Efectivamente esperamos que la iglesia sea arrebatada (harpazo), más no raptada ( en mi país esa palabra se usa para secuestrar a las personas), y tampoco secreto para la iglesia de Cristo, más bien inviable, invisible e inaudible para los incrédulos incapaces de escuchar la trompeta de llamada que juntara a Su pueblo, vivos en ese momento y fallecidos atrás.
Respecto al acontecimiento de Su venida para juzgar, efectivamente ni lo veremos ni lo deseamos ver, porque tampoco lo esperamos, de hecho está profetizado ¡Ay de los que esperan tal día!
¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz;
Amós 5:18