en Éfeso. La reunión tuvo lugar el primer día de la semana, “cuando los discípulos se juntaron para partir el pan”. En 1 Corintios 16:1-2, Pablo instruyó a la iglesia en Corinto a hacer una colecta “el primer día de la semana”. Esta instrucción tiene más sentido si la iglesia tenía la costumbre de reunirse los domingos.
La historia de la iglesia y de Roma revela que la iglesia tenía la costumbre de reunirse los Domingos muy poco tiempo después de la muerte de los apóstoles. Plinio fue gobernador del Imperio Romano a principios de los años 100. Escribió una carta al emperador Trajano preguntando qué hacer con los cristianos. En esa carta describe sus reuniones. “Afirmaron, sin embargo, que la suma y sustancia de su falta o error había sido que estaban acostumbrados a reunirse en un día fijo antes del amanecer y cantar en respuesta un himno a Cristo como a un dios”. Los primeros cristianos se reunían temprano en la mañana en un día determinado cada semana. Plinio no dice qué día fue ese, pero otras referencias históricas aclaran que ese día era Domingo. En el año 150 d. C., Justino Mártir escribió en “Diálogo con Trifón, un judío”, “Y en el día llamado Domingo, todos los que viven en las ciudades o en el campo se reúnen en un solo lugar, y las memorias de los apóstoles o los escritos de los profetas se leen.” “El Domingo es el día en que todos celebramos nuestra asamblea común.
La Didache, una serie de enseñanzas escritas a las iglesias a finales del primer siglo, dice: “Y en el día del Señor reuníos, partid el pan y dad gracias”. Aunque este día no se especifica en la carta, la iglesia obviamente sabía qué día era “el día del Señor”. La epístola de Bernabé, una carta a los cristianos escrita alrededor del año 100 d. C., dice: “Por lo cual también guardamos el octavo día para regocijarnos, en el cual también Jesús resucitó de entre los muertos”. En el evangelio de Pedro, escrito a principios del siglo II (100-150 d. C.), el domingo se llama el Día del Señor. “Y al amanecer del día del Señor, María Magdalena. . . tomó con sus amigas y vino al sepulcro donde fue puesto”.
Saludos.