Re: ¿¿¿RESUCITA EL CUERPO O EL ALMA?????????
El significado que aquí se le da a la expresión compuesta ya mencionada. El asunto al cual se refiere es el tormento de los adoradores de la bestia en un lago de fuego y azufre. La vida humana en un medio tal sería sumamente breve, pero si se usa la expresión eis ton aiÇna, "por el siglo", es posible concluir que el castigo sólo será momentáneo.
La expresión compuesta demuestra que el tormento será por cierto período, pero,
por supuesto, no interminable. Esto es evidente por otros pasajes de las
Escrituras que demuestran que la suerte final de los impíos será el
aniquilamiento total (Mat. 10: 28; Apoc. 20: 14).
La figura del humo que sube para siempre sin duda proviene de Isa. 34:10, donde
se describe la desolación de Edom. El antiguo profeta no vio en visión fuegos
interminables porque después de la conflagración, de la cual dice
"perpetuamente subirá su humo", la tierra se convierte en un desierto de
desolación habitado por animales salvajes (vers. 10-15). Lo que la figura
denota es completa destrucción. Ver com. Mal. 4:1.
El significado que aquí se le da a la expresión compuesta ya mencionada. El asunto al cual se refiere es el tormento de los adoradores de la bestia en un lago de fuego y azufre. La vida humana en un medio tal sería sumamente breve, pero si se usa la expresión eis ton aiÇna, "por el siglo", es posible concluir que el castigo sólo será momentáneo.
La expresión compuesta demuestra que el tormento será por cierto período, pero,
por supuesto, no interminable. Esto es evidente por otros pasajes de las
Escrituras que demuestran que la suerte final de los impíos será el
aniquilamiento total (Mat. 10: 28; Apoc. 20: 14).
La figura del humo que sube para siempre sin duda proviene de Isa. 34:10, donde
se describe la desolación de Edom. El antiguo profeta no vio en visión fuegos
interminables porque después de la conflagración, de la cual dice
"perpetuamente subirá su humo", la tierra se convierte en un desierto de
desolación habitado por animales salvajes (vers. 10-15). Lo que la figura
denota es completa destrucción. Ver com. Mal. 4:1.