Re: LA LEY que dio Dios a Israel FUE LA LEY DEL EVANGELIO Y NO TODAS LAS LEYES DEL A.
Jairo  escribe:
"Observen este texto de Heb 9, que es solo una parte del paralelo que  nos detalla la obra que hizo y hace JESUS ..
11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de  los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto  tabernáculo (SANTUARIO CELESTIAL), no hecho de manos, es decir, no de esta  creación,
12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre,  entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo,  habiendo obtenido eterna redención.
13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de  la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la  carne,
14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante  el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará  vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,  para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había  bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia  eterna."
Amigo Jairo, seguir las viejas leyes judías que  Jesucristo abolió es seguir leyes que Dios no mandó.  Por eso, Jesucristo  las abolió, porque muchas de aquellas leyes no eran Ley de Dios sino preceptos  de hombres...  Y lo mismo te digo de las cartas atribuidas a Pablo.   Querer seguir las cartas atribuidas a Pablo y no el Evangelio de Jesucristo es  convertirse en paulinista, y los que son paulinistas ya dejaron de ser  cristianos, porque Evangelio sólo hay uno:  el de Cristo.  Las cartas  de Pablo se pueden tener en cuenta en algunos puntos, pero cuando nos  encontramos con puntos difíciles sobre la Ley, lo mejor es recurrir a  Jesucristo, y eso no lo digo yo sino el mismo Pablo lo dice, pues así dice:
"Estoy maravillado de  que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,  para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de  Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio  diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis  recibido, sea anatema". (Gálatas 1,6-9).
    
 Como  podemos ver, Pablo lo dice:  que aunque Él mismo o un ángel del cielo  venga predicando un "evangelio" diferente al de Jesucristo, que sea  desechado.  Y también Pedro nos avisó sobre las cartas de Pablo diciendo  que estaban siendo torcidas, pues así nos dice:
   
  "Y tened entendido que  la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado  hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en  todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales  los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así  que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos,  no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de  vuestra firmeza. Antes bien, creced en la  gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro 3,15-18)
    
 Como  vemos, Pedro nos dice que los indoctos torcían las cartas de Pablo igual que  hacían con las otras escrituras y que para no ser arrastrados por el error de  los inicuos, Pedro nos anima a que crezcamos en la gracia y el conocimiento de  las enseñanzas de Jesucristo.
  
 Querer  seguir enseñanzas "paralelas" al Evangelio de Jesucristo que no se  ajustan perfectamente a la enseñanza de Jesucristo, es caer en el error de los  confundidos, como nos dice Pedro.  Evangelio, sólo hay uno:  el de  Jesucristo.  El "evangelio" paulinista no siempre sigue fielmente  el Evangelio de Jesucristo.  Y es que los indoctos desde antiguo torcieron  las cartas de Pablo, como nos dice Pedro, para presentarnos un  "evangelio" diferente al de Jesucristo.  
  
 Llamar  "palabra de Dios" a todas las leyes del viejo testamento que  Jesucristo no predicó fue un gran error que cometieron muchas religiones.   Igualmente podemos decir de las cartas atribuidas a Pablo:  llamar  "palabra de Dios" a todo lo escrito en las cartas atribuidas a Pablo,  donde se encuentran puntos tan distantes del Evangelio, también fue una gran  error que cometieron todas las religiones judaizantes que han confundido al  mundo.  
  
 Evangelio,  sólo hay uno:  el de Jesucristo.  Todo aquello que no coincide  perfectamente con el Evangelio, no es verdadera Palabra de Dios ni Ley de Dios,  porque Palabra de Dios sólo hay una, y ésta es la Palabra de Jesucristo, y Ley  de Dios sólo hay una, y ésta es la Ley que Jesucristo nos enseña en el  Evangelio.  Cualquier ley o enseñanza del viejo testamento o de las cartas  atribuidas a Pablo que no coincide perfectamente con el Evangelio, debemos hacer  con ella lo que nos dice el mismo Pablo:
   
  " Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis  recibido, sea anatema". (Gálatas 1,6-9).
    
 Las  leyes del viejo testamento que mandan esclavizar, matar a las personas y  condenarlas a muerte fueron impuestas como si fueran ley de Dios por los  poderosos dictadores del imperio romano.  Igualmente pasó con las cartas  atribuidas a Pablo, pues en estas cartas hay cosas que coinciden con el  Evangelio pero también hay partes que no coinciden con la enseñanza  misericordiosa del Evangelio y que nos llevan a observar las leyes de muerte y  de esclavitud del viejo testamento como si todo fuera palabra de Dios.
  
 Ante  toda esta confusión impuesta por los emperadores de Roma desde el siglo IV,  más les valdría a los hombres volver al Evangelio y edificar la verdadera Ley  de Dios desde las enseñanzas de Jesucristo.