- El Señor dejó constancia que su Cuerpo y su Sangre eran comida DE VERDAD y bebida DE VERDAD, no de mentiritas, ni una emulación, sino algo que pasa por tu paladar:
Juan 6:54-56
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
Porque mi carne es comida verdadera y mi sangre bebida verdadera.
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.
Como hubo gente que se escandalizó con esta declaración, les invitó a largarse, ni se molestó en explicarles, prefirió perder discípulos antes que suavizar una sola de sus Palabras, con lo cual queda clara la literalidad de sus palabras:
Juan 6:59-67
Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaún.
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: "Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?"
Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: "¿Esto os escandaliza?
¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... (¿Que van a hacer ustedes sin Mí?, acéptenme con esta declaración sin rechistar)
"El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.
"Pero hay entre vosotros algunos que no creen." Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
Y decía: "Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre."
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?"
Luego, para que quede claro que si era DE VERDAD, demuestra sentado a la mesa:
Mateo 26:26-28
Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo."
Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: "Bebed de ella todos,
porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.
Pero para los aún incrédulos, tenemos a los apóstoles enseñando esto:1Corintios 11:27-31
Por tanto, quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.
Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba del cáliz.
Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condena.
Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos achacosos, y mueren no pocos.
Si nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos castigados.
La Eucaristia puede causar condenación eterna, enfermedad, y hasta la muerte al tomarse indignamente, ¿es o no literalmente el Cuerpo y la Sangre de Jesús?