Re: ¿Una Tribu para Melquisedec?
Bendiciones en Cristo.
El libro de los Hebreos revela dos verdades fundamentales:
1. Jesús es el Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza consagrado por Dios mismo. (Hebreos 5, 5)
2. Su sacrificio por el pecado es uno sólo y suficiente para no repetirse. (Hebreos 10, 12)
Estas verdades hacen ineficaz y caduca la participación de los sacerdotes antiguos por la necesidad que tenían estos de repetir año tras año su sacrificio, por ser su ofrenda no más que una prescripción ritual incapaz de purificar a quien la ofrece y por ser sólo imagen de una realidad espiritual. Del mismo modo, por las características del sacerdocio de Cristo, que no es hereditario sino según el rito de Melquisedec, hacen del sacerdocio de Éste uno perenne, distinto y único en su clase. Todo esto hace parecer que el oficio del sacerdote católico es uno corregido por el autor de Hebreos o a lo sumo uno contrario a lo claramente establecido por su autor. Con estas verdades resaltadas parecería ser que el oficio sacerdotal católico ha venido a montar una Tribu para Melquisedec destruyendo y anulando la unicidad del sacerdocio de Cristo y la irrepetibilidad de su sacrificio.
En esta intervención pretendo hacer dos cosas:
1. Demostrar que estas dos verdades no corrigen o censuran el sacerdocio católico sino que más bien lo promueven.
2. Mostrar que hay más elementos del libro de Hebreos que proponen y fundamentan el oficio del sacerdote católico.
No trataré aquí la disputa de si el ministerio sacerdotal universal de todos los creyentes suprime el sacerdocio ministerial presente en el Catolicismo por estar esta verdad contenida en la Primera Carta de Pedro, aquí me circunscribiré al libro de Hebreos.
Jesús, Sumo Sacerdote
Los sacerdotes del antiguo pacto ofrecían habitualmente sacrificios cultuales, y una vez al año el sumo sacerdote hacía una ofrenda en el altar por los pecados de todo el pueblo, incluido los suyos. Todo esto era según las prescripciones Mosaicas que eran parte de la primera alianza que hiciera Yahveh con Israel. El autor de Hebreos resalta que estos sacrificios eran imperfectos por ser parte de una alianza que sería abrogada, que fue creada para ser superada por otra mayor, perfecta y qeu sí sería eterna. Esta otra Alianza es la que inaugura Cristo, pues en esta Alianza cuando efectivamente son borrados los pecados del pueblo, es con esta alianza que Dios le concede al participante en ella el enderezamiento y la perfección de su conciencia, cosa que no se lograba con los ritos antiguos. (Hebreos 9, 9)
Otro aspecto que hace al sacerdocio veterotestamentario ineficiente es que en él sólo se podía santificar las cosas terrenas ya que la ofrenda que se hacía era terrena, Cristo es Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza porque su ofrenda es celestial, está por encima del orden celeste y por lo tanto es el único que pudiendo penetrar en los cielos pudo purificar las realidades espirituales. (Hebreos 9, 23)
Otra razón que hace el sacerdocio de Cristo más excelso es que es Dios mismo quien le ha llamado al sacerdocio, y una característica del sacerdocio es que es imposible que este se haga presente sin el llamado divino. (Hebreos 5, 4)
En esto podemos ver claramente que el problema con el sacerdocio que Cristo deroga y sustituye es un problema de ineficiencia en la ofrenda que se hace. Sería bueno apartar la idea de que Cristo está requiriendo exclusividad. Esta idea no está presente en el autor de Hebreos y no hay nada en el libro que la sustente. Muy al contrario, el autor de Hebreos todo el tiempo ha usado la semejanza entre los oficios de la antigua y de la Nueva Alianza, lo más natural sería pensar que así como el sumo sacerdote del antiguo pacto tenía subordinado a un séquito de sacerdotes, lo tenga también el nuevo Sumo Sacerdote.
La dificultad, como ya he resaltado, está en la ofrenda del sacerdote y en su ordenación. El sacerdote católico no presenta la ofrenda que presentaba el sacerdote veterotestamentario por lo que las anteriores objeciones no se pueden aplicar a él. Del mismo modo cuado el autor hace alusión a las flaquezas o fragilidades del sumo sacerdote ha excluido de aquí a los otros sacerdotes, que aunque también son frágiles no están representados en este comentario ya que él ha reducido la ofrenda del pecado a la ofrenda del sumo sacerdote no a la del sacerdote ordinario, es por esto que no nos fijamos en la condición del sacerdote católico de hombre pecador sino en la calidad y característica de su ofrenda. La fragilidad de un sacerdote está vinculada únicamente a la fragilidad del que hace la ofrenda por el pecado (Hebreos 9, 7) y en la Nueva Alianza se debe buscar el suplimiento de esa fragilidad en el Sumo Sacerdote que es Cristo, tal como lo sugiere la lectura de nuestro libreo. Por otro lado la ordenación del sacerdote católico tiene su raíz en la ordenación que hace el mismo Sumo Sacerdote sobre los suyos, y este Sumo Sacerdote es de origen divino, pero a esto volveré después; por ahora centrémonos en ver en qué consiste la ofrenda del nuevo sacerdote, y si es posible tal ofrenda ya que nuestro segundo punto parece decir que con la del Sumo Sacerdote bastó.
Un Solo Sacrificio
El autor de Hebreos resalta que la necesidad que había en el antiguo culto de repetir el sacrificio anual era precisamente porque no había manera de eliminar los pecados por los que era presentado, y cada año se recordaba sacrificialmente el pecado del pueblo sin poder anularlo. (Hebreos 10, 3)
El sacrificio de nuestro Sumo Sacerdote puede real, eficaz y efectivamente borrar y eliminar los pecados de todos por lo que no hay necesidad de hacer más sacrificios (Hebreos 10, 10). Y si no hacen falta sacrificios pues tampoco hacen falta sacerdotes que los presenten. Punto.
Esta conclusión parece desmoronar la necesidad de ofrendar sacrificios por parte del sacerdocio católico y lo deja como algo innecesario y contradicho por el autor de Hebreos.
Resaltemos esto, para nuestro interés el sacerdote tiene razón de ser solamente como alguien que ofrece sacrificios y por lo visto ya no hay nada qué ofrecer (Hebreos 10, 18). Trataré de mostrar que esta conclusión no tiene sustento en Hebreos.
El autor de Hebreos ha repetido constantemente que el sacerdocio de Cristo es uno perenne y eterno y ha subrayado que el sacerdocio de Cristo mantiene su eficacia en virtud de esta perennidad de su sacerdocio, en virtud de su vida y de su constante intercesión por los que necesitan ser redimidos de su pecado (Hebreos 7, 24-25). Del mismo modo, nuestro autor ha desarrollado en un amplio excurso que la eficacia del sacrificio del Sumo Sacerdote se puede perder si el beneficiario de la redención no se mantiene firme en el estado al que lo ha llevado la expiación que se le ofreció (Hebreos 3, 14; 10, 26-31; 12, 28). Pero nuestro autor ha resaltado que de la única manera que lograremos mantenernos firmes en esta esperanza, convicción y estado (que ya demostró se puede perder, que se puede caer de él) es en virtud y gracias a la mediación de Cristo que ejerce después de haberse ofrecido en su sacrificio y haber sido glorificado (Hebreos 13, 21).
Naturalmente se puede deducir que el Sacerdocio de Cristo no se ha acabado, que no es sólo su ofrenda histórica la que causa y origina la gracia que endereza y perfecciona al hombre. Anteriormente habíamos visto que esta era la razón que hacía caduco e inservible el sacrificio veterotestamentario. En aquel momento pudimos habernos engañado y pensado que la ofrenda de Cristo en la cruz logró ella sola el enderezamiento y perfección de la conciencia del hombre, el autor de Hebreos, según creo haber mostrado, acaba de decirnos que también la intercesión y mediación de Cristo glorificado, logra eso también actualmente. No es este el lugar para discutir que Cristo puede hacer eso en virtud a su sacrificio, me basta reconocer que su Sacerdocio no ha concluido y que hoy sigue funcionando.
Tenemos así todo el espacio para ubicar también un sacerdocio ministerial, pues si el Nuevo Sumo Sacerdote sigue trabajando, ya no existe esa razón que impida que los otros sacerdotes nuevos sigan trabajando. La única dificultad que nos queda es ¿qué pueden ofrecer los nuevos sacerdotes y por orden de quien?
Aunque aceptemos que la mediación de Cristo glorificado es efectiva no podemos negar que el sacrificio de Cristo fue uno sólo, por lo tanto el sacerdote católico no puede ofrecer otra ofrenda para el pecado, ni repetirla, la pregunta es ¿puede él ofrecer el sacrificio de Cristo entonces? ta ta tan! Pues claro que sí!.
El Sumo Sacerdote que penetró los cielos porque venía del cielo, Cristo, el Hijo de Dios (Hebreos 4, 14) tenía poder para instaurar nuevos sacerdotes ya que él es divino. (Hebreos 5, 4). Sin hacer uso de citas foráneas a Hebreos podemos ver como el autor está consciente de las costumbres de la asamblea cristiana ya que se refiere a ella (Hebreos 10, 25) y específicamente se refiere al altar cristiano, al altar de La Nueva Alianza (Hebreos 13, 10). Lo que sigue no requiere de mucha explicación: ¿tenemos un altar?, pues necesitamos un sacrificio, necesitamos una ofrenda y necesitamos un sacerdote.
Lo que pasaba en el altar cristiano claramente puede ser considerado un sacrificio. La diferencia es que en este altar se ofrece pan y vino, y no debemos perder de vista dos hechos, nuestro Sumo Sacerdote dejó la encomienda de que comiéramos pan y vino en este altar; y lo otro es que la ofrenda de Melquisedec fue precisamente pan y vino por lo que la analogía es perfecta y trasciende la mera analogía y convierte a la mesa de la asamblea cristiana en un altar como consumación profética del Sacerdocio de Cristo. Aquí lo de la transubstanciación no tiene nada que ver, pan y vino me basta. Cuando el autor de Hebreos se refería al sacrificio de los sacerdotes que les recordaba sus pecados usó la palabra griega anamnesis que significa recuerdo o memorial: "Al contrario, con ellos se renueva cada año el recuerdo de los pecados" (Hebreos 10, 3), pero obviamente esta palabra tiene un marcado e inngegable carácter sacrificial. Obvio. No es casualidad que cuando Pablo habla de la cena del Señor la palabra que usa es esta misma, anamnesis (1 Corintios 11, 24).
Por lo tanto lo que nuestro Sumo Sacerdote ha hecho ha sido encomendar que en la asamblea cristiana se celebre un sacrificio y para esto obligatoria y necesariamente hace falta un sacerdote. Cosa que tampoco es casualidad que en todo el testimonio neotestamentario sea el nombre que se le dé, sacerdote, originalmente presbyteros.
No creo necesario tener que demostrar que el sacrificio de Cristo no se repite en el altar cristiano ya que el Catolicismo nunca ha dicho que tal cosa pase, no hay repetición, siempre lo hemos dicho.
Para concluir me gustaría traer a colación un verso en particular: "Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hecho tardos de entendimiento." (Hebreos 5, 11). Este verso significa varias cosas, los encargados de velar por la comunidad a la que se dirige esta carta, sentían como necesario intruirles en otras cosas y no lo hicieron al momento de escribir esta carta. La razón de no hacerlo fue la carnalidad de la comunidad, no la falta de intención por parte de Dios o de los apóstoles y sus ayudantes (presbíteros); por lo que es muy natural pensar que sí lo hicieron en otro momento y que esa instrucción no quedara escrita en el Canon, pero sí se quedara en la mente de la comunidad como parte del patrimonio apostólico. Otra cosa es que superada la carnalidad de la comunidad puede recibir la instrucción que necesita, factor este digno de meditar para todo el que se quiere aferrar a lo escrito, saber que es su carnalidad, su tardanza para el entendimiento lo que no la hecho digno de recibir algo que no está escrito. Lo tercero es lo dificultoso de la doctrina que no se ha explicado, cualidad que deja abundante espacio para que el colegio episcopal-presbiterial encuentre maneras nuevas de expresar una misma verdad eliminando su grado de dificultad, cosa que deja bastante espacio para la teoría del desarrollo del dogma.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.
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Bueno estimado Gabaon, creo que has comprendido bien algunas cosas, pero otras definitivamente no te son claras.
Permíteme explicarme:
Empezaré diciendo que me causa cierto resquemor que te empeñs tanto en desvirtuar el texto bíblico, texto del cual conclusiones previas tratas de acomodar en un análisis nada libre de prejuicios.
Empezaré diciendo que Heb 5:11 no se refiere a que “carnal” es aquel cristiano que cree en “sola scriptura” cosa que salvo la mejor opinión de alguien mas que lea tu escrito es lo que estas diciendo, cuano el texto del v 11 del Cap 5 de dicho libro en realidad se refiere a una situación muy concreta: la apostasía y no hace ni por asomo alusión de que el que no acepte o entienda algo mas de lo no escrito está sea carnal. Esta “deduccion” tuya llevan un juicio previo no razonado sino mas bien elucubrado. Lo carnal entiendo era y sigue siendo un imperdimento para comprender cosas aun mayores y un obstáculo para avanzar mas allá de los rudimentos de la doctrina sobre elementos primarios muy imporantes ocmo la salvación, el juido eterno, etc. El verso en cuestión lleva entonces a la iglesia de los cristianos de origen hebreo a caer n cuenta que la apostasía se cernía ya sobre las iglesias de Dios.
Hebreos hace clara alusión al sacerdote veterotestamentario (Kohen) cada vez que habla de “sacerdote”, pero también da la idea clara de que se corría el riesgo de que un Kohen pasara a ser un sacerdote falso o Chemarin si no dejaba el judaísmo y/o las formas judaizantes, si no dejaba de ofrecer holocausto y se convertía plenamente al cristianismo, Pablo lo dice de la siguiente manera:
“Tenemos un altar (en los cielos, incorruptible, en la presencia de Dios), del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tebarnáculo” (Heb 13:10);
esto es, como servidores del tabernáculo que eran todavía, no tenían derecho al altar cristiano. Debian dejar el campamento e ir al desierto para encontrarse con Jesús, debian dejar los odres viejos para poder recibir el vino nuevo, debían dejar sus antiguos ritos para tomar el Camino, el único camino correcto al Padre, debían dejar su viejo yo para volver a nacer, debían dejar su vieja religión para convertirse plenamente a Jesús, dejar su vieja circuncisión hecha en el prepucio para tomar la nueva circuncisión que es la del corazón…debían, vaya volver a nacer del agua y del Espíritu. No podían seguir ofrendando ni ejerciendo un sacerdocio viejo.
Es un error pensar que hay un altar neotestamentario hecho de talla para ofrecer un sacrificio santo, perfecto y ya hecho una vez y para siempre, creer que tal altar es sinónimo de altar católico romano; esto no es escriturario. El altar era el sitio en donde se ofrecía un sacrificio, ahora bien si tal altar fuese necesario ¿Dónde quedaría la confianza para acercarnos a Dios en esta dispensación? Heb 4:16, 7:19; 10:19 y 22; 11:6…Si hay una carta en la Biblia que nos habla de esta confianza, libertad y posibilidad de acercarnos a Dios es precisamente la carta a los hebreos y si no somos capaces de discernir que el cuerpo de Cristo ofrecido una vez y para siempre es el que fue ofrecido en el altar celestial ¿de que nos sirve leer y leer y volver a leer esta carta? Para opacar ofrenda, sacrificio y sacerdocio de Cristo en una tribu imaginaria de nuevos sacerdotes a la usanza levítica. Este retroceso no tiene paralelo, es la antítesis misma del espíritu de la carta a los hebreos: libertad, confianza, certitud, propósito, camino nuevo, alianza nueva y eterna, seguridad, ofrenda perfecta, sacrificio santo y Cordelo inmolado.
¿O es que tendremos que ir con un sacerdote romano para acercarnos al trono de la gracia de Dios? No. ¿Luego para que tal “oficio sacerdotal”? ese no seria un Kohen sino mas bien un Chemarin.
Te diré además que conforme al texto bíblico hay dos sacerdotes, pero antes quiero comentarte que el sumo sacerdote y el profeta efectivamente son puestos por la voluntad de Dios, pero el sacerdote ministerial era puesto a favor de los hombres, era básicamente un maestro en la religión, esto es que enseñaba como hacer el culto ritual, no la ofrenda, la cual era y continua siendo hecha solo por el sumo sacerdote. Así, tal y como el profeta es designado para representar a Dios ante el pueblo, el sacerdote es más bien el representante del hombre ante Dios. Dios pone al profeta, el hombre al sacerdote y ambos llamados por Dios.
Cristo “Sumo sacerdote” y los “otros” representados por todos los escogidos, lavados por la sangre del Cordero y pustos por Dios para alabanza de Su Nombre; hay pues dos orígenes veterptestamentarios solamente: Uno, conforme al “orden” suerte o manera de Melquisedec Rey de Salem o Rey de Paz (tipo de Cristo) y conforme a la descendencia de Aarón en los sacerdotes ministeriales de la tribu de Leví (ab-origen, ontogénia o de sangre).
Jesús es hecho fiador de un mejor pacto; siendo Melquisedec un tipo de Cristo, Cristo es el antitipo o realidad de aquel sacerdocio; el hecho de que haya sido otro tipo de ofrenda distinta a Cristo incompleta y no mas necesaria creo te queda bastante claro.
Dices que el sacerdote “sumo pontífice” o "pontífice máximo” (equivalente actual del Papa para Uds los católicoromanos pero equivalente a Jesucristo para nosotros los cristianos evangélicos), veterotestamentario ofrecía una ofrenda anual por los pecados de todo el pueblo, continuando con tu línea de pensamiento el “pontífice máximo” actual es el equivalente del sumo pontífice neotestamentario que a mi saber y entender es Cristo, no el papa. Los otros, esto es “el séquito” neotestamentario serian aquellos “sacerdotes” a quienes confundes con presbíteros por el rito de la imposición de las manos. Presibíetero y "sacerdote" no son sinonimos.
Al respecto debo decirte que la imposición de manos no es ni para hacer sacerdote a nadie ni tiene que provenir de sacerdote “especial” o “diferente” alguno. Confundir esto es otro error mas en la línea de esta idea por hacer a alguien sin ascendencia ni descendencia una tribu….y hay muchas otras cosas que si el tiempo que ahora mes muy corto pondré en orden a mi regreso si Dios quiere.
En tanto, un saludo.