La natividad es un día muy especial para mi, es dia que nos reuníamos todos en casa y siendo muchos y tan pobres, al menos esa noche mi madre preparaba una cena caliente para todos.
Mi abuela, una mujer metodista de edad mayor, entonaba hermosos himnos navideños, tan añejos pero que son tan actuales.
Ahora, huérfanos, dispersos en la inmensidad del tiempo y la geografía, mis hermanos cada cual por su cuenta intentan hacer su parte con sus respectivas familias, intentado perpetuar una tradición cristiana que se remonta a muchos años atrás ante jóvenes que cada vez muestran menor interés por su cristiano valor intrínseco. Y digo intentan, porque la nueva generación la navidad les representa más una ocasión para otras cosas que nada tienen que ver con la navidad.
Y es que la navidad en realidad es recordar que, el la inmensidad de a eternidad, Dios se hizo hombre.
Es recordar además, que un día Jesús nació en el pesebre de nuestro corazón, entró en nuestro corazón un día tan especial y particular para cada uno de nosotros. ¿Aún recuerdas qué día nació Cristo en tu corazón? Yo lo recuerdo vívidamente y no, no fue en diciembre, por cierto.
Para sorpresa mía, algo que era un asunto familiar, de recogimiento y buena voluntad, se vuelve objeto de crítica en este foro por parte de otros cristianos que, seguro estoy creen ser mejores que otros y, claro está, no se ensucian con estas cosas.