REFLEXIONES .....

Re: REFLEXIONES .....

La Biblia revela la mente de Dios, el estado moral y espiritual del hombre, el camino de la salvación, el castigo del pecador no redimido y la bienaventuranza del creyente.

sus doctrinas son santas, sus preceptos obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones inmutables. Léala para ser sabio, créala para tener seguridad, practiquela para ser santo.

Es luz que dirige, pan que sustenta y consuelo que alegra. Es el mapa del viajero, el báculo del pergrino, la brújula del navegante, la espada del soldado y la carta magna del creyente.

En la Biblia está el paraiso restaurado, el cielo abierto y las puertas del infierno descubiertas. Jesús es su gran tema, nuestra salvación su buen propósito y la gloria de Dios su meta.

Debe ocupar la mente, gobernar el corazón y guiar los pies. Léala lentamente, frcuentemente y con oración. Es mina de prosperidad, un paraiso de gloria y un rio de placer.

Se nos ha dado en esta vida, será abierta en el juicio y será recordada eternamente. Trata del deber mas grande, recompensará la labor más excelente y condenará a todo aquel que juegue con su sagrado contenido


Dios les bendiga.

Manhattan.
 
Re: REFLEXIONES .....

En la Parábola del Buen Samaritano, son varios los personajes que pasan junto al prójimo en necesidad. Un sacerdote, quizás dispuesto a dar una palabra, pero no a pararse ni a mancharse las manos, pues tenía como prioridad algún oficio religioso.

También, por allí pasó un conocedor de las escrituras, un levita, pero que su conocimiento no le ayudó a pararse ante el prójimo herido. Luego pasó por allí un ejemplo de projimidad que resulta un mensaje evangelizador al mundo: un extranjero. Sólo el samaritano, este extranjero, fue capaz de dejar a un lado sus programas, sus ocupaciones, sus sabidurías y conocimientos, para centrarse en la ayuda a aquella persona que le necesitaba.

Sólo él, con su gesto, anuncia, es discípulo y testigo del auténtico evangelio, testigo de Jesús, Evangelio de Dios al mundo, Evangelio de Dios a los necesitados, pobres y proscritos. Un ejemplo evangelizador para el mundo.
 
Re: REFLEXIONES .....

Ayuno Extraño

Ayuna de palabras hirientes....y transmite palabras bondadosas.

Ayuna de descontento... y llènate de gratitud.

Ayuna de enojos... y llènate de mansedumbre y paciencia.

Ayuna de pesimismo.... y llènate de esperanzas y optimismo.

Ayuna de preocupaciones... llènate de confianza en Dios.

Ayuna de quejas... llènate de las cosas sencillas de la vida.

Ayuna de juicios a otros... y descubre a Jesùs que vive en ellos.

Ayuna de egoìsmos... y llènate de compasiòn.

Ayuna de palabras... y llenate de silencios para poder escuchar.

Si intentaramos esta forma de ayuno, nuestra realidad se irà inundando de paz......amor.....confianza....

Autor anónimo​

Muy bonito. ¡Qué bien nos vendría a todos semejante ayuno...!
Un abrazo.
Martamaría
 
Re: REFLEXIONES .....

Muy bonito. ¡Qué bien nos vendría a todos semejante ayuno...!
Un abrazo.
Martamaría

Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Un abrazo con cariño.

Manhattan.
 
Re: REFLEXIONES .....

Cierta vez un lobo, después de capturar a un carnero en un rebaño, lo arrastraba a su guarida. Pero un león que lo observaba, salió a su paso y se lo arrebató.

Molesto el lobo, y guardando prudente distancia le reclamó: “¡Injustamente me arrebatas lo que es mío!”

El león, riéndose, le dijo: “Ajá; me vas a decir seguro que tú lo recibiste buenamente de un amigo”.

Moraleja: Lo que ha sido mal habido, de alguna forma llegará a ser perdido.


Fábula de Esopo
 
Re: REFLEXIONES .....

Cierta vez un lobo, después de capturar a un carnero en un rebaño, lo arrastraba a su guarida. Pero un león que lo observaba, salió a su paso y se lo arrebató.

Molesto el lobo, y guardando prudente distancia le reclamó: “¡Injustamente me arrebatas lo que es mío!”

El león, riéndose, le dijo: “Ajá; me vas a decir seguro que tú lo recibiste buenamente de un amigo”.

Moraleja: Lo que ha sido mal habido, de alguna forma llegará a ser perdido.


Fábula de Esopo


Sumergidos como estamos en medio de una sociedad que está dispuesta a hacer lo que sea por alcanzar el éxito personal, esta fábula de Esopo nos recuerda que en la vida no podemos andar de esa manera.

La Biblia nos recuerda que vamos a cosechar lo que hayamos sembrado… algo que, en la práctica, muy pocas personas parecen aceptar.

Tal parece que el enemigo de nuesras almas nos ciega al momento que estamos en condiciones de sembrar y tan sólo nos anima el lograr las metas y objetivos del momento… sin importarnos las consecuencias para quienes nos rodean.

Pero, ¿quién dijo que tenemos que seguir haciendo eso? Dios está a nuestro lado brindándonos una nueva oportunidad para comenzar de nuevo.

La experiencia me ha enseñadoque los que siembran maldad cosechan desventura. Job 4:8

Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. Salmo 126:5


Dios les bendiga.

Manhattan.
 
Re: REFLEXIONES .....

"Si la iglesia no evangeliza se fosiliza." -A. W. Pink
 
Re: REFLEXIONES .....

"Si la iglesia no evangeliza se fosiliza." -A. W. Pink

Pero si predica sin adecuarse a los tiempos...creo que será peor que fosilizarse. No estamos en tiempos de Israel. Hay verdades eternas, pero hay modos y formas de inculcarlas que tienen que ir con los tiempos ¿No?
Martamaría
 
Re: REFLEXIONES .....

El evangelio es el mismo que desde el principio.

¿A qué te refieres a que Lady Gaga lo cante en sus canciones? hahhaahahah!!!!, es broma.

Los cristianos sólo predicamos la cruz, eso no se puede cambiar, querida amiga.
 
Re: REFLEXIONES .....

Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, Debemos, estar gozozos y agradecídos porque sabemos que el Señor no nos va a dar más carga que la que podamos llevar, y aún, con nuestras cargas, sus brazos estarán alrededor de nuestra vida para ayudarnos a llevarla.

Dios les bendiga.

Manhattan.
 
Re: REFLEXIONES .....

El evangelio es el mismo que desde el principio.

¿A qué te refieres a que Lady Gaga lo cante en sus canciones? hahhaahahah!!!!, es broma.

Los cristianos sólo predicamos la cruz, eso no se puede cambiar, querida amiga.

¡Y yo que creo que debería predicarse la resurrección...!
Martamaría
 
Re: REFLEXIONES .....

Claro, también.

Quiero que sepas que Jesús no fue un martir, Antonio Machado se equivoca cuando dice: "¡Oh no eres tú mi cantar, no puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero sino al que anduvo en la mar!"

Se equivocaba al ver a Jesús glorioso en la mar y como un martir en la cruz.

Recuerda que poco antes de morir Jesús dijo: "consumado es", queriendo decir con esto que se cumplió un plan más antigüo que el mismo mundo.

En la cruz de Cristo está la salvación, ahí clavó mis pecados y en su resurrección da vida al creyente.
 
Re: REFLEXIONES .....

Claro, también.

Quiero que sepas que Jesús no fue un martir, Antonio Machado se equivoca cuando dice: "¡Oh no eres tú mi cantar, no puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero sino al que anduvo en la mar!"

Se equivocaba al ver a Jesús glorioso en la mar y como un martir en la cruz.

Recuerda que poco antes de morir Jesús dijo: "consumado es", queriendo decir con esto que se cumplió un plan más antigüo que el mismo mundo.

En la cruz de Cristo está la salvación, ahí clavó mis pecados y en su resurrección da vida al creyente.

Es mi opinión, pero creo que si se hablara más de la gloria de la resurreccción y menos del sufrimiento de la cruz, a lo mejor se "apuntarían" más personas a seguir a Jesús.
Algunas personas soportan mal que Jesús muriera en la cruz "por su culpa". No sé si me explico...

Martamaría
 
Re: REFLEXIONES .....

¡Y yo que creo que debería predicarse la resurrección...!
Martamaría

Estupenda observación Martamaria. Cristo vive, no está muerto.

Joh 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Joh 11:26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Joh 11:27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.

Dios te bendiga.

Un abrazo .

Manhattan.
 
Re: REFLEXIONES .....

Jesús: esperanza para los pobres

No es la primera vez que escribo sobre el tema de Jesús y los pobres. De hecho, varios de vosotros conoceréis mi libro: “JESÚS: Evangelio de Dios a los pobres”. Tampoco desecho la idea de hacer algún día una serie sobre este tema, pero ahora, unas líneas más. Creo que es un tema de mucha responsabilidad, delicado y central para la comprensión del Evangelio. Jesús no fue solamente cercano a los pobres, sino que se comprometió con ellos. Formaron parte de su comprometido estilo de vida en la tierra.

No es posible entender el mensaje del Evangelio si no se tiene en cuenta el compromiso de Jesús con los pobres del mundo… y sólo en la persona de Jesús conocemos a Dios, en Jesús se nos ha hecho cercano. Dios es el Dios de los pobres y no sólo escucha su gemido, sino que lo asume como propio… porque Dios es un Dios justo que sufre con la causa de la pobreza: la injusticia.

La clave para entender al Dios de los pobres no es sólo que Jesús nació pobre, que vivió pobre y que murió desnudo en la cruz, sino que hizo todo esto como mensaje de amor a los pobres, mensaje a todos nosotros ante la pobreza del mundo, o mejor dicho, ante los empobrecidos del mundo para que éstos puedan llegar a ser dignificados y valorados a través de nuestro compromiso. El compromiso que deben asumir los seguidores de Jesús. Así, no es casual cuando El Maestro comienza su vida pública citando un texto del profeta Isaías, un texto en el que no solamente se compromete con los pobres como parte esencial de su ministerio, sino que entronca con los profetas cuya esencia de su mensaje y su trabajo fue la denuncia de las causas que empobrecen y oprimen al hombre.

Este es el Programa que asumió Jesús: “El espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”. (Lc. 4:18-19). Y algunos, a pesar de ser una cita de Isaías, profeta que clama contra la pobreza y la opresión de su pueblo, se empeñan en espiritualizar estos términos.

Esta espiritualización puede dar lugar a que la labor de Jesús como Dios, el Mesías con el que irrumpe en nuestra historia todo su concepto del Reino, un reino cuyos valores y cuyas parábolas se encarnan en la realidad histórica y en medio de las problemáticas del mundo, su compromiso a favor de la liberación y dignificación de los pobres, haya quedado reducido a unos mínimos que no se corresponden con el Evangelio que trajo Jesús.

(Continua)
 
Re: REFLEXIONES .....

De ahí que nos hayamos quedado anclados en una parte importante y fundamental del mensaje de Jesús: Jesús murió por nuestros pecados. Ante esto hay que decir: correcto. Nadie lo duda. Es una afirmación general que tiene una trascendencia metahistórica y eterna. Se da en el plano de la verticalidad que en parte tiene la relación entre Dios y el hombre.

Sin embargo, también, si consideramos el proyecto de Jesús que consiste en traer al mundo el Reino de Dios y su justicia, si analizamos ese plano de la horizontalidad y arraigo histórico del Reino de Dios en la tierra, desde esos valores del Reino que “ya” está entre nosotros, valores dignificantes, liberadores y de lucha contra la injusticia, podemos ver y constatar que Jesús también murió por defender la causa de los pobres, por su compromiso en la búsqueda de justicia para ellos y por su anuncio del Evangelio a los pobres que escandalizó tanto a autoridades religiosas como políticas que no entendían este mensaje revolucionario. Quizás en este compromiso radical con los pobres se estaba fraguando su crucifixión.

Por tanto, yo, personalmente, creo que a Jesús le duele el que no se reconozca que su muerte se debió también a su compromiso escandaloso con los pobres. No murió solamente por nuestros pecados, sino por la defensa de la causa de los pobres. Su Evangelio a los pobres no era solamente un concepto espiritualista, sino en relación con los injustamente empobrecidos del mundo real en el que vivimos. Porque Jesús no sólo nos enseña que cuando hagamos banquete -con la importancia que tenía la comensalidad para los judíos que sólo comían con aquellos con los que podían compartir la vida-, para ser bienaventurados en esta tierra, llamemos a los pobres y no se llame a los amigos o vecinos ricos, sino que, además, cuando habla de la parábola de la Gran Cena, símbolo de la acogida de Dios en el Reino y no solamente en esta tierra, sino con perspectivas metahistóricas, también se excluye a los compradores de haciendas, a los compradores de bueyes en tiempos en que tener animales era tener una gran empresa, excluye a los que se aferran al placer mundano. Así, Jesús, enfadado con ellos da la orden a su siervo: “Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad y trae acá a los pobres…” (Lc. 4:15-24).

No creo que se pueda interpretar que Jesús está llamando a los espiritualmente pobres, aunque ésta sea una virtud especial para Dios, sino que el poner el concepto de pobre al lado de los mancos, los cojos, los ciegos, como se ve en el texto -que también eran pobres en los tiempos de Jesús-, el tema de la pobreza a la que Jesús se refería queda totalmente clara.

Yo creo que para cualquier persona que se acerca al Nuevo Testamento queda claro que la muerte de Jesús estuvo motivada en gran parte por su compromiso con los pobres, sin que esta afirmación sea excluyente de la que afirma que Jesús murió por nuestros pecados. Cuando Juan el Bautista le pregunta por su identidad como Mesías, él se identifica de esta forma tan impresionante y comprometida: “Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, y a los pobres es anunciado el Evangelio; y bienaventurado el que no halle tropiezo en mí”. (Mt. 11:4-5).

¿Hallan tropiezo hoy en esta identificación de Jesús muchos de los cristianos de hoy? ¿Nos hemos centrado tanto en un concepto de pecado, también en muchos casos espiritualizado del que queremos que Jesús nos limpie, que hemos olvidado una parte esencial del Evangelio de Jesús? Jesús murió por el compromiso asumido por los pobres de la tierra porque es un Dios justo. Quizás también nuestra vivencia del Evangelio debería llevarnos, siguiendo a Jesús, a un auténtico compromiso con los pobres… ¿Hasta la muerte?


Juan Simarro

http://www.protestantedigital.com/new/nowleerarticulo.php?r=340&a=3805
 
Re: REFLEXIONES .....

De ahí que nos hayamos quedado anclados en una parte importante y fundamental del mensaje de Jesús: Jesús murió por nuestros pecados. Ante esto hay que decir: correcto. Nadie lo duda. Es una afirmación general que tiene una trascendencia metahistórica y eterna. Se da en el plano de la verticalidad que en parte tiene la relación entre Dios y el hombre.

Sin embargo, también, si consideramos el proyecto de Jesús que consiste en traer al mundo el Reino de Dios y su justicia, si analizamos ese plano de la horizontalidad y arraigo histórico del Reino de Dios en la tierra, desde esos valores del Reino que “ya” está entre nosotros, valores dignificantes, liberadores y de lucha contra la injusticia, podemos ver y constatar que Jesús también murió por defender la causa de los pobres, por su compromiso en la búsqueda de justicia para ellos y por su anuncio del Evangelio a los pobres que escandalizó tanto a autoridades religiosas como políticas que no entendían este mensaje revolucionario. Quizás en este compromiso radical con los pobres se estaba fraguando su crucifixión.

Por tanto, yo, personalmente, creo que a Jesús le duele el que no se reconozca que su muerte se debió también a su compromiso escandaloso con los pobres. No murió solamente por nuestros pecados, sino por la defensa de la causa de los pobres. Su Evangelio a los pobres no era solamente un concepto espiritualista, sino en relación con los injustamente empobrecidos del mundo real en el que vivimos. Porque Jesús no sólo nos enseña que cuando hagamos banquete -con la importancia que tenía la comensalidad para los judíos que sólo comían con aquellos con los que podían compartir la vida-, para ser bienaventurados en esta tierra, llamemos a los pobres y no se llame a los amigos o vecinos ricos, sino que, además, cuando habla de la parábola de la Gran Cena, símbolo de la acogida de Dios en el Reino y no solamente en esta tierra, sino con perspectivas metahistóricas, también se excluye a los compradores de haciendas, a los compradores de bueyes en tiempos en que tener animales era tener una gran empresa, excluye a los que se aferran al placer mundano. Así, Jesús, enfadado con ellos da la orden a su siervo: “Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad y trae acá a los pobres…” (Lc. 4:15-24).

No creo que se pueda interpretar que Jesús está llamando a los espiritualmente pobres, aunque ésta sea una virtud especial para Dios, sino que el poner el concepto de pobre al lado de los mancos, los cojos, los ciegos, como se ve en el texto -que también eran pobres en los tiempos de Jesús-, el tema de la pobreza a la que Jesús se refería queda totalmente clara.

Yo creo que para cualquier persona que se acerca al Nuevo Testamento queda claro que la muerte de Jesús estuvo motivada en gran parte por su compromiso con los pobres, sin que esta afirmación sea excluyente de la que afirma que Jesús murió por nuestros pecados. Cuando Juan el Bautista le pregunta por su identidad como Mesías, él se identifica de esta forma tan impresionante y comprometida: “Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, y a los pobres es anunciado el Evangelio; y bienaventurado el que no halle tropiezo en mí”. (Mt. 11:4-5).

¿Hallan tropiezo hoy en esta identificación de Jesús muchos de los cristianos de hoy? ¿Nos hemos centrado tanto en un concepto de pecado, también en muchos casos espiritualizado del que queremos que Jesús nos limpie, que hemos olvidado una parte esencial del Evangelio de Jesús? Jesús murió por el compromiso asumido por los pobres de la tierra porque es un Dios justo. Quizás también nuestra vivencia del Evangelio debería llevarnos, siguiendo a Jesús, a un auténtico compromiso con los pobres… ¿Hasta la muerte?


Juan Simarro

http://www.protestantedigital.com/new/nowleerarticulo.php?r=340&a=3805

Pues yo pienso que Jesús murió realmente porque su mensaje de acercamiento a los empobrecidos, enfermos y desheredados, para decirles que Dios estaba con ellos y los amaba, no gustaba a los poderes políticos y religiosos. Y como mantuvo su mensaje a pesar de todo, acabaron con él. Por lo que podemos decir que nos amó hasta la muerte. Pero lo que ya no creo es que muriera para pagar por nuestros pecados y que Dios nos perdonara. Dios perdona por amor, no a precio de sangre.
Un abrazo, Manhattan.
Martamaría
 
Re: REFLEXIONES .....

Pues yo pienso que Jesús murió realmente porque su mensaje de acercamiento a los empobrecidos, enfermos y desheredados, para decirles que Dios estaba con ellos y los amaba, no gustaba a los poderes políticos y religiosos. Y como mantuvo su mensaje a pesar de todo, acabaron con él. Por lo que podemos decir que nos amó hasta la muerte. Pero lo que ya no creo es que muriera para pagar por nuestros pecados y que Dios nos perdonara. Dios perdona por amor, no a precio de sangre.
Un abrazo, Manhattan.
Martamaría

¡Gracias por tu comentario Martamaria!

Dios te bendiga.

Un abrazo.

Manhattan.
 
Re: REFLEXIONES .....

De ahí que nos hayamos quedado anclados en una parte importante y fundamental del mensaje de Jesús: Jesús murió por nuestros pecados. Ante esto hay que decir: correcto. Nadie lo duda. Es una afirmación general que tiene una trascendencia metahistórica y eterna. Se da en el plano de la verticalidad que en parte tiene la relación entre Dios y el hombre.

Sin embargo, también, si consideramos el proyecto de Jesús que consiste en traer al mundo el Reino de Dios y su justicia, si analizamos ese plano de la horizontalidad y arraigo histórico del Reino de Dios en la tierra, desde esos valores del Reino que “ya” está entre nosotros, valores dignificantes, liberadores y de lucha contra la injusticia, podemos ver y constatar que Jesús también murió por defender la causa de los pobres, por su compromiso en la búsqueda de justicia para ellos y por su anuncio del Evangelio a los pobres que escandalizó tanto a autoridades religiosas como políticas que no entendían este mensaje revolucionario. Quizás en este compromiso radical con los pobres se estaba fraguando su crucifixión.

Por tanto, yo, personalmente, creo que a Jesús le duele el que no se reconozca que su muerte se debió también a su compromiso escandaloso con los pobres. No murió solamente por nuestros pecados, sino por la defensa de la causa de los pobres. Su Evangelio a los pobres no era solamente un concepto espiritualista, sino en relación con los injustamente empobrecidos del mundo real en el que vivimos. Porque Jesús no sólo nos enseña que cuando hagamos banquete -con la importancia que tenía la comensalidad para los judíos que sólo comían con aquellos con los que podían compartir la vida-, para ser bienaventurados en esta tierra, llamemos a los pobres y no se llame a los amigos o vecinos ricos, sino que, además, cuando habla de la parábola de la Gran Cena, símbolo de la acogida de Dios en el Reino y no solamente en esta tierra, sino con perspectivas metahistóricas, también se excluye a los compradores de haciendas, a los compradores de bueyes en tiempos en que tener animales era tener una gran empresa, excluye a los que se aferran al placer mundano. Así, Jesús, enfadado con ellos da la orden a su siervo: “Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad y trae acá a los pobres…” (Lc. 4:15-24).

No creo que se pueda interpretar que Jesús está llamando a los espiritualmente pobres, aunque ésta sea una virtud especial para Dios, sino que el poner el concepto de pobre al lado de los mancos, los cojos, los ciegos, como se ve en el texto -que también eran pobres en los tiempos de Jesús-, el tema de la pobreza a la que Jesús se refería queda totalmente clara.

Yo creo que para cualquier persona que se acerca al Nuevo Testamento queda claro que la muerte de Jesús estuvo motivada en gran parte por su compromiso con los pobres, sin que esta afirmación sea excluyente de la que afirma que Jesús murió por nuestros pecados. Cuando Juan el Bautista le pregunta por su identidad como Mesías, él se identifica de esta forma tan impresionante y comprometida: “Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, y a los pobres es anunciado el Evangelio; y bienaventurado el que no halle tropiezo en mí”. (Mt. 11:4-5).

¿Hallan tropiezo hoy en esta identificación de Jesús muchos de los cristianos de hoy? ¿Nos hemos centrado tanto en un concepto de pecado, también en muchos casos espiritualizado del que queremos que Jesús nos limpie, que hemos olvidado una parte esencial del Evangelio de Jesús? Jesús murió por el compromiso asumido por los pobres de la tierra porque es un Dios justo. Quizás también nuestra vivencia del Evangelio debería llevarnos, siguiendo a Jesús, a un auténtico compromiso con los pobres… ¿Hasta la muerte?


Juan Simarro

http://www.protestantedigital.com/new/nowleerarticulo.php?r=340&a=3805

Queridísima hermana Manhattan:

Me encanta todo lo que traes de este escritor Juan Simarro. Este escrito es muy bueno y edificante. EL nos habla de un plano vertical y uno horizontal acerca de la muerte de Nuestro Señor.

El mensaje de Jesús es radical, revolucionario, su opción preferencial por los pobres, los enfermos, por los oprimidos se enfrenta a aquellos que quieren que todo siga igual ( los poderes religiosos y políticos de su tiempo). El confronta las injusticias y la hipocresía y tal como lo dice el escritor cuando nos acercamos a los evangelios vemos que la muerte de Jesús en gran parte se debió a su opción preferencial por los pobres.
Esto no contradice la afirmación de que Jesús murió por nuestros pecados. "Porque de tal manera amó Dios al mundo que a dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda sino tenga vida eterna"

LAs preguntas al final invitan a la reflexión. Jesús es el modelo a seguir y debemos imitarlo.

Un abrazo en Cristo, Paula
 
Re: REFLEXIONES .....

En la Parábola del Buen Samaritano, son varios los personajes que pasan junto al prójimo en necesidad. Un sacerdote, quizás dispuesto a dar una palabra, pero no a pararse ni a mancharse las manos, pues tenía como prioridad algún oficio religioso.

También, por allí pasó un conocedor de las escrituras, un levita, pero que su conocimiento no le ayudó a pararse ante el prójimo herido. Luego pasó por allí un ejemplo de projimidad que resulta un mensaje evangelizador al mundo: un extranjero. Sólo el samaritano, este extranjero, fue capaz de dejar a un lado sus programas, sus ocupaciones, sus sabidurías y conocimientos, para centrarse en la ayuda a aquella persona que le necesitaba.

Sólo él, con su gesto, anuncia, es discípulo y testigo del auténtico evangelio, testigo de Jesús, Evangelio de Dios al mundo, Evangelio de Dios a los necesitados, pobres y proscritos. Un ejemplo evangelizador para el mundo.

Completamente de acuerdo.
Jesús narra la parábola del buen samaritano en respuesta a un maestro de la ley que le pregunta ¿Quién es mi prójimo? , tal como dice un teólogo explicando esta parábola: " al maestro de la ley le interesa saber a quien debe amar y a quien puede excluir de su amor. No piensa en los sufrimientos de la gente".

Jesús comienza a narrar la parábola...
El sacerdote y el levita, los dos ministro de la religión nacional no sienten la menor piedad por el herido. Tito 1 y 16: "Profesan conocer a Dios , pero con los hechos lo niegan...", un tercero, un extranjero, un samaritano, se conmueve ante el herido. Él no se pregunta si el herido es de su religión, si es su prójimo o no, el actúa en favor del herido lo ayuda y lo cuida como si fuera su hermano. Para Jesús ese es el modelo de como ser prójimo. Lo importante no es saber quien es mi prójimo sino si soy soy capaz de hacerme prójimo, próximo al hermano que me necesita.

Y tal como tú lo señalas bellamente al final, el samaritano con su gesto es un ejemplo a seguir.
¿A quién imitaremos? Al buen samaritano.