DIOS EXISTE
Ahora que Dios tuvo a bien enrolarme en sus listas, han pasado millones de ideas por mi cabeza; eso no es extraño, pues esta cabeza “normalmente” está en ebullición, preguntando y tratando de responder. Siempre contra la corriente y no por afición, sino porque lo establecido nunca me ha hecho cuadratura. Aceptar lo designado tan solo por no alborotar las aguas no es lo mío.
Desde niña la existencia de un Dios, fue y vino como ola del mar. La ciencia dice que Dios no existe porque no hay evidencia. La religión dice que no debo preguntar y que siguiendo unos cuantos procedimientos llegaré a verlo porque “ahí esta”. Otros dicen que Dios es todo: El aire, el mar, la tierra, la naturaleza… No me convencieron. Y mientras tanto mi imaginación giró y giró, sin parar, dando lugar a la duda y al miedo…
Hoy es diferente, sé que Él existe, sé que esta aquí y siempre ha estado.
¿Pruebas contundentes? No las tengo; es tan efímero y ten eterno, son momentos que no se pueden atrapar, pero que se quedan aquí para siempre. Son sensaciones y aunque se me dice que no debo sentir porque es espíritu, yo no he aprendido a no sentir; aún me maravillo y se me eriza la piel tan solo con ver un atardecer que Él me regaló, o cuando escucho una canción y su presencia llega a mí. ¡Claro que siento! Pues Él así lo desea, me dio sentidos para sentirlo, inunda mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi espíritu.
He leído y escuchado tanto que ya no se que es real y que no, entonces hago un recuento de todo lo que “oficialmente” se me dijo y nunca entendí, ni creí, ni sentí. Eso me lleva a entender que Dios quiere que lo escuchemos a Él, que cualquier otra información que obtengamos (Aún la Biblia per se) son instrumentos que nos presentan tan solo la punta del iceberg; descifrar el resto es una tarea bien personal y perdernos en formulas de cualquier tipo es seguir los pasos que a alguien le funcionaron y estableciò y decretó y nos perdemos en un laberinto.
A mi parecer la relación con Dios parte de un primer asomo (independientemente de la fuente) y de allí, si nos permitimos un honesto y objetivo escrutinio hasta llegar a las últimas consecuencias todo lo descrito por la Biblia resulta ser cierto y está a nuestra disposición pues su razón de existir es el conocimiento verdadero del Ser Supremo, que es el origen, la causa y la razón de ti, de mi, del mundo, de la historia, de la vida, de todo.
De Él todos llevamos algo, pero necesitamos descubrirlo y después reconocerlo para llegar a una relación personal, y llegar al verdadero propósito de nuestra creación que es regresar a Él y no solo en un sentido físico y futurista cuando muramos, sino aquí y ahora, en el espíritu.
Creo que la Biblia sí fue inspirada por Dios. De una manera indirecta (tan indirecta como sea posible para un mundo en el que nada sucede sin su voluntad).
Al ser escrita para y por los primeros habitantes de la Tierra el vocabulario, las ideas y los conceptos eran básicos, propios de la época y la cultura, pero también profundos, para un mundo investigador y evolucionado como el actual; personales, para una humanidad solitaria y perdida que necesita un destino claro, una respuesta verídica y un abrazo genuino.
Dicho lo anterior, pienso que cualquiera que honestamente, con sabiduría, prudencia, humildad y rectitud, busca “La Verdad” en la Biblia la encuentra, la integra a su vida, y a su entorno con una verdadera intención y propósito que es la perfección desde el punto de vista de Dios aun si cometemos errores.
La Verdad es como el agua contenida en una jarra: Somos vasos con formas, cualidades y capacidades diferentes. Al verter el agua al recipiente ésta adopta la forma de cada uno sin perder sus cualidades: La Verdad es Jesucristo, La Verdad es La Palabra de Dios.
Las religiones han sido el pleito eterno por conceptualizr a Dios, a Jesús y a su mensaje Y manipular a las personas para convencerlas de que lo que ellos creen, entienden y piensan es la verdad. A través de los siglos esto se ha ido haciendo más y más complejo y en nuestros días descifrar la realidad es difícil después del manoseo de la información y desinformación con fines soberbios, mezquinos, egoístas que nada tienen que ver con su verdadero origen.
Sí, es cierto: Dios lo es todo, tiene que ver con todo, pero Él no viene de todo, Él no viene de nada; más bien todo proviene de Él, incluso entenderlo.
