La verdad que el que escribe con sabor a demonio eres tú. No, amigo, esos escritos acercan más a Dios como no tienes idea, porque te hacen comprender más la Biblia. Haz la prueba, no seas un Saulo de Tarso que condenaba algo que no conocía, repitiendo como un loro lo que otros le dicen.
Aquí te dejo un testimonio de un rabino judío sobre los escritos de Elena G. de White:
El siguiente es un testimonio muy especial, el de un rabino reconociendo la inspiración divina del libro Patriarcas y Profetas de Elena G. De White.
El rabino Joe Kagan es de Europa Oriental. Estando allá presenció la violación de su tía judía, mientras un sacerdote presente sostenía una crucifijo sobre ella diciendo, “esto te pasa por matar a Cristo”. Así que no es difícil de entender la actitud que ese rabino tenía con respecto al cristianismo, aparte de todos los malos conceptos del Talmud. El jamás había tocado el Nuevo testamento.
Kagan llegó a los Estados Unidos a los 13 años, y se desarrolló, entre otras cosas, como cantor (no cantante) de su religión judía. Fue también uno de los asesores del presidente Ronald Reagan..
Estando él en el Instituto Weimar (instituto adventista de salud) de Sacramento, California, le llamó la atención el libro Patriarca y Profetas, lo tomó comenzó a leerlo. Estaba allí, en el Instituto, el artista (pintor de murales) adventista Elfred Lee, cuando el rabino empezó a indagar sobre quién era Ellen White. Preguntaba en qué universidad había estudiado. El hermano Lee y otros presentes le dijeron que sólo tenía la instrucción primaria hasta el tercer grado de primaria. Siguió preguntando, “¿dónde aprendió hebreo”, a lo que respondieron que ella nunca aprendió el hebreo, sino que fue la escritora más prolífica que jamás hubiese existido, y que ese era sólo uno de sus libros.
El rabino Kagan estaba maravillado del conocimiento contenido en el libro, diciendo que esa información era Mishnaica, es decir de la Mishna hebrea. Dijo que la Mishnah había sido traducida al inglés hacía sólo 30 años y que sólo pocos rabinos de alto nivel conocían esa información. Continuó, “esa es la historia de mi pueblo y es muy exacta”. También dijo que uno tiene que saber hebreo para poder escribir de la forma que Ellen White lo había hecho, ya que la estructura de las oraciones no es del inglés, sino del hebreo. El ritmo, la métrica, el arreglo de las palabras y las expresiones no son del inglés, sino del hebreo. Es como, siguió diciendo, si ella escribiera en hebreo y después fuese traducido al inglés.
El hermano Lee entabló amistad con el rabino Kagan, y empezaron a estudiar juntos la Biblia y algunos libros de la hermana White. Más adelante reconoció como inspirada a la hermana White y decidió bautizarse. Se bautizó a escondidas de su familia, y al salir de las aguas bautismales dijo: “Ahora soy un judío completo. Ahora he aceptado toda la Biblia y el Mesías prometido de nuestro pueblo”
Cuenta el hermano Lee, que cuando se develó un mural sobre Cristo que él había hecho para el Instituto Weimar, el rebino cantó, y mientras lo hacía lloraba y temblaba de emoción.
Sinceramente, es una lástima que existan hermanos que no hayan sentido en sus vidas el toque especial de los escritos inspirados de la hermana Elena G. El amor que le tengo a la Biblia fue inspirado por medio de la lectura de tres libros del Espíritu de Profecía: El Conflicto de los Siglos, Patriarcas y Profetas y El Deseado de Todas las Gentes. Hermanos, Dios nos ha bendecido con ese don que nos acerca más a la comprensión de su Palabra y su Voluntad, no caigamos en la crítica estéril de los incrédulos.