De acuerdo al Calvinismo:
La Salvación es llevada a cabo por el poder de la Santa Trinidad. El Padre es quien elije, El Hijo muere por ellos, y El Espíritu Santo hace la muerte de Cristo efectiva, al traer a los elejidos a la fe y al arrepentimiento, por lo tanto causando en ellos, el obedecer de buena gana el Evangelio. El proceso entero (elección, redención, regeneración) es la obra de Dios sólo por su gracia. Es a sí que es Dios, y no el hombre, quien determina quienes serán los recipientes del regalo de la salvación.
Ya empezamos mal.
1) Depravación o Inabilidad Total:
Depravación Total es probablemente una de las doctrinas más desentendidas del Calvinismo. Cuando los Calvinistas hablan de la raza humana como "totalmente depravados", ellos estan haciendo una declaración extensiva en lugar de intensiva. El efecto de la caída en el hombre es que el pecado se ha extendido a cada parte de su personalidad, sus pensamientos, emociones y su voluntad. No necesariamente que ellos sean intensamente pecaminosos, sino mas bien que el pecado se ha extendido a todo su ser.
Está explicación deja bastante que desear.
La realidad es que el hombre perdió su derecho a vivir para siempre porque adquirió una ciencia que no debía adquirir y que le fue prohibida.
Así conoció el mal y el mal se le metió adentro.
El hombre no regenerado esta muerto en sus pecados(Romanos 5:12).
No es correcto decir el hombre no regenerado.
El hombre a secas, el hombre natural, a causa de aquel conocimiento adquirido quedó manchado y su voluntad vendida al pecado.
Por más que quiera hacer el bien termina haciendo el mal que no quiere hacer.
Y este mal está en sus miembros por eso decimos que el hombre interior habita un cuerpo de muerte.
¿Quien podrá librarlo de él?
Es un ser verdaderamente miserable a raíz de esta realidad.
Sin el poder del Espíritu Santo, el hombre natural esta ciego y sordo al mensaje del Evangelio (Marcos 4:11.).
No es correcto esto.
El hombre natural aún vendido al pecado puede creer en el mensaje del evangelio.
No es fácil pero tampoco imposible.
Las señales fueron necesarias al principio para llamar de manera poderosa la atención del hombre perdido.
Esta es la razón del porque la Depravación Total ha sido llamada Inabilidad Total.
La inhabilidad total refiere a restaurar su posición con Dios.
El hombre por más que se arrepienta y quiera blanquearse no puede hacerlo.
No está en sus manos el poder recuperar la vida eterna que perdió.
Si Dios no hace algo a su favor por más que clame y lloré está perdido.
El hombre sin el conocimiento de Dios nunca vendrá a reconocer esta doctrina a no ser que Dios le dé vida a través de Cristo (Efesios 2:1-5).
Falso.
El hombre puede oír y creer pero aún con eso no le sirve de nada.
Su destino de muerte está echado.
Solo Dios puede cambiar este destino.
2) Elección Incondicional:
Elección Incondicional es la doctrina que declara que Dios escoje, desde antes de la fundación del mundo, (Efesios 1:4-8) a aquellos que de los cuales Dios se place, a fin de traerlos al conocimiento de sí mismo, esto no esta basado en ningún mérito de los elejidos, ni basado en el pre-conocimiento de Dios para descubrir quien va aceptar su oferta del Evangelio.
Falso y tergiversado.
Dios en su soberanía decide salvar al hombre porque de otra forma el hombre se perderá.
Y no lo decide en base a algún mérito humano sino a su entera y propia decisión.
El hombre no se salva porque es bueno o se lo merece sino porque así Dios lo quiso.
Dios ha elejido, basado única y solamente por el consejo de su propia voluntad, algunos para vida eterna y otros para condenación (Romanos 9:15,21).
Falso.
Dios dispuso en su soberanía que su salvación no sería forzada.
O sea todos se perdían y ahora todos se van a salvar. No.
Aunque la salvación seria pura decisión de Dios y una obra suya, una vez hecho todo lo necesario, la ofrecería a los hombres por fe.
De esta forma el no estaría salvándolos a todos pero él en realidad es dueño de salvar a los que él quiera y no salvar a los demás.
Es su perrogativa.
Acaso vamos nosotros a obligarlo a salvar a todos.
Habrá vasos para honra y otros para deshonra.
La diferencia está en que acá el calvinista sostiene que la elección del salvo la hace Dios eligiendo a cada uno, pero el realidad la hace Dios salvando solo a los que acepten su intervención y salvación gratuíta.
O sea que el sigue siendo el soberano y el que determina no salvar a todos.
Nos guste o no.
Pero también determina la forma en que los eligirá.
Por medio de la predicación.
Sin embargo esta doctrina no deja de lado la responsabilidad del hombre para creer en la obra redentora de Dios El Hijo (Juan 3:16-18).
Acá la embarran porque no pueden tapar miles de versículos bíblicos.
Hay incoherencia en la doctrina.
Hay una tension en las Sagradas Escrituras entre la soberanía de Dios en la salvación y la responsabilidad del hombre para creer, la cual esta doctrina no trata de resolver.
No hay ninguna tensión.
La soberanía de Dios en la salvación es absoluta.
No hay un solo hombre que se pueda salvar a si mismo.
Todo hombre es salvado soberanamente por Dios.
Y esa soberanía la que decide que muchos no lo serán.
La responsabilidad del hombre no le sirve para salvarse sino para no perderse.
La salvación viene de luego, luego la perdición es responsabilidad del hombre.
Ambas son verdad, el negar la responsabilidad del hombre es afirmar un hiper-calvinismo (no bíblico); y el negar la soberanía de Dios es afirmar un Arminianismo, el cual tampoco es bíblico.
Falsas ambas posturas.
No hay participación del hombre en la salvación porque la salvación es perrogativa de Dios.
Dios salva desde su soberanía y no porque alguien se lo merezca.
La responsabilidad del hombre solo está frente a la perdición.
Dios salva, el hombre se pierde.
Continuaré...